Reseñado por 0017
Ficha técnica
Título original: El niño
Año: 2014
Director: Daniel Monzón (El corazón del Guerrero, Celda 211)
Guión: Daniel Monzón, Jorge Guerricaechevarría
Música: Roque Baños
Fotografía: Carles Gusi
Reparto
- Luis Tosar
- Jesús Castro
- Eduard Fernández
- Sergi López
- Mariam Bachir
- Bárbara Lenie
- Ian McShane
- Luis Motilla
- Jesús Carroza
- Mousa Maaskri
Como suele pasar con las películas producidas por determinado grupo audiovisual español, de vez en cuando tenemos una avalancha mediática del último gran bombazo del cine español, siempre carente de grandes taquillazos que destaquen por sí mismos. En esta ocasión, el ex-crítico de cine Daniel Monzón sigue puliendo su estilo y mejorando su obra con este thriller policíaco de sugerente trasfondo. Con una mediocre inicial ópera prima (El Corazón del Guerrero), deslumbró a propios y extraños con la fabulosa “Celda 211” (pura intriga carcelaria con algún altibajo en su ritmo pero que en general rindió a niveles muy altos de calidad). Ahora tenemos esta incursión en el mundo del narcotráfico sureuropeo/norteafricano con persecuciones policíacas al más puro estilo Hollywood (salvando las distancias, no hay que pedir peras al olmo) y con un plantel de actores que aprovecha las mejores interpretaciones de veteranos consolidados (Luis Tosar, Eduard Fernández), recupera algún exiliado del cine francés (Sergi López) y brinda la gran oportunidad a jóvenes noveles y desconocidos (Jesús Castro). Y a mí que no me apasiona demasiado el cine español por su falta de acierto a la hora de combinar el cine de género con temas exclusivamente patrios (ya comenté que solo Amenábar y pocos más consiguen trascender las tramas bizarras y ofrecer entretenimiento que arrastren a la gente al cine), he de decir que en muchos momentos “El Niño” sabe dar en la tecla para cautivar con la mezcla de imágenes, argumento y personajes. Por fin se usa de una vez historias reconocibles sacadas de nuestros periódicos, para envolver una intriga con las dosis de acción justas sin decaer en su atractivo (¡y que no se queda a medio camino como las cintas de Enrique Urbizu y su “No habrá paz para los malvados”!).
El estrecho de Gibraltar, el punto más al sur de la península ibérica es una encrucijada de narcotráfico y contrabando donde se juntan dos continentes y tres países distintos (España, Reino Unido y Marruecos). Desde el punto de vista de un policía y su compañera, vemos la labor de los agentes de aduanas por frenar el trabajo de las bandas organizadas que operan al más alto nivel, así como de los trapicheos iniciáticos de todos aquellos jóvenes que buscan dinero fácil. Es aquí donde tenemos a un ambicioso chaval del sur apodado “El Niño”. Con su moto naútica, le encanta recorrer a diario las aguas del estrecho que separan los dos continentes sólo por diversión. Siendo consciente de su habilidad para moverse por estas zonas extremadamente vigiladas, decide hacer del contrabando su modo de vida y junto con un amigo (“El Compi”) se alía con un joven marroquí (Rachid) que les pone en contacto con las mafias del norte de África que controlan todos los movimientos de hachís. Lanchas rápidas y helicópteros de la policía, contrabando y narcotráfico, traiciones y engaños, doble juego e infiltrados… y sobre todo la joven hermana de Rachid, Amina, que fascina al Niño y le da motivos para que éste piense que, por una vez, quizás las cosas no sean un juego y merezca la pena pensar en un futuro más estable y menos peligroso.
La mayor gracia de esta “El Niño” es su habilidad para coger unos escenarios exóticos pero a la vez cercanos, y usarlos como trasfondo argumental que reviste de romanticismo al conjunto. Son habituales los momentos en los que la cámara se recrea con el paisaje en segundo plano, ya sea con el peñón al fondo, la zona portuaria, las aguas calmadas del estrecho que son el punto de encuentro entre un mar y un océano, o la pintoresca puerta al continente africano que es Marruecos. Todo ello con el oportuno simbolismo que supone la confluencia de dos mundos separados por pocos kilómetros. Ya se abordó este tema con la novela de Fernando Lalana “Morirás en Chafarinas” y su decente adaptación cinematográfica, donde teníamos una intriga cuartelaria en Melilla con los ingredientes exóticos adecuados para cautivar al lector. Ahora Daniel Monzón nos da esto y más, revisado con una puesta al día de la problemática del tráfico de drogas marroquí actual, el contrabando de Gibraltar, las porteadoras de la frontera con Ceuta, el desempleo español…
La verdad es que lo que tenemos delante es una buena muestra de género, aunque el mayor defecto que le veo es que en algún momento del metraje la cinta se va por las ramas y renquea un poco en su desarrollo argumental. De los 130 minutos se podría haber recortado una buena parte mejorando con ello el ritmo. Las persecuciones en lancha se quedan algo diluidas tras la adrenalina inicial y se echa en falta algo más de presupuesto para los fuegos artificiales, aunque Mozón lo suple muy bien con destreza cinematográfica (el derribo del helicóptero y su punto de vista interior en vez de exterior).
En el capítulo actoral, decir que tenemos un festival de interpretaciones. Tenemos a un Tosar totalmente creíble a pesar del (o gracias al) peluquín que le ha crecido, que nos demuestra que es un todoterreno capaz de hacernos creer que es un maltratador, un reo de voz rasgada, un conserje psicópata o un policía curtido. Junto a él, un debutante sin experiencia previa que se lleva la otra parte de los planos de la película: Jesús Castro, quien se revela como un auténtico Paul Newman patrio con pendientes de macarra, mirada glacial y boca torcida incluidos. La única parte negativa que achaco es la del marcado acento andaluz necesario para su personaje pero que le hace al espectador perder comba en los diálogos. Los otros veteranos del cine español, Sergi López y Eduard Fernández, también elevan el nivel de la cinta (ya era hora de recuperar al actor catalán autoexiliado en el cine francés para buenos papeles). Ambos echan chispas en sus duelos cara a cara con Tosar, sobre todo Fernández. Y tanto las chicas (la española y la marroquí) como el resto del reparto están a la altura de la historia que se nos ofrece.
En definitiva, buena muestra de por dónde deben ir los tiros en los thriller españoles, aunque habría que ir puliendo la manera de resolver las tramas: el planteamiento y nudo están más o menos bien, y el desenlace debería ir más al grano. Los personajes son lo suficientemente profundos como para que en momentos nos identifiquemos con ese ratero buscavidas al margen de la ley, pero que busca redimirse; o el policía que se debate entre el idealismo y la amistad. Bastante recomendable, a pesar de la publicidad incesante que tendremos en semanas venideras.
Calificación: Buena.
Lo Mejor: El inteligente uso de la trama para crear un thriller inusual en nuestro país, combinado con paisajes bien fotografiados y el trasfondo exótico que se le da al conjunto. Actores bien aprovechados, tanto los consolidados como los nuevos fichajes.
Lo Peor: En algún momento el metraje y la duración se van de las manos. El exagerado acento andaluz que impide seguir algunos diálogos.
La vería de nuevo: Sí.
La Recomiendo: Sí.
Películas similares: Morirás en Chafarinas, Celda 211, No habrá paz para los malvados, Grupo 7
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2093990/combined
Tráiler en You Tube (español):