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Película – Watchmen (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Watchmen

Año: 2009

Director: Zack Snyder (300, El hombre de acero)

Guión: Alex Tse, David Hayter

Basado en el cómic de Alan Moore y David Gibbons

Música: Tyler Bates

Fotografía: Larry Fong

Reparto

  • Jackie Earle Haley
  • Patrick Wilson
  • Billy Cudrup
  • Jeffrey Dean Morgan
  • Malin Akerman
  • Matthew Goode
  • Carla Gugino

En 2009 se decidió llevar a la gran pantalla una de las novelas gráficas más importantes de todos los tiempos. Se trataba del cómic que cambió la manera de ver el género, con el que perdió la inocencia y pasó a ser para adultos, sin significar eso pornografía o violencia. Se trata de la obra magna de Alan Moore, un cómic editado en 12 números en 1986 que revolucionó el género no sólo por el argumento o temas que trataba, también por el uso estilístico de la imagen y el dibujo o los trucos metalingüísticos insertados en la trama. De esta manera, tenemos cómics dentro del cómic; páginas dibujadas de manera simétrica entre ellas; flashbacks continuos y revolucionarios; narraciones en viñetas que se corresponden a otras escenas pero que cobran dobles significados por el mero hecho de estar descontextualizadas; una historia desmitificadora del superhéroe clásico de toda la vida… Toda una obra maestra compleja que usaba al 120% las capacidades del dibujo impreso para innovar y darle la vuelta a mitos como Superman, Batman, el Capitán América, etc. Es por ello que la trasposición al cine de esta historia no ha estado nunca exenta de problemas y polémicas, tanto por el lado del autor del cómic (quien nunca ha querido que se prostituyese su obra) como por directores que se han visto abrumados por la cantidad de guiños y detalles inadaptables al celuloide.

Y es que, como siempre digo, literatura (o cómic en este caso) y cine son lenguajes artísticos diferentes, y lo que en uno triunfa, en otro no tiene porqué hacerlo; y más cuando hablamos de obras revolucionarias cumbres en un género. Es por ello que hubo mucho recelo y desconfianza cuando este proyecto empezó a cobrar forma después de varios años en dique seco. Pero Zack Snyder ya había demostrado músculo con la adaptación de otra novela gráfica, 300, saliendo muy bien parado del periplo. Y aunque Watchmen como película tiene momentos en que se desinfla, la mayor parte de la trama le hace justicia al cómic y resulta solvente, si tenemos en cuenta de donde proviene la historia original. De hecho, el nivel de detalles y guiños a la novela gráfica es bastante exhaustivo; y, al igual que ésta, se exige volver varias veces a disfrutar de la obra para captar todos los matices. La lástima es que los revisionados de una película no son tan gratificantes como en una novela, pero digamos que la adaptación al cine, sin ser una obra maestra, resultó bastante digna en este caso.

Estamos en un 1985 alternativo y distópico. La historia, tal y como la conocemos, fue alterada por un grupo de superhéroes llamados los Watchmen, que surgieron a imitación de otro grupo de los años cuarenta llamado Minutemen. Estos superhéroes decidieron ponerse máscaras y luchar contra el crimen, y entre ellos tenemos al Dr Manhattan (el único con superpoderes, un físico de partículas que tuvo un accidente de laboratorio y se convirtió en un ser superior capaz de controlar la materia a su antojo), al Búho Nocturno (un aventurero con dinero suficiente para crear artefactos que le ayuden en la lucha contra el crimen), a Espectro de Seda (una atractiva luchadora de armas tomar), a Ozzimandias (otro joven adinerado con un coeficiente intelectual altísimo, apasionado de la cultura clásica y admirador de Alejandro Magno) a Roscharch (un encapuchado idealista y violento que usa una máscara que simula las manchas del test de psicoanálisis del mismo nombre) o al comediante (un psicópata que trabaja para el gobierno y que ve la sociedad americana como una broma). Precisamente la historia empieza con la muerte de este último, y el resto del grupo se pone sobreaviso ante algún tipo de ajuste de cuentas de los otrora héroes enmascarados. Gracias a la aparición de los Watchmen y del Dr. Manhattan principalmente, los EEUU consiguieron ganar la guerra de Vietnam en los setenta y Richard Nixon fue reelegido sucesivamente como presidente del país. La historia, por lo tanto, cambió en ese punto de tal manera que en 1985 la Unión Soviética está al borde del enfrentamiento nuclear con los USA. Todo esto hace degenerar la sociedad americana a un nivel de paranoia nunca visto, y mientras los Watchmen se vuelven a reunir para investigar el asesinato del Comediante, el reloj del juicio final que mide la posibilidad de extinción de la raza humana se sitúa más cerca que nunca de las doce de la noche. ¿En qué acabará todo? Y sobre todo… ¿quién vigila a los vigilantes?

Desde luego que a Watchmen hay que reconocerle una capacidad de detallismo exhaustivo que no desmerece la novela gráfica en la que está basada. Desgraciadamente, esto funciona perfectamente en los primeros compases de la película, pero luego se va desinflando como un globo que pierde aire lentamente. Los brillantes títulos de crédito (precisamente de lo poco que no estaba en el cómic) al ritmo de Dylan, es lo mejor de la cinta, toda una declaración de intenciones. Ya desde ahí vemos el universo alternativo que nos brinda la historia, mediante icónicas imágenes modificadas de los últimos cincuenta años. Sin embargo, durante dos horas y media la trama se presenta poco amigable y confusa para el no iniciado en la novela, que es el mayor de los pecados que una película puede cometer con sus espectadores, entre los que no pueden ni se deben hallar los incondicionales del cómic. Es por ello que al final podamos tener una cierta sensación de atropello y asfixia ante lo que estamos viendo; lo que en papel impreso nos permite reposar siempre que queramos posponer la lectura para otros momentos, en cine nos obliga a tragárnoslo del tirón y a digerirlo en poco tiempo.

Entre medias, aunque la visión del Apocalipsis nuclear y de la guerra fría quede un poco anacrónica en los tiempos que vivimos, la degradación moral que muestra la historia de la película podría tener su equivalencia en el mundo post 11 de septiembre que nos hemos encontrado después (y no nos olvidemos que en un plano Zack Snyder cuela a las torres gemelas). Y la deconstrucción y desmitificación de las historias de superhéroes que plantea Watchmen (ya sea la novela o la película) tampoco es baladí y solo por eso merece la pena asomarse a esta visión del aventurero enmascarado.

Calificación: Entretenida/buena

Lo Mejor: La secuencia inicial con música de Dylan; el nivel de detalle a la hora de trasvasar una novela gráfica “inadaptable”.

Lo Peor: Demasiada condensación en la historia; un maquillaje que acartona demasiado a los personajes para simular su envejecimiento con el paso de los años.

La vería de nuevo: Sí, tiene muchas aristas que entender.

La Recomiendo: Sí, para el entusiasta de los cómics

Películas similares: Kick Ass, El caballero oscuro

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0409459/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El Hombre de Acero

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2013

Director: Zack Snyder (300, Watchmen, Sucker Punch)

Guión: David S. Goyer, Christopher Nolan

Música: Hans Zimmer

Fotografía: Amir Mokri

Reparto

  • Henry Cavill
  • Amy Adams
  • Michael Shannon
  • Rusell Crowe
  • Kevin Costner
  • Diane Lane
  • Laurence Fishburne

El mundo en el que ahora estamos es bastante más distinto de lo que era hace treinta años, y la mejor manera de comprobarlo es ver la evolución cinematográfica que han tenido los personajes de cómic en la gran pantalla. En 1980, el personaje estrella era Superman, y sus películas suponían el no-va-más en lo que a efectos especiales, historia y personajes se referían. Superman era el mejor superhéroe, el primero, el más fuerte, el más rápido y el más noble. Se habían hecho seriales para TV desde los años 50 (la película Hollywoodland nos cuenta en modo de biopic la tragedia de uno de los primeros actores que lo encarnó) pero cuando Christopher Reeve lo interpretó en la gran producción de 1978 rompió el molde, de manera similar a lo que hizo Connery con el personaje de 007. El mundo asistió con la boca abierta a lo que nos mostraron en pantalla, empezando por el cameo más caro y breve hasta la fecha (Marlon Brando), pasando por una historia grandiosa, y terminando con un final apoteósico. Desgraciadamente el deterioro de esta saga fue más progresivo que la del agente secreto, y ya en la cuarta entrega el agotamiento a nivel creativo fue total. Series como Lois y Clark en los 90 mantuvieron el mito vivo de manera algo deshonrosa, pero tuvo que ser la visión adolescente de Smallville la que devolvió la dignidad al personaje. Quizás fue este éxito el que animó a los productores a retomar el personaje en Superman Returns (2006), intentando seguir con el espíritu ochentero de las películas (hasta Brandon Routh parecía el doble de Christopher Reeve en versión rejuvenecida) pero ya era tarde. El cine había cambiado hacía años y los reyes en adaptaciones de superhéroes eran la Marvel (Spiderman, X- Men, y sucesivos). De hecho, el género ha recibido todo tipo de visiones y evoluciones argumentales en estos 30 años. Están las cintas que se lo toman en serio (The Punisher, V de Vendetta), las que se lo toman en broma (Mistery Men, Mi super ex-novia), las que son crepusculares y reflexivas (Watchmen), las que son diversión Pixar (Los Increíbles), las sagas infinitas (Spiderman, Iron Man, X-Men), los Spin-Off (Lobezno), los Cross-Over (Los Vengadores), las gamberradas (Kick-Ass, Hancock), las bizarras (Batman de Burton), los regresos fallidos (Batman Returns), los intentos de reflote (Batman Forever), los reboots (The Amazing Spiderman, X-Men: Primera Generación, Batman Begins), … En fin, que la lista es exhaustiva y da para toda una tesis doctoral.

Son precisamente éstas últimas (el reboot o reinicio) las más interesantes para las grandes productoras, puesto que les permite hacer un borrón y cuenta nueva si una saga se aparta del camino de la rentabilidad. Se coge a un nuevo actor, se vuelve a contar la historia de los orígenes desde otro punto de vista y se le da un nuevo enfoque. Esta visión acertada ha dado algunas de las películas más interesantes de éste y otros géneros y ha hecho tomar nuevos rumbos a sagas que estaban ya agotadas (Casino Royale y esa idea de contar los orígenes de Bond estaba totalmente influenciada por el éxito del Batman Begins de Nolan, que hizo olvidar a Burton por completo, dándole al caballero oscuro una verosimilitud que nunca habríamos llegado a imaginarle).

Es en este marco conceptual en el que se encuadra esta nueva versión del primer gran superhéroe. Una necesidad de que el personaje creado hace 75 años tuviera su exitosa adaptación a los nuevos tiempos, y se peleara cara a cara con sus competidores en papel. Precisamente por tener todas las posibles opciones tan explotadas, fue el motivo del fracaso tan estrepitoso que supuso que Bryan Singer no fuera una garantía de éxito (tras triunfar con las dos primeras entregas de X-Men), y se la pegara en 2006 con Superman Returns. Ahí comprendimos que Reeve no iba a volver, y que ni el parecido del joven Routh, ni la música reminiscente de Williams, ni el buen hacer de Kevin Spacey como Lex Luthor, ni un argumento continuista, ni los efectos especiales más espectaculares, y ni siquiera resucitando a Marlon Brando (usando metraje de archivo) iban a mejorar un personaje y una historia tan trillada, y con tan poca capacidad de sorpresa.

Es por ello por lo que se ha cogido al artífice de la resurrección del caballero oscuro, Nolan, que en tareas de guión y producción se ha encargado de crear una nueva línea argumental a base de un lavado de cara totalmente novedoso que es más deudor de Smallville que de las cintas de Donner/Lester. Hasta aquí bien, y de hecho se han hecho renuncias dolorosas como prescindir de la reconocible partitura de Williams o modificar el traje de superhéroe (ya no lleva los calzoncillos por fuera). Se obvia la línea argumental que empieza con un Clark Kent con sus gafas y su trabajo de periodista, y se centra en una historia con un Krypton con mayor protagonismo, para pasar a un viaje iniciático junto con unos flashbacks sobre la infancia y juventud de un Superman más atormentado y perdido de lo habitual.

La historia es conocida por todos, aunque lo novedoso ahora es la manera de contarlo, y los detalles en los que se adentra. Estamos en el lejano planeta Krypton, y uno de los científicos más reputados llamado Jor-El advierte a las autoridades del inminente colapso del planeta. Pero el consejo de sabios decide ignorar las advertencias justo antes de que el poderoso general Zod dé un golpe de estado e invada el planeta para evitar su fatídico destino. Jor-El y su esposa Lara intentan entonces salvar a su hijo recién nacido Kal-El enviándole en una cápsula espacial al planeta tierra, como esperanza del destino último de la raza kryptoniana, junto con una muestra del código genético de la civilización. Tras capturar a los líderes de la rebelión y condenarlos a un exilio espacial de cientos de años, Krypton es destruido tal como vaticinó Jor-El. Afortunadamente, el joven Kal-El llega sano y salvo a la tierra, y es adoptado y criado en secreto por el matrimonio Kent en una granja de Smalville, Kansas. Las especiales condiciones de la gravedad terrestre y la influencia de los rayos solares, otorgan superpoderes al joven Clark, tales como una fuerza sobrehumana, una resistencia al límite y la capacidad de volar. A lo largo de su vida veremos como intenta equilibrar este secreto para pasar inadvertido entre la población terrestre, e intentar usar estos poderes para hacer el bien. Todo ello mientras se pregunta acerca de sus orígenes y se busca a sí mismo. El descubrimiento de una nave de origen alienígena que llevaba siglos en el planeta enterrada en la nieve, junto con el rescate que hace de una periodista llamada Lois Lane que cubre la noticia, desencadena una serie de acontecimientos que culmina con la invasión del planeta por parte del General Zod y sus secuaces, únicos supervivientes de Krypton, y la presentación pública de un superhéroe dispuesto a salvar la humanidad, el hombre de acero.

Decía que hasta aquí todo bien, la parte Nolan de la historia funciona y se nota claramente su rúbrica en la manera de arriesgar y de contar una historia mil veces narrada en papel, cine o televisión. Aunque la parte inicial en Krypton es algo larga y con unos toques de fantasía futurista -dragones voladores incluídos- que sorprenden, con un Rusell Crowe con un protagonismo que nos hace olvidar a Marlon Brando, se nota una vuelta a los orígenes de un cómic que se ha reinventado a lo largo de los años. La parte central de la película nos retrae directamente a lo que hacía Nolan en Batman Begins, otorgándole al personaje una verosimilitud que jamás creíamos que le iban a devolver. Vemos la parte humana y débil del superhéroe, sus conflictos internos, y un Kevin Costner en su mejor papel en años (ya era hora que se le hiciese justicia a sus arrugas) nos hace partícipes del drama familiar y de la educación humana del personaje, así como el recelo humano por lo diferente.

Lo malo viene en el último tercio de la cinta (y eso es mucho cuando dura más de dos horas). Todo el excelente planteamiento, más bien intimista y sin apenas escenas de acción desde las escenas de Krypton, se derrumba a golpe de porrazo con las peleas caóticas que vemos entre los personajes principales. De repente asistimos a un desfile de puñetazos, derrumbe de edificios, lucha grecorromana a base de vuelos supersónicos y destrucción sin fin más propio del cine de catástrofes japonés estilo Godzilla (o peor, un episodio de Bola de Dragón). Toda la película esperando a que el héroe pasara a la acción y usara sus poderes, para acabar lamentándolo. Es aquí donde se ve la aportación a base de esteroides de Snyder al personaje, más adecuado para los guerreros espartanos que para Clark Kent. Si bien tenía más sentido la adaptación de Watchmen por seguir más o menos fielmente el cánon de la gigantesca novela gráfica que revolucionó el cómic (dado que fue la obra revolucionaria y desmitificadora del género de superhéroes), aquí pincha por completo al intentar mostrarnos a Superman en acción. Probablemente lo que yo echo de menos es una línea argumental más progresiva, con una presentación en sociedad del héroe con reminiscencias algo más clásicas, y confrontaciones cada vez mayores. Lo que ha hecho Snyder es usar la artillería pesada, usando directamente los villanos de Superman II que eran los que más atemorizaban en toda la saga (los que presentan los mismos superpoderes que el protagonista), y nos presenta un desenlace confuso y cansino capaz de estropear todo lo que se ha rodado previamente.

Como puntos positivos nos queda Henry Cavill, el chico anteriormente famoso en los últimos años por perder en las rondas finales los papeles de 007 y de Batman. Sin el  flequillo característico del personaje, pero con músculos de sobra (hasta un personaje femenino comenta sin tapujos lo bueno que está), nos transmite el idealismo férreo y la bondad sin fisuras típica del personaje cuando tiene la capa puesta (aunque como Clark Kent sea falible y con dilemas morales). Sólo echo de menos una faceta del personaje que se inmortalizó en 1978 y de la que nadie habla (y no sé si las siguientes continuaciones incidirán en ello vista la escena final de El Hombre de Acero); pero es que me encantaba la torpeza que imbuía Christopher Reeve al personaje cuando se ponía las gafas y era Clark Kent, como medio de pasar desapercibido y no levantar sospechas. Únicamente él era capaz de hacer que un triunfador idealista como Superman pareciera un inútil encantador y pusilánime sólo con ponerse unas gafas y cambiarse la raya del pelo.

En fin, que el bueno de Cavill nos da esperanzas sobre el devenir del personaje en próximas entregas, puesto que se han abierto nuevas líneas argumentales para ser exploradas (y explotadas) de manera más afortunada que en las anteriores. De ésta, nos quedamos con muchas cosas, pero desde luego que no incluyo ese último tercio de cinta decepcionante y cansino, que hace que añoremos para próximas entregas a un Nolan en la dirección haciendo apartar a un lado a Snyder.

Calificación: Pasable/Entretenida

Lo Mejor: Henry Cavill y Kevin Costner en la parte central de la cinta. Que puede ser el inicio de la puesta al día que merece el personaje.

Lo Peor: El caótico último tercio que desaprovecha y estropea todo lo anterior.

La vería de nuevo: Puede.

La Recomiendo: Un poco difícil encontrar adeptos. Sólo a fanáticos del personaje, y no creo que les guste a todos. Los que busquen movimiento y mamporros se aburrirán en su parte central, y los que no sean amantes de la acción se aburrirán en su tercio final.

Películas similares: Superman, la película; Superman II; Superman Returns; Batman Begins;

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0770828/

Tráiler en You Tube (español):

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