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Película – Guardianes de la galaxia

Guardianes de la galaxia poster2

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Guardians of the Galaxy

Año: 2014

Director: James Gunn

Guión: James Gunn, Nicole Perlman

Basado en el cómic de Marvel (Dan Abnett, Andy Lanning)

Música: Tyler Bates

Fotografía: Ben Davis

Reparto

  • Chris Pratt
  • Zoe Saldana
  • Dave Bautista
  • Bradley Cooper (voz)
  • Vin Diesel (voz)
  • Lee Pace
  • Michael Rooker
  • John C. Reilly
  • Djimon Hounsou
  • Benicio del Toro
  • Glenn Close

Aunque ya lleva unos cuantos meses alejado de las carteleras españolas (y de hecho ahora está empezando el circuito comercial del mercado del visionado doméstico), Guardianes de la Galaxia ha sido uno de estrenos revelación de este verano. Basado en un cómic menor de Marvel, y perteneciente a la llamada fase II del su plan cinematográfico (que incluye los estrenos de las secuelas de Los vengadores, Iron Man, Capitán América, etc.), es la primera incursión de la productora en el mundo de las Space Operas, y debuta con nota. Con los repetitivos lanzamientos de secuelas, precuelas, reboots y spin offs de sus superhéroes de toda la vida (en los que ya perdemos la cuenta y la noción de si estamos en la tercera parte de Iron Man, la segunda de Los Vengadores, el reinicio de la saga de Spiderman o el spin off de lobezno), el cansancio ya se empieza a notar y la falta de ideas está siendo una constante en cada nuevo capítulo. Sin embargo, la epopeya espacial de un grupo de inadaptados cósmicos nos retrotrae a la época dorada de la saga Star Wars con todo aquello que nos encandiló en los 80, como puede ser una amplia y variada tipología de extraterrestres y alienígenas que campan por la galaxia; unos personajes a priori gamberros pero que devienen en tipos bondadosos; persecuciones de naves espaciales a través de asteroides; villanos malísimos de los que dan miedo; un tercer acto final con distintos clímax en paralelo (en la mejor tradición de “El retorno del Jedi”); y un final totalmente cerrado pero que a la vez deja abierto la posibilidad (y seguro que será así en vista del resultado final) de subsecuentes secuelas u otras formas de explotar una gallina de los huevos de oro en la que nadie había reparado hasta este verano.

Peter Quill es un niño en 1988 que, tras la muerte de su madre, es secuestrado por unos seres extraterrestres y llevado a otros planetas. Varios años después, es Star Lord, un forajido espacial buscador de fortunas que vender al mejor postor. Precisamente uno de sus últimos trabajos es encontrar un misterioso orbe por el que se pagará una verdadera fortuna cuando encuentre comprador. El problema es que el señor de la guerra Thanos y su lugarteniente Ronan está obsesionado con declarar la guerra al planeta Xendar y para ello necesita el poder destructor que se encuentra dentro del orbe, capaz de destruir la misma galaxia. Y para complicar más las cosas, Star Lord es perseguido por su antiguo grupo de compañeros forajidos, quienes han puesto precio a su cabeza y está en el punto de mira de todos los cazarecompensas del sistema. Como Rocket, un mapache modificado genéticamente, y su fiel guardaespaldas Groot, un ser que consiste en un árbol de tres metros y que su vocabulario no pasa de decir su nombre y poco más. Thanos envía a su hija Gamora para que capture a Star Lord y le arrebaten el orbe, pero algo sale mal y son arrestados todos y llevados a una prisión espacial de alta seguridad. Star Lord, Gamora, Rocket y Groot, junto con otro recluso llamado Drax (que intenta vengar a su familia a manos del villano Ronan) unen sus fuerzas para intentar salir de la prisión y el variopinto grupo se da cuenta de la necesidad de evitar que el orbe caiga en las manos de Ronan y Thanos, por el desastre que supondría y la destrucción inmediata de la galaxia. En última instancia, este grupo de inadaptados sociales y palurdos espaciales se convierten en los llamados Guardianes de la Galaxia…

Con un argumento tan enrevesado al final nos encontramos con una cinta que es resulta ser toda una sorpresa visual para los sentidos. Un soplo de aire fresco en un género con el que hacía años que nos disfrutábamos como niños (desde que George Lucas nos sorprendió a finales de los 70). Un western puesto al día, con un humor tan gamberro como puro en su mensaje (al final, después de ver a todos estos gañanes espaciales intentar tirar cada uno por su lado, descubren que la unidad y la amistad les dará más y mejores frutos que desenvolverse por su cuenta). El espíritu de Han Solo retomado y puesto al día en el cine del siglo XXI (¿quién necesita Episodio VII?). En este sentido, el primer gran acierto de la película es el tono que se le ha dado. Mensaje buenrollista, pero sin caer en la ñoñez. Y el segundo gran acierto, derivado del primero, es el diseño y profundidad de los personajes. Tiene más carisma y aristas el personaje del mapache que cualquiera de Woody Allen (el momento en que se emborracha y se queja de que todos le ven como a un bicho no tiene precio). No en balde, la voz en versión original la pone Bradley Cooper, uno de los actores del momento. Y Vin Diesel es el árbol con una inteligencia plana pero de gran corazón y fuerza. Zoe Saldana da el toque perfecto a la mujer verde de armas tomar. Y Chris Pratt resulta toda una deliciosa sorpresa como protagonista mayor de la función, un gran descubrimiento destilando musculitos y siendo un caradura con todas la de la ley. Pero es que el plantel de secundarios no acaba ahí, ya que tenemos a los secundarios de toda la vida (John C. Reilly y Michael Roorker) junto con grandes cameos en papeles episódicos (Glenn Close y Benicio del Toro).

Otras virtudes de “Guardianes de la Galaxia” es el espectacular diseño de producción, fruto de los cómics originales de los años 70. Naves espaciales, planetas misteriosos, una variada tipología de seres de cualquier parte de la galaxia… todo lo que aparece en pantalla es digno de convertirse en iconos del imaginario colectivo del séptimo arte. Y sobre todo, la principal cualidad de la cinta, es su argumento que engancha desde el principio. Al ritmo de canciones de los 80, que nos marca el tono por donde van a ir los tiros desde el principio, socarrona y gamberra la película (al igual que la historia que cuenta el protagonista, acerca de una leyenda de su planeta llamada… Footlose). Con una presentación de personajes y una resolución de conflictos brillante. Y lo más importante, no se dedica a dejar pendiente tramas argumentales abiertas para que se exploten en posteriores secuelas. La historia es la que es y punto, independientemente de que el grupo vaya a vivir posteriores aventuras.

En definitiva, altamente recomendable por el buen regusto que deja esta “Guardianes de la galaxia”, que destila humor, amor y sentido épico del espectáculo a partes iguales. Poco que ver con la mayoría de estrenos de la cartelera de estos últimos meses, y que funciona como reverso perfectamente complementario de la también reciente “Interstellar”.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: El tono de la película en global. Socarrona, buenrollista, agradable y aventurera.

Lo Peor: Que fastidien la saga a base de explotarla como otros cómics de la Marvel

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí, ejemplo de blockbuster palomitero hecho con buen gusto.

Películas similares: La saga Star Wars, más próxima por sus efectos visuales a los tres primeros episodios pero en calidad se acerca a los tres últimos.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2015381/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – La gran estafa americana

American Hustle Poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

American Hustle

Año: 2013

Director: David O. Russell (El lado bueno de las cosas, The Fighter, Tres Reyes)

Guión: David O. Russell, Eric Warren Singer

Música: Danny Elfman

Fotografía: Linus Sandgren

Reparto

  • Christian Bale
  • Bradley Cooper
  • Amy Adams
  • Jennifer Lawrence
  • Jeremy Renner
  • Robert De Niro

Ahora mismo hay en la cartelera dos películas que se están llevando el gato al agua en la taquilla, tanto por crítica como por público. Las dos son comedias; las dos hablan de estafas y fraudes; las dos están ambientadas en Nueva York en décadas pasadas (los 70 y los 90); las dos nos presentan una clase de personajes un poco gañanes que se mueven entre el honor y la cicatería, la infidelidad y la ética. Las dos están regadas de nominaciones a las mejores categorías para los Óscar de 2014, incluyendo mejor película, mejor director, mejores actores, mejor guión. Una es El lobo de Wall Street, de la que ya di cuenta hace unas semanas, con cinco nominaciones y una de las mejores interpretaciones de DiCaprio que haya visto nunca. La otra es la presente La gran estafa americana, de David O. Rusell, quien busca repetir el éxito que nadie se esperaba el año pasado cuando irrumpió con les mejores nominaciones en la anterior edición de los Óscar con El lado bueno de las cosas, que hizo llevarse la estatuilla a Jennifer Lawrence. La verdad es que aunque similares en  el planteamiento, a la cinta de David O. Russell destaca por tener una moraleja distinta y un mayor respeto a sus personajes principales. El protagonista interpretado por un soberbio e irreconocible Christian Bale, tiene unos principios y una ética de los que carece completamente el personaje que hace Leonardo DiCaprio; al contrario que los agentes del FBI que intentan dar caza a estos timadores, donde aquí vemos a un cargante Bradley Cooper víctima de su falta de integridad (al contrario que el bueno del personaje de Kyle Chandler que intentaba dar caza al lobo de Wall Street).

Nueva York, finales de los 70. Irving Rosenfeld es un timador de poca monta que tiene unos cuantos negocios repartidos por la ciudad. Un día conoce a la buscavidas Sydney Prosser y se enamora de ella. Sydney es muy lista y tiene un talento innato para las estafas, con lo que encaja a la perfección con los trabajos que realiza Irving y se convierte en su socia y cómplice. El único (y mayor problema) es que Irving está casado con la insoportable Rosalyn, con la que la vida a su lado es sumamente desagradable. Rosalyn tiene un hijo al que Irving ha adoptado como suyo, y al que le trata como si fuera su padre de verdad. Por esta razón y por el hecho de que Rosalyn es incapaz de enfrentarse a los problemas, a Irving le resulta imposible romper con su mujer e irse a vivir con Sydney. Un día, el agente del FBI Richi DiMaso descubre los negocios ilegales de nuestros protagonistas, y a cambio de no arrestarlos, les pide colaboración con el gobierno para atrapar a delincuentes especializados en fraudes y estafas financieras. Dentro de este objetivo aparece Carmine Polito, el nuevo alcalde de Nueva Jersey, a priori un tipo íntegro y familiar, y a DiMaso le brillarán los ojos de ambición ante la posible detención de un pez gordo de la política. La trama se irá complicando cuando nuevos elementos de la política y el crimen organizado aparezcan en el plan. Toda esta situación hará tensar no solo la integridad de los protagonistas sino también la relación de Irving y Sydney, y la pondrá a prueba.

Lo primero que llama la atención de esta película es la metamorfosis setentera a la que han sido sometidos los protagonistas, con un diseño de vestuario que merece la nominación al Óscar, o una lograda ambientación en los decorados y las escenas urbanas. Christian Bale no sólo ha hecho uno de sus sorprendentes cambios físicos engordando varios kilos de más, sino que la escena inicial con su falso y ridículo peluquín mientras se peina a lo cortinilla es toda una declaración de intenciones del personaje, al igual que los falsos rizos de Bradley Cooper o el imposible tupé mega lacado de Jeremy Renner. Son una metáfora de que los personajes no son como realmente son, sino que todos tienen una fachada tras la que se ocultan sus verdaderas personalidades. El timador profesional de poca monta realmente tiene un corazón de oro y su problema es que está atrapado en un matrimonio sin salida. El agente del FBI en realidad busca reconocimiento profesional y que le tomen en consideración, a pesar de que se autoengaña continuamente diciendo que quiere acabar con la corrupción del sistema. El político de clase baja que acepta sobornos porque realmente está preocupado por su electorado. La verdad es que todos los actores hacen un gran trabajo y están irreconocibles en sus papeles. De Bale ya nos lo esperábamos, de Cooper o de Renner también. Amy Adams está deliciosa con maquillaje o sin él, a pesar de sus generosos escotes que distraen la atención continuamente. Y Jennifer Lawrence (también con escotes) resulta fabulosamente repugnante e irritante como esposa con pocas -poquísimas- luces que está harta de que su marido no la tenga en consideración (a pesar de que es ella misma es la causa de dicha situación). Hasta Robert De Niro nos obsequia con el mismo papel de mafioso con el que se ha especializado en su trayectoria, en una episódica aparición.

A pesar de todos los claroscuros iniciales de los personajes, O. Russell ha sido claro en  la definición y, sobre todo, en la resolución argumental de los mismos. El final presenta una moraleja clara y otorga absolución a los buenos, y condenación a los malos. Por ello, aunque forzado en algunos aspectos, me gusta que se premie al que es en esencia bueno porque le da una adecuada lectura moral a la cinta; al contrario que en El lobo de Wall Street, donde DiCaprio no hace más que drogarse y pasar de su familia para, al final, traicionar a sus compinches y obtener gracias a ello una rebaja en su condena. Aquí, por el contrario, vemos a un personaje engañar, esnifar cocaína y engañar a su prometida; mientras que a otro le vemos en una escena clave tomar algún tipo de sustancia que más tarde descubriremos que es por una dolencia cardiaca. Ni que decir tiene que cada uno de dichos personajes tendrá un final distinto en función de sus actos y sus motivaciones. El director aquí es muy hábil en mostrarnos distintas caras de los mismos pecados. No son iguales todas las infidelidades que aparecen en la película, ni la relación de los protagonistas con sus respectivas familias, ni la manera en que quebrantan la ley unos y otros. Unos y otros tendrán una catadura moral distinta, en función de sus motivaciones éticas.

Como aspectos negativos, tenemos que la cinta intenta ser una reedición de El Golpe, la obra maestra del cine de timos y estafas, pero se queda a medio camino. Al argumento le falta empaque y cautivación, puesto que engancha en el principio pero a mitad de cinta pierde fuelle e interés, para recuperarlo en el segmento final. Pero la verdad sea dicha, se trata más bien de una película de personajes, donde no es tan importante el argumento sino los conflictos que surgen al abrigo del mismo. Es por esto por lo que, si bien La gran estafa americana no es una película redonda, sí que es una buena opción y por lo tanto recomendable dada la cartelera actual.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Todos los actores y las distintas lecturas a nivel ético y moral que le dan todos a la cinta. La ambientación y el vestuario, algo exagerados pero tal y como corresponde a la década.

Lo Peor: Pierde ritmo e interés a medida que avanza el metraje.

La vería de nuevo: Puede

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: El Golpe, Casino, El lobo de Wall Street,

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1800241/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El lado bueno de las cosas

el lado bueno de las cosas2

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2012

Director: David O. Rusell (The Fighter, Tres Reyes)

Guión: David O. Rusell

Basado en el libro de Matthew Quick El lado bueno de las cosas” («Silver Linings Playbook»)

Música: Danny Elfman

Reparto

  • Bradley Cooper
  • Robert De Niro
  • Jennifer Lawrence
  • Jacki Weaver
  • Chris Tucker

Con ocho nominaciones a los Óscar de este año en los mejores campos artísticos, El Lado Bueno de las Cosas puede ser la gran sorpresa o la gran derrotada de la ceremonia. Tanto actores principales como de reparto, director, guionista y mejor película están en la recta final para dar un posible campanazo frente a Spielberg, Tarantino, Ang Lee y compañía.

Esta circunstancia hace que uno se acerque al cine más cercano embaucado por semejante publicidad con una mezcla de recelo y expectación ante lo que puede ser el  posible tapado de este año, si bien su paso por ceremonias previas se ha saldado con pocos triunfos (mejor actriz principal en los Globos de Oro para Jennifer Lawrence y poco más).

Desde luego que lo que nos encontramos es una película muy atípica, una comedia romántica poco habitual que nos mete de lleno en un mundo muy particular y extraño, con un universo de personajes a cada cual más “particular”. Es una especie de viaje a la locura interior del protagonista, una locura que a veces se hace molesta porque nos resulta algo familiar, como si fuera algo que de vez en cuando también nosotros sufrimos. Viaje que se materializa de manera jocosa en el concurso de baile final, en el número que montan los dos protagonistas después de semanas de ensayos (y que a la vista de los mismos, parecían más serios de lo que acaba siendo).

La película empieza con el personaje de Pat saliendo de un sanatorio mental. Pat sufre trastorno bipolar y era profesor de historia en el instituto de un barrio de Filadelfia. Su enfermedad se agravó cuando tuvo un primer estallido de violencia al descubrir la infidelidad de su mujer con un compañero de trabajo. Desde entonces tiene una orden de alejamiento y debe medicarse para contener su enfermedad, a la vez que un policía le controla sus idas y venidas y debe hacer terapia con un psicólogo. Desde entonces, su vida girará en torno a fijaciones enfermizas para recuperar a su exmujer, tales como leer compulsivamente los libros que ella enseña en el instituto, o adelgazar a base de hacer deporte a diario con una bolsa de basura encima de la ropa, para favorecer la sudoración…

En su casa, las cosas no pintan mejor. Su padre está obsesionado con las apuestas y no puede ver un partido del equipo de fútbol local sin su ritual de manías y supersticiones, entre las que se incluye la presencia de Pat a menudo, mezclándose el empeño por ganar dinero con el intento de reconciliación paternofilial. El hermano mayor de Pat es el triunfador de la familia, lo que no mejora las cosas demasiado. En medio de todo este mundo de obsesiones y neurosis, Pat conoce a Tiffany, con quien comparte enfermedad. La diferencia está en que después de enviudar Tifanny se convirtió en ninfómana, con la consiguiente pérdida del empleo. Sin embargo, la obsesión de Pat por su exmujer es tal, que a ella solo la verá como una amiga y confidente, hecho que la subyugará por ser la primera persona en meses que no la perciba ni la trate como un objeto sexual. Conforme avance la trama, nos daremos cuenta de las cosas en común que tienen ambos, de que las fijaciones y las obsesiones no son exclusivas de las enfermedades mentales, y de que a veces la auténtica esencia de la felicidad no reside en las cosas que creíamos en un principio. Y que no es difícil encontrar dicha felicidad, siempre que seamos capaces de ver, como repite el protagonista en más de una ocasión, el lado bueno de las cosas.

Como decía más arriba, estamos ante un caso atípico de comedia romántica, porque se trata de la típica fórmula “chico-conoce-a-chica” con la variación de “pero-no-saben-que-quieren-estar-juntos-hasta-el-final-del-metraje”. Lo excepcional del caso es que aquí uno no se da cuenta del género de la película hasta que llevamos una hora de cinta aproximadamente. De manera afortunada, los primeros compases son una presentación de eventos derivados del trastorno bipolar de Pat, más próximo a “Alguien voló sobre el nido del cuco” que a las películas de Nora Ephron. El momento en que se produce el primer ataque neurótico de Pat en casa de sus padres es de lo mejor de la película, una joya del montaje que mezcla tomas rápidas con la música.

Conforme avanza la trama, ésta se vuelve más comercial. Los personajes que rodean al protagonista siguen siendo igual de excéntricos (la verdad es que no se salva ni uno), pero ya no están rodeados de ese amargor inicial que nos desconcertaba al principio de la película. Descubrimos que el psicólogo que hace terapia con Pat es un hincha del equipo de fútbol; la hermana de Tifanny casada con el amigo no es tan bruja como pensábamos. Y la exmujer de Pat hace acto de presencia al final, con lo que ya no tiene ese halo de misterio que supone la continua mención de su personaje a lo largo de la película. Robert De Niro hace un personaje fuera del corsé de lo que llevaba interpretando estos últimos años; tanto, que por primera vez hubiera deseado escucharlo en V.O, sin la voz tan carismática de su doblador oficial en España. Realmente emociona verlo tan maniatado respecto a la enfermedad de su hijo. Jennifer Lawrence es capaz de darle veracidad a su personaje de ninfómana desbocada sin que en ningún momento veamos ese pasado suyo tan turbador, sólo lo deja intuir. Y Bradley Cooper, al elegir este papel demuestra que es del grupo de los actores guapos que va a intentar construir una carrera alejada de los papeles estereotipados de galanes y de resacones (o por lo menos, simultaneándolos). Lo cual dice mucho de él y lo demuestra el estar nominado por esta cinta, en la que a veces nos hace dudar acerca de su enfermedad y de la naturaleza de su carácter. No sabemos si va a resultar un tipo violento, o, por el contrario, existencialista de él, no son más que las circunstancias las que le arrastran al mundo problemático en el que se ha metido.

En definitiva, a diferencia de otros títulos también nominados (y que es probable que sean los que arrasen en los Óscar), ésta es una cinta más entretenida por lo que siempre digo que tiene que tener una película: un buen ritmo que no haga decaer la trama. No embauca con historias grandilocuentes del gusto de los ajados académicos de Hollywood, y precisamente no ganará en las categorías  de mejor película y mejor director precisamente por eso. Y precisamente, ésa es la razón por la que animo a acercarse al cine a verla.

Calificación: Entre entretenida y buena.

Lo Mejor: La capacidad de los actores protagonistas. Los citados momentos de crisis del protagonista buscando el video de su boda, y el concurso de baile final. Los chispazos graciosos que nos brinda de vez en cuando.

Lo Peor: Que pueda desconcertar al empezar como una cosa y terminar como otra.

La vería de nuevo: No, de momento.

La Recomiendo: Sí, como alternativa intimista a las grandes historias nominadas de los Óscar de este año.

Películas similares: Alguien Voló Sobre El Nido Del Cuco; Notting Hill; Amor Y Otras Drogas

Link a la BSO en Amazon.es: B.S.O. Silver Linings Playbook

Ficha en IMDB: http://www.imdb.es/title/tt1045658/

Tráiler en You Tube (español):

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