
Reseñado por Malosa
Me fastidia muchísimo hacer esta reseña, porque va a ser muy negativa. Tengo cierta predilección por este autor, ya que Pablo del Río es mi paisano y en concreto es oriundo de un pequeño pueblo del norte de Palencia donde he veraneado desde mi infancia. El escritor ha publicado otras dos novelas que sí me gustaron, especialmente la primera, Doce abuelas. Seis cocodrilos es su tercera publicación y aunque me cueste, debo reconocer que no me ha gustado nada de nada. Tengo que ser objetiva aunque me fastidie…
Sinopsis
Los mejores amigos pueden ser los peores enemigos.
Una mujer recoge conchas en una playa de la costa sur inglesa. Al levantar la vista, advierte la silueta de un motorista cayendo desde un acantilado. Seis días antes, un inglés adinerado se presenta en una joyería de Londres con un anillo que el joyero reconoce al instante, y que tiene algo de perturbador.
Mientras tanto, Adolfo llega a Mundaka dispuesto a surfear sus famosas olas. Allí se topa con Diana, una mujer con un pasado trágico cuya madre murió en un terrible incendio accidental. Diana nunca asumió la explicación oficial y siempre pensó que su muerte iba acompañaba por un halo de misterio. Una noticia publicada en el periódico hace que sus sospechas se desboquen y los acontecimientos se precipiten.
Opinión personal
A ver, voy a intentar no extenderme y no ensañarme con la novela, pero sí quiero explicaros el por qué de mi opinión tan negativa. Comentar en primer lugar que Del Río recupera a su personaje fetiche de anteriores libros, Adolfo, que es el único que repite como principal en todas sus publicaciones. A pesar de esto todas sus novelas son independientes y auto-conclusivas, puedes leerlas en el orden que quieras. Adolfo me cae bien, que repita aquí para mí es positivo. Del Río mantiene además la estructura de sus previas, contando algunos capítulos desde la perspectiva de Adolfo, otros desde la perspectiva de su contraparte femenina, Diana, y algunos otros como narrador omnisciente. Y explica todo el meollo de la historia retrotrayéndose al pasado, como hizo en publicaciones previas. Por ahora Ok, aunque se repite un poco ya.
Lo mejor que tiene en mi opinión este Seis cocodrilos es su primer tercio, el inicio, en el que se va planteando el argumento, conocemos a los personajes y se crea un cierto clima de misterio del que queremos saber más. Desgraciadamente este primer tercio se diluye después en un nudo incomprensible y alargado, que desemboca en un desenlace correcto con giros incluidos, que me dio igual porque estaba ya saturada y deseando acabar la novela. En mi opinión hay 4 cosas que fallan, o que al menos a mí no me han cuadrado:
– Incoherencias: Es cierto que esto se había dado ya en Del Río, pero no de una manera tan brutal como aquí. El autor parte de algunos planteamientos para explicar el argumento que son tan sumamente increíbles que hacen que la novela pierda consistencia y no nos la creamos. Por ejemplo, no tiene sentido que uno de los personajes considere fiables los resultados de un test de embarazo de hace más de 20 años, no se sostiene que Diana le cuente su vida a un desconocido, ni que piense como normal y lógico durante reiteradas ocasiones que su padre es un asesino….por poneros ejemplos, pero hay muchas cosas de este tipo que te salen de ojo.
– Falta color local: Y esto es algo que el autor había hecho muy bien antes, recrear los modos de vida y costumbres de las pequeñas poblaciones del norte de España. En este libro empieza en Vizcaya pero pronto traslada la acción a Londres y aquí creo que el autor hace aguas. No me parece que esté bien recreado, ni el carácter de los ingleses, ni los modos de vida, ni la atmósfera, ni nada. La ambientación me resultó fallida y para nada me situé en el país vecino.
– Complejidad: Mal llevada además, es algo que ya destaqué en Ocho jueves, que era una novela más complicada que Doce abuelas y sobre todo que se hacía complicada. No soy enemiga de la complejidad, puedes entretejer un argumento con muchas líneas y personajes, pero me parece fundamental hacérselo fácil al lector. Porque si no, el que lee se pierde. Y si no sigues un libro lo dejas. Y esto me ha pasado con esta novela, que me he perdido entre tanto batiburrillo de situaciones absurdas, a priori inconexas, y personajes varios.
– Aburrimiento: Derivado seguramente de lo anterior, el segundo tercio de la novela se me hizo insufrible, qué poco me interesaba lo que contaba Del Río y la manera en que lo contaba. El final no está mal y arregla un poco la historia, pero en este momento yo ya estaba tan hastiada que es que me daba igual el giro, la resolución y todo. Yo sólo quería acabarlo. Y lo he hecho por hacer la reseña que si no, lo hubiera dejado a la mitad sin ningún tipo de duda.
Para finalizar, diré que personalmente la temática no me entusiasma (el tema de los grupos musicales y las rencillas entre miembros de las bandas, me dan igual que me dan lo mismo) y que en este libro no se menciona Palencia en ningún momento como lo hacía en los anteriores, lo que he echado de menos. Pero estas cosas son puramente personales y no determinan que una novela sea o no de calidad.
En resumen, que no. Que me he aburrido muchísimo. Y que lo lamento mucho, pero es que es la novela que menos me ha gustado de los últimos 10 meses.
Calificación: Para mí malo, no puedo calificarlo mejor.
Por qué decidí leerlo: Sigo de cerca al autor por nuestra procedencia común y me había leído sus dos anteriores novelas, infinitamente mejores que esta, sobre todo la primera.
Lo mejor: El primer tercio de la historia. Adolfo, que siempre me ha caído simpático.
Lo peor: Complicado, aburrido, incoherente.
¿Volvería a leerlo?: Ni hablar, con lo que me ha costado acabarlo…
¿Lo recomendaría?: No. Para nada. Pero los libros anteriores del autor sí.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
- Doce abuelas (Pablo del Río)
- El último peón (Peter May)
Malosa


