He decidido cambiar un poco de tercio y como hacía mucho que no leía ninguna novela relacionada con simbología, códices secretos y demás, la propuesta de Luiz Zueco me pareció ideal. No conocía a este autor, pero como sabéis me gusta dar oportunidades a los escritores españoles y tanto el título como la sinopsis me atrajeron desde el principio.
Luis Zueco es escritor y fotógrafo, principalmente. Pero también ingeniero, e historiador, así como habitual colaborador en varios medios de comunicación, congresos y conferencias varias. Y muy activo en temas de Internet y blogs, por lo que he visto. Sólo tiene 2 novelas publicadas en la actualidad, aunque sí ha escrito varios artículos de divulgación histórica. Por tanto, es un escritor novel, siendo El escalón 33 su segunda novela publicada.
Silvia es una joven madrileña apasionada de los libros y que trabaja como restauradora en la Biblioteca Nacional. Una noche decide comprar un antiguo libro de Quevedo por Internet y al recibirlo encuentra una especie de pergamino antiguo entre la solapa que incluye unos enigmáticos textos acompañados de extraños símbolos. ¿Qué ocultan estos símbolos? Silvia decide ponerse a investigar con la ayuda de Blas, un amigo que trabaja con ella. Pronto los extraños textos parecen apuntar a ciertos castillos y Silvia buscará la colaboración de Álex, un especialista en arte medieval y castillos. La situación se irá volviendo peligrosa paulatinamente, apareciendo oscuros personajes que seguirán sus pasos, un profesional que roba obras de arte, un misterioso magnate dispuesto a todo por recuperar el pergamino original, etc.
No está mal este casi debut del escritor Zaragozano. Estamos ante un libro que mezcla la novela histórica con una atmósfera muy lograda de varias ciudades españolas (especialmente Madrid), incluyendo tintes de aventura y un marcado perfil de thriller. Bazas ganadoras siempre que se utilicen bien. Y Luis Zueco cumple, consiguiendo un producto final más que aceptable. Pero que no llega al sobresaliente en mi opinión.
Cosas positivas que encuentro en esta novela:
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Ambientación muy lograda: Luis realiza una recreación casi perfecta de sus escenarios, tanto de la atmósfera medieval (detalle de castillos, batallas, arte del medievo y chascarrillos varios sobre el origen de las cosas), como de la actual (fantástica la descripción de los rincones más emblemáticos de Madrid. Este libro funcionaría perfectamente como una guía turística de la capital). Un 10 en este apartado para nuestro escritor.
- Secundarios ganadores: Listos, encantadores, divertidos, enigmáticos, adorables. Bien perfilados y que consiguen enamorar al lector. Destaco sobre todo a Santos (personaje en el que encuentro reminiscencias claras a Fermín Romero de Torres de la saga de el cementerio de los libros olvidados de Zafón. Muy probablemente Zueco se basara en él para crear a su personaje). Y también a Antonio Palacín, individuo entrañable, erudito y con cierta tendencia paternalista que despierta enseguida el cariño del lector.
- La evolución de la historia: Nuestro Zaragozano es capaz de contar este relato cambiando el protagonismo y logrando de este modo no agotar al lector y acrecentar el interés sin que decaiga el ritmo. Es decir, al inicio todo el peso de la historia lo lleva Silvia, que a través de su vida y entorno en Madrid aglutina todo el protagonismo. Pero de forma paulatina y sin apenas darnos cuenta, este peso se traslada suavemente a Alex Aperte, personaje bastante más empático y que reconduce fácilmente el relato. Creo que Zueco lo hace bien porque Silvia no hubiera sido un personaje idóneo para llevar sola todo el peso de la novela. Y esta transición con Alex Aperte es perfecta.
También encuentro cosas negativas y no son pocas. Pero también creo que muchas de ellas son fruto de la inexperiencia de Luis Zueco como escritor, de modo que es más que posible que las vaya limando con el tiempo:
- Todo funciona demasiado a la perfección. Los personajes van y vienen por esta historia en la que parece que todo encaja sin esfuerzo aparente: reciben muchas ayudas clave cuando todo parece perdido, se encuentran con multitud de personajes que esclarecen los hechos cuando los protagonistas andan perdidos y que encima son expertos en simbología medieval (algo no muy común, la verdad). Toda esta casualidad le resta seriedad a la novela, hace que no nos la creamos del todo.
- Reacciones poco lógicas de los personajes. Por ejemplo, no entiendo la traición ni la respuesta del traicionado ante la misma. Además, justo es decir que sus dos principales no brillan demasiado. Alex resulta demasiado perfecto en todo, es un personaje excesivamente plano aunque nos caiga muy bien (¿un poco alter-ego del escritor, quizá?) y Silvia no acaba de generar empatía en el lector, es antipática, inmadura y superficial.
- El ritmo es algo irregular, tiene altibajos: La novela consta de 3 partes, siendo claramente más entretenidas la primera y el desenlace. La parte intermedia, titulada los castillos, creo que puede resultarle algo pesada al lector. Sobre todo por la profusión en detalles que nos aporta Luis Zueco de cada uno de los castillos que nombra. La descriptiva no es algo malo, pero pienso que hay que alternarla mejor con diálogos o ejemplos y evitar disquisiciones excesivamente largas. A mí en concreto me saturó un poco tanta historia de castillos. No ocurrió lo mismo, por ejemplo, con todo el tema del románico, que me resultó de lo más ameno. Aunque puede que ayudara en esto mi procedencia Palentina, o que esta historia la cuenta Antonio Palacín y es uno de los personajes que más me llenaron.
A pesar de los fallos, me parece una novela muy correcta y que cumple con su cometido que es entretener, aunque a ratos nos pueda saturar un poco tanto monólogo sobre castillos. Además, lo hace enseñando y con una cuidadísima labor de documentación/investigación histórica que se nota domina perfectamente el autor. Si te gustan las novelas de corte «Código Da Vinci» y además le pides seriedad y calidad a lo que lees, esta historia no te defraudará.
Por qué decidí leerlo: Me apetecía leer una novela de tipo thriller histórico y localicé esta un poco por casualidad.
Lo mejor: Su ambientación. Su cuidadísima recreación histórica. Su profusión de detalles en lo medieval y artístico. Sus secundarios entrañables. Las ganas que te dan de salir a tapear por Madrid y recorrer los sitios que nombra Zueco en su novela.
Lo peor: Silvia y Álex. La suerte que tienen en su búsqueda. Su profusión de detalles en lo medieval y artístico.
¿Volvería a leerlo?: No, tampoco le veo tanto el punto como para releer.
¿Lo recomendaría?: Eso sí, sobre todo a los que disfruten con las novelas históricas y de búsqueda de misterios ocultos a partir de pistas.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
– El código Da Vinci (Dan Brown)
– El laberinto de la rosa (Titania Hardie)
– El juego del ángel (Juan Carlos Ruiz Zafón)
– Iacobus (Matilde Asensi)
Malosa
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Estoy a pocas páginas de acabarlo y no puedo estar más de acuerdo contigo. El libro empieza muy bien, engancha. La parte de los castillos a mi personalmente me ha desesperado, y la tercera parte tiene cosas que no cuadra. Espero que al final salgan parte de los personajes que aparecen al principio, porque si no ya lo terminaria de rematar.
Hola, Patricia.
No sé yo, no recuerdo muy bien el final pero creo que no me pareció memorable. Ya nos contarás qué opinión te generó a ti.
Muchas gracias por comentar.
Un saludo,
Malosa.
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