Reseñado por Malosa.
Qué decepción de libro…
La verdad es que la culpa es mía porque, en general, estos libros tipo thriller de lectura fácil, no suelen ser grandes obras maestras de la literatura. No sé si a vosotros os pasa pero a mí, en general, si un libro me engancha mucho en las primeras páginas, me suele aburrir hacia la mitad…y decepcionar al final. Los buenos libros suelen costarme un poco al principio. Pues bien, éste no ha sido la excepción. Me pareció interesantísimo en las primeras páginas y según iba avanzando el libro, menos me convencía.
Me llamó mucho la atención la portada. Se compone por 3 series de números correlativos, excepto en su parte central. Es decir, muestra la serie ‘1,2,3’; ‘6,5,8’; ‘7,8,9’; me llamó la atención la serie ‘6,5,8’, ya que no casaba con las anteriores. Debería ser, ‘4,5,6’. Así que pensé, que en el ‘6,5,8’ estaba el quid de la cuestión y la clave para resolver el misterio. Pues no. El número 658 aparece, pero da igual: si hubiera sido el 5.436.646, habría sido el libro igual.
Trata de un hombre que recibe una carta que le anima a pensar en un número. Cuando abre el sobre que acompaña al texto, verifica que ahí está escrito el número en el que ha pensado. Como a partir de ese momento empieza a recibir poemas amenazadores, decide contactar con un compañero de la infancia, David Gurney, para que le ayude a localizar al que envía las cartas. David es un policía retirado experto en casos relacionados con asesinos en serie. Al poco tiempo, el hombre que recibía las cartas aparece muerto.
Éste es el inicio del libro, muy interesante y que te anima a leer para descubrir cómo el asesino es capaz de leer la mente de las víctimas y averiguar los números en que pensaban.
Pero el inicio trepidante muy pronto se transforma en un relato lento, farragoso, lleno de clichés del género y bastante predecible. No soy especialmente rápida identificando al asesino en este tipo de libros, pero en el que nos ocupa averigüé qué personaje era en cuanto apareció. Me pareció muy cantado.
Por otro lado, sus personajes aportan muy poco. El protagonista es una especie de ratón ermitaño, huraño y que lo único que hace es pensar en resolver misterios. Además, de forma colateral se mezcla en la trama la relación que tiene David con su mujer, llena de altibajos y falta de comunicación debido a un accidente que causó la muerte de su hijo. No sé si era porque me aburría el libro, pero me resultó muy cargante el papel de la mujer en el libro, sus reacciones y la búsqueda filosófica del protagonista de su lugar en la vida y en su relación familiar.
No digo que el libro se terriblemente aburrido. La verdad es que entretiene, pero he leído otras novelas de suspense con mucho más calado y más interesantes. Ésta empieza muy bien, pero se desinfla en seguida. Sin embargo, hay que otorgarle cierto valor ya que se trata de la ópera prima del autor. Así que le daremos otra oportunidad si escribe un segundo libro.
Por qué decidí leerlo: Por la portada. Esa serie de números ensangrentados sin aparente lógica, me llamó mucho la atención.
Lo mejor: Que entretiene. Es de lectura fácil y engancha desde la página 1.
Lo peor: Es predecible, poco original, con personajes cargantes y con una mezcla de historias paralelas que no aporta nada a la trama del libro.
¿Volvería a leerlo?: No. Con una vez, basta y sobra.
¿Lo recomendaría?: No. Si os gustan los thrillers, hay otros libros mucho más entretenidos y originales.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
– El profesor (John Katzenbach)
– Yo mato (Giorgio Faletti)
– El coleccionista de huesos (Jeffery Deaver)
– El silencio de los corderos (Thomas Harris)
Malosa.