Fin de la trilogía erótica de nuestra española Megan Maxwell. Ya sabéis que considero el primero de la misma, Pídeme lo que quieras, como un libro estupendo del género, un soplo de aire fresco en un estilo de literatura saturado ya hasta el hartazgo. Megan logró una historia adictiva y novedosa, una amalgama de personajes, erotismo y romance muy adecuada. Fue capaz de mantener el listón en su segunda entrega, aunque con unos niveles de calidad ciertamente inferiores. Pero la jugada le ha salido mal con esta tercera y última parte. Como la mayoría de las novelas eróticas que inundan el mercado, no aporta nada ya. Me sobra del todo.
Os adelanto que no hay spoilers del libro en cuestión en esta reseña, pero sí de los dos anteriores.
Sinopsis
Judith y Eric regresan de su viaje de novios tras una boda de ensueño. El se siente el hombre más feliz del universo y no se imagina su vida sin ella; sin embargo, los celos y el afán de protección de Eric los enfrenta una y otra vez.
Por su parte, Judith está encantada con su Iceman particular y siempre intenta verlo todo por el lado positivo, aunque en más de una ocasión se llene el cuello de ronchones…Disfruta de Eric y de sus juegos sexuales, excepto cuando él le susurra que uno de sus mayores deseos es tener un hijo con ella.
Opinión personal
De verdad que Maxwell me cae muy bien y me hubiera gustado hacer una reseña positiva de esta entrega. Pero no puede ser. Esta última parte NO era necesaria. Y la saga se habría recordado mucho mejor si no hubiera existido. He leído por ahí que Megan la escribió por las presiones de sus fans, que le pedían una última entrega que continuara la historia de amor entre Eric y Judith. No dudo que la necesidad de agradar a los lectores fuera alta pero, querida Megan, creo que en esta vida hay que saber decir que NO. Y tú en este caso no has sabido.
La verdad es que no puedo hablar mucho de este libro porque no tiene contenido como para comentarlo. Es un alargamiento forzado de una historia que no tenía nada más que decir. Judith y Eric ya estaban casaditos, totalmente felices y comiendo perdices. Judith se encontraba plenamente integrada en la familia de Eric y ya la quería hasta el crío chino insoportable. Por tanto, lo único que queda por desarrollar aquí es lo que se ha sacado de la manga la autora: tema hijos y ahondamiento en los secundarios.
Lo de los hijos, pues bueno. Jud que no quiere y Eric, erre que erre, que sí. Con esta discusión se pasan todo el libro (aderezando el asunto con varias charlas sobre partos, embarazos y maternidad…que a mí sinceramente no me interesaban), hasta que al final y como ya preveíamos, Jud claudica (esto no lo considero spoiler…cualquiera se lo imagina).
Y el tema secundarios pues es casi lo más entretenido, que no bueno. Ya que la historia de Jud y Eric no daba más de sí, Megan dedica varias tramas argumentales paralelas a los secundarios, siendo todas ellas amorosas. En algunos casos a los personajes ya los conocíamos (la hermana de Jud y su historieta de amor con un nuevo interviniente) y en otro son nuevos (Graciela con un viejo conocido, Dexter). Vale que es un libro erótico-romántico, pero las andanzas de los secundarios me han resultado un poco de vergüenza ajena: y de telenovela barata. Megan podía haber introducido algo distinto, un poco de suspense, o acción o misterio…algo que no fueran historietas almibaradas.
Por hablar de otros aspectos que habían hecho esta saga remarcable, vemos que lamentablemente el humor también se pierde. Jud nos conquistó en anteriores entregas con su carácter, su frescura y sus expresiones muy de la tierra. En esta novela se repiten hasta el hartazgo y ya no hacen gracia. Y hablando de expresiones que se repiten, acabé de morenita y de Iceman, hasta las narices. No me dio por contar las veces que aparecen, pero…
Por último, del sexo poco que decir también. Las orgías y el sexo en grupo ya estaban suficientemente explotadas en los libros previos, con lo cuál en este tercero encontramos más de lo mismo.
En resumen, me ha resultado un fiasco total. Y por supuesto innecesario. Lamento un montón que mi reseña haya sido tan negativa, pero es lo que hay. Me gustó muchísimo el primer libro de esta saga, Pídeme lo que quieras, pero en mi opinión Megan debería haber finalizado su historia, como mucho, en el segundo tomo.
Por qué decidí leerlo: Me encantó Pídeme lo que quieras y me entretuvo Pídeme lo que quieras ahora y siempre. Por eso me fui a por el tercero convencida.
Lo mejor: Casi las escenas de sexo. Más de lo mismo, pero de forma solvente. Y el personaje de Björn. En teoría, Megan está trabajando en un spin-off sobre el mismo, cuyo título será Sorpréndeme. Este secundario dme ha gustado mucho, aunque no sé si me atreveré con la novela.
Lo peor: El libro en su conjunto. No debería haber existido.
¿Volvería a leerlo?: Ni hablar.
¿Lo recomendaría?: No, ni remotamente. Pero sí os animo a leer el primero de la saga, Pídeme lo que quieras.
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Pídeme lo que quieras o déjame (ERÓTICA ESENCIA)
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
– Cincuenta sombras de Grey (E.L. James)
– Desnuda (Raine Miller)
– No te escondo nada (Sylvia Day)
Malosa