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Película – El viaje de Arlo

El viaje de Arlo poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Good Dinosaur

Año: 2015

Director: Peter Sohn

Guión: Meg LeFauve

Música: Mychael Danna, Jeff Danna

Reparto (voces en el original)

  • Raymond Ochoa
  • Jeffrey Wright
  • Frances McDormand
  • Marcus Scribner
  • Steve Zahn
  • Al Buckley
  • Anna Paquin
  • Sam Elliot
  • Jack Bright

Supongamos por un momento que el meteorito que acabó con la vida de los dinosaurios en la Tierra pasara de largo. Con este punto de partida, miles de años después, tenemos una familia de Apatosaurus que se dedican a cultivar la tierra mientras sus tres hijos dinosaurios crecen y ayudan en las tareas. De todos ellos tenemos a Arlo, el más pequeño y miedoso, tan inseguro que en algunas ocasiones más una carga que una ayuda. Tras una desgracia, se ve arrastrado por la corriente de un río lejos de su casa junto con un pequeño y primitivo humano llamado Spot, al que se une y adopta como mascota en su peligroso viaje de vuelta. En una época en la que coexisten ambas especies, la amistad que surgirá entre ellos hará que Arlo aprenda a superar sus miedos e inseguridades y convertirse en ejemplo y ayuda ante su familia.

Tras el último exitazo que supuso “Del revés” (Inside Out) tanto de taquilla como de calidad fílmica, Pixar vuelve en menos de una año a hacernos comprar una entrada de cine y arrastrarnos a la sala. En este caso se vale del subgénero de dinosaurios, que nos puede recordar en algún momento a “En busca del valle encantado”, esos intentos de los 90 de la competencia de Disney por llevarse alguna migaja del pastel de la animación de la época. Con una historia de realización personal marca de la casa (tragedia familiar incluida, que hará a los más pequeños de la sala soltar alguna lagrimita), Pixar usa un recurso argumental curioso para invertir los roles y humanizar al animal protagonista (esto lo hemos visto millones de veces), a la vez que “animaliza” al personaje humano y le hace comportarse como si de una mascota perruna se tratase (esto ya no es tan frecuente en el cine de dibujos). Y lo primero que salta a la vista es el contraste visual entre el esbozo rápido de los dinosaurios, de una simplicidad en los trazos apabullante, y la expresividad máxima lograda con el niño humano, tierna a más no poder. Si algunas veces viendo a Arlo nos parece que Pixar no se lo ha currado mucho esta vez en la creación digital de personajes, al ver a Spot estas dudas se disipan y hará que admiremos el apartado técnico de esta cinta. Y como tercer contraste tenemos unos paisajes verdaderamente asombrosos e hiperrealistas, donde Pixar ha echado el resto y se ve el auténtico salto cualitativo en los avances técnicos. Es gracias a estos paisajes con los que por momentos nos veremos transportados al género del western, como si de una cinta del mismísimo John Ford se tratase.

El problema es que, para lo que es Pixar, en esta película se aprecia un bajón de calidad considerable. Aparte del genial giro argumental del meteorito, el argumento se presenta flojo y repetitivo, con unos minutos iniciales en la presentación de los personajes que nos da la impresión de haberlo visto miles de veces. Esta parte inicial no logra enganchar a pesar de todo lo que veremos después, y luego el resto de la cinta es un viaje iniciático más o menos velado que no consigue que remonte el interés por el argumento. A nivel infantil no hay ningún pero, ya que los niños disfrutarán de esta cinta como todas las anteriores de Disney: alegría, tristeza, risas y miedo, todos los ingredientes mezclados con el habitual mensaje de superación. Es a nivel de adulto donde no vemos grandes guiños en la trama, ni esa complicidad que permite una lectura a varios niveles de edad. “El viaje de Arlo” sale ganando en los momentos en que la pareja protagonista está junta, beneficiándose de una química que destila ternura y simpatía a partes iguales. Una buena película infantil, ideal para que disfruten los peques en estos días de fiesta que se acercan. Pero que se queda a medio camino de la extraordinaria calidad a la que nos están acostumbrando habitualmente la factoría Pixar.

Calificación: Buena / Regular

Lo Mejor: El diseño de Spot, su ternura, y la calidad en los paisajes

Lo Peor: El flojo argumento

La vería de nuevo: Puede

La Recomiendo: Ideal para llevar a los más pequeños, como todo lo de Disney

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1979388/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Ocho apellidos catalanes

ocho apellidos catalanes poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original:

Año: 2015

Director: Emilio Martínez Lázaro (Los peores años de nuestra vida, Carreteras Secundarias, El otro lado de la cama, Las 13 Rosas, Ocho apellidos vascos)

Guión: Borja Cobeaga, Diego San José

Música: Roque Baños

Reparto

  • Dani Rovira
  • Clara Lago
  • Karra Elejalde
  • Carmen Machi
  • Berto Romero
  • Rosa María Sardá
  • Belén Cuesta

Tras posicionarse como una de las comedias más rompedoras de 2014, logrando auténtica cifras astronómicas en lo que a taquilla se refiere, era de esperar que “Ocho apellidos vascos” tuviera su secuela. El maltrecho cine español, siempre necesitado de taquillazos que le den lustre a base esporádicos aciertos que arrastren al público a las salas por millares, ha encontrado comunión perfecta con el grupo audiovisual español Mediaset. La productora de Telecinco y Cuatro está decidida a rentabilizar las obligatorias inversiones en cine impuestas por ley a base de apostar por posibles bombazos e inundar la parrilla televisiva de publicidad encubierta de sus películas. De esta forma, un telediario de cualquiera de ambas cadenas estira durante semanas noticias chorras relacionadas con la película a promocionar, de tal manera que el bombardeo es continuo pero eficaz, amplificando el boca – oreja habitual hasta límites insultantes. Lo hizo con “Lo imposible”, lo hizo con “Ocho apellidos vascos” y lo está volviendo a hacer con esta secuela suya, “Ocho apellidos catalanes”. Dejando a un lado esta desigualdad de condiciones con el resto de la cartelera, nuestro cine siempre se ha caracterizado por no copiar ninguna de las cualidades de otras cinematografías más exitosas, pero sí todos sus defectos como el de hacer secuelas innecesarias como ésta que nos presentan. La primera parte pudo tener cierta frescura mezclando tópicos regionales con la comedia de enredo de toda la vida (ésa que en la que Martínez Lázaro es experto). Pero esta secuela resulta totalmente forzada e innecesaria, un intento de repetir situaciones que en la primera parte estaban cogidas por los pelos (y que funcionaban, a pesar de todo) y llevarlas al extremo para sacar la carcajada del espectador, no teniendo tanta suerte esta vez para acabar perpetrando un subproducto tontorrón y absurdo a partes iguales.

Rafa no ha conseguido superar la ruptura con Amaia. A pesar de que hizo lo imposible para hacerse con su amor viajando de Sevilla al País Vasco, no fue capaz de aguantar mucho tan lejos de su Andalucía y su relación acabó fracasando. Pero ahora Amaia se va a casar con Pau, catalán de pura cepa, y el padre de Amaia, Koldo, recurre a Rafa para que viaje a Cataluña para convencerla de que no es una buena idea y la conquiste de nuevo. Sin que Koldo sepa las verdaderas razones por las que Rafa dejó a Amaia, y sin que esté pasando la relación de Koldo con Merche por su mejor momento, ambos se presentan en la boda para poner en práctica un plan que haga que Amaia se replantee todo. Mientras tanto, conoceremos a Pau y sus tendencias hipsters, a su abuela Roser y su independentismo atroz, y a la wedding planner con alguna inclinación oculta, propiciando el enredo de situaciones cómicas con reivindicaciones territoriales…

Pocas virtudes se pueden sacar de esta cinta, fallando en todo aquello en lo que acertaba su antecesora. Los actores están forzadísimos en su repetición de estereotipos regionales, sin lógica argumental en el diseño de sus personajes (por mucha comedia que sea). Dani Rovira puede que esté más reposado y menos cómico que en la primera parte, lo cual no tiene porqué ser necesariamente malo, pero el guión no le acompaña a la hora de explorar sus capacidades dramáticas fuera de la comedia. Descontextualizado de su entorno vasco, Karra Elejalde no provoca tantas carcajadas, y Clara Lago está totalmente anulada como personaje en esta entrega, dejándose llevar por la historia sin aportar nada a la trama. Pero es que los nuevos fichajes no compensan esta falta de carisma de los antiguos; y así, el personaje cargante de pintor bohemio al que da vida Berto Romero tiene una cierta chispa al principio, pero al final repite tanto sus clichés y las mismas bromas que aburre. Otro tanto ocurre con Rosa María Sardá, para algunos la gran estrella de la función; pero para los que nunca nos ha parecido graciosa, resulta tanto o más cargante que el personaje de su nieto, aportando más que brillantez, estupidez a una trama que se vuelve absurda por momentos. Y si no, que alguien explique qué pintan los personajes de la Guardia Civil del final, salvo algún recorte de guión del que no nos hayamos enterado. O el personaje de Belén Cuesta, tan predecible desde el principio, que nos indica cómo va a acabar la cinta desde el momento en que aparece en pantalla.

Porque las lagunas en su argumento es el gran defecto de la película, tan preocupado en repetir los clichés de la primera entrega y en forzar situaciones que den lugar al humor socarrón, que no se preocupa ni un ápice en la credibilidad o en la construcción de personajes. Un ritmo caótico y un final no por previsible menos forzado, son puntos que restan a la nota final de una película que en ningún momento levanta el vuelo, y donde el humor gamberro se ha cambiado por grandes dosis de melosidad que no hace sino acentuar la falta de química de los personajes. Un intento de hacer “Cuatro bodas y un funeral” pero a la española, y que acaba naufragando lo mires por donde lo mires.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Momentos puntuales al inicio de la película. A partir de los 45 minutos de metraje, todo se enreda y pierde la gracia.

Lo Peor: El argumento, los personajes, el intentar repetir el éxito de la predecesora, el bombardeo publicitario al que nos vemos sometidos, y, sobre todo, Rosa María Sardá.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: No.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3626742/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Hotel Transilvania 2

Hotel Transilvania 2 poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Hotel Transylvania 2

Año: 2015

Director: Gendy Tartakovsky (Hotel Transilvania)

Guión: Robert Smigel, Adam Sandler

Música: Mark Mothersbaugh

Fotografía: David Lazenberg

Reparto (voces en el original)

  • Adam Sandler
  • Andy Samberg
  • Selena Gomez
  • Kevin James
  • Steve Buscemi
  • David Spade
  • Mel Brooks

La noche de Halloween se está convirtiendo en todo un filón para todo lo que suponga heredar tradiciones de índole anglosajón, y todo lo que dé miedo (incluido los monstruitos clásicos de películas de toda la vida) es perfecto en una noche donde divertirse con un toque macabro es la clave. Y es como surgió hace tres años “Hotel Transilvania”, una cinta de animación orientada al público infantil, donde se explotaban los personajes clásicos del cine de terror (Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo, la Momia, el Hombre Invisible, Zombies) como los personajes perfectos para una noche divertida, y donde el terror da paso a la diversión a base de hacer entrañables a estos personajes que en su día se crearon para aterrorizar a los más mayores. Sin ser una maravilla del séptimo arte, parece que esta primera entrega tuvo su público, y es por ello que se decide exprimir la gallina de los huevos de oro y hacer una secuela con el mismo espíritu de entretener de manera siniestra, algo perfecto para estrenar en una noche en que se parece que el mundo de lo sobrenatural está más cerca que nunca y en la que los niños cada vez tienen cada vez más protagonismo.

Tras los sucesos ocurridos en la primera parte, el Hotel Transilvania está ahora abierto al público para que humanos se relacionen con monstruos de todo tipo y condición. El conde Drácula ha aceptado que su hija se haya enamorado de un humano y esta segunda parte empieza con una boda, la de su hija Mavis, su ojito derecho (a la que tanto sobreprotegía en la entrega anterior) y Johnny, el humano mochilero que era un poco entrometido y descubrió el Hotel por casualidad. Y la vida sigue su curso, tanto que al poco tiempo hacen abuelo a Drácula y nace Dennis, un encantador niño con una mata de pelo roojo y rizado que hereda toda la parte humana de su padre y sin ningún gen vampiro transmitido por parte de su abuelo. Precisamente esto será lo que traiga por la calle de la amargura a Drácula, quien hará todo lo posible para que sus genes sobrenaturales afloren antes de que Mavis decida mudarse a California, donde piensa que Dennis será más feliz y no será tan difícil criarle, rodeado de tanta criatura sobrenatural y en un entorno tan hostil como son los bosques de Transilvania.

Como ya he dicho, ésta es una cinta orientada totalmente al público infantil. Obviando todas las posibilidades de la animación como género de cine que cada vez llega a más adultos, la película directamente da por supuesto que los niños van a disfrutar de unos personajes de películas de miedo infantilizados, mientras que los gags y bromas varias se quedan a medio camino de la edad de su público objetivo; es decir, demasiado infantiles para que los más mayores se rían con ellas, demasiado maduras para que los niños las entiendan. Valga como ejemplo la ridiculización de hacerse selfies a todas horas, o las bromas del Hombre Lobo en relación a su numerosa prole con su acento andaluz, cosas que podrían haber llegado más lejos pero que se quedan en tonterías pasajeras encadenadas unas detrás de otras. Eso sí, un punto a favor suyo es haber creado uno de los personajes más entrañables de la franquicia. Me refiero a Dennis, el nieto con el que el abuelo Drácula se le cae la baba y que es puro derroche visual, una de las cualidades de la cinta: la imaginería creada gracias a la tecnología informática propia de este cine.

Otro punto ambivalente de esta película es, sobre todo en su versión española, el doblaje característico de estas producciones. Si en la versión original tenemos a Adam Sander, Selena Gomez, Steve Buscemi e incluso Mel Brooks, aquí nos estamos acostumbrando a coger a famosos (que no talentos) españoles y darles alas en un doblaje en el que ponen su (más que excesivo) granito de arena. No me refiero a que Santiago Segura doble a Drácula con un acertado acento de Europa del Este, pero que el hombre lobo tenga un marcado acento andaluz chirría más que un tren de mercancías descarrilando. O que veamos al padre de Drácula, el abuelo Vlad, doblado por un Arturo Fernández que no deja de decir el “chatín” que tan famoso le ha hecho. Clara Lago y Daniel Martín completan el reparto en español, y este doblaje acaba deviniendo en la raíz de uno de los mayores éxitos de la cinta pero también de su fracaso, por tener tantos puntos graciosos como detestables. Y lo que para algunos espectadores es motivo para arrancar sonrisas, para otros bien pueden ser gags sonrojantes sin gracia.

Si a eso le añadimos un tercer acto predecible a más no poder (por mucho que le den vueltas, ya sabemos de antemano cómo va a acabar el leitmotiv del eje argumental), y un clímax bastante precipitado e incongruente (esa batalla con los vampiros malos del abuelo Vlad), tenemos un sabor agridulce que acaba haciendo que el conjunto final se resienta. Y todo aliñado con una moralina importada de la Disney pero que suena más vacía que nunca en otras manos: es bueno que todos seamos diferentes, la aceptación tal como somos, la tolerancia y la igualdad… en fin. Todo ello nos lleva a la conclusión de porqué Pixar es el amo y señor de la animación actual, mientras el resto de productoras se limitan a hacer subproductos infantiles para llevarse el gato al agua en la época que toque del año (aquí Halloween). Y es que no basta con un dominio de la técnica visual ni contratar a los mejores diseñadores e informáticos (ya he dicho que estéticamente es una delicia), ni a los actores de moda que quieran prestar su voz. Hace falta (y esto es extendible a cualquier género cinematográfico) guión, ritmo, ideas, originalidad,… Que Adam Sandler sea coguionista de esta cinta ya lo dice todo…

Calificación: Regular

Lo Mejor: El diseño de Dennis, el nieto, junto con gags sueltos de la cinta.

Lo Peor: El tercer acto: previsible, caótico, incongruente, y con unas lecciones de moralidad algo acartonadas.

La vería de nuevo: No creo

La Recomiendo: Es perfecta para llevar a los niños en Halloween.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2510894/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Mi gran noche

mi gran noche poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Mi gran noche

Año: 2015

Director: Álex de la Iglesia (El día de la bestia, Muertos de risa, La comunidad, 800 balas, Crimen Perfecto, Los crímenes de Oxford, Las brujas de Zugarramundi)

Guión: Álex de la Iglesia, Jorge Gerricaechevarría

Música: Joan Valent

Fotografía: Ángel Amorós

Reparto

  • Raphael
  • Pepón Nieto
  • Mario Casas
  • Blanca Suárez
  • Carlos Areces
  • Carmen Machi
  • Luis Callejo
  • Jaime Ordóñez
  • Santiago Segura
  • Hugo Silva
  • Carolina Bang
  • Enrique Villén
  • Terele Pávez

Álex de la Iglesia es uno de esos directores de cine español que se esfuerza porque este cine se salga de los cánones habituales de la industria y no cometa los mismos errores del resto de realizadores. Bien es cierto que sus películas se caracterizan por un toque bizarro que hace que nos sintamos perplejos ante lo que vemos en pantalla, pero ha sido lo suficientemente listo como para pulir este defecto a lo largo de los años y convertirlo en una seña de identidad que le ha permitido desarrollar una crítica social alejada de los clichés de siempre. Además, su manera de rodar es rápida y sin dilaciones innecesarias en el metraje, habiéndose atrevido a rodar escenas de acción en una época en la que nadie en este país se atrevía a ello. Pero siempre merece darle una oportunidad, viendo la multitud de comedias que ha rodado y su esfuerzo por salirse de los estereotipos del cine español. En este caso, se mete con el mundo del show Business patrio, en su vertiente más casposa que es la de la televisión, y todo lo que rodea a este particular mundo del espectáculo, incluyendo toda la tontería que rodea a las grandes estrellas de la canción. Y para ello no ha dudado un pelo en darle a Raphael un caramelo de interpretación que sirve tanto de homenaje como para recuperarle en el cine, siendo el mayor atractivo de esta cinta de reparto coral donde (casi) todos están en su sitio, resultando una cinta bastante agradable de ver en la mayor parte del metraje.

Durante la grabación del programa especial de nochevieja para una cadena de televisión, que se rueda semanas antes de las navidades, y en mitad de unas turbulentas reivindicaciones en lo exteriores del estudio (por causa de un expediente de regulación de empleo), un grupo de historias entrecruzadas tendrán lugar dado lo variado de la tipología de personajes que se dan cita allí. El plató se encuentra cerrado a cal y canto, con el ánimo de no salir hasta el que el programa esté grabado, y la grabación se demora varios días más de lo previsto. Uno de los figurantes ha sufrido un percance y José será enviado por la ETT a suplirle, obligado a sentarse en una mesa con el resto de falsos invitados a una fingida celebración que nunca acaba, en la que deben simular que se divierten y festejan la llegada del Año Nuevo una y otra vez. Mientras se siente atraído por su compañera de mesa con un oscuro secreto, los presentadores se llevan a matar y se intentan boicotear entre ellos; una veterana y vanidosa estrella de la canción con aires de divo hará todo lo posible por que su actuación sea la más triunfante de la noche; el último cantante latino de éxito pugnará por que sus fans no le chantajeen; el productor luchará por salvar a la compañía caiga quien caiga; la regidora se peleará por sacar el programa adelante a pesar de la locura de la grabación,… En medio de este caos en el que lo peor de la condición humana sale a relucir, nadie se espera que uno de los figurantes planea cometer una tragedia en mitad de una gala interminable…

La verdad es que por momentos “Mi gran noche” resulta desternillante. Con esa crítica que hace siempre Álex de la Iglesia a cualquier situación, descerrajando la realidad española de arriba a abajo, consigue siempre radiografiar nuestro ADN para crear un esperpento al más puro estilo de Valle-Inclán. En este caso, algo tan clásico como las galas de nochevieja se nos muestra desde dentro, con diálogos ágiles y enseñando la parte menos glamorosa de la situación. El regidor que marca los momentos de risas y aplausos hace que quede todo tan descontextualizado al grabarse varias veces que ahí es donde tenemos el espejo cóncavo que deforma nuestra realidad. Todos los estratos de la sociedad quedan analizados y caricaturizados, desde el productor corrupto, hasta las figurantes chonis más preocupadas en el dinero fácil. Y entre todos ellos, el personaje de José (un espléndido Pepón Nieto) es el que más humanidad exhala, perdedor al que le viene todo tan grande que es en el que nos reflejamos todos. Junto con el momento de lucidez del personaje de su madre (Terele Pávez), tenemos lo mejor de la cinta; si exceptuamos a Raphael dando vida a un reverso tenebroso de sí mismo, autoritario, hipócrita y vanidoso. Simpático de puertas afuera con su público, está meridianamente claro todo lo que ha disfrutado el veterano actor con esta interpretación que le ha salido la mar de natural, pero que supone grandes dosis de valentía haber aceptado el papel, para dejarse embarcar en esta locura (como todas las que son de Álex de la Iglesia). Con una banda sonora compuesta por canciones propias del cantante, que incluso da título a la película, Es una delicia verle en pantalla pasándoselo en grande y sacando rédito de todo este caos, mientras el resto del reparto tiene mejor o peor suerte en sus papeles: es el caso de Carlos Areces, bastante sobreactuado conociendo su trayectoria, o Mario Casas parodiando al ídolo de masas joven y latino. Si bien este último nos muestra todas sus carencias interpretativas, una lanza hay que romper a su favor cuando nos muestra su numerito musical descacharrante. O Carmen Machi, más pasada de vueltas que en anteriores papeles suyos.

A pesar de los altibajos del reparto, en los que unos están mejores que otros, sobresale la labor de guión conjunta del director con Guericaechevarría, plasmada brillantemente en imágenes por el primero, con una puesta en escena a la altura de las circunstancias (coreografías, bailes), y donde el ritmo argumental no da un descanso hasta el momento en el que todos salen por la puerta como si salieran de un alter, agotados por los acontecimientos vitales ocurridos dentro, y donde hemos asistido a una maestra lección crítica con la mayoría de males que azuzan nuestra sociedad, y donde determinado grupo mediático con sus infames cadenas especializadas en telebasura sale bastante malparado. No es una mala elección dada la escasez de grandes estrenos en cartelera.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Entre Pepón Nieto y Raphael, es difícil quedarse con uno. Y la maestra labor de crítica a determinadas clases sociales adicta a la TV

Lo Peor: Algún que otro personaje desdibujado.

La vería de nuevo: Puede.

La Recomiendo: Sí, a pesar de que no suelo recomendar cine español

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt4412362/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Los Minions

minions poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Minions

Año: 2015

Director: Pierre Coffin, Kyle Balda

Guión: Brian Lynch

Enlace a la reseña de “Gru, mi villano favorito 2”

Reparto (voces en el original)

  • Pierre Coffin
  • Sandra Bullock
  • Jon Hamm

Reconozco que estoy ligeramente condicionado a la hora de dar nota a las películas que reseño. Salvo casos especiales que odio profundamente (Tarantino, 50 Sombras de Grey), la mayoría de cintas se llevan una calificación amigable por mi parte, y a muy pocas califico de manera negativa o por debajo del aprobado. Eso es por el sesgo implícito a la hora de elegir las películas que me llaman la atención, antes que otras menos atrayentes (solo por el mero hecho de elegir ya estamos dando una calificación). Y bueno, una vez vistas, (casi) todas tienen algo por las que merecen salvarse de la quema y recibir mi condescendencia, ya sea por algún actor atrayente, por un planteamiento que me empujó a ir al cine (aunque luego no estuviera a la altura), por un trailer vistoso, o por un argumento misterioso. Y eso es lo que les pasa a Los Minions, esos adorables hombrecitos amarillos que eran los robaescenas de “Gru, mi villano favorito” y su secuela. Con un lenguaje inventado mezcla de varios idiomas conocidos, una voz tremendamente aguda, una ternura y una mala leche a partes iguales, y unas apariciones estelares en pantalla, cada vez que asomaban por el argumento de la historia del villano con corazoncito que adopta a tres niñas huérfanas se llevaban las mayores carcajadas y aplausos del público. El éxito le pilló de sorpresa a la productora responsable de la animación (no era ni la todopoderosa Pixar ni la rival Dreamworks), y el merchandising habitual pronto se centró en estos bichos amarillos (peluches, videojuegos) y era de esperar que tuvieran una película dedicada a ellos a modo de precuela – spinoff. Y eso es lo que está arrastrando al cine a miles de personas, ante la perspectiva de una animación cada vez más dirigida al público adulto sin dejar de pensar en los más pequeños. Y como decía más arriba, mi nota debería ser más baja que la que finalmente es, pero me temo que no puedo resistirme al encanto que destilan estos hombrecitos dedicados a ser esbirros de los villanos más malvados, y encuentro algo que merece que esta cinta sea salvada de la quema.

Los Minions son unas criaturas amarillas que han habitado el planeta desde el origen de los tiempos. Desde la era de los dinosaurios, su empeño siempre ha sido seguir a los mayores villanos de la historia y convertirse en sus fieles esbirros. Pero una serie de desgracias a lo largo de los años ha provocado que estos pequeños hombrecitos se queden aislados en la Antártida durante décadas. Con el aburrimiento para ellos que supone no tener un amo malvado a quien servir, uno de estos personajes llamado Kevin decide arriesgarse y salir al mundo exterior a buscar un jefe al que servir. Junto con Stuart y Bob, llegan al Nueva York de 1968, y pronto descubren el sitio perfecto donde encontrar sus objetivos: una convención de villanos en Orlando, donde conocerán a la supervillana Scarlett Overkill, y a quien conseguirán unirse como secuaces para ayudarla a conseguir sus malvados planes. Tras viajar a Londres donde tiene su centro de operaciones, Scarlet les revelará su próximo gran trabajo: apoderarse de las joyas de la corona para demostrar que son capaces de estar a la altura sirviendo a un auténtico cerebro del mal.

El mayor problema que yo le veo a esta película es el cansancio que supone dedicar el protagonismo entero a estas criaturas. Con una trama inconexa y a menudo ridícula, la historia hace aguas la mayor parte del tiempo y los esfuerzos por atraer la atención del espectador recae continuamente en los gags de los Minions. Porque cuando nos olvidamos de las cucamonas que hacen los protagonistas, lo que queda es un vano intento de remontar la trama de villanos que con las anteriores entregas de “Gru” tenía cierta gracia y estaba mejor hilvanada. Aquí se abusa de esa idea conceptual del mundo al revés (donde los malos son los buenos) para llevarnos a la Inglaterra pop de los sesenta, y la verdad, tenía más interés la historia de que un supervillano adoptara a unas huerfanitas carentes de hogar, que la búsqueda de un jefe malvado capaz de dar trabajo a nuestros protagonistas. Y a eso le añadimos el segundo mayor problema de la cinta (y de todas las películas que se estrenan en la actualidad): el trailer que destripa toda la trama en todas sus versiones. Tanto el origen de los Minions, como todos los mejores gags de la cinta y la mayor parte de la trama, ya están desgranados en el primer y segundo anuncio de la película que semanas antes ya podíamos ver. Por lo que el efecto sorpresa está ya más que agotado y una vez entras en el cine hay pocos chistes más que se puedan salvar. Hasta el final es tremendamente predecible y te lo imaginas al minuto cero de que empiece la película. Como elementos a destacar de la trama que puedan tener gracia, está el de la familia que recogen a los protagonistas haciendo auto stop, o la persecución por Londres a ritmo de los Who mientras pelean con la mismísima Reina Isabel (y no, no es “la cucaracha”).

Porque la verdad es que pocas cosas más se pueden salvar de la cinta. Ni los secundarios de la película, la mismísima villana protagonista de la entrega, ni el personaje que hace su insufrible marido (cargante a más no poder cada vez que sale en pantalla). Ya sé que esto no es cine de autor, pero las motivaciones que mueven a estos personajes a tomar las decisiones que toman no tienen ni  pies ni cabeza (el marido de Scarlet no sabemos si es bueno, es malo, o sencillamente está más pirado que su mujer). Y la escena de la tortura en la mazmorra podría haber sido tremendamente graciosa, pero al salir este personaje se queda en otro chiste más de la película, corriendo el riesgo de ser una sucesión de sketches y gags al servicio de las bromas de las criaturitas protagonistas.

Y como decía al principio, sí, con todos estos argumentos, la película merecería un suspenso y la recomendación de no ir al cine a verla. Pero es tal la expectativa que ha levantado esta cinta, y nos han dado tantos buenos ratos estos entrañables personajes, que al final soy más condescendiente y me ablando un poco a la hora de calificar esta primera incursión de los Minions en solitario. La película es entretenida y punto, y esperemos que dejen una posible secuela de lado para cuando tengan un mejor argumento. De momento, la tercera entrega de “Gru, mi villano favorito” ya está en marcha, y supondremos que el dejarles de secundarios otra vez hará que se elabore una mejor trama, más conexa, y mejor hilvanada.

Calificación: Entretenida/Pasable

Lo Mejor: Las clásicas escenas sueltas que no tienen trascendencia en el argumento. La vistosidad y el carisma de estos personajes.

Lo Peor: Que en ningún momento la cinta logra remontar el vuelo para atraer el interés del espectador, más allá de lo que se ve en el trailer

La vería de nuevo: No creo.

La Recomiendo: Sí, perfecta para pasar un buen rato y entretener a adulos y niños.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2293640/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El apartamento (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Apartment

Año: 1960

Director: Billy Wilder (El crepúsculo de los dioses, Sabrina, La tentación vive arriba, Con faldas y a lo loco, Irma la dulce, En bandeja de plata, Primera plana)

Guión: Billy Wilder, I. A. L. Diamond, Doane Harrison

Música: Adloph Deutsch

Fotografía: Joseph LaShelle

Reparto

  • Jack Lemmon
  • Shirley MacLaine
  • Fred MacMurray
  • Ray Walston
  • Jack Kruschen

Hace poco tuve ocasión de ver en pantalla grande una reposición de esta obra maestra del cine llamada “El Apartamento”. Una ocasión única para sentir la emoción en una sala de cine de ver una de las mejores comedias de la historia, rodada en la plenitud creativa de un genio llamado Billy Wilder, y durante la era dorada de un Hollywood en su madurez creativa como corriente artística, siendo a partes iguales capaz de emocionarnos, y de ser fiel testimonio de su época. Y es que en esta etapa las obras maestras se creaban a velocidad de crucero, y (si obviamos sus grandes dramas como “El crepúcusculo de los dioses”) así es como este maestro llamado Billy Wilder se coronó como rey absoluto de la comedia ligera, con títulos tan famosos como “Con faldas y a lo loco”, “La tentación vive arriba”, o “En bandeja de plata”. Películas que tenían a unos intérpretes en estado de gracia, desarrollaban un guión perfecto sin fisuras que hacía avanzar él solito la trama, y provocaban carcajadas entre el público como pocos realizadores podían lograr; aparte de tener siempre un puntito de ternura que dejaban un regusto dulce en el espectador (sin necesidad de tirar de humor grueso o chabacano como ocurre con el humor actual), pero sobre todo, sin resultar películas ñoñas o demasiado inocentonas. Todos recordamos las vicisitudes de Lemmon travistiéndose mientras a su pareja masculina no le importaba que fuera hombre en “Con faldas y a lo loco”, la profesión de Shirley McClane en “Irma, la dulce”, o la subtrama de esta “El apartamento” con la infidelidad machista típica en los cincuenta, donde era normal que los hombres tuvieran sus queridas para divertirse después del trabajo. Desde luego que las comedias de Wilder son atemporales y han marcado un camino a seguir en el género. Y la relevancia de esta película y ase hizo patente en el momento de su estreno. Ganó cinco Oscar, al mejor director, al mejor montaje, a la mejor película, a la mejor dirección de arte y al mejor guión original. De hecho, su importancia es tal, que la cinta está preservada en el archivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

C.C. Baxter es un humilde trabajador de una gran compañía de seguros con sede en el centro de Nueva York. Por las mañanas miles de personas entran y salen de unas oficinas superpobladas con el ánimo de prosperar en su trabajo y conseguir un ascenso. Ése es el propósito de Baxter, y para ello se vale de su reclamado apartamento en el centro de Manhattan. Un preciado pisito de alquiler ni demasiado grande ni demasiado pequeño, del que hacen uso de manera abusiva sus superiores para tener un lugar donde dar rienda suelta a sus prohibidos escarceos amorosos. En efecto, la llave de su piso va de mano en mano por la planta de los ejecutivos y las molestias que esto le causa al pobre Baxter son a menudo tragicómicas, desde tenga que pasar la noche en un parque por no tener acceso a su propia vivienda, hasta que sus vecinos le confundan con un vividor rompecorazones sin escrúpulos. Pero la suerte de C.C. Baxter está a punto de cambiar, y el hecho de que uno de los principales ejecutivos del área de Recursos Humanos se entere de las prácticas poco honrosas de sus empleados puede dar un vuelco a esta situación; y para complicarlo todo, a la vez conoce a una de las jóvenes ascensoristas del edificio. Una chica guapa, agradable y simpática, por la que todas las miserias de la vida se compensan y hace que todo sea más llevadero.

“El apartamento” es una película deliciosa, con grandes momentos para hacer reír al espectador y también con su puntito de drama. En efecto, las situaciones por las que pasa el personaje de Lemmon son en ocasiones para echarse a llorar, puesto que encarna al clásico pobrecillo envuelto en problemas sin merecerlo. Pero todo ello queda tamizado por su interpretación, una de las mejores de su carrera, donde su repertorio cómico es inacabable y que lleva el guión (también co-escrito por el propio Wilder), a límites del género nunca vistos, y que merece situarse a la misma altura de los grandes del cine (Charlot, Buster Keaton). Su cabeza moviéndose a la vez que la máquina de escribir, las infinitas llamadas para cambiar la cita de uno de los usuarios del piso, el baile de Nochevieja en el bar con un ligue, la raqueta de tenis usada como improvisado escurridor de espaguetis,… Hay tantos momentos mágicos en esta película que es difícil quedarse con uno solo. Su contrapunto perfecto es una agradable Shirley MacLaine, nunca tan guapa como aquí y su personaje perfectamente perfilado, con sus preocupaciones y sus motivaciones. La trama da tantas vueltas y hay tantos giros de guión, que cada situación es una pirueta interpretativa más de los protagonistas, diseñadas para tocar en el momento adecuado la fibra en el espectador.

De hecho, la película funciona perfectamente como radiografía de la sociedad del momento, con ese machismo heredado de décadas anteriores donde los hombres tenían vidas paralelas en función de la familia o de las amantes del trabajo. Igual que lo mostrado en la serie Mad Men, pero sin la distancia crítica de la mirada actual (lo cual es más difícil y meritorio). Ya se encarga Wilder de atizar ese reprobable comportamiento infiel mediante las odiosas decisiones del personaje de Fred MacMurray, por ejemplo. Y el retrato costumbrista de la sociedad neoyorkina de los sesenta es certero y punzante, y de hecho vemos sus fiestas, su trabajo, sus casas… La ciudad (y no digamos ya el propio apartamento) es un protagonista más, y es de esas películas (junto con Desayuno con Diamantes, por ejemplo) en las que Nueva York nunca estuvo tan bien dibujada (antes de la era Woody Allen).

Pero si me tengo que quedar con algo, es el final. Rápido, precipitado, con una sombra de drama dibujado segundos antes, para alegrarnos acto seguido el alma con un final feliz nada previsible, con esa partida de cartas inacabada. Unos minutos antes, (por si en algún momento pensábamos que era un trepa sólo interesado en el ascenso), el personaje de Lemmon ya se ha dignificado de manera absoluta con el juego de llaves de su apartamento, jugando con el espectador, y dejando que por un breve leve instante malinterprete la situación. Toda una jugada que muestra una labor de guión perfecta, y el digno final a una película que durante todo el argumento ha captado la atención del espectador, marcando el ritmo sin que le dé tiempo a aburrirse. Una película perfecta de principio a fin por sus actores, su guión, su fotografía en blanco y negro, su música, su mezcla de drama y comedia, su trama y temática subyacente (la del intento de prosperar a toda costa en una sociedad ultra competitiva), su crítica social, los decorados donde está rodada, y la ciudad que sirve de escenario. Una obra maestra de un genio que difícilmente veremos repetir.

Calificación: Obra maestra.

Lo Mejor: Todo, es la confluencia perfecta de circunstancias en una época que daba grandes películas cada poco tiempo.

Lo Peor: Que ya no se hagan películas así.

La vería de nuevo: Siempre

La Recomiendo: Por supuesto.

Películas similares: Cualquiera de las grandes comedias de Billy Wilder.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0053604/

Tráiler en You Tube (español):

 

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Película – Sr. y Sra. Smith (revisión)

sr y sra smith poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Mr. And Mrs. Smith

Año: 2005

Director: Doug Liman (El Caso Bourne, Al filo del mañana)

Guión: Simon Kinber

Música: John Powell

Fotografía: Bojan Bazelli

Reparto

  • Brad Pitt
  • Angelina Jolie
  • Vince Vaughn
  • Kerry Washington
  • Adam Brody

Mira que me gusta horrores esta película… y eso que es una comedia sin demasiadas pretensiones y que el tiempo se ha encargado de poner en su lugar, que es el de las cintas con un notable raspado, sin llegar al sobresaliente. Pero guardo un gran recuerdo de ella cuando la vi en el cine en su estreno en 2005, y este arte va parejo precisamente de las sensaciones subjetivas que nos provocan las películas al verlas en pantalla grande, el sabor que nos dejan al salir de la sala, las personas con quien íbamos o el momento de nuestras vidas que nos tocó vivir. Y “Sr. y Sra. Smith” mezcla genialmente la acción con la comedia en un tema no por explotado en el cine, menos ocurrente, que es el de la lucha de sexos y el hastío que produce la rutina del matrimonio en las relaciones de pareja. Pero sobre todo, esta cinta será mundialmente recordada por una cuestión extra cinematográfica: fue la película en la que Brad Pitt y Angelina Jolie se conocieron, se arrejuntaron, y pasaron a ser una de las parejas más icónicas, reconocibles y extrañamente altruistas del momento. Aunque Doug Liman pueda no resultar excesivamente reconocible como realizador de cine, sí que es responsable de la fascinante “El Caso Bourne” y “Al filo del mañana”. Y su estilo de filmación es claro, conciso y rueda especialmente bien las escenas de acción, sin abusar de los movimientos de cámara pero usando adecuadamente los zooms y las ralentizaciones en las peleas.

John y Jane Smith son un matrimonio que llevan cinco años casados (o seis, no se ponen de acuerdo), y la rutina se ha apoderado de ellos. Desde la consulta de un psicólogo de pareja intentan arreglar lo que sea que ha dejado de funcionar en sus vidas. Tras conocerse y derrochar pasión en un convulso país sudamericano, con una vida aparentemente normal y acomodada, sus trabajos y su casa, ambos viven de espaldas a las realidades que se ocultan entre ellos: son expertos asesinos a sueldo que trabajan para organizaciones ultrasecretas rivales. Cuando les asignen sin saberlo el mismo trabajo, será cuando choquen frontalmente para descubrir las mentiras en las que han vivido durante cinco (o seis) años; y las discusiones de pareja pasarán a un nuevo nivel que el resto de los mortales jamás podrán imaginar…

Si juntamos la icónica “La Guerra de los Rose” (aquella cinta ochentera donde Michael Douglas y Kathleen Turner se tiraban los trastos a la cabeza hasta extremos violentamente insospechados) con el tono paródico de “Mentiras Arriesgadas” (donde James Cameron nos contó, Arnold Schwarzenegger y Jamie Lee Curtis mediante, lo que pasa cuando los espías esconden los secretos de su trabajo hasta a su propia familia), obtenemos este resultado que explota la excelente química de Brad Pitt y Angelina Jolie antes de que supieran que tenían química. Lo bueno de “Sr. y Sra. Smith” funciona a todos los niveles en que se mueve. Como película de acción es buena, mostrándonos las distintas maneras en que cada uno de los cónyuges hace su trabajo y llevando al paroxismo las explosiones, los tiros y las persecuciones. Pero como comedia se supera, con una espesa capa de ironía que recubre todo el metraje y hace de la citada lucha de sexos su estandarte. El contraste de la sutileza femenina frente a la rudeza masculina sobrevuela continuamente para hacer que los chascarrillos funcionen y hagan avanzar la trama. Angelina con un cierto toque perverso, mientras que Pitt le imprime a su personaje numerosos matices cómicos que hacen imposible no esbozar una sonrisa cada cinco minutos. La película avanza rápidamente y casi sin que te des cuenta, y la sucesión de situaciones ayudan a que la trama no caiga en la monotonía; quizás en sus escenas finales ya se haga un poco pesada y no sepa rematar el argumento con tantos disparos y persecuciones, cayendo en los errores más claros del cine de John Woo.

Decía que la química de los protagonistas es excelente, y de seguro que las interpretaciones de los protagonistas es de lo mejor de la cinta (y eso que Angelina no es santo de mi devoción). Y el secundario que hace Vince Vaughn de típico amigote que sirve de escape para Pitt no tiene desperdicio, con unas salidas de tono descacharrantes clavando la disección que hace del matrimonio de su amigo. Quizás se echa en falta un personaje simétrico en el lado femenino que dé la réplica a la esposa, pero no se le puede exigir más a esta cinta. Entretiene, hace reír, y en definitiva, pasamos un buen rato mientras vemos una radiografía del matrimonio, con sus virtudes y defectos, y  sin pocas pretensiones más.

Calificación: Entretenida

Lo Mejor: La química de los protagonistas. La lucha de sexos llevada al límite. Los detalles payasiles de Brad Pitt rozan la genialidad. El toque de su director, Doug Liman, rodando acción.

Lo Peor: Un final que cae en el cansancio.

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí

Películas similares: Mentiras Arriesgadas, El Caso Bourne, La Guerra de los Rose

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0356910/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Kingsman: Servicio Secreto

Kingsman Servicio Secreto poster

 

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Kingsman: The Secret Service

Año: 2014

Director: Mathew Vaughn (Layer Cake, Crimen Organizado; Kick Ass; X-Men: Primera Generación)

Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn

Basado en el cómic de Dave Gibbons y Mark Millar

Música: Henry Jackman, Matthew Margeson

Fotografía: George Richmond

Reparto

  • Colin Firth
  • Taron Egerton
  • Samuel L. Jackson
  • Mark Strong
  • Michael Caine
  • Mark Hamill

Basada en un cómic de Dave Gibbons y Mark Millar, Kingsman es el último gran estreno basado en grandes fanfarrias de fuegos artificiales y peleas espectaculares que nos brinda la cartelera. Y yo, amante purista del género de espionaje, he de reconocer que al principio me asomé con una mezcla de incredulidad e indiferencia a esta nueva vuelta de tuerca al mundo de las agencias secretas, ya visto en innumerables ocasiones. Mezcla confesa de “La Prueba” (The Recruit”, con Colin Farrell y Al Pacino) con “Los Vengadores” (la serie de los 60 llevada al cine por Ralph Fiennes y Uma Thurman en 1998), tenemos al aprendiz recibiendo lecciones del mentor mientras la elegancia y la flema británica se lleva al extremo. El estilo comiquero de la cinta es patente desde el mismo trailer, donde se puede entrever acción a raudales, junto con la historia iniciática de un aprendiz a espía de origen callejero y look rapero, pugnando por superar distintas pruebas no sólo físicas sino de modales y buen gusto. Como se bromea en el afortunado guiño de una escena, ésta es una versión de Pigmalión adaptada al sofisticado mundo de los espías popularizados por 007. Y es una mezcla de géneros tan disparatada, que podemos definir a Kingsman, Servicio Secreto como una comedia de acción y espionaje con toques de violencia de cómic adulto.

Eggsy es un joven londinense descarriado y macarra, pero de espíritu noble y preocupado por su madre. Su padre perteneció a una agencia ultrasecreta de inteligencia y cuando murió en combate, su compañero y mentor Harry Hart prometió ocuparse de su familia. Harry le dejó un medallón con un número grabado al que llamar cuando estuviese en problemas, y Eggsy decide usarlo tras un altercado con unos matones del barrio y acabar encerrado en los calabozos de la comisaría de policía. Harry ve potencial en el joven delincuente y le sugiere la posibilidad de que se una a la agencia de espías a la que perteneció su padre, llamada Kingsman, y cuya tapadera es una sastrería en Savile Row, el barrio más elegante de Londres. Los Kingsmans son agentes secretos refinados, elegantes y mortíferos, expertos en todo tipo de lucha, tanto con armas como cuerpo a cuerpo. El proceso de entrenamiento y selección será duro, teniendo Eggsy que competir contra otros jóvenes candidatos procedentes de orígenes menos humildes y más adinerados. Mientras recibe su instrucción, Harry investiga a un millonario y falso filántropo llamado Richmond Valentine, que parece estar detrás de la desaparición de grandes personalidades a nivel mundial. Sólo Eggsy y Harry serán capaces de descubrir qué maléficos planes están detrás de las maquinaciones de Valentine, y como siempre, la salvación del mundo estará en manos de nuestros protagonistas.

Con un argumento tan manido y usado, es fácil que un título como Kingsman caiga en la repetición de clichés mil veces vistos. En su lugar, Matthew Vaughn usa el cómic original para hacer una película gamberra y descarada, más cercana al tono burlesco y satírico de Kick-Ass (con sus buenas dosis de violencia incluidas), que al recto e íntegro de X-Men: Primera Generación. Las bromas al agente secreto por antonomasia son inevitables pero necesarias para no tomarse en serio a sí misma, así como las reflexiones acerca de los clichés propios del género (enfrentamiento protagonista – villano) y de las imaginativas e inesperadas soluciones que se dan para no caer en las repeticiones inevitables. Vaughn consigue escapar del tono de parodia por poco, y para eso usa herramientas de Tarantino tales como una violencia controladamente explícita. En algunos momentos a la cinta se le va la olla, literalmente; como con las peleas coreografiadas, que uno se espera herencia de los Wachowski pero que en ocasiones se pasan de frenada (la escena de la iglesia es, sencillamente, brutal). Éstos momentos violentos son en mi opinión, los puntos débiles de la cinta (aunque ya sabéis que yo tolero poco la sangre), pero que tienen su contrapunto irónico en el personaje de Valentine, quien tampoco soporta la sangre a pesar de todas sus contradicciones como villano de la función y sus poco íntegros planes. Y toda esta ironía de puntadas gruesas plaga toda la película, con lo que al final se compensan los desvaríos del realizador al estar todos y cada uno de los minutos del metraje justificados.

Entre medias, tenemos una buena historia de lealtad y nobleza. Un guiño a los tiempos convulsos que traen nuevos cambios y a la regeneración desde dentro de las instituciones. Una reflexión acerca de si la educación, la distinción y los modales nacen o se hacen, con humor británico inundando toda la cinta. Al final Kingsman es tremendamente divertida y dinámica, al mezclar sabiamente varias líneas argumentales ya vistas anteriormente a lo largo del planteamiento, nudo y desenlace, de manera que el tiempo pasa que da gusto sin que apenas uno mire el reloj. Quizás mis gustos en relación al género del espionaje sean más ortodoxos y no tan gamberros, pero hay que reconocer que los hallazgos visuales de la cinta hacen que deseemos que el protagonista se quite la gorra de rapero y se ponga las gafas y el traje marca de la casa de los Kingsman. Esta película tiene variados aciertos y por ello merece ser recomendada antes que otras opciones de la cartelera.

 Calificación: Buena

Lo Mejor: El ritmo endiablado de la película hará que el tiempo pase volando sin darte cuenta.

Lo Peor: Que a Vaughn se le va la pinza con la violencia.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: Los Vengadores, La Prueba.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2802144/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Dios Mío, ¿pero qué te hemos hecho?

Dios mío pero qué te hemos hecho - poster

 

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Qu’est-ce qu’on a fait au Bon Dieu ?

Año: 2014

Director: Philippe de Chauveron

Guión: Philippe de Chauveron, Guy Laurent

Música: Marc Chouarain

Fotografía: Vincent Mathias

Reparto

  • Christian Clavier
  • Chantal Lauby
  • Émilie Caen
  • Frédéric Chau
  • Frédérique Bel
  • Élodie Fontan

Taquillazo del cine francés en 2014, ante nosotros tenemos una de esas películas revelación que traspasa las fronteras que inicialmente estaban reservadas para el mercado doméstico de su país de origen. Al estilo de la reciente y patria “Ocho apellidos vascos” (con la que comparte el humor fino de los estereotipos culturales basados en la denominación de origen de los personajes), mezcla situaciones y gags que recuerdan a la británica “Cuatro bodas y un funeral” (cuatro bodas hay, desde luego). Desde luego que su éxito ha merecido que se exporte al país vecino, y más en estas fechas navideñas que entre las finalizaciones de las sagas de “Los Juegos del Hambre” y “El Hobbit” ha permitido que este título se colara en la cartelera.

Su argumento mezcla tanto situaciones ya vistas anteriormente, como originalidad a partes iguales. El matrimonio Verneuil, una madura pareja con cuatro hijas adultas, ve como cada una de las tres primeras se va casando con hombres de distintas razas y religiones. Un musulmán, un judío y un chino se convierten sucesivamente en yernos de los Verneuil. El padre es el clásico hombre de provincias francés con cierta tendencia al conservadurismo, por lo que no es de extrañar que estos matrimonios le produzcan cierto escozor, a pesar de la conocida tolerancia francesa en temas de inmigración y prejuicios. Como las comidas familiares resultan un fracaso ante la imposibilidad de realizar comentarios sin evitar las típicas susceptibilidades raciales, para la siguiente reunión se decide hacer una comida navideña que entierre el hacha de guerra entre todos. Sin embargo, cuando todo parece más o menos encauzado, la hija menor anuncia su compromiso con su novio católico… pero que es de raza negra, de Costa de Marfil. El revuelo que ocasionará que la última hija en casarse no cumpla con las expectativas de traer un yerno “normal” a la familia revolucionará a padres, hermanas y yernos… mientras se realizan los preparativos de la boda y los padres de la novia tienen que conocer a los padres del novio.

Como se puede comprobar, la clásica comedia ligera basada en amoríos y bodas que nos recuerda a “Los padres de ella” y sucesivas, con un toque de moraleja que se mueve entre un intento de crítica sin cristalizar a la conocida tolerancia francesa interracial (que se esfuma cuando la mezcla racial amenaza la familia propia) y el humor fino que intenta no pasarse de la línea gamberra en ningún momento. La película es muy, pero que muy francesa; no ya por escenas y personajes, sino por situaciones y diálogos que transitan rápido, con esa agilidad que proporciona el idioma. Su mayor punto fuerte es el de hacer reír; a veces levemente, a veces a carcajadas. El punto álgido de la trama (el momento de la presentación del último novio) llega a mitad de metraje y no es una sorpresa argumental, sino que es un gag cómico más de la cinta. En algún momento pierde su identidad pero rápidamente vuelve a la senda de la previsibilidad para que triunfe el amor por encima de las barreras sociales.

No sé si seré yo pero me temo que la comedia no es mi género favorito, siendo muy difícil innovar en un género en el que los mayores revolucionarios en Hollywood son los Coen (puaj) o los Farrelly (escatología pura). Es por eso que esta película ni destaca por arriba ni por abajo, como sí hicieron por ejemplo “Tres solteros y un biberón” o “Mon pére, ce héros” (sendos ejemplos que llamaron la atención de la industria americana para convertirse en versiones remakeadas). En este caso, su anodino realizador (Chauveron) consigue un inexplicable éxito en su país de origen, que sólo gracias a la labor de Christian Clavier remonta el vuelo por momentos. Resulta curioso ver cómo se puede llegar a añorar anteriores trabajos del actor como sus papeles de Ásterix o “Los Visitantes”. El resto de intérpretes se limitan a cumplir su papel de comparsas de la función, con estereotipos como la hija depresiva, el cura pasota y cachondo, o el consuegro más racista y reaccionario si cabe.

En definitiva, una película aceptable, a la que se le puede perdonar sus carencias por el esfuerzo a la hora de hacer reír, a pesar de unas situaciones más que mil veces vista y a la que su crítica social se queda a un palmo de traspasar las puertas de lo políticamente correcto.

Calificación: Entretenida

Lo Mejor: Determinados gags por los que se esfuerza la cinta en hacernos reír.

Lo Peor: Un tanto repetitiva.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: Sí, para pasar un buen rato y olvidarnos de nuestras penas.

Películas similares: Los padres de ella, Los padres de él, Cuatro bodas y un funeral, Ocho apellidos vascos.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2800240/combined

Tráiler en You Tube (español):

 

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Película – Amigos de más

Amigos de más poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: What if

Año: 2014

Director: Michael Dowse (Goon, Llévame a casa nena)

Guión: T. J. Dawe, Elan Mastai, Michael Rinaldi

Basado en la obra de T. J. Dawe y Michael Rinaldi, Cigars and Toothpaste

Fotografía: Rogier Stoffers

Reparto

  • Daniel Radcliffe
  • Zoe Kazan
  • Megan Park
  • Adam Driver
  • Mackenzie Davis

De vez en cuando ocurren estas cosas. Vas al cine dispuesto a ver determinada película pero resulta que la han quitado, y te toca elegir precipitadamente otra para no perder la tarde. Por regla general no tengo problemas en las elecciones porque tengo una idea global de lo que hay en cada momento en cartelera, pero hay veces en que escoges a ciegas y la película, en vez de suponer el descubrimiento de alguna pequeña joya inadvertida, resulta ser un fiasco harto decepcionante. Ésta es la reseña de uno de estos casos.

A priori lo que inicialmente se ofrece es una producción canadiense con el reclamo de Daniel Radcliffe, el joven intérprete de Harry Potter, buscando desencasillarse en una carrera artística alejada de los circuitos del Hollywood más comercial. Para ello se nos vende como una cinta estrenada en el Festival de Toronto, una comedia romántica al uso, y la mejor de su categoría desde “500 días juntos” Sin embargo, me temo que sus bondades no van tan lejos y al final lo que tenemos no es tan brillante como nos quieren hacer ver, con mejores opciones para visualizar a pesar de lo trillado del género y lo previsible de sus tramas.

Wallace es un chico tímido y soñador que vive en Toronto y está recuperándose de la ruptura con su novia ocurrida meses atrás. Desde el tejado de su casa en la que vive con su hermana soltera y su hijo, se recrea en su infelicidad mientras lleva una vida decididamente asocial. Una noche, en una fiesta con su compañero de piso, conoce a una chica llamada Chantry y ambos conectan rápidamente tras tener una conversación animada. Chantry tiene novio pero Wallace le cae simpático desde el principio, y tras coincidir en más ocasiones deciden hacerse amigos a pesar de la irresistible atracción mutua combinada con el recelo típico por sobrellevar esta situación. La lucha interna de ambos por no dejarse llevar por lo que parece inevitable reforzará aún más su amistad. Chantry tiene claro que quiere a su novio Ben, a pesar del traslado de éste a Irlanda por un período temporal. La relación idílica e insana a partes iguales que llevará de manera paralela el compañero de piso de Wallace, junto con el interés de la hermana de Chantry por Wallace ante la perspectiva de superar un desengaño amoroso, supondrán trabas para que ambos amigos aclaren su situación de una vez por todas.

Vaya por delante que a mi chica le encantó, y es que pasa como con todas las comedias románticas: están diseñadas para arrastrar a las féminas al cine mientras el público masculino se queda receloso pensando en el mensaje oculto tras la pantalla. La historia, el Toronto que nos muestra la película, los arquetipos protagonistas, los diálogos, los fondos animados de caricaturas de los personajes, el conflicto sentimental… Todo está diseñado para cumplir con las directrices del género y, sin embargo, naufraga en su propuesta. Quizás porque intenta demostrar que no es una cinta cursi ni repelente, que va de moderna en sintonía con la manera en que la juventud percibe el amor y el sexo hoy en día (el compañero de piso y su alocada novia son paradigmas de esto); pero al final es tan almibarada y edulcorada como el bocadillo del que hablan los protagonistas desde el principio y que sirve un poco de leit motiv de la película (según se dice, Elvis Presley era adicto a una enorme barra de pan untada con mantequilla por fuera y rellena de mermelada y bacon por dentro… ¡puag!).

Como trasfondo del planteamiento, tenemos el eterno conflicto de si es posible la amistad entre hombres y mujeres sin que tengan nada más que amistad, complicando el asunto con la posibilidad de que uno de los dos tenga pareja. Además, desde el principio se nos deja claro que hay química entre los dos, que los diálogos son chispeantes y ocurrentes y que los encuentros son casuales y no forzados. Todo es tan previsible desde el primer momento que el final es forzado y se ve venir a la legua. Que el novio oficial de Chantry no se ocupe de ella por acción u omisión no hace más que añadir previsibilidad a la trama.

Me temo que Daniel Radcliffe va por el mal camino si elige este tipo de producciones independientes para crear una carrera artística auténtica. Tiene muy pocas dotes para la comedia y su registro actoral es bastante limitado, con su media sonrisa con la que no sabemos si está feliz o triste. Debería ser un tipo que nos inspire confianza en vez de aparentar ser un nerd que se mueve entre lo hipster y lo formal (perdón por los anglicismos). Y en esta película demuestra tener muy poca gracia para las situaciones cómicas, tanto que en algún momento llegué a echar de menos las carcajadas que me produjeron la española “Ocho apellidos vascos”. Su compañera, Zoe Kazan, está algo mejor pero no por mucho. Demuestra ser una Scarlett Johansson de segunda fila, una suplente para cuando el presupuesto no dé para contratarla. A ratos está encantadora, en otros momentos se la puede llegar a coger manía.

Como conclusión, decir que “Amigos de más” es una película pasable, que llega al aprobado raspado aunque en algunos momentos se merezca el suspenso. Aprueba por lo que he dicho al principio, que al público femenino le puede llegar a entusiasmar la propuesta y, sobre todo, el final feliz que estaba descrito de antemano.

 

 

Calificación: Pasable/mala

Lo Mejor: Que intente plantear un conflicto amoroso universal.

Lo Peor: El tono general de la película, entre lo canadiense y lo moderno. Daniel Radcliffe no enfoca bien su carrera.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: Sólo para ver en pareja.

Películas similares: 500 días juntos, Ocho apellidos vascos

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1486834/combined

Tráiler en You Tube (español):

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