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Policía – Jo Nesbo

Reseñado por Malosa

Décima entrega de la saga policíaca escrita por el noruego Jo Nesbo y protagonizada por el personaje de Harry Hole. Se dice pronto, diez libros ya escritos en torno al mismo personaje, que no aburren y que siguen acumulando fans por todo el mundo. Tiene mucho mérito lo que ha conseguido nuestro escritor nórdico.

En mi caso, me considero fan incondicional de la serie de Hole, si bien tengo que reconocer que su entrega previa (Fantasma) me gustó más bien poco. Así que llegué a este Policía con altas expectativas, pero cierta cautela. Y, jo, me ha encantado. Qué buena novela, cómo la he disfrutado.

Sinopsis

La policía necesita urgentemente a Harry Hole.

Un asesino patrulla las calles de Oslo. Están muriendo agentes de policía. Los matan en los mismos lugares donde se cometieron crímenes que ellos no pudieron resolver. Son ejecuciones extremadamente precisas. La alarma mediática roza la histeria. Pero esta vez Harry no puede ayudar a nadie.

Durante muchos años, el detective Harry Hole ha liderado las grandes investigaciones de homicidios en Oslo. Su empeño e intuición han salvado decenas de vidas. Sin embargo, ahora que un temible peligro acecha incluso a su círculo más íntimo, Harry quizá no pueda protegerles. Y tampoco a sí mismo.

Opinión personal

Está muy bien este libro, sobre todo viniendo del anterior que en mi opinión es muyyy flojito. Nesbo recupera en esta entrega el tirón de la serie, en cuanto a suspense, entretenimiento, complejidad de argumento, relaciones personales, psicología de personajes, acción, carga dramática, giros de guión y desenlace adrenalítico. Muy bien en todo, nada sobra y nada falta en este carrusel de emociones. Sólo voy a destacar después un par de aspectos que no me convencieron, en aras de la objetividad de esta reseña.

La baza ganadora de la novela sigue siendo Harry Hole (como de las 9 entregas anteriores). Es increíble cómo el noruego es capaz de crear un personaje que no aburre, que sigue sorprendiendo novela tras novela y que nos seguirá gustando a sus lectores. Sin repetirse. Sin caer en tópicos. En este caso se descubre una faceta más de la personalidad de nuestro investigador favorito, una nueva faceta oscura, relacionada con la dominación pero también consecuencia de los miedos de Harry. También ahondaremos aún más en la psicología de Hole, en las relaciones que entabla con su entorno y en su capacidad de autosuperación (o también autodestrucción).

Aparte de los terrenos psicológicos, el libro se centra mucho en la acción propiamente dicha. Y de esto habrá a raudales: pistas, persecuciones, muertes en abundancia, vueltas de tuerca, corrupción política, etc. Con esta entrega, lector, no te vas a aburrir. Y esto ya es muy importante y diferenciador con respecto a Fantasma.

El par de aspectos que no me han convencido van relacionados con la previsibilidad, ya que en este caso desde bastante pronto tenía claro quién era el asesino de policías, aunque no por qué actuaba así. Y también habría que destacar una caída de ritmo en el segundo tercio de la novela, pero por destacar algo que me ha gustado menos.

En general, destacar casi todo lo demás que como os decía es muy positivo. Nesbo despliega su magia habitual y nos regala una nueva entrega de una serie que nos sigue dando entretenimiento del bueno y calidad asegurada. Me ha gustado tanto que he cerrado la última página de Policía y acto seguido he abierto la primera de La sed, última novela publicada de la saga de Harry Hole (por el momento). Así que, qué mejor recomendación que ésta.

Por qué decidí leerlo: Soy una apasionada de la serie de Harry Hole, aunque sus dos últimas entregas hayan sido poco satisfactorias en mi opinión. Menos mal que ha llegado Policía para volver a subir el listón.

Lo mejor: Recuperamos un argumento fantástico, complejo y tremendamente adictivo. Los varios instantes de gran carga dramática que tiene la novela (Nesbo se parece a R.R. Martin en el sentido de que ninguno de los dos duda en matar a sus personajes. Aviso para navegantes!!). El personaje de Harry Hole en sí mismo, sus sombras y luces, las relaciones que entabla con su entorno.

Lo peor: Hay algunas caídas de ritmo y atención, aunque mucho menos evidentes que en Fantasma. Tiene cierta previsibilidad, sabía quién era el asesino desde bastante pronto, aunque es cierto que no llegué a vislumbrar el por qué mataba. Sigue sin convencerme Rakel, pero esto ya es algo personal.

¿Volvería a leerlo?: Sí, sí volvería. Esta entrega está a la altura de las buenas de esta serie (que es cierto que son muchas).

¿Lo recomendaría?: Mucho. Pero a seguidores de la saga de Harry Hole. Y creo que debe leerse en orden, hay bastante relación con el libro previo que es mejor tener fresco antes de hacerse con esta entrega. No lo veo como libro independiente, te perderás no sólo con el argumento, sino con las relaciones personales entre los personajes.

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Malosa

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El señor de las moscas – William Golding

elsenordelasmoscasReseñado por Malosa

William Golding fue un escritor y poeta inglés, nacido a principios del S.XX y considerado como uno de los grandes autores en lengua inglesa de este siglo. Estudió en Oxford literatura inglesa y pronto inició su andadura literaria con poemas. Participó en la Segunda Guerra Mundial en la marina británica y tras la finalización del conflicto publicó su primera y más conocida novela, El señor de las moscas (1954). A partir de aquí desarrollará distintas teorías políticas, sociales y literarias en torno a su publicación y también escribirá otros relatos. Logró el Premio Nobel de literatura en 1983 por su ópera prima, que alcanzó fama mundial y pasó a ser un libro de lectura imprescindible en colegios e institutos.

Era imperdonable no haber leído este libro hasta ahora, lo sé. Y la verdad es que me ha gustado mucho, aunque tenga sus cosas negativas que en seguida os comento. Pero en general es una metáfora muy realista de la maldad de la naturaleza humana y el miedo a lo desconocido.

Sinopsis

Una treintena de muchachos son los únicos supervivientes de un naufragio en el que perecen todos los adultos. Enseguida se plantea cómo sobrevivir en tales condiciones, y no tardan en crearse dos grupos con sus respectivos líderes. Ralph se convierte en el cabecilla de quienes están dispuestos a construir refugios y a recolectar, mientras que Jack se convierte en el jefe de los cazadores, animados por un espíritu más aventurero. Las tensiones entre ambos bandos desembocan en un enfrentamiento que se resuelve en un baño de sangre. El señor de las moscas es un nombre para el mal en la cultura judía, y este es uno de los temas principales de la novela, junto con la contraposición entre civilización y barbarie y la validez de la disciplina, entre otros muchos.

Opinión personal

Muchas son las virtudes que tiene esta novela, sobre todo relacionadas con la caracterización de los personajes y las alegorías de temas inherentes a la naturaleza humana, siempre desde una visión claramente pesimista. Muy posiblemente la participación del escritor en la Segunda Guerra Mundial influyera en esta concepción cruel y violenta del género humano, que Golding plasma en sus obras. Y que también se da en esta novela.

Lo primero que voy a deciros es que yo no considero que este libro sea recomendable para niños, por mucho que estos sean sus protagonistas principales. No lo veo una lectura de colegio, porque los temas que trata son muy adultos, además de que la novela destila crueldad y violencia a raudales. Realmente yo no veo la necesidad de iniciar a infantes en estos aspectos a muy temprana edad. Como mucho lo recomendaría a adolescentes, pero más cercanos a la universidad que al instituto. Es mi opinión.

Respecto a los aspectos negativos que le veo a la novela, destacar principalmente el inicio y la falta de ritmo en el nudo de la historia. Creo que el libro empieza de una forma muy abrupta, poniendo a los personajes en el foco de la acción sin apenas una descripción mínima de los mismos y de cómo eran antes de. Esto hace que al principio no empatices demasiado con ellos y puedas liar unos con otros. Lo anterior se podría disculpar, pero a partir de aquí la historia se desarrolla de manera insoportablemente lenta y además muy repetitiva. Los problemas de liderazgo entre los dos antagonistas (Ralph y Jack), así como los conflictos continuos por mantener encendida la hoguera y la caza se repiten incansablemente. A esto le unimos una descriptiva profusa de la isla y llegamos a la mitad de la novela sin que realmente nos haya entusiasmado. Pero entonces el libro despega. ¡Y de qué manera!

Todo lo magnífico de la novela viene a partir de esta segunda mitad, cuando la acción se dispara y el autor retrata todos los aspectos antropológicos, políticos y sociales que nos quiere contar a partir de sus personajes. Cada uno de ellos encarna un rol social dentro de la comunidad, o un aspecto de la civilización humana que el autor quiere destacar o denunciar. Os cuento de forma resumida:

  • Ralph: Es el protagonista y representa la democracia. Será el líder elegido por aclamación popular y toda la novela intentará tomar las decisiones de la manera más racional y participativa posible. Destacar que al principio del libro no parece estar tan centrado y prefiere burlarse de su amigo Piggy. De algún modo podría representar la corrupción que puede provocar el controlar el poder.
  • Jack: Su antagonista principal, el que discute el liderazgo a Ralph pero siempre por la fuerza. Representa la dictadura, el autoritarismo y las fatales consecuencias que tienen este tipo de regímenes políticos en la sociedad.
  • Piggy: La mano derecha de Ralph y el pensador. Representa la racionalidad, ya que las decisiones de Ralph están siempre direccionadas por los consejos de Piggy. Por otro lado es el patito feo del grupo, gordo y miope, será el objetivo de todas las burlas. Representaría también la denuncia del bullying o maltrato infantil.
  • Roger: La mano derecha de Jack, quien ejecuta en primera persona las decisiones crueles de su jefe. Representaría la violencia y el sadismo, ya que Roger parece disfrutar de ejercer esta violencia sobre los demás.
  • Simon: Este personaje es el más filosófico de todos, será el que se mantenga al margen y descubra la verdad sobre el señor de las moscas, sufriendo las consecuencias de ello. En algunas críticas he visto que se le relaciona con Jesucristo. Quizá esta metáfora sea hilar demasiado fino, pero desde luego la representación teológica de la historia, de algún modo, la ostenta este personaje.
  • Los peques: Apenas tienen protagonismo y los conoceremos en genérico. Pero son los desprotegidos, a los que nadie presta atención y sufren las consecuencias de las decisiones tomadas. De algún modo representan al pueblo, como víctimas del desastre que se producirá en la isla por las luchas de poder desencadenadas.

Hablar también sobre el título, El señor de las moscas, que me parece fantástico por todo lo que representa, principalmente por ser una metáfora del miedo a lo desconocido.

Por último destacar el desenlace, esperado de algún modo, real como la vida misma pero tremendamente triste y pesimista. Algunos críticos destacan que esta novela podría considerarse también como la pérdida de la ingenuidad infantil, el paso a la edad adulta de manera inexorable. Yo no lo comparto tanto, creo que más bien recrea la pérdida de la humanidad, sea cual sea la edad. Esa resistencia a crecer y abandonar la inocencia de la niñez me parece que la plasma mucho mejor el americano J.D. Salinger con su obra maestra. Pero de nuevo es sólo mi opinión.

Libro que sí creo merece el Nobel. Hay que leerlo al menos una vez en la vida.

Por qué decidí leerlo: Este año me he propuesto leer clásicos. Y este libro ha sido mi segunda elección.

Lo mejor: Los mensajes. Es uno de los libros que he leído en el que mejor se representa la maldad de la naturaleza humana. Las múltiples metáforas recreadas a partir de sus personajes. Su desenlace conmovedor y terrible.

Lo peor: La primera mitad. El inicio es demasiado rápido y el nudo repetitivo. Hasta que la novela despega es muy difícil captar el interés del lector.

¿Volvería a leerlo?: Sin duda, merece además la pena la relectura para empaparte bien de todo lo que el autor quiere transmitir.

¿Lo recomendaría?: Sí, coincido con la crítica generalizada, es una novela muy buena. Pero lo dicho, yo no la recomiendo a niños, máximo adolescentes. Me parece un libro muy adulto.

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Malosa

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La metamorfosis – Franz Kafka

lametamorfosisReseñado por Malosa

Franz Kafka fue un escritor que nació a finales del S. XIX en la actual República Checa. Desde joven se interesó por la mística y la religión judía, que ejercieron sobre él una notable influencia. Su obra fue publicada en contra de su voluntad, ya que ordenó a su amigo y consejero literario, Max Brod , que quemara todos sus escritos tras su muerte. A pesar de sus deseos expresos, la obra de Kafka perduró y a día de hoy constituye una de las cumbres de la literatura alemana y de las más influenciadoras del S. XX. Su escritura se caracteriza por la síntesis de lo absurdo, la metafísica, la ironía y también el pesimismo.

La metamorfosis es el primer libro que leo del checo y puedo confirmar que cumple todas las características mencionadas. Es una grandísima novela, pero también os digo que me ha parecido demoledora: es una de las noveles más crueles y desesperanzadoras que he leído nunca.

Sinopsis

Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontróse en su cama convertido en un monstruoso insecto. Tal es el abrupto comienzo, que nos sitúa de raíz bajo unas reglas distintas, de LA METAMORFOSIS, sin duda alguna la obra de Franz Kafka (1883-1924) que ha alcanzado mayor celebridad. Escrito en 1912 y publicado en 1916, este relato es considerado una de las obras maestras de este siglo por sus innegables rasgos precursores y el caudal de ideas e interpretaciones que desde siempre ha suscitado. Completan el volumen los relatos Un artista del hambre y Un artista del trapecio.

Opinión personal

La verdad es que no me esperaba tal intensidad, profundidad, espíritu crítico, dolor y angustia en un libro de tan sólo 150 páginas. Partiendo además de un argumento tan absurdo, alguien que un día se despierta convertido en un bicho asqueroso. Kafka logra crear una historia desgarradora, con moraleja importante incluida y que nos hace replantearnos muchas de las acciones y decisiones que debemos tomar en la vida.

Interpretaciones a esta obra hay miles. Yo no soy más lista que nadie y coincido con la mayoría de las que he visto, que paso a resumiros a continuación (están muy bien resumidas en la wikipedia).

En general las interpretación más extendida es que La metamorfosis representa un crítica feroz a las sociedades autoritarias y burocráticas, en las que los individuos quedan aislados, reprimidos y ninguneados por una maquinaria institucional abrumadora y por supuesto que no entiende de sentimientos.

Otra interpretación se basa en la concepción de la obra como una autobiografía de Kafka. La transformación en insecto del protagonista sería una metáfora sobre los sentimientos y percepción física del propio autor (en referencia a una posible homosexualidad reprimida del escritor). Además esta idea se vería apoyada por la coincidencia entre el apellido del protagonista (Samsa) y el del autor (Kafka). Aunque yo esto último lo veo un poco cogido por los pelos…

Por último existe otra interpretación, que es con la que más estoy yo de acuerdo, que es la consideración de la historia como una representación fidedigna del egoísmo humano y la envidia ante el bienestar de los demás, que roza en la crueldad. Se ve claramente a lo largo de todo el libro cuando la familia de Gregorio no quiere cuidarle tras su transformación, le desprecia y directamente le abandona herido a su suerte para que muera, o también cuando vemos que el propio Gregorio era el que sostenía económicamente a su familia y el único por ende que trabajaba. Por eso digo que es desgarrador y demoledor, porque empatizas con la situación terrible de Gregorio y vas viendo como poco a poco su familia demuestra que no quiere hacerse cargo de él, evidenciando no sólo egoísmo y crueldad, sino también un tremendo desagradecimiento.

No sólo es desgarrador por la empatía con Gregorio, sino porque es fácil encontrar comparaciones en esta novela con tu propia vida que te hacen reflexionar sobre qué papel desempañarás tú cuando te veas envuelta en una situación similar. La familia del protagonista demuestra una crueldad despiadada, pero ¿qué harás tú cuando se presente una situación parecida en tu vida real? ¿Cuidarás a Gregorio o le abandonarás? Es por tanto el libro en el que he visto que mejor se refleja el conflicto familiar de la dependencia en la vejez y/o enfermedad.

Lo dicho, terrible pero necesario de leer. Bravo por Kafka.

Por qué decidí leerlo: Este año me ha dado por los clásicos. Y La metamorfosis ha sido la primera novela elegida de esta larga lista de clásicos.

Lo mejor: La profundidad que esconde un argumento tan absurdo y ocurrente, como la historia de un hombre que se despierta transformado en insecto. Sus mensajes demoledores, crueles y de poca fe en el género humano: no sé si me han gustado, pero desde luego me han impactado.

Lo peor: Su mensaje me parece asolador y por tanto no es para todos los públicos. Desde luego no lo veo para adolescentes y no todos los adultos creo que lo disfruten, aunque vea necesario leerlo.

¿Volvería a leerlo?: No lo sé. Es corto y me parece bueno, pero ya os digo que me dejó impactada.

¿Lo recomendaría?: Sí, es un libro que todos deberíamos leer en algún momento de nuestra vida. Tiene grandes enseñanzas

Otros libros del estilo que podrían gustarte:

  • El extranjero (Albert Camus)
  • Los caminos de la libertad (Jean-Paul Sartre)

Malosa

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Película – Misión Imposible: Nación secreta

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Mission Impossible: Rogue Nation

Año: 2015

Director: Christophe McQuarrie (Jack Reacher)

Guión: Drew Pearce, Will Staples

Música: Joe Kraemer

Fotografía: Robert Elswit

Reparto

  • Tom Cruise
  • Jeremy Renner
  • Simon Pegg
  • Ving Rhames
  • Rebecca Fergusson
  • Sean Harris
  • Alec Baldwin

Prosigue esta incombustible saga que demuestra el gran ojo para los negocios y el sentido del espectáculo que tiene Tom Cruise. En 1996 se convirtió en productor y la estrella principal de un guión que llevaba dando vueltas por Hollywood varios años, el de la adaptación de una de las series icónicas de los 60. Dando la vuelta a todo el cine de espías que se había hecho hasta entonces, la primera entrega de Misión Imposible fue un festival de adrenalina, traiciones, agentes dobles, persecuciones, discos robados, escenarios clásicos de la guerra fría e incursiones al límite en zonas prohibidas. Brian de Palma le dio un sello único e inconfundible a la cinta y fue la semilla para que el género se reinventara con las siguientes películas de Bourne y Bond a lo largo de la década siguiente. La lástima fue que la secuela dirigida por John Woo lo estropeara todo y demostrara lo fácil que es pasar al extremo contrario, y con los mismos ingredientes hacer una película de acción descerebrada y sin sentido, por mucho que las escenas de riesgo fueran extremas (grandes coreografías en moto), que incluyera el toque romántico que da un personaje femenino (en la primera parte no hay romance entre los personajes, salvo una leve referencia con el personaje de la chica), que las incursiones y acrobacias imposibles sean todavía más imposibles, que el villano diera más miedo todavía en esta continuación, y que todo esté impregnado del típico toque poético de Woo en medio de los tiroteos (palomas volando mientras se ralentizan las imágenes). Contra todo pronóstico, todo se arregló en la tercera parte, con ese resucitador de franquicias que es J. J. Abrams y su toque mágico para contar historias dando la vuelta de tuerca que uno nunca se espera, y demostrando por qué Cruise tiene tan buena mano no sólo para elegir los papeles protagonistas, sino también los directores de esta franquicia millonaria. Después de la excelente primera parte, Misión Imposible 3 es la mejor entrega de esta saga, con el mejor villano, un gran argumento, una gran subtrama romántica (la relación con su chica es totalmente creíble y está integrada en el argumento de manera impecable), y una manera de contar la historia a base de flashbacks que quita el aliento. Luego vino la cuarta entrega de la franquicia y supo mantener el tipo, aunque en mi opinión el pico de calidad ya se ha dado repetidamente y, por mucho que Brad Bird, el director elegido, tuviese buena mano, ya resulta cada vez más difícil innovar en esta saga sin caer en los clichés ni que el “más difícil todavía” no sonroje al espectador. Y sin embargo, esta quinta parte que se nos presenta, hace lo imposible y sorprende por darle un nuevo aire a la franquicia a la vez que los guiños a entregas pasadas nos hacen recordar grandes momentos y olvidar las arrugas que le salen a Cruise con cada año que pasa. Asume grandes riesgos y en algún momento asusta por parecer algo repetitiva en relación a todo lo que se ha visto años atrás, pero en general sale airosa y nos aporta grandes escenas para el recuerdo, que ya forman parte de la iconografía de esta franquicia.

Tras su última misión en Ucrania, el agente especial Ethan Hunt descubre que una organización secreta a la que lleva siguiendo la pista desde hace bastante tiempo, el Sindicato, está más infiltrada en los servicios secretos de todo el mundo de lo que había pensado. Mientras en el congreso americano se debate que la IMF a la que pertenece Hunt cese sus operaciones encubiertas y se integre en la CIA, éste es buscado por medio mundo mientras se niega a entregarse al gobierno y exponerse a que el Sindicato le localice. Con todos sus antiguos compañeros localizados, interrogados y neutralizados, unos le buscarán y otros le ayudarán a enfrentarse a esta organización; mientras intenta conocer el papel que desempeña Ilsa, una misteriosa mujer que no sabe si está de su lado o en su contra, para demostrar que la amenaza del Sindicato es real y puede desestabilizar el equilibrio de los servicios de inteligencia de todo el mundo.

El arranque de esta entrega no puede ser más espectacular, y lo es por la tan cacareada escena del avión sin dobles que la resuelve en los primeros cinco minutos de la película. Siendo honestos, uno pensaba que iba a formar parte del clímax en los últimos compases de la cinta, pero la manera de presentarnos la situación, los personajes y el conflicto, sorprende de puro simple que es. En dos minutos ya están todas las cartas repartidas, y sin darnos cuenta la banda sonora épica de Lalo Schifrin está en pantalla con los créditos iniciales recordándonos más que nunca esa primera parte que pensábamos que ya no íbamos a volver a rememorar, salvo tirando de hemeroteca. Pero la vuelta a los escenarios clásicos del género de espionaje (Londres, Viena) ilusiona tanto a los fans de toda la vida como al espectador ocasional, y tras el juego típico de traiciones, persecuciones y desautorizaciones, Christopher McQuarrie nos cuela una noche en la ópera que es puro Hitchcock a la antigua usanza. Usando el clásico Turandot de Puccini, uno ya se espera el que el momento álgido de la aria se use para algo espectacular, y no decepciona. Con semejantes cartas mostradas, la cinta ya nos ha ganado por su vitalidad y ritmo, y solo ha pasado la mitad del metraje. Es por ello que, aunque luego haya algún recital de escenas ya vistas en otras ocasiones (la persecución en moto, la inmersión en la piscina), la cinta ya ha logrado su objetivo, que no es otro que el de desmarcarse del resto de entregas a base de alguna escena diferenciadora.

Con un grupo de personajes que rescatan a todos los viejos aliados de otras entregas, en esta ocasión los junta y los mezcla dejando que interaccionen creando conflicto entre ellos (Ving Rhames y Jeremy Renner colaborando juntos), mientras que el contrapunto cómico que es Simon Pegg está más integrado que nunca. Hasta Rebeca Fergusson recuerda en su físico al mejor personaje femenino de la saga (Michelle Monaghan, hábilmente sacada de los guiones en posteriores entregas), aunque el mayor defecto de la película sea precisamente la poca credibilidad de su personaje con el villano de turno (sin desvelar parte de la trama, decir que a ratos resultan inverosímil los tejemanejes que se traen). Por lo menos cumple su función de personaje misterioso y enigmático. Pero como siempre, Cruise es la verdadera estrella de la función, dejando que todo orbite a su alrededor lo justo, y sembrando de dudas el relevo de Renner como futuro eje de la franquicia (al estilo de Bourne).

Desde luego que a McQuarrie no se le puede negar brío en su cine. Siendo guionista de “Sospechosos Habituales” y “Al filo del mañana”, o director en “Jack Reacher”, se caracteriza por salvar los muebles en un cine que cada vez necesita reinventarse más, so riesgo de caer en el olvido más inmediato, y para ello sabe rodearse de astros consolidados en el sector (léase el propio Cruise). Y desde luego que con esta “Misión Imposible: nación secreta”, no cabe duda de que ha conseguido más de lo que se esperaba de él. Una película que, sobre todo, es entretenida y ágil, que deja a la franquicia en muy buena posición para futuras entregas y más viva que nunca, y que la salva de la quema de los olvidables blockbusters veraniegos que pasan sin pena ni gloria. No es una obra maestra pero hace que el género esté revitalizado.

Calificación: Bastante buena

Lo Mejor: La primera escena es pura adrenalina, y contrasta perfectamente con la escena de Viena que es pura intriga y tensión. Y recuerda mucho a la primera entrega de la franquicia, lo cual también es una gran ventaja.

Lo Peor: Que algunos retazos de la trama y del villano estén cogidos con pinzas.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2381249/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Big Hero 6

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Big Hero 6

Año: 2014

Director: Don Hall, Chris Williams

Guión: Don Hall, Jordan Roberts, Robert L. Baird

Basado en el cómic Big Hero 6, de Marvel Entertainment

Música: Henry Jackman

Reparto (voces en el original)

  • Ryan Potter
  • Scott Adsit
  • J. Miller
  • Jamie Chung
  • Damon Wayans Jr

De todos es sabido que no escondo mi predilección por Disney – Pixar, y con cada nuevo título me dan motivos para que no se bajen de mi altar cinematográfico particular. Sólo con la calidad de la animación por ordenador que realizan ya rozan la perfección, superándose cada año. Pero es que además consiguen desmarcarse del resto de productoras con títulos que derrochan vida propia y un carisma especial; innovando mediante la fusión de distintos estilos a la vez que conserva el mensaje bonachón de siempre, y aportando a la vez una galería de personajes para la posteridad. En estos tiempos en que la omnipresente Marvel cada vez tiene más presencia en el universo peliculero actual, conviene recordar que fue Disney quien compró en 2009 a la factoría de superhéroes y la convirtió en su subsidiaria. Fruto de esto tenemos la primera consecuencia de adaptar un cómic menor estilo manga al mundo de la animación por ordenador, y ahí es donde nace Big Hero 6.

En la ciudad de San Fransokyo (una hipotética urbe con rasgos mezclados de Tokyo y San Francisco, y donde por ejemplo tenemos una especie de puente Golden Gate estilo pagoda oriental) es donde vive el joven Hiro Hamada. Hiro tiene 14 años y una cabeza espectacular para la ciencia y los ingenios robóticos, pero prefiere desaprovechar su talento en peleas callejeras ilegales de robots controlados a distancia. Su hermano Tadashi, harto de que se meta en líos, le lleva la universidad en la que trabaja realizando proyectos tecnológicos para que se anime a solicitar una plaza. La facultad está llena de jóvenes investigadores y tecnología punta, y por ejemplo Tadashi le muestra a Hiro su gran trabajo: el robot Baymax, un grandullón mecánico con forma de globo blanco que está programado para propiciar cuidados médicos a los pacientes, con un diseño amigable y bonachón para propiciar la empatía entre los enfermos. Hiro conoce al profesor Callaghan, quien se muestra impresionado con el joven genio y le alienta a que presente un proyecto para la feria de ciencias y así poder obtener una beca e ingresar en la facultad. Hiro hace una gran presentación con unos nanobots de su invención y atrae la atención de todos los presentes, pero pronto se gesta la tragedia al desatarse un incendio en la facultad. Las trágicas consecuencias sumen a Hiro en una depresión y sólo el robot Baymax conseguirá ayudar al joven a superar sus problemas emocionales. Para ello, se une a los compañeros de la facultad de ciencias de su hermano y crea un grupo de superhéroes con distintas habilidades, y juntos se embarcarán en una investigación para descubrir al causante del incendio de la universidad y, de paso, evitar un complot para causar el caos en la gran ciudad.

Con Big Hero 6 tenemos la fusión perfecta entre el anime japonés y la animación occidental llevada por Disney a sus cotas máximas de expresión artística. Convertida ya en otra filial de Pixar difícilmente diferenciable entre ellos debido al trasvase ordenador – dibujos tradicionales, después del taquillazo que supuso el año pasado Frozen (la mayor recaudación de una película Disney de la historia) y la visión del mundo de los videojuegos de “¡Rompe Ralph!” (con un diseño de producción que mezclaba píxeles clásicos de máquinas arcade) tenemos ahora una especie de cuento de Miyazaki ambientado en un escenario que fusiona oriente y occidente como nadie lo ha hecho desde Blade Runner, y que trae una historia de superhéroes con el espíritu manga intacto. La ternura del creador de “El viaje Chihiro” mezclada con el mensaje positivo de Disney. Como siempre, el nivel técnico de la animación es sobresaliente, y nos deleita la perfección de su diseño de producción los pocos momentos en que su argumento nos deja algún respiro en su desarrollo. Aparte de una historia con reminiscencias de “Los Increíbles” y “Iron Man”, tenemos un personaje carismático (el robot Baymax), todo un prodigio de la máxima ternura con la mínima expresión técnica. La historia iniciática de un grupo de superhéroes con el trasfondo de niño problemático carente de afecto, en el argumento se logra esquivar la cursilería inherente de este género con momentos duros e inesperados que Disney es especialista en crear en determinados momentos. Pero no son recursos para lograr la lágrima fácil, pues todo tiene su explicación en algún momento del metraje en que los pequeños dramas están justificados por el guión, haciendo que la cinta gane enteros gracias a estos giros argumentales. Además, logra que no perdamos la atención en ningún momento gracias al suspense que incorpora la trama de villano inesperado que acecha en la sombra.

En definitiva, si comparamos esta cinta con el resto de competidores navideños típicos de estas fechas (Los Pingüinos de Madagascar, sin ir más lejos), vemos la razón por la que Disney es dueña y señora de este segmento de cine, a saber: una capacidad para no anclarse en los tópicos del entretenimiento familiar; respeto por todo el espectro de público, tanto los más pequeños como los mayores; búsqueda de nuevas fórmulas estilísticas, mezclando diferentes estilos; mensaje positivo que no cambia por mucho que se adentre en nuevas incursiones argumentales. Por todo esto, y a la espera del próximo proyecto para este verano de Pixar, “Inside Out”, merece que nos acerquemos al cine a ver esta gran “Big Hero 6”.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: La historia del robot Baymax y su relación con Hiro, así como el acierto al desarrollar este personaje.

Lo Peor: Que a algunos no les atraiga la fusión del estilo anime de superhéroes japonés.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: Wall·E, Los increíbles, Iron Man,

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2245084/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Los tres días del cóndor (revisión)

los tres dias del condor2 poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Three days of the condor

Año: 1975

Director: Sydney Pollack (Tootsie, Memorias de África, La tapadera, La intérprete)

Guión: Lorenzo Semple Jr, David Rayfiel

Basado en el libro ‘Six Days of the Condor”, de James Grady

Música: Dave Grusin

Fotografía: Owen Roizman

Reparto

  • Robert Redford
  • Faye Dunaway
  • Cliff Robertson
  • Max Von Sydow

De vez en cuando no está de más echar la vista atrás y analizar clásicos modernos, películas que fueron rompedoras en su momento y de las cuales la influencia en el género de las actuales está todavía patente. Y para el aficionado al género de espías, tras las cintas de Hitchcock en la época dorada del cine, y las de 007 a partir de los 60, tenemos el cine conspiranoico que se inauguró en los 70 con “Los tres días del cóndor”. De hecho hoy en día tenemos todo un subgénero donde el argumento no es un superespía que trabaja solo conquistando mujeres y salvando al mundo de maneras inverosímiles, sino que se nos muestran las cloacas del sistema, las operaciones encubiertas y los tejemanejes de los gobiernos occidentales para mantener el status quo de primeras potencias. Ya sea mostrando el lado lúdico como las cintas de Bourne, o el lado serio y realista (Syriana, Red de mentiras, Argo, Zero Dark Thirty). Pero todo esto empezó con la cinta de Sydney Pollack que trajo las conspiraciones propias de los 70 (el escándalo Watergate estaba en su punto álgido) suponiendo el fin de la inocencia de la sociedad americana. Los malos ya no eran tan malos y los buenos podían ser tan malos como los que más, y el enemigo podía estar dentro de la casa. La crisis energética del petróleo había demostrado un nuevo tipo de crisis económica y social, y esto añadía un nuevo prisma a la complejidad de las relaciones internacionales.

Joseph Turner es un analista de la CIA que trabaja en un piso franco de Nueva York con varios compañeros más. Su trabajo consiste en leer todo tipo de libros y publicaciones para descifrar conspiraciones ocultas y tramas inverosímiles que se podrían aplicar a las operaciones encubiertas de la agencia. Su labor, por tanto, se limita a la de simple rata de biblioteca sin ninguna experiencia militar o de combate como agente de campo. Pero un día vuelve del almuerzo y se encuentra a todos sus compañeros asesinados. Tras este golpe de suerte que le salva la vida, se pone en contacto con sus superiores de Washington para informarles del trágico suceso y que le pongan a salvo. Sin embargo, tras ser víctima de nuevos intentos de asesinato se da cuenta que los responsables están más infiltrados en su propia organización de lo que creía, y el peligro de una conspiración dentro de la CIA hará que Turner agudice el ingenio para sobrevivir como simple aficionado en un mundo de sicarios y asesinos a sueldo profesionales.

Reconozco que como aficionado al género no tenía muy localizada esta película, tal vez porque siempre la confundía con “Todos los hombres del presidente”, también con Robert Redford y de la misma época y estética, aunque en vez de espías y CIA tenemos periodistas y Watergate. Pero resulta que esta película es clave en el género desde hace 40 años por ser un punto y aparte, y sentando a la vez lo que fueron las nuevas bases del espionaje a partir de ese momento. Es fundacional y a la vez continuadora del cine de Hitchcock, y tiene un toque setentero que resultó bastante innovador para la época. La música distorsionada con sintetizadores, los peinados a base de litros de laca y los pantalones acampanados, y una tecnología que hoy nos hace sonreír pero que el espectador del momento tuvo que frotarse los ojos (atentos al escáner automático de libros y los ordenadores que codifican la información). Los más superficiales considerarán que esta película ha envejecido mal por estas razones (los mismos que puedan decir que Ridley Scott erró al considerar que en 2019 tendríamos coches voladores tal como aparecen en “Blade Runner”) pero si obviamos la estética lo que nos queda es una cinta con muy mala leche, con un final agridulce y abierto, y toda una crítica al gobierno que maneja los destinos de occidente desde hace casi un siglo. Es cierto que peca de cierta inocencia e infantilidad en algunos momentos: la relación de Redford con Faye Dunaway está metida con calzador y su papel es de mujer florero clarísimo. Eran los 70 y la revolución femenina no había hecho más que comenzar, todavía quedaba mucho camino para que los papeles de mujeres en el cine superasen el ser meras comparsas decorativas en la trama. O por ejemplo la adaptabilidad de Robert Redford para pasar de mero ratón de biblioteca a hombre de recursos frente a asesinos y espías experimentados (el momento en que cruza las llamadas de teléfonos es poco creíble).

Pero si contextualizamos la película en su época adecuada, podremos disfrutar de un Nueva York que hoy en día ya no se puede ver (esa sucursal de la CIA en las torres gemelas) y que es un personaje más, con sus alcantarillas humeantes y sus callejones con cubos de la basura metálicos (donde puede ocurrir cualquier trapicheo a punta de pistola), sus puentes conectando Manhattan con el resto de barrios,… También tenemos alguna pelea memorable sin necesidad de los artificios de explosiones y persecuciones habituales, y Pollack no tiene necesidad de ser excesivamente explícito con la violencia mostrada en pantalla. Los fallecimientos de algunos personajes impresionan sin más florituras, y dan ese toque a la cinta para que nos la tomemos en serio.

Por el contrario, a pesar que Dunaway luce bien en pantalla, resulta muy forzado su personaje y las interacciones con el de Redford, digamos que es lo más débil de la cinta y lo que le resta enteros a su nota final. Gracias a ella avanza la trama y nos tomamos un respiro gracias al giro argumental de tener que explicarla la situación, pero podría haber sido de un modo más fluido. Redford está genial, como siempre; llenando la pantalla con su sola presencia e interactuando con el resto de secundarios como Cliff Robertson (famoso por ser años mas tarde el famoso tío Ben de Peter Parker en “Spiderman”) o un sobresaliente Max Von Sydow, con unos diálogos finales con Redford impresionantes. Y aunque la escena del ascensor se sostiene con palillos (tiene poco sentido), por lo menos crea la tensión necesaria en una cinta de estas características.

En resumen, cinta muy recomendable para el público en general e imprescindible para el amante del género en particular, fundamental para entenderlo de aquí en adelante. Muy superior a la posterior cinta de Pollack “La intérprete”, donde los defectos que aquí se vislumbran pero se pasan por alto, allí se acentúan y lastran la cinta protagonizada por Nicole Kidman.

 Calificación: Muy buena

Lo Mejor: El planteamiento de la trama resulta fundacional en el género.

Lo Peor: El personaje de Dunaway es poco creíble con los cánones de hoy en día

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí

Películas similares: Todos los hombres del presidente, La intérprete, El caso Bourne, Misión Imposible, Syriana, Red de mentiras, Argo, Zero Dark Thirty

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0073802/combined

Tráiler en You Tube (inglés):

[http://youtu.be/hq_NjOePAC4]

 

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Latro 1: Soldado de la Niebla – Gene Wolfe

Reseñado por Bitterblink

Soldado de la Niebla - Gene Wolfe

Soldado de la Niebla – Gene Wolfe

Gene Wolfe es un veterano de la fantasía y ciencia ficción (nacido en 1931) ganador de dos premios nébula, dos world fántasy, 4 veces el premio Locus, solamente el Hugo se le ha resistido. Su palmarés da fe de su calidad como escritor, tremendamente prolífico. Este libro es uno de esos que compré de segunda mano cuando no había internet para investigar más sobre un autor, así que cuando lo encontré en una lista de mejores libros de fantasía de todos los tiempos y descubrí que era una trilogía me alegré mucho y decidió releerlo y comentarlo. Este es el primer libro de la trilogía de Latro, una de las más recomendables de este prolífico escritor.

Sinopsis

Latro despierta con una herida en la cabeza, sabe que ha sido un soldado del Gran Rey (Xerxes) y que ha sido herido en la cabeza durante la batalla, pero no recuerda nada, ni siquiera su nombre, por eso todo el mundo le llama «Latro» (Mercenario). Escribe en latín arcaico (es romano pero no lo sabe) y en su pergamino va consignando todo lo que le ocurre para poder acordarse cada mañana. A su lado su amigo el hombre negro le cuida y le guía.

Para complicar más las cosas, como herido de un ejército que huye, además ha ganado la habilidad de ver lo invisible y se va encontrando a los dioses a lo largo de su camino. Tras obrar un «milagro» del que no es consciente, a través de un oráculo recibe la misión de ir a un santuario para reparar una ofensa que ha cometido contra una Diosa, en compañía del poeta Píndaro y de una niña esclava que le entregan: Io.

Así comienza un curioso periplo donde Latro y sus compañeros son capturados y viajan por toda Grecia acompañando al capitán Hipereides en su periplo en persecución de las naves del gran rey, mientras Latro va aprendiendo y escribiendo en su pergamino pues olvida cada noche en pos de encontrar a alguien que le hable de su origen.

Opinión Personal

Este es un libro sencillo de leer pero en ocasiones difícil de entender. Latro utiliza el lenguaje de forma literal lo que provoca que llame a los Espartanos Cordeleros (Sparton = Esparto = Cuerda), Atenas se convierte en Penamiento, Corinto Colina de la torre y así muchos otros. Esto es un truco que utiliza el escritor para intentar comunicarnos que el personaje pierde la memoria y por tanto las referencias y escribe literalmente lo que entiende.

Esto hay que entenderlo como un ejercicio de estilo, un truco para representar la pérdida de memoria puesto que si Latro fuera un romano que habla latín arcaico y escucha un nombre extranjero haría lo mismo que nosotros, es decir: no intentar traducir el significado sino copiar el sonido de la misma forma que históricamente hemos hecho con nombres chinos por ejemplo, escribimos Shanghai y no «Sobre el mar» (Shanghai en wikipedia). Entendido eso, lo cierto es que el truco funciona y nos desorienta, pero también que exige un esfuerzo vincular los hechos históricos (la batalla de Platea, la de Salamina etc.) con el libro. Si te da igual saber que todo se basa en eventos históricos lo puedes leer como si de un libro de fantasía se tratara pero te pierdes una parte.

En general es una lectura exigente porque está escrito como un diario y a veces Latro no escribe o al diario le faltan páginas, buscando también el realismo pero haciendo que no sepamos qué ha pasado entre medias. El autor trabaja mucho estos momentos de confusión y «vuelta atrás» del personaje, generando equívocos pero sin resultar cansino.

También es cierto que la memoria a largo plazo de Latro está parcialmente activa y que recuerda por ejemplo parte de lo ocurrido en la batalla de Platea (Arcilla), pero esto también lo utiliza el escritor para ir narrando sucesos históricos relevantes que comentan los personajes.

En general me encantan los personajes, especialmente Latro e Io que junto con el hombre de negro forman una pequeña familia, el resto o son muy buenos o son en general malvados, con lo que el autor tampoco se complica demasiado y solo profundiza en Latro.

La historia al margen de la parte «histórica» es muy entretenida pero ya cuando consigues unirlo con los eventos que describe con sus nombres «literales» pues resulta mucho más interesante si te ha interesado aunque sea mínimamente la historia griega del tiempo de la película de 300 más o menos (la batalla de las Termópilas es anterior a los eventos del libro). Es una clase de historia con acción, con Dioses y con su parte poética presentes. Hasta reproduce costumbres o artilugios de la época para que entendamos su forma de vida, alimentación, higiene etc. pero sin ser una novela costumbrista tampoco, es fantasía heróica.

Este amor al detalle es lo que le hace sobresalir, hasta la armadura y el arma que lleva Latro son propias de un soldado romano de la época más antigua. De hecho la llama Falcata, que es el nombre de la espada íbera orígen del primer gladius utilizado por los romanos. Vamos que desde luego el autor trabaja bien en los detalles, tanto como en la historia.

Es un libro 10 tanto para amantes de la mitología, amantes de la historia clásica o para los que como yo, les encanten esas dos cosas más los libros de fantasía heroica. Un 10 de libro que no alcanza la perfección por requerir tanto trabajo entenderlo del todo.

Calificación: Muy bueno

Lo Mejor: Los personajes, bien narrado, la fantasía

Lo Peor: A veces es confuso por las circunstancias, los cambios de nombre de las ciudades obligan a hacer un esfuerzo adicional al lector para entender las referencias

Lo Releería: Lo he hecho encantado

Lo Recomiendo: A los aficionados a la fantasía, a la mitología y a los libros históricos les gustará probablemente

Si quieres comprar el libro (aunque aconsejo buscarlo en tiendas de segunda mano y mercadillos de libros viejos)

Soldado de la niebla

Otros libros que podrían gustarte

Señores del Olimpo – Javier Negrete

Percy Jackson y el ladrón del rayo – Rick Riordan

Bitterblink

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Película – El Truco Final (el prestigio)

el truco final el prestigio poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Prestige

Año: 2006

Director: Christopher Nolan (Memento, Batman Begins, El Caballero Oscuro, Origen, Interstellar)

Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan

Basado en el libro The Prestige, de Christopher Priest

Música: David Julyan

Fotografía: Wally Pfister

Reparto

  • Hugh Jackman
  • Christian Bale
  • Michael Caine
  • Scarlett Johansson
  • Piper Perabo
  • Rebecca Hall
  • Andy Serkins
  • David Bowie

Con la reseña de esta película me sumerjo de lleno en el mundo del que para mí puede que sea el mejor director mainstream del panorama cinematográfico actual, Christopher Nolan. Este puesto puede que sea compartido a veces por David Fincher, quien también me gusta mucho y del que ya llevo unas cuantas revisiones de su obra (El Club de la Lucha, La Red Social, Millenium). Sin embargo, la predilección que profeso por Nolan es especial. Sus películas suelen ser cine de evasión, con acertadas incursiones en el género puro de acción y aventura, como en la saga Batman o la genial “Origen”. No fui de los primeros que fue a ver “Batman Begins” al cine, y cuando me hablaron bien de ella reconozco que me gustó la versión de un superhéroe que ya creíamos todos más que trillado e imposibilitado de por vida por la visión Burton y continuaciones para darle nuevos aires. Sin embargo, no sé como lo hizo para que saliera de ver “El Caballero Oscuro” con una mezcla de asombro y perplejidad ante lo que había visto: la mejor película de superhéroes hasta el momento, una de las películas de acción más maduras de los últimos veinte años. Que el cierre de la trilogía no fuera tan brillante ya daba igual, Nolan ya había demostrado de lo que era capaz y había creado un clásico instantáneo, que el paso del tiempo se encargará de poner en su sitio. Ya haré una reseña propia para comentar “Origen”, otra de las películas que más me han entusiasmado en los últimos años, pero como adelanto decir que su manera de estructurar una trama onírica y perturbadora en distintos clímax fue rompedora a todos los niveles.

Pero todo esto ya había empezado unos cuantos años antes, cuando deslumbró a todos con “Memento”. Demasiado experimental para que compitiera con la cartelera y los blockbusters del momento, pocas películas han apelado tanto a mi inteligencia como aquélla. La sensación de que el cineasta no te llama tonto a la cara, que te da todas las piezas del puzzle durante la trama y un final que te hará pensar durante días en lo que has visto se convertirá en paradigma de su obra ya estaba presente en la insana historia del tipo que pierde la memoria reciente cada pocos minutos mientras busca al asesino de su mujer. Junto con estructuras temporales rompedoras, flashbacks dentro de flashbacks, vueltas de tuerca de guión bien pensadas de antemano (y no improvisadas sobre la marcha)… todo esto formará parte de la piedra angular de su filmografía, y ayudará a que cada cinta que estrene sean auténticas delicias para el espectador. De momento, en noviembre tendremos “Interstellar”, con Matthew McConaughey y Anne Hathaway. Y mientras esperamos, qué mejor que analizar el duelo interpretativo que tuvieron en 2006 Hugh Jackman y Christian Bale en “El truco final (El Prestigio)”. Avanzar que lo único malo de la película es la tontería de título y subtítulo que se tradujo al español (hubiera quedado mejor llamarla sólo “El prestigio”, como en el original, pero ya sabemos cómo se trasladan los títulos originales a nuestra cinematografía).

En la época victoriana, donde los ilusionistas hacían espectáculos que el público iba a ver en masa y se entusiasmaban con trucos inimaginables con la tecnología del momento, dos magos se enfrentarán en una rivalidad cada vez mayor por conocer los secretos del otro y tener la mejor reputación del momento.

A falta de ver “El ilusionista”, con la que compitió en taquilla el mismo año, “The Prestige” puede que sea la película de magia definitiva. Es difícil no compararla con la payasada ya reseñada de “Ahora me ves” de 2013, cinta estúpida donde las haya que intentaba ser una reflexión del mundillo de los prestidigitadores y de la magia en sí, pero que era tramposa en cada fotograma y sobre todo en su final. En “El Truco Final (El prestigio)” lo que tenemos es a Nolan haciéndonos un truco de magia desde la primera escena sin hacernos trampa. Todas las claves están presentadas y somos los espectadores los que elegimos qué creernos. Al buscar por Internet explicaciones a la cinta, se puede observar la cantidad de gente que se cree el macguffin de ciencia ficción que nos cuenta Nolan al final de la película, pero no es más que un resumen de todos los trucos de magia que hemos ido viendo (similar al final de “Origen” que también resulta igual de ambiguo pero que una reflexión pausada deja claro el mensaje). La maestría con que Nolan cambia el punto de vista de cada personaje al contar la historia es fundamental para que entendamos los engaños y las verdades de la trama, y hace difícil al final saber quién de los dos ha engañado en última instancia al otro. Uno de los mayores aciertos de la cinta es el protagonismo compartido de los dos actores principales. Es inevitable que el espectador tome partido por uno o por otro a lo largo del metraje; lo que desconcierta es la ambigüedad moral por la que se van moviendo ambos que hará replantearnos continuamente nuestra filiación al personaje por el que nos hayamos decantado.

Y de eso se trata “The Prestige”: como el resto de la filmografía de Nolan, ésta es una película sobre la obsesión llevada a sus últimas consecuencias. Las venganzas y rencillas personales entre dos hombres que se culpan de sus desgracias mutuas, que aspiran a ser el mejor profesional a base de sabotear al contrario. Donde hay dos estilos claramente diferenciados: el que hace el mejor truco frente al que tiene la mejor puesta en escena (uno usa una pequeña pelota y el otro un sombrero de chistera). Donde nos creeremos a pies juntillas la mayor fantasía de la película, que es la del sacrificio extremo de los personajes para cumplir sus sueños y realizar sus venganzas. A base de mostrarnos distintas capas argumentales y símiles que interpretan los giros en la trama (ya he dicho que todos los trucos de magia presentados en la cinta sirven para explicar y entender el sorprendente final) Nolan nos brinda una golosina para paladear durante un buen rato.

De Hugh Jackman y Christian Bale hay poco que decir. Lobezno y Batman enfrentados en un duelo de estilo, quizás el monólogo final de Jackman sea lo que más artificioso me pareció. Pero la transformación de su personaje durante el metraje es una muestra de su buen hacer. La interpretación de Bale es algo más plana y uniforme, lo que tampoco es malo. Michale Caine se ratificó como uno de los actores comodín del realizador, lo que demuestra el buen gusto de Nolan al proporcionar grandes papeles en la madurez del excelente actor británico. Y para quitarse el sombrero resulta el episódico papel de David Bowie, al que no había visto en ningún otro papel pero que desde luego es reconfortante en su interpretación del científico Tesla. E ir descubriendo a Andy Serkins (el famoso Gollum del Señor de los Anillos), Piper Perabo o Scarlett Johansson nos irá sorprendiendo gratamente y serán puntos a favor de la cinta.

Como conclusión, decir que “The Prestige” es una de esas cintas que merecen la pena ser vistas varias veces. Cada nuevo visionado aportará nuevas lecturas y descubrimientos a la trama y, como todo en la obra de Nolan, perdurará en el recuerdo una vez acabe la cinta. Por esto y mucho más, le considero realizador fundamental en el cine actual, y cada película suya estrenada merece ser digna de consideración, esperando cada estreno con impaciencia.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: Como si de un cuadro se tratara, esta cinta es un Nolan: gran puesta en escena, poderío visual y una trama con múltiples giros de guión que no se hace cansina. Dos actorazos enfrentados y unos secundarios que fascinan.

Lo Peor: Que su enrevesado argumento sea malinterpretado.

La vería de nuevo: Por supuesto.

La Recomiendo: Sí, para todos aquellos que les guste la magia del cine, y que les encante buscar las piezas ocultas por el metraje.

Películas similares: El ilusionista, Ahora me ves

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0482571/combined

Tráiler en You Tube (inglés):

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Película – Minority Report (Revisión)

Minority Report Poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Minority Report

Año: 2002

Director: Steven Spielberg (La Lista de Schindler, Atrápame si puedes, Lincoln)

Guión: Scott Frank, Jon Cohen

Basado en un relato corto de Philip K. Dick (The Minority Report)

Música: John Williams

Fotografía: Janusz Kaminski

Reparto

  • Tom Cruise
  • Colin Farrell
  • Max Von Sydow
  • Samantha Morton
  • Steve Harris
  • Neal McDonough

En el año 2054 se han erradicado todos los crímenes en la ciudad de Washington. Una unidad especial del departamento de policía llamada Precrimen es capaz de previsualizar los asesinatos antes de que ocurran, gracias a una tecnología formada por una especie de videntes llamados “precog”. Estos seres son mutantes que tienen visiones de los delitos y Precrimen los visualiza en sus pantallas para analizar la situación de la escena del crimen y evitar que ocurra. El agente John Anderton es el jefe de policía y el mejor en su trabajo de capturar al potencial asesino antes de que cometa el delito. Pero la pérdida de su hijo hace años y su adicción a las nuevas drogas futuristas puede hacer peligrar su empleo si el representante del Departamento de Justicia, Danny Witwer, descubre algún fallo en el sistema. La iniciativa de Precrimen se va a implantar a nivel nacional y no puede haber el más mínimo fallo a la hora de ajusticiar a alguien que por un delito que no ha cometido – aún. Pero los problemas no tardarán en llegar cuando, en un análisis rutinario, Anderton descubre un nuevo intento futuro de asesinato en el que… el asesino es él mismo. Sin conocer de nada a la víctima, con sus propios compañeros persiguiéndole como a un criminal, y sobre todo con un Witwer deseoso demostrar la falibilidad del sistema, Anderton tendrá que abrirse paso en un futuro en el que las maneras de controlar a la población coparán todos los estamentos sociales y probar su propia inocencia por un crimen que -todavía- está por ocurrir.

Con este argumento tan sugerente Steven Spielberg se pasó al thriller urbano-futurista, en la línea de -la insuperable- Blade Runner y reinaugurando un género al que en los últimos años se han intentado subir otros títulos como “Yo, Robot”, “Paycheck” o el remake de “Desafio Total”. Todas con mucha menor calidad, a pesar de beber de los clásicos de la literatura de ciencia ficción como Asimov o Philip K. Dick. Precisamente adaptar obras de este autor suele ser garantía de éxito por lo animoso de sus historias, que dan pie a tramas en las que cabe filosofía existencial, reflexiones acerca del fin último de las sociedades modernas, el uso de la tecnología y los avances técnicos frente a los conflictos éticos y morales, mezclado con intrigas policíacas y acción trepidante,… Si bien “Minority Report no llega al nivel de complejidad filosófica y argumental de “Blade Runner”, sí que plantea unos cuantos dilemas humanos. Y aderezado con unas escenas de acción francamente estupendas y una trama que maneja el suspense a base de persecuciones a lo “Misión Imposible” o del mismísimo Hitchcock, con un falso culpable que debe demostrar su inocencia por algo que aún no ha hecho, mientras huye a través de coches futuristas y scanners visuales que tienen fichada a la población.

Desde luego, mientras que Blade Runner no tiene acción tan trepidante (su trama va por otros derroteros, y el personaje de Harrison Ford parece en algunos momentos dejado llevar por el transcurso de la historia), sí que es una reflexión profunda acerca de la naturaleza humana de hombre, en una época en la que la tecnología es capaz de todo, y en mitad de una mega ciudad gris y sucia. En Minority Report no tenemos esa visión tan oscura de las futuras urbes, y el tono de la fotografía y del diseño de producción se mueve en tonos azules claros. Spielberg es tan inteligente como para hacernos un retrato futurista de la sociedad actual, reconocible en todo momento en las casas y los callejones. A su vez, los dilemas morales sobre el control gubernamental que plantea son escalofriantes a la vez que necesarios. ¿Seríamos capaces de otorgar nuestro libre albedrío a los poderes públicos, a cambio de erradicar el crimen? ¿Hasta qué punto se puede ser culpable por algo que no se ha cometido aún (pero sabemos que ocurrirá)? ¿Podemos cambiar el futuro, si éste ya está escrito? Mención aparte merece la tecnología mostrada en la cinta, donde pequeños robots son capaces de escanear la retina de la gente para conocer la identidad de los sospechosos, a pesar de que invadan la intimidad de las personas. O el uso de esta tecnología para técnicas de marketing personalizado, con una protección de datos personales bastante escasa. Las armas aturdidoras o las escopetas de plasma, los coches automatizados o las pantallas táctiles… todo el diseño de producción es francamente acertado y genial. Da igual que sean cosas que no vayamos a ver nunca (hace años que renunciamos a ver los coches voladores de Blade Runner, y no por ello se puede decir que la obra maestra de Ridley Scott ha envejecido mal).

Con esta cinta, Spielberg volvió a la senda del cine comercial y blockbuster de éxito. No sólo demostró que no había perdido la buena mano para hacer películas entretenidas capaces de llevar a la gente al cine. Además entró en una fase de madurez demostrando que su cine no sólo era acción superficial, sino que rascando algo más en la superficie podíamos encontrar interesantes lecturas. Siempre digo que cuando no se pone serio y trascendental, es cuando hace los mejores largometrajes (independientemente de que luego cuele mensajes serios y trascendentales). Y la maestría a la hora de llevar la trama hace que sus dos horas y media pasen volando. El planteamiento de la historia está bien descrito (primero vemos al equipo de policías en acción, para después ver al personaje de Colin Farrell entrar en el argumento y esbozar el conflicto), el nudo está inteligentemente desarrollado, y el desenlace es sorprendente e inesperado. Y cuando en una película el tiempo pasa sin darte cuenta, el primer objetivo está cumplido con creces. Y si luego te hace pensar, y con cada nuevo visionado percibes nuevos matices y no se te hace pesada, ya tenemos conseguido otro objetivo que debe cumplir toda obra cinematográfica.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: El desarrollo genial de la acción y la trama, los conflictos que plantea y el diseño de producción futurista.

Lo Peor: Que sus sucesoras no hayan alcanzado el mismo nivel de calidad.

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí

Películas similares: Blade Runner, Desafío Total, La Isla, Paycheck, Yo robot

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0181689/combined

Tráiler en You Tube (inglés):

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Película – El club de la lucha (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Fight Club

Año: 1999

Director: David Fincher (Seven, Zodiac, El curioso caso de Benjamin Button, La red social, Millenium)

Guión: Jim Uhls

Basado en el libro El Club de la lucha, de Chuck Palahniuk

Música: Dust Brothers

Fotografía: Jeff Cronenweth

Reparto

  • Brad Pitt
  • Edward Norton
  • Helena Bonham Carter
  • Jared Leto

Está siendo un verano flojo de estrenos en la cartelera, lo sé. Ésta es la razón por la que estoy revisionando viejos clásico modernos. Hoy le toca el turno a una obra maestra que convirtió a David Fincher en el director de culto que es hoy, gracias a una cinta que rompió moldes e incomodó a crítica, público y todo orden social establecido. Se podría decir que es la película más anarquista de la historia (al menos que yo haya visto), mucho más que la influencia de “V de vendetta” y sus máscaras antisistemas de Guy Fawkes. Se estrenó en 1999 y dejó a la gente sin saber por donde coger el argumento de peleas callejeras voluntarias entre gente normal de a pie y el personaje de Brad Pitt en contra de todos los clichés sociales establecidos. Y es que quizás tengamos a Tyler Durden como uno de los personajes más carismáticos y complejos del cine de los últimos años, siendo El club de la lucha es una de las películas definitorias de la extraña sociedad de finales del siglo XX. Una sociedad que necesita la violencia para sentirse viva, donde la publicidad nos hace tener gustos y aspiraciones que nos obliga a tener trabajos que no queremos, y que busca en catálogos de Ikea objetos que encajen con nuestra personalidad. Y que el final sorpresa nos desvele el origen de tan estrambótico personaje no hace sino mejorar la visión de toda la película y darle un nuevo sentido a todo lo que hemos visto anteriormente; con lo que esta cinta, a pesar de su pobre acogida en taquilla en su día, fue ganando adeptos sobre todo con su estreno en DVD para ir adquiriendo la etiqueta de película de culto. Y aunque ya se desmarcó del cine convencional con Seven, aquí Fincher dio un puñetazo en la mesa del cine actual para posicionarse como uno de los cineastas más originales y solventes de la industria, capaz de dar la vuelta a cualquier proyecto e imprimirle un sello personal para que destaque entre el resto de producciones.

El protagonista es un joven con una vida aburrida y gris, trabajador de una compañía de seguros que recorre el país en avión por asuntos de trabajo. Como consecuencia del cambio continuo de hora tiene insomnio crónico, y su médico es incapaz de recetarle ninguna solución. Encuentra en los grupos de autoayuda de enfermedades terminales la respuesta al problema, pero pronto conoce a una chica bastante peculiar llamada Marla especialista en echarle morro a la vida y que también asiste a estos grupos sin padecer ninguna enfermedad. Pronto empieza a sentir una mezcla de odio y fascinación hacia ella. En un viaje en avión también conoce a otro estrambótico personaje llamado Tyler Durden, vendedor de jabones que también lleva una vida bastante desestructurada y anárquica. Tras quedarse sin casa por una explosión de gas, el protagonista le pide ayuda a Tyler y éste le ofrece alojamiento a cambio de que le golpee en un aparcamiento. La casa de Tyler es un caserón en ruinas en un antiguo polígono abandonado, y pronto dejará de echar de menos las comodidades del mundo real. Tyler y nuestro protagonista se harán amigos y continuarán con sus peleas clandestinas, a las que se unirán más personas como ellos ávidos de emociones fuertes y ganas de sentir dolor. Lo llamarán “El Club de la Lucha”, y tendrá varias reglas*. Gracias al club de la lucha, los problemas en el trabajo no tendrán tanta relevancia, y Tyler empezará a seguir un plan trazado de antemano para hacer despertar las conciencias del mundo moderno, combinando las gamberradas con actos vandálicos cada vez más serios.

La verdad es que El Club de la Lucha es una película incómoda. Es difícil de entender la primera vez, con escenas y situaciones que no tienen mucho sentido. Incluso hasta el final es sorprendente y que te deja algo perplejo. Sin embargo, con cada posterior visionado la cinta gana enteros. Al igual que el del protagonista, empiezas a entender el plan marcado por el director cuyo objetivo no es otro que el de sacudir conciencias. A ello ayudan los diálogos, auténticas perlas de la subversión; y el guión, basado en la novela de Chuck Palahniuk y que también destila la misma mala leche. La cinta entera es un alegato en contra de la sociedad consumista y alienante de nuestros días. El toque Fincher en la realización, como esa espectacular introducción que recorre el interior de Edward Norton con el cañón de una pistola metido en la boca, ya se está convirtiendo en marca de la casa (recordemos la espectacular secuencia de créditos de Millenium). Y ya que hablamos de Norton, agradecer su presencia en un papel que borda el estereotipo de oficinista inane, gris e insomne, prototipo de todos los que vendrán después (estoy pensando en el James McAvoy de “Wanted”). La transformación que realiza su personaje con el devenir de la trama está al alcance de pocos actores. Y luego tenemos a Brad Pitt, con una interpretación atronadora que fue toda una declaración de intenciones acerca del tipo de carrera actoral que deseaba tener. En “El club de la lucha”, va derivando de guaperas chulesco a perturbado mental sin casi que nos demos cuenta de la transformación.

Con una nota que ronda el sobresaliente, lo bueno de esta cinta es el paso del tiempo, lo bien que está envejeciendo para los cambios sociales que llevan ocurriendo en estos últimos quince años. Internet, las redes sociales,… no hay nada de esto en la película (y de seguro que habría habido reflexión acerca de esta nueva forma de relacionarnos) y sin embargo no hace falta para entender el nuevo siglo al que se enfrentaba en el momento de su estreno. La frustración de seguir los consejos de nuestros padres para acabar sin conseguir lo que deseamos, la publicidad y la televisión, los trabajos alienantes,… Al final, como dicen en una escena, “en el club de la lucha luchas contra todas las cosas que odias en esta vida”.

Calificación: Muy buena/Imprescindible

Lo Mejor: El toque Fincher y la contribución de Pitt y Norton a una película clave para entender la época que nos ha tocado vivir.

Lo Peor: Demasiado áspera para entenderla en el primer visionado.

La vería de nuevo: Sí, en esto consiste su gracia.

La Recomiendo: Sí, pero no apta para todos los estómagos ni para los que solo vean un manifiesto anarquista antisistema.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0137523/combined

Tráiler en You Tube (español):

* Os incluyo las bizarras reglas del club de la lucha:

  1. La primera regla del Club de la Lucha es: Nadie habla sobre el Club de la Lucha.
  2. La segunda regla del Club de la Lucha es: Ningún miembro habla sobre el club de la Lucha.
  3. La tercera regla del Club de la Lucha es: La pelea termina cuando uno de los contendientes grita «basta», desfallece o hace una señal.
  4. La cuarta regla del Club de la Lucha es: Solo dos hombres por pelea.
  5. La quinta regla del Club de la Lucha es: Solo una pelea cada vez.
  6. La sexta regla del Club de la Lucha es: Se peleará sin camisa y sin zapatos.
  7. La séptima regla del Club de la Lucha es: Cada pelea durará el tiempo que sea necesario.
  8. La octava regla del Club de la Lucha es: Si esta es tu primera noche en El Club de la Lucha… TIENES que pelear.

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