Libro bonito. De esos que te hacen terminar con una sonrisa en los labios, pensando lo maravillosa que puede ser la vida y la suerte que tienes de vivirla. Al menos, si las cosas se desenvuelven como en este relato.
La novela se desarrolla en Québec y está contada en primera persona por un niño de 11 años, cuyo nombre no se desvela en todo el libro. Acaba de terminar la Navidad y de repente sus padres le comunican que van a separarse. En este momento cae una tormenta de nieve en Québec que deja aislados y sin apenas corriente eléctrica a gran parte de la ciudad. Entre ellos, al piso donde vive nuestro narrador. Consecuencia de la tormenta las vidas de los vecinos, que prácticamente ni se conocían, se interrelacionan de forma sorprondente e intensa. Nos encontraremos varias historias paralelas:
- La del narrador y el divorcio de sus padres
- Una pareja de homosexuales que viven juntos y aún no han reconocido su situación frente al mundo
- Una streaper desencantanda de la vida
- Un científico ruso que investiga la variación en la trayectoria de sus peces
- Alex, el amigo del narrador y su conflictiva relación con su padre Alexis.
La vida de todos ellos confluirá gracias a la tormenta de nieve, haciendo que sus vidas cambien radicalmente.
Se trata de un cuento, una fábula optimista sobre la vida, el amor y las relaciones humanas. Me gusta esta esencia optimista que se desprende a lo largo del relato. De todas las historias, me quedo con la de la streaper y el científico ruso. Por ser la menos convencional de todas y a la vez la que mejor representa la vida cotidiana.
Otro punto positivo del libro son las frases ganadoras que aparecen diseminadas a lo largo del mismo, especialmente al final de cada capítulo. Os dejo algunas que me parecen francamente buenas:
«En esta vida, cada cuál va a lo suyo».
«A veces hay que mentir a los padres para que estén contentos».
«El amor es como ún taxi, si no se para y hay que correr tras él, es que ya está ocupado. Para encontrarlo, simplemente hay que saber esperar en el lugar adecuado».
Independientemente de lo bonito que sea, lo esperenzador y optimista, también tengo que decir que el exceso nunca ha sido bueno. Yo hace tiempo ya que dejé de creer en los cuentos de hadas y que rechacé la asunción de que a las buenas personas les pasan cosas buenas. La vida es mucho más dura y difícil de lo que se desprende en este relato que, como todo cuento que se precie, tiene un final feliz. Es bueno recordar las cosas positivas de la vida, pero no hay que perder de vista la naturaleza cruel de la misma. El príncipe azul no existe, los cuentos no siempre tienen un final bonito y los sueños, sueños son.
Buen libro, bella fábula sobre el amor y la vida. Recomendable.
Por qué decidí leerlo: Lo ví en mi librería y me gustó el título. Es un libro muy cortito, así que lo compré sin pensarlo demasiado.
Lo mejor: Derrocha esperanza e ilusión por vivir. Sus frases.
Lo peor: La vida no es un cuento ni acaba siempre bien.
¿Volvería a leerlo?: Sí. Es cortito y no requiere gran esfuerzo.
¿Lo recomendaría?: También. Deja buen sabor de boca.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
– Déjame que te cuente (Jorge Bucay)
– La sombra del viento (Juan Carlos Ruiz Zafón)
– El curioso incidente del perro a medianoche (Mark Haddon)
Malosa.
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El frío modifica la trayectoria de los peces (Bestseller (debolsillo))