Reseñado por Malosa
Si no me equivoco este es el sexto libro que leo del afamado escritor nipón. Mi opinión no ha cambiado mucho sobre él, me gusta su versión realista y no disfruto para nada con sus libros fantásticos y oníricos. Pero tampoco me parece que sea tan buenísimo como esgrimen tantos y tantos críticos. Y esto lo digo porque, si bien sus libros más realistas me gustan (sobre todo Tokio Blues), me empiezan a resultar repetitivos. Está bien tener un estilo, pero cuando todos los elementos se repiten de igual modo en todas las publicaciones, las novelas empiezan a parecer todas iguales …
Sinopsis
Cuando Tsukuru Tazaki era adolescente, le gustaba sentarse en las estaciones a ver pasar los trenes. Ahora, con treinta y seis años, es un ingeniero que diseña y construye estaciones de tren, pero en el fondo no ha dejado de ver pasar los trenes. Lleva una vida holgada, tranquila, tal vez demasiado solitaria. Cuando conoce a Sara, algo se remueve en lo más profundo de su ser. Y revive, en particular, un episodio de su juventud: dieciséis años atrás, cuando iba a la universidad, el que había sido su grupo de amigos desde la adolescencia cortó, sin dar explicaciones, toda relación con él. Así empezó la peor época de su vida, hasta el punto de que acarició la idea del suicidio. ¿Ha acabado esa época? ¿Es posible que aquello le marcara más de lo que él cree? Tsukuru decide entonces ir en busca de cada uno de los miembros del grupo para averiguar la verdad. Con la pieza de Liszt titulada Los años de peregrinación como leit-motif, comenzará esa búsqueda, que le llevará a lugares tan dispares como la ciudad de Nagoya o Finlandia, o tan recónditos como algunos sentimientos. Decididamente, a Tsukuru le ha llegado la hora de subirse a un tren.
Opinión personal
Si hablamos de lo positivo de esta novela, que lo tiene, diría que sobre todo me ha resultado muy, muy entretenida. Siempre volvía al libro con ganas de más y con interés. Y lo destaco porque es algo que no siempre ha conseguido el escritor conmigo. Por otro lado el estilo de escritura es correcto, el uso del lenguaje adecuado. Murakami escribe bien, eso no se lo vamos a negar al nipón.
Respecto al género en el que se encuadra la obra, deciros que esta es una novela realista y nostálgica, sin apenas la presencia de elementos mágicos, fantásticos o descabellados. Ya lo hemos comentado otras veces, el autor tiene dos estilos claramente diferenciados, la novela realista costumbrista y la novela realista mágica, de marcada tendencia surrealista. Los años de peregrinación del chico sin color pertenece a este primer estilo.
En este caso y como en todas las anteriores obras que he leído, el autor introduce todos sus elementos fetiche, en concreto:
- Algunas situaciones fantásticas, a pesar de no encuadrarse esta obra en el realismo mágico (por ejemplo, la aparición del pianista mensajero de la muerte).
- La inclusión de una obra musical como leitmotiv de la historia (le mal du pays de Listz).
- La temática habitual en las obras del autor (soledad, suicidio, introspección, crecimiento personal).
- Japón y su sociedad como eje sobre el que gira toda la historia. Ni siquiera en este caso la parte narrada en Finlandia aporta un escenario distinto.
- Los personajes comúnmente utilizados por el escritor: la femenina desequilibrada emocionalmente y el masculino corriente, tímido, infeliz, solitario y más bien plano. Si bien en este caso incorpora un personaje femenino como guía y maestra de nuestro protagonista, recurso utilizado también en otras obras.
- El simbolismo y la introducción de historias paralelas y personajes, que no se sabe muy bien qué aportan pero parecen tener más trasfondo del que parece.
- El final abierto y las subtramas sin retomar (por ejemplo, la de Haida).
- El tratamiento del sexo, frío, directo y sin sentimiento (fantasías sexuales del protagonista y algunos encuentros reales con Sara).
Como negativo, comentar que como ahora ya me he leído unos cuantos libros de Murakami y puedo opinar con conocimiento de causa, diré que el escritor me empieza a resultar repetitivo. En todas sus novelas aparece el tratamiento de siempre los mismos temas, siempre los mismos personajes perturbados, siempre la inclusión de los mismos recursos…que sí, que escribirá súper bien y tendrá mucha fantasía (por llamar de alguna manera positiva a las fumadas varias que a veces introduce), pero cuando todos sus libros son iguales, ya cansa.
En resumen, ameno (que no es poco) pero igual.
Por qué decidí leerlo: Porque me auto-prometí leer un libro de Murakami al año. No he cumplido en esta última temporada, pero con esta publicación espero redimirme. Y además me gusto la portada, así de infantil soy 🙂
Lo mejor: Destacaría que es muy entretenido y muy coherente (vamos, que entiendes lo que lees). Y esto último no suele ser lo normal en las historias del nipón.
Lo peor: Que es más de lo mismo. Vale que cada autor tiene su estilo, pero Murakami repite demasiado sus clichés en todas las novelas, de modo que cuando llevas unas cuantas leídas, los libros empiezan a sonar demasiado vistos. Con esta novela el autor no me ha aportado absolutamente nada diferencial.
¿Volvería a leerlo?: No, y eso que es uno de los libros más amenos que he leído de este autor.
¿Lo recomendaría?: Depende. Si no has leído nada de Murakami sí, ya que recoge perfectamente el estilo del escritor, al menos en su versión más realista. Pero si ya has leído varias novelas no te lo recomiendo, no encontrarás nada distinto aquí. A menos que seas un fan acérrimo del escritor, en cuyo caso te gustará seguramente.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
- Tokio Blues (Haruki Murakami)
- Al sur de la frontera, al oeste del sol (Haruki Murakami)
Malosa