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Película – La gran estafa americana

American Hustle Poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

American Hustle

Año: 2013

Director: David O. Russell (El lado bueno de las cosas, The Fighter, Tres Reyes)

Guión: David O. Russell, Eric Warren Singer

Música: Danny Elfman

Fotografía: Linus Sandgren

Reparto

  • Christian Bale
  • Bradley Cooper
  • Amy Adams
  • Jennifer Lawrence
  • Jeremy Renner
  • Robert De Niro

Ahora mismo hay en la cartelera dos películas que se están llevando el gato al agua en la taquilla, tanto por crítica como por público. Las dos son comedias; las dos hablan de estafas y fraudes; las dos están ambientadas en Nueva York en décadas pasadas (los 70 y los 90); las dos nos presentan una clase de personajes un poco gañanes que se mueven entre el honor y la cicatería, la infidelidad y la ética. Las dos están regadas de nominaciones a las mejores categorías para los Óscar de 2014, incluyendo mejor película, mejor director, mejores actores, mejor guión. Una es El lobo de Wall Street, de la que ya di cuenta hace unas semanas, con cinco nominaciones y una de las mejores interpretaciones de DiCaprio que haya visto nunca. La otra es la presente La gran estafa americana, de David O. Rusell, quien busca repetir el éxito que nadie se esperaba el año pasado cuando irrumpió con les mejores nominaciones en la anterior edición de los Óscar con El lado bueno de las cosas, que hizo llevarse la estatuilla a Jennifer Lawrence. La verdad es que aunque similares en  el planteamiento, a la cinta de David O. Russell destaca por tener una moraleja distinta y un mayor respeto a sus personajes principales. El protagonista interpretado por un soberbio e irreconocible Christian Bale, tiene unos principios y una ética de los que carece completamente el personaje que hace Leonardo DiCaprio; al contrario que los agentes del FBI que intentan dar caza a estos timadores, donde aquí vemos a un cargante Bradley Cooper víctima de su falta de integridad (al contrario que el bueno del personaje de Kyle Chandler que intentaba dar caza al lobo de Wall Street).

Nueva York, finales de los 70. Irving Rosenfeld es un timador de poca monta que tiene unos cuantos negocios repartidos por la ciudad. Un día conoce a la buscavidas Sydney Prosser y se enamora de ella. Sydney es muy lista y tiene un talento innato para las estafas, con lo que encaja a la perfección con los trabajos que realiza Irving y se convierte en su socia y cómplice. El único (y mayor problema) es que Irving está casado con la insoportable Rosalyn, con la que la vida a su lado es sumamente desagradable. Rosalyn tiene un hijo al que Irving ha adoptado como suyo, y al que le trata como si fuera su padre de verdad. Por esta razón y por el hecho de que Rosalyn es incapaz de enfrentarse a los problemas, a Irving le resulta imposible romper con su mujer e irse a vivir con Sydney. Un día, el agente del FBI Richi DiMaso descubre los negocios ilegales de nuestros protagonistas, y a cambio de no arrestarlos, les pide colaboración con el gobierno para atrapar a delincuentes especializados en fraudes y estafas financieras. Dentro de este objetivo aparece Carmine Polito, el nuevo alcalde de Nueva Jersey, a priori un tipo íntegro y familiar, y a DiMaso le brillarán los ojos de ambición ante la posible detención de un pez gordo de la política. La trama se irá complicando cuando nuevos elementos de la política y el crimen organizado aparezcan en el plan. Toda esta situación hará tensar no solo la integridad de los protagonistas sino también la relación de Irving y Sydney, y la pondrá a prueba.

Lo primero que llama la atención de esta película es la metamorfosis setentera a la que han sido sometidos los protagonistas, con un diseño de vestuario que merece la nominación al Óscar, o una lograda ambientación en los decorados y las escenas urbanas. Christian Bale no sólo ha hecho uno de sus sorprendentes cambios físicos engordando varios kilos de más, sino que la escena inicial con su falso y ridículo peluquín mientras se peina a lo cortinilla es toda una declaración de intenciones del personaje, al igual que los falsos rizos de Bradley Cooper o el imposible tupé mega lacado de Jeremy Renner. Son una metáfora de que los personajes no son como realmente son, sino que todos tienen una fachada tras la que se ocultan sus verdaderas personalidades. El timador profesional de poca monta realmente tiene un corazón de oro y su problema es que está atrapado en un matrimonio sin salida. El agente del FBI en realidad busca reconocimiento profesional y que le tomen en consideración, a pesar de que se autoengaña continuamente diciendo que quiere acabar con la corrupción del sistema. El político de clase baja que acepta sobornos porque realmente está preocupado por su electorado. La verdad es que todos los actores hacen un gran trabajo y están irreconocibles en sus papeles. De Bale ya nos lo esperábamos, de Cooper o de Renner también. Amy Adams está deliciosa con maquillaje o sin él, a pesar de sus generosos escotes que distraen la atención continuamente. Y Jennifer Lawrence (también con escotes) resulta fabulosamente repugnante e irritante como esposa con pocas -poquísimas- luces que está harta de que su marido no la tenga en consideración (a pesar de que es ella misma es la causa de dicha situación). Hasta Robert De Niro nos obsequia con el mismo papel de mafioso con el que se ha especializado en su trayectoria, en una episódica aparición.

A pesar de todos los claroscuros iniciales de los personajes, O. Russell ha sido claro en  la definición y, sobre todo, en la resolución argumental de los mismos. El final presenta una moraleja clara y otorga absolución a los buenos, y condenación a los malos. Por ello, aunque forzado en algunos aspectos, me gusta que se premie al que es en esencia bueno porque le da una adecuada lectura moral a la cinta; al contrario que en El lobo de Wall Street, donde DiCaprio no hace más que drogarse y pasar de su familia para, al final, traicionar a sus compinches y obtener gracias a ello una rebaja en su condena. Aquí, por el contrario, vemos a un personaje engañar, esnifar cocaína y engañar a su prometida; mientras que a otro le vemos en una escena clave tomar algún tipo de sustancia que más tarde descubriremos que es por una dolencia cardiaca. Ni que decir tiene que cada uno de dichos personajes tendrá un final distinto en función de sus actos y sus motivaciones. El director aquí es muy hábil en mostrarnos distintas caras de los mismos pecados. No son iguales todas las infidelidades que aparecen en la película, ni la relación de los protagonistas con sus respectivas familias, ni la manera en que quebrantan la ley unos y otros. Unos y otros tendrán una catadura moral distinta, en función de sus motivaciones éticas.

Como aspectos negativos, tenemos que la cinta intenta ser una reedición de El Golpe, la obra maestra del cine de timos y estafas, pero se queda a medio camino. Al argumento le falta empaque y cautivación, puesto que engancha en el principio pero a mitad de cinta pierde fuelle e interés, para recuperarlo en el segmento final. Pero la verdad sea dicha, se trata más bien de una película de personajes, donde no es tan importante el argumento sino los conflictos que surgen al abrigo del mismo. Es por esto por lo que, si bien La gran estafa americana no es una película redonda, sí que es una buena opción y por lo tanto recomendable dada la cartelera actual.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Todos los actores y las distintas lecturas a nivel ético y moral que le dan todos a la cinta. La ambientación y el vestuario, algo exagerados pero tal y como corresponde a la década.

Lo Peor: Pierde ritmo e interés a medida que avanza el metraje.

La vería de nuevo: Puede

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: El Golpe, Casino, El lobo de Wall Street,

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1800241/combined

Tráiler en You Tube (español):

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