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Película – Ocho apellidos catalanes

ocho apellidos catalanes poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original:

Año: 2015

Director: Emilio Martínez Lázaro (Los peores años de nuestra vida, Carreteras Secundarias, El otro lado de la cama, Las 13 Rosas, Ocho apellidos vascos)

Guión: Borja Cobeaga, Diego San José

Música: Roque Baños

Reparto

  • Dani Rovira
  • Clara Lago
  • Karra Elejalde
  • Carmen Machi
  • Berto Romero
  • Rosa María Sardá
  • Belén Cuesta

Tras posicionarse como una de las comedias más rompedoras de 2014, logrando auténtica cifras astronómicas en lo que a taquilla se refiere, era de esperar que “Ocho apellidos vascos” tuviera su secuela. El maltrecho cine español, siempre necesitado de taquillazos que le den lustre a base esporádicos aciertos que arrastren al público a las salas por millares, ha encontrado comunión perfecta con el grupo audiovisual español Mediaset. La productora de Telecinco y Cuatro está decidida a rentabilizar las obligatorias inversiones en cine impuestas por ley a base de apostar por posibles bombazos e inundar la parrilla televisiva de publicidad encubierta de sus películas. De esta forma, un telediario de cualquiera de ambas cadenas estira durante semanas noticias chorras relacionadas con la película a promocionar, de tal manera que el bombardeo es continuo pero eficaz, amplificando el boca – oreja habitual hasta límites insultantes. Lo hizo con “Lo imposible”, lo hizo con “Ocho apellidos vascos” y lo está volviendo a hacer con esta secuela suya, “Ocho apellidos catalanes”. Dejando a un lado esta desigualdad de condiciones con el resto de la cartelera, nuestro cine siempre se ha caracterizado por no copiar ninguna de las cualidades de otras cinematografías más exitosas, pero sí todos sus defectos como el de hacer secuelas innecesarias como ésta que nos presentan. La primera parte pudo tener cierta frescura mezclando tópicos regionales con la comedia de enredo de toda la vida (ésa que en la que Martínez Lázaro es experto). Pero esta secuela resulta totalmente forzada e innecesaria, un intento de repetir situaciones que en la primera parte estaban cogidas por los pelos (y que funcionaban, a pesar de todo) y llevarlas al extremo para sacar la carcajada del espectador, no teniendo tanta suerte esta vez para acabar perpetrando un subproducto tontorrón y absurdo a partes iguales.

Rafa no ha conseguido superar la ruptura con Amaia. A pesar de que hizo lo imposible para hacerse con su amor viajando de Sevilla al País Vasco, no fue capaz de aguantar mucho tan lejos de su Andalucía y su relación acabó fracasando. Pero ahora Amaia se va a casar con Pau, catalán de pura cepa, y el padre de Amaia, Koldo, recurre a Rafa para que viaje a Cataluña para convencerla de que no es una buena idea y la conquiste de nuevo. Sin que Koldo sepa las verdaderas razones por las que Rafa dejó a Amaia, y sin que esté pasando la relación de Koldo con Merche por su mejor momento, ambos se presentan en la boda para poner en práctica un plan que haga que Amaia se replantee todo. Mientras tanto, conoceremos a Pau y sus tendencias hipsters, a su abuela Roser y su independentismo atroz, y a la wedding planner con alguna inclinación oculta, propiciando el enredo de situaciones cómicas con reivindicaciones territoriales…

Pocas virtudes se pueden sacar de esta cinta, fallando en todo aquello en lo que acertaba su antecesora. Los actores están forzadísimos en su repetición de estereotipos regionales, sin lógica argumental en el diseño de sus personajes (por mucha comedia que sea). Dani Rovira puede que esté más reposado y menos cómico que en la primera parte, lo cual no tiene porqué ser necesariamente malo, pero el guión no le acompaña a la hora de explorar sus capacidades dramáticas fuera de la comedia. Descontextualizado de su entorno vasco, Karra Elejalde no provoca tantas carcajadas, y Clara Lago está totalmente anulada como personaje en esta entrega, dejándose llevar por la historia sin aportar nada a la trama. Pero es que los nuevos fichajes no compensan esta falta de carisma de los antiguos; y así, el personaje cargante de pintor bohemio al que da vida Berto Romero tiene una cierta chispa al principio, pero al final repite tanto sus clichés y las mismas bromas que aburre. Otro tanto ocurre con Rosa María Sardá, para algunos la gran estrella de la función; pero para los que nunca nos ha parecido graciosa, resulta tanto o más cargante que el personaje de su nieto, aportando más que brillantez, estupidez a una trama que se vuelve absurda por momentos. Y si no, que alguien explique qué pintan los personajes de la Guardia Civil del final, salvo algún recorte de guión del que no nos hayamos enterado. O el personaje de Belén Cuesta, tan predecible desde el principio, que nos indica cómo va a acabar la cinta desde el momento en que aparece en pantalla.

Porque las lagunas en su argumento es el gran defecto de la película, tan preocupado en repetir los clichés de la primera entrega y en forzar situaciones que den lugar al humor socarrón, que no se preocupa ni un ápice en la credibilidad o en la construcción de personajes. Un ritmo caótico y un final no por previsible menos forzado, son puntos que restan a la nota final de una película que en ningún momento levanta el vuelo, y donde el humor gamberro se ha cambiado por grandes dosis de melosidad que no hace sino acentuar la falta de química de los personajes. Un intento de hacer “Cuatro bodas y un funeral” pero a la española, y que acaba naufragando lo mires por donde lo mires.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Momentos puntuales al inicio de la película. A partir de los 45 minutos de metraje, todo se enreda y pierde la gracia.

Lo Peor: El argumento, los personajes, el intentar repetir el éxito de la predecesora, el bombardeo publicitario al que nos vemos sometidos, y, sobre todo, Rosa María Sardá.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: No.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3626742/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Mi gran noche

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Mi gran noche

Año: 2015

Director: Álex de la Iglesia (El día de la bestia, Muertos de risa, La comunidad, 800 balas, Crimen Perfecto, Los crímenes de Oxford, Las brujas de Zugarramundi)

Guión: Álex de la Iglesia, Jorge Gerricaechevarría

Música: Joan Valent

Fotografía: Ángel Amorós

Reparto

  • Raphael
  • Pepón Nieto
  • Mario Casas
  • Blanca Suárez
  • Carlos Areces
  • Carmen Machi
  • Luis Callejo
  • Jaime Ordóñez
  • Santiago Segura
  • Hugo Silva
  • Carolina Bang
  • Enrique Villén
  • Terele Pávez

Álex de la Iglesia es uno de esos directores de cine español que se esfuerza porque este cine se salga de los cánones habituales de la industria y no cometa los mismos errores del resto de realizadores. Bien es cierto que sus películas se caracterizan por un toque bizarro que hace que nos sintamos perplejos ante lo que vemos en pantalla, pero ha sido lo suficientemente listo como para pulir este defecto a lo largo de los años y convertirlo en una seña de identidad que le ha permitido desarrollar una crítica social alejada de los clichés de siempre. Además, su manera de rodar es rápida y sin dilaciones innecesarias en el metraje, habiéndose atrevido a rodar escenas de acción en una época en la que nadie en este país se atrevía a ello. Pero siempre merece darle una oportunidad, viendo la multitud de comedias que ha rodado y su esfuerzo por salirse de los estereotipos del cine español. En este caso, se mete con el mundo del show Business patrio, en su vertiente más casposa que es la de la televisión, y todo lo que rodea a este particular mundo del espectáculo, incluyendo toda la tontería que rodea a las grandes estrellas de la canción. Y para ello no ha dudado un pelo en darle a Raphael un caramelo de interpretación que sirve tanto de homenaje como para recuperarle en el cine, siendo el mayor atractivo de esta cinta de reparto coral donde (casi) todos están en su sitio, resultando una cinta bastante agradable de ver en la mayor parte del metraje.

Durante la grabación del programa especial de nochevieja para una cadena de televisión, que se rueda semanas antes de las navidades, y en mitad de unas turbulentas reivindicaciones en lo exteriores del estudio (por causa de un expediente de regulación de empleo), un grupo de historias entrecruzadas tendrán lugar dado lo variado de la tipología de personajes que se dan cita allí. El plató se encuentra cerrado a cal y canto, con el ánimo de no salir hasta el que el programa esté grabado, y la grabación se demora varios días más de lo previsto. Uno de los figurantes ha sufrido un percance y José será enviado por la ETT a suplirle, obligado a sentarse en una mesa con el resto de falsos invitados a una fingida celebración que nunca acaba, en la que deben simular que se divierten y festejan la llegada del Año Nuevo una y otra vez. Mientras se siente atraído por su compañera de mesa con un oscuro secreto, los presentadores se llevan a matar y se intentan boicotear entre ellos; una veterana y vanidosa estrella de la canción con aires de divo hará todo lo posible por que su actuación sea la más triunfante de la noche; el último cantante latino de éxito pugnará por que sus fans no le chantajeen; el productor luchará por salvar a la compañía caiga quien caiga; la regidora se peleará por sacar el programa adelante a pesar de la locura de la grabación,… En medio de este caos en el que lo peor de la condición humana sale a relucir, nadie se espera que uno de los figurantes planea cometer una tragedia en mitad de una gala interminable…

La verdad es que por momentos “Mi gran noche” resulta desternillante. Con esa crítica que hace siempre Álex de la Iglesia a cualquier situación, descerrajando la realidad española de arriba a abajo, consigue siempre radiografiar nuestro ADN para crear un esperpento al más puro estilo de Valle-Inclán. En este caso, algo tan clásico como las galas de nochevieja se nos muestra desde dentro, con diálogos ágiles y enseñando la parte menos glamorosa de la situación. El regidor que marca los momentos de risas y aplausos hace que quede todo tan descontextualizado al grabarse varias veces que ahí es donde tenemos el espejo cóncavo que deforma nuestra realidad. Todos los estratos de la sociedad quedan analizados y caricaturizados, desde el productor corrupto, hasta las figurantes chonis más preocupadas en el dinero fácil. Y entre todos ellos, el personaje de José (un espléndido Pepón Nieto) es el que más humanidad exhala, perdedor al que le viene todo tan grande que es en el que nos reflejamos todos. Junto con el momento de lucidez del personaje de su madre (Terele Pávez), tenemos lo mejor de la cinta; si exceptuamos a Raphael dando vida a un reverso tenebroso de sí mismo, autoritario, hipócrita y vanidoso. Simpático de puertas afuera con su público, está meridianamente claro todo lo que ha disfrutado el veterano actor con esta interpretación que le ha salido la mar de natural, pero que supone grandes dosis de valentía haber aceptado el papel, para dejarse embarcar en esta locura (como todas las que son de Álex de la Iglesia). Con una banda sonora compuesta por canciones propias del cantante, que incluso da título a la película, Es una delicia verle en pantalla pasándoselo en grande y sacando rédito de todo este caos, mientras el resto del reparto tiene mejor o peor suerte en sus papeles: es el caso de Carlos Areces, bastante sobreactuado conociendo su trayectoria, o Mario Casas parodiando al ídolo de masas joven y latino. Si bien este último nos muestra todas sus carencias interpretativas, una lanza hay que romper a su favor cuando nos muestra su numerito musical descacharrante. O Carmen Machi, más pasada de vueltas que en anteriores papeles suyos.

A pesar de los altibajos del reparto, en los que unos están mejores que otros, sobresale la labor de guión conjunta del director con Guericaechevarría, plasmada brillantemente en imágenes por el primero, con una puesta en escena a la altura de las circunstancias (coreografías, bailes), y donde el ritmo argumental no da un descanso hasta el momento en el que todos salen por la puerta como si salieran de un alter, agotados por los acontecimientos vitales ocurridos dentro, y donde hemos asistido a una maestra lección crítica con la mayoría de males que azuzan nuestra sociedad, y donde determinado grupo mediático con sus infames cadenas especializadas en telebasura sale bastante malparado. No es una mala elección dada la escasez de grandes estrenos en cartelera.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Entre Pepón Nieto y Raphael, es difícil quedarse con uno. Y la maestra labor de crítica a determinadas clases sociales adicta a la TV

Lo Peor: Algún que otro personaje desdibujado.

La vería de nuevo: Puede.

La Recomiendo: Sí, a pesar de que no suelo recomendar cine español

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt4412362/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Robocop

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Robocop

Año: 2014

Director: José Padilha

Guión: Joshua Zetumer

Música: Edro Bromfman

Fotografía: Lula Carvalho

Reparto

  • Joel Kinnaman
  • Gary Oldman
  • Michael Keaton
  • Abbie Cornish
  • Jackie Earle Haley
  • Samuel L. Jackson

La verdad es que no sé que hago reseñando esta película con todos los estrenos que hay pendientes en la cartelera, y habiendo mejores clásicos que revisionar antes que este subproducto; pero la verdad es que en 2014 se me había quedado pendiente de ver esta versión del clásico futurista de los 80 de Paul Verhoeven, y ha sido ahora cuando he tenido la ocasión de ver qué han hecho con ella. Partamos de la base de que el Robocop de 1987 se convirtió en un clásico de la década, flirteando entre la ciencia ficción distópica de la época (está ambientada en un hipotético futuro cercano con un mega capitalismo bestial), la serie B con unos efectos especiales previos a la implantación de la digitalización por ordenador, y violencia extrema y explícita que estaba hecha especialmente para sacudir conciencias si se veía con la adecuada distancia irónica. Unos años antes (en 1984) habíamos tenido otra historia futurista e igual de violenta con un robot asesino que venía del futuro para acabar con el líder aún no concebido de la resistencia humana en una guerra contra las máquinas (Terminator), con lo que estábamos en el momento propicio para este tipo de cine. Pero lo cierto es que Verhoeven supo darle otro enfoque a la trama con su particular sentido del humor y ese cinismo violento que luego seguiría explotando en Desafío Total (otra cinta remakeada sin sentido) y Starship Troopers. Pero ha tenido que venir Hollywood y su obsesión por profanar todo tipo de clásicos para volver a explotar una franquicia que se agotó con las sucesivas secuelas sin éxito de este policía robotizado.

Estamos en el año 2028, donde la multinacional Omincorp ha conseguido llevar la tecnogía robótica con aplicaciones militares a todo el planeta. Drones aéreos y robots terrestres de combate son construidos en masa para implantar el orden en países en conflicto, y sólo falta que esta tecnología se comercialice también en Estados Unidos. Pero una ley del senado impide la construcción y desarrollo en territorio USA de este tipo de robots, y es lo que le falta a Omnicorp para tener el monopolio absoluto a nivel mundial. Para sortear esto, y ante la presión mediática de los medios de comunicación más conservadores (como el periodista y líder de opinión Pat Nowak), el presidente de Omnicorp, Raymond Sellars, busca la manera de sortear la ley y hacer cambiar la opinión pública americana acerca de este tipo de tecnología. Es por ello por lo que se pone en contacto con el Dr. Norton (jefe de biomecánica de Omnicorp) para intentar crear un híbrido de humano y robot, un robot con partes humanas y partes mecánicas. Cuando el ejemplar agente de policía Alex Murphy sufra un atentado y esté a punto de perder la vida, se convertirá en el candidato perfecto para el experimento de crear el policía definitivo, imparable ante los criminales, para erradicar el crimen en la ciudad de Detroit.

La verdad es que esta nueva versión hace aguas por todos lados. Defrauda a aquellos que crecimos con la violenta versión de Paul Verhoeven, pues en aquella época no lo sabíamos pero la violencia del realizador holandés tenía su sentido en pantalla, como método de denuncia de los males del capitalismo, mientras que la descafeinada versión que nos presenta Padilha se queda a medio camino entre la denuncia de la política internacional de intromisión de los USA en el resto del mundo, y el corporativismo más descarnado que sólo se guía por la cuenta de pérdida y ganancias. También defrauda a las generaciones actuales, que se puedan acercar a esta versión por los tiros y las persecuciones, pues tampoco funciona como shooter de acción y donde en el cine actual hay mejores opciones y mejor rodadas que esta cinta. Hasta la historia familiar del policía Murphy resulta sonrojante por lo poco apropiada en comparación con la cinta original, donde el protagonista pugnaba por recordar su pasado y que se convertiría en el principal leitmotiv de la película. Todo el drama que estaba contenido en 1987 se ha dinamitado por los aires con la incursión de la nueva trama. Hasta el papel de Gary Oldman, uno de los pocos personajes idealistas del filme, resulta sobreactuado e innecesario ante el malo perverso que interpreta Michael Keaton como presidente de Omnicorp, mil veces visto y sin el adecuado trasfondo moral de su villano por mucho que lo intenten camuflar como víctima de la avaricia capitalista. Y ya no comento nada del reaccionario periodista interpretado por Samuel L. Jackson, cuya interpretación presenta unas intromisiones en la trama poco afortunadas e introducidas con calzador; ahí donde en la versión ochentera los noticiarios estaban fabulosamente intercalados en el argumento, aquí no vienen a cuento en la mayoría de las ocasiones y tratan como estúpido al espectador, desde el  primer momento en que el celebérrimo logo de Metro Goldwyn Mayer se confunde con la voz en off del presentador.

Hasta el desconocido actor que da vida al nuevo Murphy pierde en comparación con el hierático Peter Weller, por aportar bien poco a un personaje cuya falta de expresividad le viene bien al personaje por asuntos de guión, al igual la de Schwarzenegger en Terminator o Keanu Reeves en Matrix. A este Robocop le pasa lo mismo que al remake de Tim Burton de “El planeta de los simios”: el original no es que fuese una perla del cine como séptimo arte, a pesar de que con el paso de los años devinieron en película de culto; pero para hacer una nueva versión no basta con una puesta al día de los efectos especiales ni nuevas vueltas de tuercas en unos argumentos que tenían de por sí su gracia. Y es que hay veces que es mejor dejar en paz a determinados títulos de cine. La verdad es que las comparaciones son odiosas, pero es cierto que si la industria cinematográfica actual se empeña en seguir profanando viejos y nuevos clásicos, aquellas van a ser más necesarias que nunca.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Poca cosa se salva.

Lo Peor: Que se intente comparar con la original.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: Ni a jóvenes ni a adultos que crecieron con la original.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1234721/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Lucy

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Lucy

Año: 2014

Director: Luc Besson (Nikita, El quinto elemento, Arthur y los Minimoys)

Guión: Luc Besson

Música: Éric Serra

Fotografía: Thierry Arbogast

Reparto

  • Scarlett Johansson
  • Morgan Freeman
  • Amr Waked
  • Choi Min-sik

Suele ser habitual que la mayoría de mis reseñas tengan una alta puntuación. Esto se debe al sesgo que supone ir al cine eligiendo de antemano las películas que más me llaman la atención, junto con las revisiones de cintas que me gustaron en su día y que creo que merecen la pena recordar. Quizá en eso me diferencio de mis compañeros de blog, quienes leen con avidez todo tipo de géneros (aunque tengan sus preferencias, eso está claro) y son totalmente críticos y objetivos con las obras que se atreven. Por eso, resulta fuera de lo común que una cinta que me atrajera desde el trailer me acabe decepcionando de esta manera, y eso es lo que me ha pasado con Lucy. Luc Besson nunca me ha llamado la atención a pesar de que Nikita o “León, el profesional” sean buenos ejemplos de cintas con mujeres de armas tomar como protagonistas, lo que siempre se agradece. Y en esta ocasión ha contado con una sobreestimulada Scarlett Johansson, que lo mismo se atreve con papeles dramáticos de chica corriente (estaba fabulosa en “Lost in traslation”) o que demuestra que no tiene complejos con el género de acción (“Los Vengadores”, “Capitán América”). Pero ver el desastre en que va derivando “Lucy” desde los primeros momentos hace pensar que a Besson se le da mejor su papel de guionista en sus incursiones en el género (Taxi, Transporter, Venganza) que el de realizador.

Lucy es una joven estudiante occidental en Taiwan a la que una organización mafiosa la obliga a transportar una nueva droga dentro de su estómago. Pero la bolsa se abre y su organismo empieza a absorber la sustancia. El sorprendente efecto que causa esta situación es que su cerebro sufre una transformación y Lucy empieza a desarrollarlo por encima del 10% al que la humanidad está acostumbrada a usarlo normalmente. Aprendizaje exponencial, agudización de los sentidos y control de la materia son algunas de las nuevas capacidades que adquirirá Lucy. El profesor Samuel Norman lleva años investigando la teoría de lo que sucedería si el ser humano aprendiese a usar su cerebro por encima del nivel normal del 10%, y cuando Lucy se ponga en contacto con él para explicarle lo que la ha pasado, tendrán la oportunidad de estudiar los efectos prácticos de algo que hasta ahora solo era la formulación de una teoría. Al efecto contrarreloj de que no se sabe lo que ocurrirá cuando Lucy alcance el 100% de su capacidad cerebral, se une el hecho de que la organización criminal que colocó la sustancia en el interior de la protagonista buscará recuperar su mercancía sin importar lo que la pase a Lucy.

Con el pretexto de que la ciencia lleva años sugiriendo la posibilidad de que la capacidad del cerebro humano esté siendo infrautilizada, Luc Besson nos propone una incursión en el thriller de acción y ciencia ficción que nos prometía a una superheroína como protagonista absoluta, y a Scarlett Johansson como excelente elección. Tiros, persecuciones y desafíos a las leyes de la física parecían las cartas de presentación del filme. Sin embargo, ni siquiera la actriz es capaz de remontar una cinta que es decepcionante desde el principio, con los trucos baratos de narración que nos presenta Besson. Esa técnica de intercalar imágenes de documentales de ciencia y naturaleza mientras la protagonista está a punto de caer en la trampa de los mafiosos taiwaneses, o mientras Morgan Freeman imparte sus conferencias sobre la capacidad cerebral humana me parecieron artificiosas y falsas. Como si considerara que el espectador usa un nivel ínfimo de su capacidad mental, y por ello refuerza su narración con imágenes accesorias e innecesarias. Ya comenté en mi anterior reseña cómo me gusta la manera en que Christopher Nolan apela a la inteligencia de sus espectadores, obligándoles a pensar; pues bien, parece que aquí Besson hace lo contrario al considerar que necesitamos ayuda adicional para entender el planteamiento de la película. Y las referencias a la primera homínido que evolucionó la raza humana y que los científicos llamaron como a la protagonista de la película son tantas y tan toscas como el resto de la trama; algo que hubiera funcionado como metáfora sutil acerca de la evolución humana que propone la cinta, pero que resulta cansino verle dar vueltas una y otra vez sobre el mismo detalle.

Pero lo peor de “Lucy” es que sus defectos no se limitan sólo a eso. A pesar de su escasa hora y media de metraje, el ritmo se resiente continuamente por lo poco efectivas que son las escenas de acción (la persecución en el coche de policía es bastante sosa); lo poco verosímil de algunas situaciones, que apelan al sentimentalismo barato (el momento de la llamada a su familia en mitad de un quirófano); y, sobre todo, la deriva filosófica de su tercio final que supone una de las peores conclusiones de una película que haya visto nunca. Una especie de acercamiento al final sorprendente e inexplicable de “2001: una odisea en el espacio”, pero que resulta un insulto que ambas cintas se intenten equiparar. Si la inmortal película de Kubrick ya se estableció como la obra definitiva acerca de los niveles de la evolución humana, ¿para qué se empeña Besson en hacerle un plagio en una cinta de acción?

Como ya he dicho, ni la siempre adecuada Johansson (y de hecho aquí está más que correcta) hace remontar una película tan fallida como ésta, que no funciona como cinta de acción, ni como cinta de ciencia ficción, ni de filosofía evolutiva. Tampoco consigue nada Morgan Freeman, más anodino aquí que en otras muestras de su filmografía. Sólo tiene algo de gracia al principio el toque oriental de los villanos taiwaneses, que nos retrotrae al violento cine coreano actual y de otros países del entorno. Pero en el momento en que se obcecan con la persecución a toda costa de la persecución de la protagonista, se pierde el interés y la -poca- credibilidad que daba la cinta a estas mafias taiwanesas, para caer en la misma espiral de absurdez que inunda el final de la película.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Scarlett Johansson siempre será Scarlett Johansson. Merecería algún papel más protagonista de acción para seguir demostrando sus dotes actorales todo terreno.

Lo Peor: Casi todo, pero me quedo con las irritantes imágenes accesorias para reforzar determinados momentos de la narración, y con la manía de explicar el origen del nombre de la protagonista.

La vería de nuevo: No

La Recomiendo: No

Películas similares: El quinto elemento, Wanted

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2872732/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El Hipnotista

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Hypnotisören

Año: 2012

Director: Lasse Hallström ¿A quién ama Gilbert Grape?, Las normas de la casa de la sidra, Chocolat, La pesca del salmón en Yemen)

Guión: Paolo Vacirca

Basado en el libro de Lars Kepler (link al libro en Amazon)

Música: Oscar Fogelström

Fotografía: Mattias Montero

Reparto

  • Tobias Zilliacus
  • Mikael Persbrandt
  • Lena Olin
  • Helena af Sandeberg
  • Oscar Pettersson

El Hipnotista es la primera incursión en el thriller de Lasse Hallström, director de Chocolat y Las Normas de la Casa de la Sidra. Un género que a priori, no tiene mucho que ver con el resto de su filmografía y, visto el resultado, una mala decisión que esperemos no se vuelva a repetir. Malosa se había leído el libro y le pareció interesante, por lo que me convenció para ver esta cinta; pero dado el aburrido resultado que ha perpetrado el director sueco, todavía me está pidiendo perdón por haberme arrastrado al cine (Malosa, no Hallström).

No voy a dar muchos detalles sobre el libro, de ello ya se ocupará Malosa, pero decir que está escrito por Lars Kepler, seudónimo de un matrimonio sueco que se han subido al carro del éxito de la narrativa policíaca escandinava iniciado con el éxito de la trilogía Milenium. En un derroche de optimismo han planeado una serie de ocho novelas policíacas, siendo El Hipnotista la segunda de ellas. La comparación con la obra de Larsson no es gratuita, y dado que en breve reseñaré la excepcional adaptación de Fincher, lo primero he de señalar que comparte muchos de sus elementos de partida, a saber: crímenes sórdidos y desagradables, un reflejo de una sociedad nórdica no tan idílica como cabría suponer, y con un frío ambiental que ayuda a crear un clima desasosegante y perturbador. Sin embargo, no sé a nivel literario, pero lo que es fílmicamente hablando, El Hipnotista me dejó tan gélido como los escenarios en los que se desarrolla.

Un investigador perteneciente a la brigada policía judicial llamado Linna intenta resolver los salvajes crímenes de una familia entera asesinados a cuchilladas. Tan sólo ha sobrevivido el hijo de la familia, aunque herido de gravedad, y la hija mayor, en paradero desconocido. El caso corre el riesgo de llegar a un punto muerto y quedarse estancado, por lo que Linna toma medidas fuera de lo común: le pide a Bark, un médico del hospital, que realice una sesión de hipnosis con el muchacho inconsciente y malherido. La idea es que bajo los efectos de la hipnosis y de manera inconsciente el chico aporte toda la información acerca del suceso y de su hermana desaparecida. Sin embargo, todo se torcerá debido a posibles efectos adversos sobre la salud del chico, que hacen recomendable no seguir con la terapia. Mientras, Bark se enfrenta a problemas en su vida familiar. No está pasando por los mejores momentos con su insegura esposa, su hijo está en una fase adolescente y pasota, y él se ha convertido en un adicto a los somníferos sin los cuales es incapaz de dormir por las noches. Pero todo esto pasará a un segundo plano cuando el caso al que ayuda a Linna a resolver repercuta en su vida y pase a tener un protagonismo activo, poniendo a su familia en peligro. En ese momento deberá dar lo mejor de sí mismo y aunar esfuerzos con el investigador para abandonar sus temores y antiguos traumas profesionales, todo ello orientado a resolver el misterio.

La verdad es que así explicado da la impresión de que el argumento es llamativo y que reúne lo mejor del cine negro y policíaco, pero lo cierto es que me he esforzado por aparentar que la trama resulte atractiva sobre el papel después de dos horas de absoluto aburrimiento en la sala. Con un arranque prometedor, es normal que pensemos que los primeros minutos de película estén destinados a colocar las piezas del rompecabezas que luego nos afanaremos en recomponer de manera animosa y entretenida. Pero conforme va pasando el metraje, nos encontramos con un torpe desarrollo de los acontecimientos que no interesa a nadie, mezclado con un tratamiento de los personajes aburrido e irritante. Los devenires del matrimonio Bark están tan mal expuestos que hace que acabemos odiando a la cargante esposa y su cambios de humor (interpretada por Lena Olin, mujer del realizador, se supone que se preparó el papel intentando buscar testimonios de familias que se han enfrentado a traumas similares a los expuestos en el argumento). Si en Milenium el personaje de Blomkvist era capaz de tener relaciones liberales con las mujeres con las que se relacionaba, aquí el personaje de Simone Bark resulta tan celosa y desconfiada por una infidelidad pasada de su marido que hace que no tenga sentido ninguno de sus actos. La actuación de Mikael Persbrandt como Bark tampoco es que haga mejorar mucho la situación, pareciendo que tenga horchata en las venas debido a su ya mencionada adicción a los somníferos y dando una impronta permanentemente somnolienta a su personaje. Unos diálogos lentos y repetitivos hasta la extenuación a base de monosílabos hace la trama más pesada si cabe en la cinta en general y en estas escenas en particular.

Pocas cosas me hicieron tener buen sabor de boca al salir del cine. La interpretación de Tobias Zilliacus como investigador deja indiferente, lo cual no ayuda mucho a compensar las irritantes escenas del resto de personajes. Si se pretendía hacer una reflexión sobre la tipología de la familia escandinava poniendo al personaje de Zilliacus como modelo de soltero de mediana edad imposible de desconectar de su trabajo (en contraposición a su compañera de trabajo, siempre con el niño a cuestas), ésta no ha sido muy afortunada. Hasta el final de la cinta, con algo de acción que hasta el momento se nos había negado, está resuelta de manera ilógica y estúpida.

Resulta incomprensible el producto que ha desarrollado Hallström, más habituado a un cine poético y metáforico. El cuento de hadas que fue Chocolat, que desarrollaba una luminosa historia sobre la libertad a contracorriente del poder establecido (al igual que Las Normas de la Casa de la Sidra), choca frontalmente con esta cinta oscura y enferma que, parece que se ha atiborrado a somníferos como el personaje del título (poco comprensible también, dado que “hipnotista” no existe en español según la RAE, suponemos que ha sido una traducción literal del título original “Hypnotisören”, pero lo correcto hubiera sido decir “hipnotizador”). Todo esto nos hace pensar sobre las pobres cualidades del director sueco como realizador de thillers, presentándonos una aburrida y lenta adaptación con un guión desafortunado que malgasta un buen material de partida (si en el libro ocurren cosas desde las primeras páginas, ¿por qué aquí se empeñan en demorarlas hasta pasado medio metraje?). Esperemos que no haya más adaptaciones de estos escritores, y que el realizador sueco vuelva al tipo de cine reflexivo y pausado que mejor se le da hacer.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Me quedo con muy poco de esta película, como mucho la escena final con un autobús en la nieve pero poco más.

Lo Peor: Las interpretaciones (el tratamiento de los personajes, su psicología y motivaciones son pésimos), y el ritmo lento y soporífero de la trama.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: No.

Películas similares: Millennium (tanto las versiones suecas como la de Fincher), El alquimista impaciente.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1556243/

Link a la reseña del libro:

El hipnotista – Lars Kepler

Tráiler en You Tube (español):

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