Reseñado por Bitterblink
Laura Norton es el seudónimo una escritora madrileña (no confundir con la actriz británica) dedicada a sus libros pero también a la publicidad y al cine. Esta es su primera novela que tras 8 ediciones y más de 50k ejemplares vendidos va a ser llevada al cine. Su siguiente obra «Gente que viene y Bah» parece ser la revelación en ‘chick lit’ de estas navidades de 2015, pero vamos a lo que vamos.Sinopsis
Sara es una treintañera algo desencantada cuya vida va un poco a la deriva. Opositando para una posición de profesor de química que realmente no quiere y con un novio estupendo (Roberto) que ha tenido que emigrar a Francia para encontrar trabajo de Arquitecto.
Toma la decisión más difícil de su vida al decidir que su futuro está ligado a la vieja tienda de costura de su abuela y a hacer ropa basada en plumas exóticas. Este sueño viene del único momento en su vida en el que fue enteramente feliz, cuando el chico más guapo del instituto (Aarón) la felicitó efusívamente por el vestuario basado en plumas de una obra del instituto. Tras la obra ella no se atrevió a lanzarse y Aarón desapareció para siempre de su vida pese a que siempre esté presente en su mente.
Su aventura con las plumas viviendo en la antigua casa de su abuela no parece ir mal, incluso se plantea vivir de ello, y cuando por primera vez vislumbra una verdadera oportunidad de salir adelante todo se estropea.
Su familia es un caos, su hermana modelo (Lu) anuncia que se casa, su novio viene acompañado de un enorme finlandés de su viaje y lo aloja en su casa por sorpresa y cuando parece que nada podía ir peor, Sara descubre con horror que el prometido de su hermana no es otro que Aarón, su Aarón.
Así en una casa llena de gente variopinta, con distintos desastres de por medio, Sara intenta llevar adelante su negocio y su relación, negándose a admitir lo enamorada que sigue de aquél chico que era el único que creía en su talento en el instituto.
Sara tendrá que tener la cabeza fría para intentar entender qué es lo que quiere hacer con su vida y cómo va a salir del tremendo lío en el que se va a meter por no aceptar la realidad tal y como es.
Opinión personal
La ‘Chick Lit‘ es un género por derecho propio. Para mí la impulsora real del género fue Helen Fielding con El Diario de Briget Jones y aunque es un género muy anglosajón (Marian Keyes, Nancy Mitford…) en lengua castellana cada vez tenemos más autoras de este género. Laura Norton ha sabido hasta cierto punto subirse a esta ola con las particularidades de escribir en Castellano.
Este género habla de valores y esperanzas de mujeres de clase media alta, occidentales, solteras o sobrevenidas, de entre los 20 y los 30 y… intentando hacer como si fuera una «chica cualquiera». Laura sigue este patrón y le sale bien… con algunos matices.
Para empezar una pequeña crítica, no es que sea importante porque creo que es una característica del género. Igual que Bridget Jones era «muy» de Londres, Sara es muy «de Madrid». Habla de locales míticos ya desaparecidos como el Nasti o del ambiente del Barrio de Malasaña donde vive, de comida típica española y otra serie de datos que a veces son difíciles de entender para aquél ya no sólo que no sea español, sino incluso que viva en Madrid. Ya el título hace referencia a un insulto español «gilipollas» (la RAE lo define como alguien muy estúpido, tonto), pero esto le resta un poco de atractivo para el lector no español porque tiene que hacer un esfuerzo extra para entender algunas cosas (por ejemplo, en una escena hablan todo el rato de «Sumial» que es un medicamento para la ansiedad bastante común en España pero que no se llama igual en todos los países).
El libro arranca con fuerza. Tiene un par de gags que son bastante cómicos al principio (mención aparte merece la llamada por Skype que es muy graciosa). Pese a este arranque con tanta fuerza, luego los gags empiezan a ser demasiado absurdos hasta para el género que representa. En vez de a la carcajada te lleva a la media sonrisa. Quizá los mejores gags los provee Eric el finlandés que es toda una caricatura pero que es un personaje de lo más gracioso.
Respecto a los personajes, son como suele ser en este género, demasiado arquetípicos, Aarón es el guapo perfecto, sensible y que cree en ella, Lu es la niñata creída e inestable, y los padres son un par de caricaturas de la crisis de los 60, muy en la línea de los padres de Bridget Jones pero aún más absurdos y con demasiado protagonismo.
Mi personaje preferido sorprendentemente es Roberto, el novio eterno de Sara, el único que es sensato, bueno, abnegado, fiel y por supuesto… no suficientemente atractivo por lo que la autora se dedica a librarse de él, aunque con más elegancia que otras escritoras. No hay «final feliz» en pareja para él, y es una lástima porque claramente es que más se lo merece.
Los diálogos son ágiles, con muchos chistes fáciles y en ocasiones demasiado «monólgo de humor» pero creo que están bien resueltos sin gozar de un humor especialmente inteligente.
En fin, es un libro entretenido que no creo que «indigne» a nadie, con personajes caricaturescos pero más o menos bien llevados. Hará sonreír a los lectores/as que gusten de este tipo de literatura, aunque Bridget Jones sigue estando por encima.
Calificación: Entretenido
Lo Mejor: El principio del libro, Eric, que esté escrito en castellano
Lo Peor: Demasiado caricaturizado todo, alguna situación es en exceso absurda para ser graciosa de verdad
Lo Releería: No, pero no me cierro a no leer «Gente que viene y Bah»
Lo Recomiendo: Si te gusta este tipo de literatura te entretendrá pero no es un salto cualitativo en el género
Si quieres comprar el libro
No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas
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Bitterblink