Reseñado por 0017
Ficha técnica
Título original: Spy Game
Año: 2001
Director: Tony Scott (Top Gun, Días de trueno, El último Boy Scout, Enemigo Público)
Guión: Michael Frost Beckner, David Arata
Música: Harry Gregson-Williams
Fotografía: Dan Mindel
Reparto
- Robert Redford
- Brad Pitt
- Catherine McCormack
- Stephen Dillane
- Larry Bryggman
Del tristemente fallecido director Tony Scott (y hermano del irregular Ridley) nos llegó en 2001 este estupendo thriller de espías que recuerdo perfectamente que disfruté en el cine y que se convirtió en una digna muestra de mi género cinematográfico favorito. Especializado en Blockbusters de estudio, no daba tanto en el clavo con sus películas como sí lo hacía su hermano (Blade Runner, Alien y Gladiador son obras maestras, a pesar de que luego el resto de su cinematografía no está a la altura), y se puede decir que ambos se han ido desinflando conforme fueron madurando en su filmografía. Sin embargo, estuvo realmente inspirado cuando hizo esta “Spy Game” en 2001 (y un poco antes “Enemigo Público”, aunque Will Smith fastidiara un poco la función), mostrándonos las cloacas del sistema, los despachos donde se toman las decisiones y los gerifaltes deciden con su pulgar la integridad de sus peones en función de la conveniencia política del momento. Con un ritmo endiablado, una unidad temporal irrefutable (la película se desarrolla en un día mientras se reconstruye la relación de los protagonistas y las últimas décadas de relaciones geopolíticas con flashbacks) y escenas de acción dosificadas (más que acción hay intriga, de esa que provoca taquicardias), Spy Game se ha convertido en un semi-clásico del género que da gusto revisitar de vez en cuando.
El veterano agente de la CIA Nathan Muir se encuentra en su último día de trabajo en la central de Langley, Virginia. Con una dilatada carrera profesional de décadas trabajando en el espionaje en medio mundo, se merece un retiro alejado de las intrigas políticas americanas. Pero justo este último día se entera de que ha sido capturado en una cárcel china realizando una misión no autorizada Tom Bishop, joven operativo que fue reclutado por el propio Muir en los setenta. Este incidente puede causar una grave ruptura en las relaciones diplomáticas con el país comunista, así que el gobierno está planteándose repudiar al agente y dejarle a su suerte, lo que supondría la ejecución en pocas horas. Muir es llamado a una reunión para que cuente la relación que le unía a Bishop, el modo en que le reclutó y las distintas operaciones que han vivido juntos a lo largo de las décadas, para que la cúpula de la CIA tenga algo de información acerca de en qué estaba Bishop metido por si mereciera la pena salvarle o no. A través de distintos flashbacks vemos su reclutamiento durante la guerra de Vietnam, su adiestramiento en el Berlín comunista en plena guerra fría, o las misiones más agridulces en el Beirut de los ochenta. Mientras que los jefes de Muir son reticentes a contarle toda la información por estar al borde de la jubilación y no concernirle en nada, éste se busca las maneras de enterarse de los pormenores de la situación tirando de contactos y antiguas amistades, a la vez que rememora sus sentimientos por el joven aprendiz y todas las enseñanzas que le enseñó para triunfar en una profesión que parece un juego, pero es mucho más peligroso de lo que parece.
Con una duración de algo más de dos horas y dos actores brillantísimos, tenemos una película que se pasa volando mientras vemos el duelo interpretativo de ambos. El argumento está plenamente integrado en el ritmo por la ya citada unidad temporal de la trama, y los momentos de tensión van apareciendo poco a poco en los momentos adecuados. El esbozo de los personajes resulta acertadísimo, ya que pocas veces se puede decir tanto de unos personajes por lo mostrado de manera implícita por la trama. Vemos al agente veterano intentando dar lecciones al aprendiz, enfadarse con él y no mostrar nunca la totalidad de sus cartas. Con un as en la manga, siempre oculta algo y nunca sabemos sus verdaderas intenciones ni la auténtica moralidad de sus actos. Es lo normal cuando alguien lleva tantos años en un negocio tan peligroso. Por el contrario, el joven interpretado por Pitt es impetuoso y arrogante, con buenas intenciones y demasiado inocente para el trabajo. La verdad es que están bien elegidos los actores para interpretar los papeles. El mayor defecto que le veo a la cinta es la dificultad para hacernos creer las escenas ambientadas en el pasado. La vejez de Redford no se disimula con unas simples patillas años setenta, y Brad Pitt parece que siempre lleva el mismo peinado pasen los años que pasen. Y es que hay efectos de maquillaje que no se consiguen ni a base de los mejores efectos especiales. Es por esto que los actores están muy bien elegidos, a pesar de la labor no muy lograda de maquillaje.
Pero si obviamos este detalle tendremos una intriga de la que Scott se despega de sus convencionales thrillers para ofrecernos mayor calidad de la que nos tiene acostumbrados. Con una crítica no tan velada a las cloacas de los servicios de inteligencia y a la política exterior de los USA, Spy Game es tremendamente divertida y rápida en su desarrollo, y eso es más de lo que nos ofrece la cartelera actual.
Calificación: Muy buena
Lo Mejor: El ritmo, la trama, los flashbacks, el duelo interpretativo Redford – Pitt
Lo Peor: El intento de hacernos creer que los protagonistas tienen varios años menos
La vería de nuevo: Sí
La Recomiendo: Sí
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0266987/
Tráiler en You Tube (español):