Reseñado por 0017
Ficha técnica
Título original: Saving Mr. Banks
Año: 2013
Director: John Lee Hancock (Un sueño posible, El Álamo – La Leyenda)
Guión: Kelly Marcel, Sue Smith
Música: Thomas Newman
Fotografía: John Schwartzman
Reparto
- Emma Thompson
- Tom Hanks
- Paul Giamatti
- Colin Farrel
- Jason Schwartzman
- Bradley Whitford
Un0 de los biopics que faltaban por hacer en estos tiempos era el de la figura de Walt Disney, el creador de la mayor factoría de entretenimiento audiovisual que ha dado el cine. Con “Saving Mr Banks” (desafortunado título en español el que se ha propiciado) se intenta suplir estas carencias gracias a la narración de cómo se forjó uno de los mayores éxitos de la compañía, Mary Poppins, toda una odisea creativa. De esta manera y a través de este pequeño episodio sobre el rodaje, la productora Walt Disney nos cuenta una historia de la factoría Disney, basada en la vida de Walt Disney; con lo que ya asumimos de antemano que va a haber poca capacidad de sorpresa y autocrítica en esta producción.
La mágica historia imperecedera de Mary Poppins que le llevó veinte años al bueno de Walt adaptarla a la gran pantalla, todo debido a la tozudez de la escritora P. L. Travers que se negó en redondo a ceder los derechos sobre su personaje. Sólo cuando los problemas económicos asomaron a la vuelta de al esquina, se vio en la obligación de coger un vuelo a Los Ángeles y reunirse con el equipo creativo de la Disney para intentar que no arruinaran con fantasías estrambóticas un personaje en el que había vertido todos sus traumas vitales e infantiles. La película, de esta manera, nos cuenta las tensas reuniones con los hermanos Sherman (creadores de los arreglos musicales del clásico) y el guionista Don DaGradi, todas a puerta cerrada y bajo los micrófonos de una grabadora, según instrucciones de la propia Travers. Los tiras y aflojas respecto al tratamiento del señor Banks, padre de los niños protagonistas; la inclusión de canciones con letras absurdas; la combinación de dibujos animados y actores reales; un chófer parlanchín y optimista; el exceso de almíbar edulcorado en todos los aperitivos de trabajo; la inmensidad de peluches de todo tipo de referentes animados… cualquier situación estaba diseñada para irritar a la escritora y ponía en peligro el rodaje de la cinta. A la par, se nos va mostrando por medio de flashbacks la infancia australiana de Travers, donde un padre enfermo no hará que su hija sienta menos admiración por el, y donde se podrá ver el origen de la verdadera inspiración de la niñera más famosa del cine.
Uno no esperaba una mirada demasiado crítica a la figura de este creador de sueños, teniendo en cuenta que no se trata de un biopic imparcial. En su lugar, tenemos una divertida comedia con sus toques de melodrama en los que la peor parte se la lleva la escritora P. L. Travers, puesto que su personaje está dibujado a base de manías sociópatas en las que de antemano nos predispone en su contra. Sin embargo, la justificación de tales manías no está para nada explicado en la cinta aunque se suponga que ése es el objetivo último de la misma. Es decir, por medio de flashbacks cada vez más largos se nos narran los traumas infantiles de la escritora con su padre. Historia redentora acerca de la culpabilidad y la paternidad, el problema es que lo que los paralelismos de la ficción con la realidad no acaban de estar demasiado claros ni definidos, con lo que es inevitable verla como la mala de la película y difícil sentir empatía por ella. Teniendo en cuenta estos factores, cada vez tiendo a creerme menos la presunta verosimilitud de las películas que llevan la etiqueta de “basado en hechos reales” o son biopics de personajes reales. Todo depende de quien esté contando la historia, y en este caso es de suponer que, ni Disney era ese genio bonachón (poco se deja entrever acerca de su conocido autoritarismo), ni Travers una bruja intentando sabotear el trabajo de la fábrica de sueños. Entre un punto y otro, tenemos alguna puñalada certera (los reproches de Travers acerca del poder mercantilista de Disney) para pasar a un momento en el metraje en el que acaba rindiéndose -como era de esperar- al poder redentor de Walt. En ese sentido, hay escenas mejores que otras (el momento en el que empieza a mover los pies al son de una de las canciones claves de la cinta, la “Let’s go fly a kite” del final de Mary Poppins, es más revelador que los momentos más forzados en los que vemos la noche del estreno mundial).
Y ciertamente, si asumimos esta falta de objetividad manifiesta que sobrevuela todo el metraje, por lo menos nos quedamos con una cinta que funciona a otros niveles de sensibilidad pero siempre usando como espejo la cinta clásica en la que se basa la historia. Tenemos risas, tenemos las mismas canciones, tenemos alegrías y tenemos lágrimas. Y eso complementado con las interpretaciones de un gran grupo de actores encabezado por un mimético y excelente Tom Hanks, continuando por una Emma Thompson que está a la altura de su réplica masculina, y con unos secundarios fabulosos (Paul Giamatti, Jason Schwartzman). El menos creíble quizás es Colin Farrell, pero también es posible que las escenas de sus flashbacks sean las más pesadas de la cinta por prolongarse demasiado. Una cinta más que correcta, con un gran diseño de producción ambientado en los 60, que hace que el metraje pase casi sin darnos cuenta mientras que nos intentamos imaginar los momentos mágicos en los que un clásico vio la luz hace ya 50 años.
Calificación: Buena
Lo Mejor: Los actores, sobre todo Tom Hanks, Emma Thompson y Paul Giamatti.
Lo Peor: Una cierta falta de verosimilitud manifiesta.
La vería de nuevo: Si
La Recomiendo: Si
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2140373/combined
Tráiler en You Tube (español):