Cinco horas con Mario fue escrita y publicada por el escritor Vallisoletano en 1.966. Ha sido incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX según el periódico El Mundo y muchos opinan que es una de las obras cumbre de Delibes.
En mi opinión exageran, es una novela con indudables virtudes y gran destreza narrativa, pero también con fallos evidentes, principalmente protagonizados por la reiteración y el maniqueísmo. Buena novela, en cualquier caso.
Sinopsis
Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche. Sobre la mesilla hay un libro, la Biblia, que la esposa hojea. Va leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento, desordenado monólogo en el que la vida pugna por hacerse real otra vez. La pobre vida llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchemos el irritante discurrir de la pequeña y estrecha mentalidad de la esposa. Otro hombre irá poco a poco descubriéndose, para todos menos para ella, con toda su desesperanza y su fe en la vida.
Opinión personal
El libro se estructura a partir del soliloquio de la viuda, Carmen, mientras vela a su marido difunto. A partir de ciertos pasajes de la biblia que irá leyendo enganchará a su vez temas que no son más que recuerdos de su vida matrimonial y sobre todo reproches hacia su marido, culpándole de no haber podido vivir la vida que ella hubiera querido y/o merecido tener.
Es una novela costumbrista fantástica, ya que recrea de forma muy fidedigna la situación de la España de la postguerra. Se reflejará perfectamente la existencia de las dos Españas, estando protagonizadas cada una de ellas por los dos protagonistas, Carmen y su difunto marido. Carmen en la derecha, representando el conservadurismo, la tradición, la religiosidad exacerbada, la importancia de las apariencias. Y Mario a la izquierda, aportando el modernismo, la lectura, la rebeldía y la intelectualidad.
Conoceremos al resto de personajes a partir del monólogo de la protagonista, aunque como decía justo ahora se recrea principalmente la personalidad de Mario en claro contrapunto con las ideas de Menchu. Otros temas que se aprecian entre líneas son la infidelidad, el remordimiento, la frustración y en mayor medida el fracaso matrimonial.
Página a página Carmen irá desgranando sus pensamientos a través de este monólogo reiterativo en el que repetirá una y otra vez los mismos temas, escondidos tras críticas veladas, que la protagonista no comunicó en vida y trata de expiar en el velatorio: no haber tenido un coche, su gran atractivo tan poco valorado por su marido, la fallida noche de bodas, el episodio de la bibicleta, el de la fiesta con el champán, la participación de Mario como periodista en El correo, su relación con Encarna, el escarceo con Paco y su frustración general. Todo culminará con la contrición de la viuda, ya al final de la novela, cuando se descubre su infidelidad con Paco.
La novela presenta un estilo literario muy depurado y a la vez coloquial, con expresiones típicas de la tierra castellana (todas las chicas van despepitadas, me sentó como un tiro, todo tiene solución menos la muerte…) e incluso introduciendo el uso del laísmo, incorrección lingüística muy común en la zona. Destacar también que el monólogo de Carmen va decorado con múltiples insultos que la viuda dedica a su desdichado marido (botarate, holgazán, desagradecido, papanatas, adoquín, calamidad, borrico, tonto del higo, etc.), irritantes a la vez que divertidos.
A pesar de las bondades, que ya digo son indudables, resultará muy denso a un lector medio y eso que no supera las 300 páginas. Principalmente por no utilizar el recurso del diálogo, por la repetición constante de los mismos temas e incluso los mismos episodios que Menchu reitera a lo largo del velatorio y también por el exceso de maniqueísmo en la protagonista femenina, irritante en grado sumo y que acabará cansando al lector por su limitación de miras.
De todos modos y reconociendo que me ha resultado bastante pesado, he de decir que es una obra de alta calidad y por eso lo he calificado como bueno. Pero si buscas algo trepidante, o rápido o moderno o entretenido, ya te digo que no es tu libro.
Por qué decidí leerlo: Tengo cariño al escritor por la relación amistosa que le unió a mi abuelo, así que intento leer algo suyo de vez en cuando.
Lo mejor: La riqueza que tiene este libro, en muchos sentidos: Lenguaje, expresiones, crítica social, novela costumbrista y representación fidedigna de la España de los 60.
Lo peor: Es muy reiterativo, tanto que hastía. Su estructura basada en el monólogo de un personaje tan maniqueo no favorece el entretenimiento.
¿Volvería a leerlo?: No, ya os digo que se me hizo cuesta arriba, a pesar de sus virtudes objetivas.
¿Lo recomendaría?: Uf, creo que tampoco. Me parece que hay que leer a Delibes, pero tiene novelas infinitamente más redondas como por ejemplo El camino.
Si quieres comprar el libro
Cinco horas con Mario (Contemporánea)
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
- El príncipe destronado (Miguel Delibes)
- El camino (Miguel Delibes)
- Nada (Carmen Laforet)
Malosa