Reseñado por 0017
Ficha técnica
Título original: Mission Impossible: Rogue Nation
Año: 2015
Director: Christophe McQuarrie (Jack Reacher)
Guión: Drew Pearce, Will Staples
Música: Joe Kraemer
Fotografía: Robert Elswit
Reparto
- Tom Cruise
- Jeremy Renner
- Simon Pegg
- Ving Rhames
- Rebecca Fergusson
- Sean Harris
- Alec Baldwin
Prosigue esta incombustible saga que demuestra el gran ojo para los negocios y el sentido del espectáculo que tiene Tom Cruise. En 1996 se convirtió en productor y la estrella principal de un guión que llevaba dando vueltas por Hollywood varios años, el de la adaptación de una de las series icónicas de los 60. Dando la vuelta a todo el cine de espías que se había hecho hasta entonces, la primera entrega de Misión Imposible fue un festival de adrenalina, traiciones, agentes dobles, persecuciones, discos robados, escenarios clásicos de la guerra fría e incursiones al límite en zonas prohibidas. Brian de Palma le dio un sello único e inconfundible a la cinta y fue la semilla para que el género se reinventara con las siguientes películas de Bourne y Bond a lo largo de la década siguiente. La lástima fue que la secuela dirigida por John Woo lo estropeara todo y demostrara lo fácil que es pasar al extremo contrario, y con los mismos ingredientes hacer una película de acción descerebrada y sin sentido, por mucho que las escenas de riesgo fueran extremas (grandes coreografías en moto), que incluyera el toque romántico que da un personaje femenino (en la primera parte no hay romance entre los personajes, salvo una leve referencia con el personaje de la chica), que las incursiones y acrobacias imposibles sean todavía más imposibles, que el villano diera más miedo todavía en esta continuación, y que todo esté impregnado del típico toque poético de Woo en medio de los tiroteos (palomas volando mientras se ralentizan las imágenes). Contra todo pronóstico, todo se arregló en la tercera parte, con ese resucitador de franquicias que es J. J. Abrams y su toque mágico para contar historias dando la vuelta de tuerca que uno nunca se espera, y demostrando por qué Cruise tiene tan buena mano no sólo para elegir los papeles protagonistas, sino también los directores de esta franquicia millonaria. Después de la excelente primera parte, Misión Imposible 3 es la mejor entrega de esta saga, con el mejor villano, un gran argumento, una gran subtrama romántica (la relación con su chica es totalmente creíble y está integrada en el argumento de manera impecable), y una manera de contar la historia a base de flashbacks que quita el aliento. Luego vino la cuarta entrega de la franquicia y supo mantener el tipo, aunque en mi opinión el pico de calidad ya se ha dado repetidamente y, por mucho que Brad Bird, el director elegido, tuviese buena mano, ya resulta cada vez más difícil innovar en esta saga sin caer en los clichés ni que el “más difícil todavía” no sonroje al espectador. Y sin embargo, esta quinta parte que se nos presenta, hace lo imposible y sorprende por darle un nuevo aire a la franquicia a la vez que los guiños a entregas pasadas nos hacen recordar grandes momentos y olvidar las arrugas que le salen a Cruise con cada año que pasa. Asume grandes riesgos y en algún momento asusta por parecer algo repetitiva en relación a todo lo que se ha visto años atrás, pero en general sale airosa y nos aporta grandes escenas para el recuerdo, que ya forman parte de la iconografía de esta franquicia.
Tras su última misión en Ucrania, el agente especial Ethan Hunt descubre que una organización secreta a la que lleva siguiendo la pista desde hace bastante tiempo, el Sindicato, está más infiltrada en los servicios secretos de todo el mundo de lo que había pensado. Mientras en el congreso americano se debate que la IMF a la que pertenece Hunt cese sus operaciones encubiertas y se integre en la CIA, éste es buscado por medio mundo mientras se niega a entregarse al gobierno y exponerse a que el Sindicato le localice. Con todos sus antiguos compañeros localizados, interrogados y neutralizados, unos le buscarán y otros le ayudarán a enfrentarse a esta organización; mientras intenta conocer el papel que desempeña Ilsa, una misteriosa mujer que no sabe si está de su lado o en su contra, para demostrar que la amenaza del Sindicato es real y puede desestabilizar el equilibrio de los servicios de inteligencia de todo el mundo.
El arranque de esta entrega no puede ser más espectacular, y lo es por la tan cacareada escena del avión sin dobles que la resuelve en los primeros cinco minutos de la película. Siendo honestos, uno pensaba que iba a formar parte del clímax en los últimos compases de la cinta, pero la manera de presentarnos la situación, los personajes y el conflicto, sorprende de puro simple que es. En dos minutos ya están todas las cartas repartidas, y sin darnos cuenta la banda sonora épica de Lalo Schifrin está en pantalla con los créditos iniciales recordándonos más que nunca esa primera parte que pensábamos que ya no íbamos a volver a rememorar, salvo tirando de hemeroteca. Pero la vuelta a los escenarios clásicos del género de espionaje (Londres, Viena) ilusiona tanto a los fans de toda la vida como al espectador ocasional, y tras el juego típico de traiciones, persecuciones y desautorizaciones, Christopher McQuarrie nos cuela una noche en la ópera que es puro Hitchcock a la antigua usanza. Usando el clásico Turandot de Puccini, uno ya se espera el que el momento álgido de la aria se use para algo espectacular, y no decepciona. Con semejantes cartas mostradas, la cinta ya nos ha ganado por su vitalidad y ritmo, y solo ha pasado la mitad del metraje. Es por ello que, aunque luego haya algún recital de escenas ya vistas en otras ocasiones (la persecución en moto, la inmersión en la piscina), la cinta ya ha logrado su objetivo, que no es otro que el de desmarcarse del resto de entregas a base de alguna escena diferenciadora.
Con un grupo de personajes que rescatan a todos los viejos aliados de otras entregas, en esta ocasión los junta y los mezcla dejando que interaccionen creando conflicto entre ellos (Ving Rhames y Jeremy Renner colaborando juntos), mientras que el contrapunto cómico que es Simon Pegg está más integrado que nunca. Hasta Rebeca Fergusson recuerda en su físico al mejor personaje femenino de la saga (Michelle Monaghan, hábilmente sacada de los guiones en posteriores entregas), aunque el mayor defecto de la película sea precisamente la poca credibilidad de su personaje con el villano de turno (sin desvelar parte de la trama, decir que a ratos resultan inverosímil los tejemanejes que se traen). Por lo menos cumple su función de personaje misterioso y enigmático. Pero como siempre, Cruise es la verdadera estrella de la función, dejando que todo orbite a su alrededor lo justo, y sembrando de dudas el relevo de Renner como futuro eje de la franquicia (al estilo de Bourne).
Desde luego que a McQuarrie no se le puede negar brío en su cine. Siendo guionista de “Sospechosos Habituales” y “Al filo del mañana”, o director en “Jack Reacher”, se caracteriza por salvar los muebles en un cine que cada vez necesita reinventarse más, so riesgo de caer en el olvido más inmediato, y para ello sabe rodearse de astros consolidados en el sector (léase el propio Cruise). Y desde luego que con esta “Misión Imposible: nación secreta”, no cabe duda de que ha conseguido más de lo que se esperaba de él. Una película que, sobre todo, es entretenida y ágil, que deja a la franquicia en muy buena posición para futuras entregas y más viva que nunca, y que la salva de la quema de los olvidables blockbusters veraniegos que pasan sin pena ni gloria. No es una obra maestra pero hace que el género esté revitalizado.
Calificación: Bastante buena
Lo Mejor: La primera escena es pura adrenalina, y contrasta perfectamente con la escena de Viena que es pura intriga y tensión. Y recuerda mucho a la primera entrega de la franquicia, lo cual también es una gran ventaja.
Lo Peor: Que algunos retazos de la trama y del villano estén cogidos con pinzas.
La vería de nuevo: Sí.
La Recomiendo: Sí.
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2381249/
Tráiler en You Tube (español):