Archivo diario: febrero 20, 2013

Película – Lincoln

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2012

Director: Steven Spielberg (La Lista de Schindler, Atrápame si puedes, War Horse)

Guión: Tony Kushner

Basado en el libro de Doris Kearns Goodwin ”Team of Rivals: the Political Genius of Abraham Lincoln”

Música: Janusz Kaminski

Reparto

  • Daniel Day-Lewis
  • Sally Field
  • Jospeh Gordon-Levitt
  • David Strathairn
  • Tommy Lee Jones
  • James Spader

Continúo con mi particular especial de reseñas de las películas más oscarizables de este año. En esta ocasión voy a comentar la gran favorita de esta temporada, que con doce nominaciones sitúa a Spielberg en el olimpo particular de los dioses cinematográficos al que ya está más que acostumbrado. En los Globos de Oro sólo ha conseguido uno de los siete a los que estaba nominado, siendo Daniel Day-Lewis premiado con el galardón a mejor actor, repartiéndose los premiados entre Argo, Los Miserables, La Noche Más Oscura y Django Desencadenado. Por lo tanto, la antesala de los Óscar ha renunciado a que Spielberg arrase en la toma de premios como ya ha hecho innumerables ocasiones. ¿Ocurrirá lo mismo en los premios de la Academia?

La historia de los últimos meses de Abraham Lincoln, decimosexto presidente americano que se enfrentó a un gran dilema moral mientras la guerra civil americana llegaba a sus últimos días tras años de sangrientas batallas. Su empeño por aprobar la decimotercera enmienda de la constitución, que aboliría la esclavitud como derecho constitucional de los estados sudistas, sería un gran avance humanitario si se hace antes de que acabe la guerra. El problema es que prolongar unas semanas más el conflicto supondría más bajas a las que añadir a la conciencia de toda una nación. Todo ello sumado al dilema moral de “convencer” a la mayoría de diputados de la cámara de representantes (incluyendo a los de su propio partido republicano y a los rivales demócratas), y a los problemas familiares que supone lidiar con su propia esposa (inestable psicológicamente tras la muerte de uno de sus hijos) y con la carrera militar que quiere emprender otro de sus hijos.

Decía un gran crítico de cine que Spielberg peca de pretencioso en muchas ocasiones, y que lo que más le fastidia de la historia del cine era que Orson Welles ya hubiera filmado Ciudadano Kane, puesto que es una película que le hubiera encantado rodar a él. Esta frase  resume perfectamente lo que es y lo que supone este cineasta para la industria de Hollywood y para los anales del séptimo arte. La verdad es que a mi me tiene dividido, porque sí que es verdad que muchas veces intenta hacer la película definitiva sobre el tema que le haya tocado filmar en el momento. El holocausto nazi, la segunda guerra mundial, el esclavismo…  Son temas recurrentes sobre los que da vueltas y, cuando se pone totalmente serio, pierde mucho fuelle y hace productos que a los académicos oficiales les encanta pero con el peligro de acabar siendo un solemne tostón. Spielberg cuando más gana y hace productos más reseñables es cuando se dedica al cine de evasión y deja de lado los grandes dramas históricos. Quizás pierde en profundidad del mensaje, pero gana en diversión y en memorabilidad. Tras sus inicios en los que diseñó el concepto actual de cine-espectáculo por medio del blockbuster de temporada por el que se rige el Hollywood actual (creando grande mitos cinéfilos como Indiana Jones o ET), tuvo una época en la que se pasó a los grandes dramas históricos (La Lista de Schindler, Salvar al Soldado Ryan), mientras se relegaba a sí mismo a labores de productor asociado para financiar cine de evasión dirigido por cineastas menores. Es esta época la del cine más aburrido de su filmografía, dedicado a ganar premios y a contar historias serias. Sólo me reconcilié con él cuando llegaron cintas con una profundidad moral mas ligera del estilo de “Atrápame si puedes”, “Minority Report”  o “Las Aventuras de Tintín”, que retoma el testigo del  cine de evasión de sus inicios pero con la capacidad de darnos un discurso ético escondido en el argumento, como técnica aprendida de sus grandes dramas.

La pregunta de si Lincoln pertenece al primer o al segundo grupo parece respondida de antemano (desde luego que es un drama histórico del que ya sabemos el final cogiendo el libro de historia), pero con matices. Con una segunda mitad que gana en ritmo narrativo (para ser un drama político), su primera hora resulta bastante lenta y farragosa, centrándose en los vericuetos legales y políticos que gobernaban Washington en la época, y exigiendo conocimientos medios-avanzados de historia americana, dificultando la labor al espectador no iniciado. Con una fotografía oscurantista y centrada en interiores, vemos al Lincoln político y al padre de familia, hombre ajado y friolero, envejecido por la guerra, aficionado a los discursos breves y a las anécdotas largas, que nos muestra las cloacas de la política americana (extrapolable a cualquier otro país). Aquí Spielberg no ahorra en críticas hacia el sistema político, demasiado envilecido para llevar tan poco tiempo, con congresistas vociferando e insultándose de forma creativa, periodistas al acecho del titular del siglo, lobbies de presión intentando que sus intereses prevalezcan sobre la mayoría y decisiones que se toman en despachos cerrados de una Casa Blanca que todavía está en construcción.

Daniel Day-Lewis hace suyo el personaje, junto con una labor de maquillaje excepcional, donde cada arruga de la cara parece contar una historia. Si ganara el Óscar, sería tremendamente merecido. El resto de secundarios están magníficos, destacando la escena que Lewis con Sally Field escenifican en un momento  de crisis matrimonial y que parece sacada de las bambalinas de un teatro de primer orden. Tommy Lee Jones parece haber esperado toda su vida para este papel, mientras que Gordon-Levitt está en gracia tras encadenar papeles de secundario en unas últimas películas de lujo.

Y destacar la delicadeza de Spielberg en el modo de contar el final de este presidente americano, quizás lo más conocido a priori por el espectador, alejado del magnicidio grandilocuente esperado.

En definitiva, una obra de madurez de Spielberg, que por momentos se acerca a lo más convencional de su cine dramático, con ese tono de gravedad que aporta siempre, pero que mejora en el tercio final.  No es mala película, dado que nos habla de los grandes dilemas morales de la vida y de la historia (¿el fin justifica los medios?), y que lo resume todo en la fabulosa frase del personaje de Tommy Lee Jones a su ama de llaves (“la medida más importante del siglo XIX, urdida gracias a la corrupción del hombre más puro de América”); pero recomiendo ir al cine con los ojos y los oídos bien abiertos por la densidad de la trama, que resulta muy didáctica pero algo apabullante por momentos. Y es que las comparaciones con la película que mejor ha reflejado la guerra de secesión americana y ha trascendido la lírica y la épica (con la historia de amor y coraje más tormentosa de todos los tiempos, me refiero por supuesto a Lo que el viento se llevó) resultan odiosas pero, en este caso, inevitables.

Calificación: Entretenida – Buena

Lo Mejor: Daniel Day-Lewis, y todos los demás secundarios de la historia. El tramo final.

Lo Peor: Un inicio algo renqueante, que resulta demasiado complejo para los no iniciados en historia americana.

La vería de nuevo: No

La Recomiendo: Sí, para todos aquellos que quieran ver los orígenes de “El ala oeste de la Casa Blanca”

Películas similares: Lo que el viento se llevó; Amistad; Salvar al soldado Ryan; War Horse; Invictus

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0443272/

Tráiler en You Tube (español):

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