Archivo diario: noviembre 8, 2011

En busca del fuego – J.H. Rosny

Reseñado por Malosa.

Bueno, parece que estamos en la semana de los clásicos. Después de que Bitterblink reseñara ayer uno de los imprescindibles de la ciencia ficción, hoy toca otro gran clásico de la novela prehistórica.

 Libro escrito por los hermanos Rosny a principios del S.XX (publicado en 1918, en concreto). Estos escritores se consideran los precursores de la novela prehistórica, ya que fueron los primeros en escribir historias noveladas de este momento de la historia, y lo hicieron mucho antes de que los estudios y descubrimientos científicos sobre esta época vieran la luz. Es decir, el primero de sus libros fue publicado a finales del S. XIX, en un momento en que las teorías sobre la evolución y el origen de las especies de Darwin estaban en pleno apogeo. Pero mucho antes de que determinados descubrimientos científicos (como la prueba del carbono 14) fueran desvelados, de modo que la realidad y la ficción se mezclan en esta particular visión de la época prehistórica que nos ofrecen los escritores belgas.

 La historia, como su propio título indica, trata de la búsqueda del fuego. La horda de los Ulhamr lo ha perdido tras una escaramuza con otra tribu. Todas las esperanzas de supervivencia han desaparecido, ya que el fuego ofrecía protección, seguridad y alimento. Ahora que lo han perdido no les queda más remedio que salir en su busca. Los hermanos Rosny recrean una raza humana que sabe de la importancia de este elemento y prima su supervivencia en su cuidado y conservación. Pero no saben producirlo, de modo que su única opción es buscar otro fuego y hacerse con él.

Faúhm, jefe de la tribu de los Ulhmar, ofrece la mano de Gamla (su hija y una de las mujeres más bellas) y el reconocimiento como futuro jefe de la tribu al valiente que consiga traer el fuego de vuelta. Dos hombres se atreven a afrontar el reto: Naóh, Hijo del Leopardo, y Aghoo, Hijo del Auroch. Cada uno de ellos partirá en busca del preciado fuego acompañado por otros dos compañeros. Naóh se lleva consigo a Nam y Gau, dos valientes jóvenes rápidos y fuertes. Aghoo se hace acompañar por sus dos hermanos.
A partir de aquí el libro desarrolla la historia de Naóh, Nam y Gau. Narra las peripecias de este grupo de hombres en su frenética búsqueda y cómo se enfrentarán a multitud de peligros para la obtención del preciado elemento, como animales salvajes, inclemencias del tiempo, rutas y caminos desconocidos, otras razas/tribus de hombres enemigos (devoradores de hombres, enanos rojos, etc.).

No sé si habéis leído la saga de los hijos de la tierra de Jean M. Auel…pues bien, esta novela no tiene nada que ver: ni en el estilo, ni en el ritmo, ni en el entretenimiento, ni en la recreación histórica…en nada. Los hermanos Rosny se caracterizan por tener una imaginación desbordante. El mundo recreado por los belgas tiene una variedad de formas, colores, animales, razas y plantas, no menos que exuberante. Pero que de ningún modo responde a la realidad.

Esto no es intrínsecamente malo, sobre todo porque a finales del S.XIX no existían medios suficientes como para hacer una recreación histórica más exacta. De forma que los belgas sustituyen la ciencia por la fantasía y describen el mundo prehistórico como ellos creían o como ellos deseaban que fuera. Y el resultado es casi un parque temático de animales/plantas y especies. Una especie de parque jurásico al estilo de Spielberg.

Otro punto positivo del libro es la ingenuidad que desprenden los autores en su planteamiento. Es un relato encantador, ya que a pesar de describir la lucha por la supervivencia del hombre, la ley del más fuerte, siempre lo hace de una forma casi poética. Los animales matan porque tienen hambre o deben defenderse. Pero siempre con cierta justicia y proyectando respeto ante sus enemigos. A veces parece que las bestias tienen más sentimientos que los propios humanos. Hay una parte del libro en que los Ulhmar se encuentran con unos mamuts y entablan una relación con ellos de amistad que, sin ser realista de ningún modo, te hace disfrutar del relato con una sonrisa y una mezcla de anhelo y deseo de que efectivamente hubiera ocurrido.

Como negativo, diré que es una historia irregular. La primera mitad es muy densa en cuanto a sus descripciones. Prácticamente no queda una planta, ni un animal sin nombrar de todo el entorno. Esto hace que te cueste mucho entrar en la historia, corriendo el riesgo de que decidas abandonar el libro y te pierdas un relato tremendamente interesante. A partir de la segunda mitad despega y aglutina todo el entretenimiento que se echa de menos en la primera mitad.

Lo dicho, un libro encantador, imaginativo y muy entretenido cuando consigue despegar. Es una visión muy imaginativa de lo que podría haber sido la vida humana hace miles de años.

Por qué decidí leerlo: La prehistoria es una de mis épocas favoritas y tras leer la saga de Jean M. Auel decidí conocer a los “padres” de este género, que no son otros que los hermanos Rosny.

Lo mejor: La imaginación que derrochan los escritores a la hora de recrear esta época histórica con los pocos conocimientos del momento.

Lo peor: Puede pecar de denso. La primera mitad del libro se hace ardua debido a esta riqueza descriptiva de la fauna y flora. Cuesta entrar en la historia y probablemente te aburra si no eres un apasionado del tema.

¿Volvería a leerlo?: Puede que sí. Es una buena mezcla de ciencia ficción e historia.

¿Lo recomendaría?: Sí. Es otro de los grandes clásicos que debe leerse. Si además te gusta la época, creo que es imprescindible conocer la obra de estos escritores. 

Otros libros del estilo que podrían gustarte:

–       El león de las cavernas (J.H. Rosny)

–       El clan del oso cavernario (Jean M. Auel)

–       Tras la huella del hombre rojo (Lorenzo Mediano)

Malosa.

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