Reseñado por Malosa
’’…Lo increíble de esto es cómo dos miembros de distinta especia animal, de proceder tan distinto, puedan llegar a estar tan unidos…’’
El autor de este libro, Emilio Ortiz, nació en Vizcaya en 1974. Estudió historia, pero no es hasta 2015 que publica un microrelato, Una sonrisa, que gana un premio en un Certamen Internacional. A partir de aquí publica otros dos relatos premiados. Es aficionado a la lectura y escritura desde niño, actividades que realizaba con esfuerzo ya que tenía una deficiencia visual que en la actualidad ha derivado en ceguera total. La presenta obra, A través de mis pequeños ojos, la escribe gracias a ordenadores y dispositivos móviles con software adaptado para ciegos. El libro narra las peripecias de un perro guía en el mundo de los humanos y es de algún modo autobiográfico ya que algunas anécdotas protagonizadas por nuestro protagonista, Cross, fueron realizadas por Spock, el perro guía del autor.
Sinopsis
Una bella historia de amistad, amor y superación contada a través de los ojos de un perro guía. Cross es un perro guía alegre y travieso. Mario es un joven invidente que intenta abrirse camino en la vida. Juntos forman un equipo inseparable. A través de mis pequeños ojos es una conmovedora novela que narra las divertidas peripecias de Cross en el mundo de los humanos. Su autor, Emilio Ortiz, nos cuenta una realidad que él conoce bien, pues tiene su propio perro guía, llamado Spock, casi tan travieso como Cross.
Opinión personal
Tengo un perro. Es un pastor alemán de un añito de edad que se llama Choco. Es el primer perro que tengo, gracias a que mi marido tenía muchas ganas (él a lo largo de su vida había tenido varios) y me dejé convencer para verlo feliz. Tras este primer año, tengo que reconocer que tener un perro es una experiencia que todos en la vida deberíamos tener. Que es increíble lo mucho que puede quererse a un animal. Que es alucinante cómo el perro te entiende y la adoración que siente por ti. Y que no se puede ser más guapo que él !!!(foto ilustrativa).
Tras este arrebato, creo que ha quedado claro que quiero a los perros y estoy muy sensibilizada con todo lo relacionado con ellos. Esto lo aclaro para que entendáis también por qué NO me ha gustado la propuesta de nuestro escritor.
Empezando por lo bueno, os diré que el hecho de que el libro esté contado desde la perspectiva del perro, Cross, es todo un acierto. El autor se imagina lo que Cross piensa y siente, qué opina del mundo de los humanoides y reflexiona sobre lo complicados que somos los humanos en cuanto a nuestras acciones y reacciones. Esta visión perruna, además, torna la lectura en una actividad placentera y muy cómica, sobre todo cuando Cross nos cuenta cosas que no entiende, desde la más absoluta ternura e ingenuidad.
Otros aspectos destacados son la nobleza y lealtad de estos animales con el género humano, especialmente con sus dueños y el agradecimiento que el protagonista muestra por su perro guía al final de la obra y que de algún modo, entiendo es un elemento autobiográfico. Si a esto le añadimos el humor que os comentaba arriba y el entretenimiento de una historia sencilla y sin más pretensiones, escrita con mimo y cariño, quizá queridos lectores, no entendáis por qué no me ha gustado esta novela.
Pues no me ha gustado por dos cosas fundamentales: El protagonista humano, dueño de Cross y el desenlace. Con el primero no he tenido ningún tipo de empatía. Me ha resultado primero un niñato y segundo un coñazo de tío. Y esto no es lo peor, lo realmente malo es que (y ligado con el desenlace de la historia) se comporta como un hipócrita, egoísta y cobarde. Cross no se merecía lo que su dueño hace con él. Cómo puedes, de boquilla, agradecer y querer supuestamente tanto el perro y luego actuar como actúas con él. Desde mi sensibilidad con los animales me resultó una acción terrible e inhumana. Nunca en mi vida haría con Choco lo que el protagonista hace con Cross. Esta decisión final, que no me comparto, fue lo que desencadenó que el libro no me gustara. Mucha gente dice que lloró con el desenlace. Yo no, y eso que es un libro escrito para que llores al final. Pero me pareció tan injusto y me enfadó tanto, que se me olvidó llorar.
Lo único que se me ocurre para disculpar este final, es que Ortiz quisiera hacer una crítica desgarrada sobre la hipocresía del género humano y su falta de sensibilidad con los animales y el entorno natural. Es lo único que se me ocurre y aún así esto no salva mi opinión desfavorable. Me voy al spoiler para hablar un poco más sobre este desenlace:
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Cross cumple 12 años y está ya demasiado viejo para seguir siendo un perro guía. El dueño necesita otro y ha de decidir qué hacer con Cross. Hasta aquí bien, entiendo que el perro cumple una función vital para un ciego y que ha de sustituirlo. Lo que no puedo entender es que el dueño decida básicamente abandonar el perro en un refugio para que el perro no sufra al no poder seguir realizando su función para él. Te lo puedes quedar en casa aunque no lo uses como guía y darle mucho cariño para que no se sienta sustituido, o si no puedes dejárselo a tus padres para que le cuiden en el poco tiempo que le queda (ellos se mostraron voluntarios). Incluso si me apuras, ten los huevos de sacrificarlo, que el perro muera sin dolor, sin sentirse abandonado y habiendo cumplido su función y siendo feliz. Pero no lo dejes tirado en un refugio, sin que el pobre entienda por qué ha sido abandonado y ya no está con sus dueños. Esto es una decisión cobarde en grado sumo y despreciable en mi opinión. Espero que Emilio Ortiz no le haga lo mismo a Spock.
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En resumen, el libro es ameno de leer, cómico y entrañable. Con un masculino dueño del animal bastante antipático, pero se perdonaría si no fuera por su decisión final con Cross. Seguro que es mi culpa y que soy yo la que no lo he entendido…os emplazo al resto de reseñas positivas que hay por Internet y que hablan maravillas de este libro (excepto una, que también comenta que no comparte la decisión final del humano).
Por qué decidí leerlo: Bitterblink y su mujer me lo regalaron por mi cumpleaños, con dedicatoria del escritor incluida y que consiguieron en la feria del libro. Creo que lo hicieron más que por mi pasión por leer, por la pasión que he desarrollado por estos compañeros peludos.
Lo mejor: La perspectiva de Cross sobre el mundo de los adultos, la realidad vista a través de sus ojos. Las perlas cómicas que va dejando caer nuestro amigo peludo desde su ingenuidad. Algunas frases de gran profundidad que nos regala el autor, sobre la relación entre perrunos y humanoides.
Lo peor: El protagonista humano. El final, que a mí, hizo que me estropeara toda la historia.
¿Volvería a leerlo?: No, con una vez basta. Igual si me hubiera gustado el desenlace lo disfrutaba otra vez.
¿Lo recomendaría?: Lo siento pero no. Esto es un tema personal, como siempre la mayor parte de las reseñas de la red ensalzan la sensibilidad de este libro y el amor por los animales que destila. En mi caso no lo comparto, ese final me cabreó tanto que ni una lágrima derramé. Yo personalmente no lo recomiendo.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
- El viento en los sauces (Kenneth Grahame)
- Todos los perros de mi vida (Elizabeth Von Armin)
Malosa
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