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Película – Los Minions

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Minions

Año: 2015

Director: Pierre Coffin, Kyle Balda

Guión: Brian Lynch

Enlace a la reseña de “Gru, mi villano favorito 2”

Reparto (voces en el original)

  • Pierre Coffin
  • Sandra Bullock
  • Jon Hamm

Reconozco que estoy ligeramente condicionado a la hora de dar nota a las películas que reseño. Salvo casos especiales que odio profundamente (Tarantino, 50 Sombras de Grey), la mayoría de cintas se llevan una calificación amigable por mi parte, y a muy pocas califico de manera negativa o por debajo del aprobado. Eso es por el sesgo implícito a la hora de elegir las películas que me llaman la atención, antes que otras menos atrayentes (solo por el mero hecho de elegir ya estamos dando una calificación). Y bueno, una vez vistas, (casi) todas tienen algo por las que merecen salvarse de la quema y recibir mi condescendencia, ya sea por algún actor atrayente, por un planteamiento que me empujó a ir al cine (aunque luego no estuviera a la altura), por un trailer vistoso, o por un argumento misterioso. Y eso es lo que les pasa a Los Minions, esos adorables hombrecitos amarillos que eran los robaescenas de “Gru, mi villano favorito” y su secuela. Con un lenguaje inventado mezcla de varios idiomas conocidos, una voz tremendamente aguda, una ternura y una mala leche a partes iguales, y unas apariciones estelares en pantalla, cada vez que asomaban por el argumento de la historia del villano con corazoncito que adopta a tres niñas huérfanas se llevaban las mayores carcajadas y aplausos del público. El éxito le pilló de sorpresa a la productora responsable de la animación (no era ni la todopoderosa Pixar ni la rival Dreamworks), y el merchandising habitual pronto se centró en estos bichos amarillos (peluches, videojuegos) y era de esperar que tuvieran una película dedicada a ellos a modo de precuela – spinoff. Y eso es lo que está arrastrando al cine a miles de personas, ante la perspectiva de una animación cada vez más dirigida al público adulto sin dejar de pensar en los más pequeños. Y como decía más arriba, mi nota debería ser más baja que la que finalmente es, pero me temo que no puedo resistirme al encanto que destilan estos hombrecitos dedicados a ser esbirros de los villanos más malvados, y encuentro algo que merece que esta cinta sea salvada de la quema.

Los Minions son unas criaturas amarillas que han habitado el planeta desde el origen de los tiempos. Desde la era de los dinosaurios, su empeño siempre ha sido seguir a los mayores villanos de la historia y convertirse en sus fieles esbirros. Pero una serie de desgracias a lo largo de los años ha provocado que estos pequeños hombrecitos se queden aislados en la Antártida durante décadas. Con el aburrimiento para ellos que supone no tener un amo malvado a quien servir, uno de estos personajes llamado Kevin decide arriesgarse y salir al mundo exterior a buscar un jefe al que servir. Junto con Stuart y Bob, llegan al Nueva York de 1968, y pronto descubren el sitio perfecto donde encontrar sus objetivos: una convención de villanos en Orlando, donde conocerán a la supervillana Scarlett Overkill, y a quien conseguirán unirse como secuaces para ayudarla a conseguir sus malvados planes. Tras viajar a Londres donde tiene su centro de operaciones, Scarlet les revelará su próximo gran trabajo: apoderarse de las joyas de la corona para demostrar que son capaces de estar a la altura sirviendo a un auténtico cerebro del mal.

El mayor problema que yo le veo a esta película es el cansancio que supone dedicar el protagonismo entero a estas criaturas. Con una trama inconexa y a menudo ridícula, la historia hace aguas la mayor parte del tiempo y los esfuerzos por atraer la atención del espectador recae continuamente en los gags de los Minions. Porque cuando nos olvidamos de las cucamonas que hacen los protagonistas, lo que queda es un vano intento de remontar la trama de villanos que con las anteriores entregas de “Gru” tenía cierta gracia y estaba mejor hilvanada. Aquí se abusa de esa idea conceptual del mundo al revés (donde los malos son los buenos) para llevarnos a la Inglaterra pop de los sesenta, y la verdad, tenía más interés la historia de que un supervillano adoptara a unas huerfanitas carentes de hogar, que la búsqueda de un jefe malvado capaz de dar trabajo a nuestros protagonistas. Y a eso le añadimos el segundo mayor problema de la cinta (y de todas las películas que se estrenan en la actualidad): el trailer que destripa toda la trama en todas sus versiones. Tanto el origen de los Minions, como todos los mejores gags de la cinta y la mayor parte de la trama, ya están desgranados en el primer y segundo anuncio de la película que semanas antes ya podíamos ver. Por lo que el efecto sorpresa está ya más que agotado y una vez entras en el cine hay pocos chistes más que se puedan salvar. Hasta el final es tremendamente predecible y te lo imaginas al minuto cero de que empiece la película. Como elementos a destacar de la trama que puedan tener gracia, está el de la familia que recogen a los protagonistas haciendo auto stop, o la persecución por Londres a ritmo de los Who mientras pelean con la mismísima Reina Isabel (y no, no es “la cucaracha”).

Porque la verdad es que pocas cosas más se pueden salvar de la cinta. Ni los secundarios de la película, la mismísima villana protagonista de la entrega, ni el personaje que hace su insufrible marido (cargante a más no poder cada vez que sale en pantalla). Ya sé que esto no es cine de autor, pero las motivaciones que mueven a estos personajes a tomar las decisiones que toman no tienen ni  pies ni cabeza (el marido de Scarlet no sabemos si es bueno, es malo, o sencillamente está más pirado que su mujer). Y la escena de la tortura en la mazmorra podría haber sido tremendamente graciosa, pero al salir este personaje se queda en otro chiste más de la película, corriendo el riesgo de ser una sucesión de sketches y gags al servicio de las bromas de las criaturitas protagonistas.

Y como decía al principio, sí, con todos estos argumentos, la película merecería un suspenso y la recomendación de no ir al cine a verla. Pero es tal la expectativa que ha levantado esta cinta, y nos han dado tantos buenos ratos estos entrañables personajes, que al final soy más condescendiente y me ablando un poco a la hora de calificar esta primera incursión de los Minions en solitario. La película es entretenida y punto, y esperemos que dejen una posible secuela de lado para cuando tengan un mejor argumento. De momento, la tercera entrega de “Gru, mi villano favorito” ya está en marcha, y supondremos que el dejarles de secundarios otra vez hará que se elabore una mejor trama, más conexa, y mejor hilvanada.

Calificación: Entretenida/Pasable

Lo Mejor: Las clásicas escenas sueltas que no tienen trascendencia en el argumento. La vistosidad y el carisma de estos personajes.

Lo Peor: Que en ningún momento la cinta logra remontar el vuelo para atraer el interés del espectador, más allá de lo que se ve en el trailer

La vería de nuevo: No creo.

La Recomiendo: Sí, perfecta para pasar un buen rato y entretener a adulos y niños.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2293640/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El apartamento (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Apartment

Año: 1960

Director: Billy Wilder (El crepúsculo de los dioses, Sabrina, La tentación vive arriba, Con faldas y a lo loco, Irma la dulce, En bandeja de plata, Primera plana)

Guión: Billy Wilder, I. A. L. Diamond, Doane Harrison

Música: Adloph Deutsch

Fotografía: Joseph LaShelle

Reparto

  • Jack Lemmon
  • Shirley MacLaine
  • Fred MacMurray
  • Ray Walston
  • Jack Kruschen

Hace poco tuve ocasión de ver en pantalla grande una reposición de esta obra maestra del cine llamada “El Apartamento”. Una ocasión única para sentir la emoción en una sala de cine de ver una de las mejores comedias de la historia, rodada en la plenitud creativa de un genio llamado Billy Wilder, y durante la era dorada de un Hollywood en su madurez creativa como corriente artística, siendo a partes iguales capaz de emocionarnos, y de ser fiel testimonio de su época. Y es que en esta etapa las obras maestras se creaban a velocidad de crucero, y (si obviamos sus grandes dramas como “El crepúcusculo de los dioses”) así es como este maestro llamado Billy Wilder se coronó como rey absoluto de la comedia ligera, con títulos tan famosos como “Con faldas y a lo loco”, “La tentación vive arriba”, o “En bandeja de plata”. Películas que tenían a unos intérpretes en estado de gracia, desarrollaban un guión perfecto sin fisuras que hacía avanzar él solito la trama, y provocaban carcajadas entre el público como pocos realizadores podían lograr; aparte de tener siempre un puntito de ternura que dejaban un regusto dulce en el espectador (sin necesidad de tirar de humor grueso o chabacano como ocurre con el humor actual), pero sobre todo, sin resultar películas ñoñas o demasiado inocentonas. Todos recordamos las vicisitudes de Lemmon travistiéndose mientras a su pareja masculina no le importaba que fuera hombre en “Con faldas y a lo loco”, la profesión de Shirley McClane en “Irma, la dulce”, o la subtrama de esta “El apartamento” con la infidelidad machista típica en los cincuenta, donde era normal que los hombres tuvieran sus queridas para divertirse después del trabajo. Desde luego que las comedias de Wilder son atemporales y han marcado un camino a seguir en el género. Y la relevancia de esta película y ase hizo patente en el momento de su estreno. Ganó cinco Oscar, al mejor director, al mejor montaje, a la mejor película, a la mejor dirección de arte y al mejor guión original. De hecho, su importancia es tal, que la cinta está preservada en el archivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

C.C. Baxter es un humilde trabajador de una gran compañía de seguros con sede en el centro de Nueva York. Por las mañanas miles de personas entran y salen de unas oficinas superpobladas con el ánimo de prosperar en su trabajo y conseguir un ascenso. Ése es el propósito de Baxter, y para ello se vale de su reclamado apartamento en el centro de Manhattan. Un preciado pisito de alquiler ni demasiado grande ni demasiado pequeño, del que hacen uso de manera abusiva sus superiores para tener un lugar donde dar rienda suelta a sus prohibidos escarceos amorosos. En efecto, la llave de su piso va de mano en mano por la planta de los ejecutivos y las molestias que esto le causa al pobre Baxter son a menudo tragicómicas, desde tenga que pasar la noche en un parque por no tener acceso a su propia vivienda, hasta que sus vecinos le confundan con un vividor rompecorazones sin escrúpulos. Pero la suerte de C.C. Baxter está a punto de cambiar, y el hecho de que uno de los principales ejecutivos del área de Recursos Humanos se entere de las prácticas poco honrosas de sus empleados puede dar un vuelco a esta situación; y para complicarlo todo, a la vez conoce a una de las jóvenes ascensoristas del edificio. Una chica guapa, agradable y simpática, por la que todas las miserias de la vida se compensan y hace que todo sea más llevadero.

“El apartamento” es una película deliciosa, con grandes momentos para hacer reír al espectador y también con su puntito de drama. En efecto, las situaciones por las que pasa el personaje de Lemmon son en ocasiones para echarse a llorar, puesto que encarna al clásico pobrecillo envuelto en problemas sin merecerlo. Pero todo ello queda tamizado por su interpretación, una de las mejores de su carrera, donde su repertorio cómico es inacabable y que lleva el guión (también co-escrito por el propio Wilder), a límites del género nunca vistos, y que merece situarse a la misma altura de los grandes del cine (Charlot, Buster Keaton). Su cabeza moviéndose a la vez que la máquina de escribir, las infinitas llamadas para cambiar la cita de uno de los usuarios del piso, el baile de Nochevieja en el bar con un ligue, la raqueta de tenis usada como improvisado escurridor de espaguetis,… Hay tantos momentos mágicos en esta película que es difícil quedarse con uno solo. Su contrapunto perfecto es una agradable Shirley MacLaine, nunca tan guapa como aquí y su personaje perfectamente perfilado, con sus preocupaciones y sus motivaciones. La trama da tantas vueltas y hay tantos giros de guión, que cada situación es una pirueta interpretativa más de los protagonistas, diseñadas para tocar en el momento adecuado la fibra en el espectador.

De hecho, la película funciona perfectamente como radiografía de la sociedad del momento, con ese machismo heredado de décadas anteriores donde los hombres tenían vidas paralelas en función de la familia o de las amantes del trabajo. Igual que lo mostrado en la serie Mad Men, pero sin la distancia crítica de la mirada actual (lo cual es más difícil y meritorio). Ya se encarga Wilder de atizar ese reprobable comportamiento infiel mediante las odiosas decisiones del personaje de Fred MacMurray, por ejemplo. Y el retrato costumbrista de la sociedad neoyorkina de los sesenta es certero y punzante, y de hecho vemos sus fiestas, su trabajo, sus casas… La ciudad (y no digamos ya el propio apartamento) es un protagonista más, y es de esas películas (junto con Desayuno con Diamantes, por ejemplo) en las que Nueva York nunca estuvo tan bien dibujada (antes de la era Woody Allen).

Pero si me tengo que quedar con algo, es el final. Rápido, precipitado, con una sombra de drama dibujado segundos antes, para alegrarnos acto seguido el alma con un final feliz nada previsible, con esa partida de cartas inacabada. Unos minutos antes, (por si en algún momento pensábamos que era un trepa sólo interesado en el ascenso), el personaje de Lemmon ya se ha dignificado de manera absoluta con el juego de llaves de su apartamento, jugando con el espectador, y dejando que por un breve leve instante malinterprete la situación. Toda una jugada que muestra una labor de guión perfecta, y el digno final a una película que durante todo el argumento ha captado la atención del espectador, marcando el ritmo sin que le dé tiempo a aburrirse. Una película perfecta de principio a fin por sus actores, su guión, su fotografía en blanco y negro, su música, su mezcla de drama y comedia, su trama y temática subyacente (la del intento de prosperar a toda costa en una sociedad ultra competitiva), su crítica social, los decorados donde está rodada, y la ciudad que sirve de escenario. Una obra maestra de un genio que difícilmente veremos repetir.

Calificación: Obra maestra.

Lo Mejor: Todo, es la confluencia perfecta de circunstancias en una época que daba grandes películas cada poco tiempo.

Lo Peor: Que ya no se hagan películas así.

La vería de nuevo: Siempre

La Recomiendo: Por supuesto.

Películas similares: Cualquiera de las grandes comedias de Billy Wilder.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0053604/

Tráiler en You Tube (español):

 

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Película – Los Vengadores: la era de Ultron

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original:

Año:

Director: Joss Whedon

Guión: Joss Whedon

Música: Brian Tyler, Danny Elfman

Fotografía: Ben Davis

Reparto

  • Robert Downey Jr.
  • Chris Evans
  • Mark Ruffalo
  • Chris Hemsworth
  • Scarlett Johansson
  • Jeremy Renner
  • Samuel L. Jackson
  • Don Cheadle
  • Andy Serkis
  • Aaron Taylor-Johnson
  • Elizabeth Olsen
  • James Spader
  • Paul Bettany
  • Cobie Mulders
  • Stellan Skarsgard

De nuevo tenemos otra incursión de la factoría Marvel en el mundo del cómic con los personajes ya explotados hasta la saciedad en anteriores entregas, en una película que supone más de lo mismo pero elevado a la enésima potencia. Cosechando grandes críticas así como récords de taquilla, llevo varios filmes intentando acercarme a esta franquicia con ánimo de darle una oportunidad y disfrutar del espectáculo de ver en pantalla a semejante plantel de héroes. Pero creo que, si bien resulta un grupo de películas divertidas sin más, sí es posible que una sensación de hartazgo se apodere de mí cada vez más. Sobre todo por la rapidez con que se fabrica cada nueva entrega, sin tiempo para asimilar personajes, trama y escenas de acción, con un “más difícil todavía” que por momentos llega a colapsar la retina del espectador. Y sobre todo, la sensación de falta de entidad propia de cada entrega, que hace que no sepamos distinguir en cual de los títulos estamos cada vez.

Tras los acontecimientos ocurridos en anteriores entregas de Capitán América, Iron Man, Thor y los Vengadores, otra vez tenemos al grupo de superhéroes comandados por SHIELD para salvar al mundo una vez más. En esta ocasión son capaces de recuperar, por fin el cetro de Loki de las manos del barón von Strucker, para regocijo de Thor y los demás miembros del equipo. Pero Tony Stark ve en el cetro una energía con potencial para seguir desarrollando el abandonado programa de defensa global Ultron, y en secreto, se dedica a investigar la posibilidad de que una inteligencia artificial se ocupe de dicho sistema de defensa. Para su desgracia, Ultron cobra conciencia de sí mismo y la primera decisión que toma es la de convertirse en autónomo y destruir a los Vengadores para empezar una nueva civilización en la tierra. Los hermanos gemelos Maximoff, humanos mejorados con poderes fruto de los experimentos de Strucker, se aliarán con Ultron y pondrán en aprietos a los Vengadores; y sin la organización SHIELD disponible para comandar al equipo, y más desunidos y desmoralizados que nunca, el Capitán América, Iron Man, Bruce Banner, Thor, Ojo de Halcón y la Viuda Negra tendrán que buscar la manera de organizarse para frenar los planes de Ultron, y enfrentarse a sus propios miedos en una lucha alrededor del mundo.

 Dice Joss Whedon, director de estas dos entregas de Los Vengadores, que quería que “La era de Ultron” se disfrutase sin necesitar ver cualquiera de las entregas de superhéroes por separado. Me temo que si eso ha sido su intención, ha fracasado de pleno, pues la sensación de que esta cinta no es para nada autónoma es total. De nuevo, y al igual que ocurría en la primera parte, las bromas privadas, las referencias a otras películas, la relación entre personajes, se deben entender en contexto de la franquicia en su conjunto. Y el argumento en su totalidad viene de lo que ha pasado en otras películas. El cetro de Loki, la desaparición de SHIELD, la diatriba de Hulk con su yo interior, los miedos de cada uno de los miembros,… Por desgracia “La era de Ultron” es muy difícil de seguir si no has visto ninguna de las entregas anteriores. Y aún habiéndolas visto, la sensación es de dèja vu continuo, al igual que me pasa a mí escribiendo esta reseña.

Pero por lo menos romper una lanza a su favor para decir que esta entrega es superior a su predecesora. Sin ser una maravilla en su argumento, la idea del supervillano Ultron es carismática y llevadera en buena parte del metraje, a pesar de que la trama avance demasiado a trompicones y cogida con alfileres. La voz de James Spader en el original es insuperable, y la idea de que Ultron sea un reverso tenebroso y oscuro de Tony Stark le da un gran empaque con la que la película gana enteros. La otra gran incorporación a la franquicia, el personaje de Vision interpretado por Paul Bettany, también es un acierto para todos. Y todo en lo que acertaba la anterior entrega aquí sigue funcionando, en particular el duelo eléctrico entre Capitán América y Iron Man, de esos que echan chispas. Ello sumado al mayor protagonismo del resto de personajes, en particular Ojo de Halcón, la Viuda Negra y Hulk.

En definitiva, más de lo mismo (sobre todo las escenas de acción, emperradas con la destrucción a nivel global de todo lo que les rodea) aunque mejor rodado. Si tienes que elegir solo una película de las nueve o diez que componen la franquicia, elige ésta. Eso sí, vista una, vista todas, por lo que recomiendo cambiar un poco a la excelente Guardianes de la Galaxia para no saturar.

 Calificación: Entretenida

Lo Mejor: El villano Ultron

Lo Peor: Tremendamente repetitiva, sobre todo en las escenas de acción

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Solo para fans de la saga

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2395427/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – La dama de oro

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original:

Año:

Director: Simon Curtis (PELÍCULAS)

Guión: Alexi Kaye Campbell

Música: Martin Phipps, Hans Zimmer

Fotografía: Ross Emery

Reparto

  • Helen Mirren
  • Ryan Reynolds
  • Daniel Brühl
  • Katie Holmes
  • Tatiana Maslany
  • Jonathan Pryce

La historia basada en hechos reales de Maria Altman, una exiliada austríaca en USA que de joven tuvo que escapar de Austria ante el ascenso del partido nazi y la escalada de violencia y odio frente a la comunidad judía del país, en los momentos previos a la segunda guerra mundial. La familia de Maria pertenecía a la burguesía de Viena, y el gran pintor Gustav Klimt retrató a su tía Adele Bloch-Bauer inmortalizándola en el icónico retrato posteriormente conocido como “La dama de oro”. Pero tras la llegada de los nazis a la ciudad, todos los bienes de la familia Altman son requisados, y entre ellos la fabulosa pintura que, años después, pasa a formar parte del patrimonio del gobierno austríaco. Más de cincuenta años después, Maria Altman se pone en contacto con Randol Schoenberg, un joven abogado hijo de una gran amiga suya, también descendiente de austríacos exiliados, para exponerle el caso de la hipotética reclamación de la pintura a partir de la recién estrenada política de Austria de devolver objetos de arte robados a los judíos. La que se antoja a priori una tarea imposible, por haberse convertido el Retrato de Adele en un símbolo nacional austríaco, se irá convirtiendo en una lucha personal a lo largo de los años para que Maria se enfrente a su pasado a la vez que, mediante oportunos flashbacks, nos sumergimos en los convulsos años previos a la segunda guerra mundial, y al auténtico drama familiar que supuso para Maria la huida de su país de origen.

Agradable de ver y bastante descriptiva en la historia real de la batalla por la recuperación de la pintura que da nombre a la película, no sabemos si realmente el sobrenombre de “La dama de oro” se refiere a la persona retratada o al personaje que vivazmente interpreta Helen Mirren. Protagonista de un biopic a los que la veterana actriz está acostumbrada, Mirren se mueve con fresca desenvoltura para dar vida a una cascarrabias entrañable que esconde un dolor profundo motivado por un pasado triste y convulso. Con semejante fichaje para el papel principal la calidad de la cinta estaba asegurada, y ciertamente le da un empaque interpretativo de altura. Más arriesgado era la selección del guaperas Ryan Reynolds para la contrarréplica masculina, y sin embargo sale airoso de un reto que incluía dar vida a un abogado tímido y algo torpe, sin experiencia y con una carga familiar detrás que le da un extra de presión a la ardua tarea a la que se encomienda la extraña pareja. Y ocurre lo impensable, que era el acabarnos creyendo a su inicialmente inexperto personaje, y ver en su interpretación una cierta evolución moral mientras una fijación por momentos obsesiva se va apoderando conforme va avanzando el caso.

Lo bueno de la cinta es que logra hacer que nos metamos en  la historia conforme avanza la trama, y los oportunos flashbacks que nos retrotraen a la década de los años treinta están tan bien insertados que ayudan a que el ritmo no decaiga en ningún momento, intercalando el empaque dramático de la historia para recuperar un cuadro de tal magnitud (y el enfrentamiento burocrático con un gobierno como el de Austria, altivo y orgulloso), con el drama de tener que huir del país en los albores del desastre totalitario nazi. Y todo sin recrearse en dramatismos explícitos estilo “La lista de Schindler”, con la que se inició el subgénero del holocausto nazi y donde “La vida es bella” o “El pianista” nos mostraron lo que la historia se empeñó en ocultar durante décadas.

Junto con los actores principales encontramos secundarios que sobrellevan la trama con gran calidad. Un Daniel Brühl que cada vez está más integrado en Hollywood, una Katie Holmes que quizás sea lo peor de la cinta (menos mal que su presencia es reducida) e, incluso, un Jonathan Price semi oculto que da gusto descubrir para el espectador avizor. Y, sobre todo, los exteriores rodados en el centro de Viena, ciudad que se convierte en una protagonista más y que hace un escenario inmejorable para el trasfondo de la historia (y que contrasta con la soleada California). Por todo ello, sin ser uno de los grandes biopics de la historia (no es que se a mi género favorito, todo hay que decirlo, por pecar de aburrido la mayoría de las veces), sí que resulta fácil de ver y por ello, recomendable esta “Dama de Oro”, por la lección de historia y de arte que supone.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Viena como trasfondo de la historia; el ritmo creado a través de flashbacks.

Lo Peor: Katie Holmes

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2404425/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El maestro del agua

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Water Diviner

Año: 2014

Director: Rusell Crowe

Guión: Andrew Anastasios, Andrew Knight

Música: David Hirschfelder

Fotografía: Andrew Lesnie

Reparto

  • Rusell Crowe
  • Olga Kurylenko
  • Jai Courtney
  • Cem Yilmaz
  • Yilmaz Erdogan

Entre lo poco interesante que encontramos en la cartelera en estas fechas, tenemos la primera incursión de Rusell Crowe en tareas de director, siguiendo el camino que otros grandes actores llevaron en su día para dar un salto en las tareas del mundo cinematográfico. Robert Redford, Clint Eastwood, George Clooney, (o también recientemente Ryan Gosling) son muestras de actores que un día decidieron demostrar que su talento no sólo se circunscribe a figurar delante de las cámaras, dando en algunos casos unos resultados extraordinarios. Sin desmerecer al bueno de Crowe, que con su cara de bruto australiano con un toque de buenazo nos ha dado grandes papeles, me temo que como realizador no logra brillar en esta ocasión, en una cinta que peca de tediosa y algo estirada. La historia de la desastrosa y cruenta participación de Australia y Nueva Zelanda en la Primera Guerra Mundial ya fue contada con mayor dramatismo e intensidad en la cinta de Peter Weir, Galípoli, con un tempranero Mel Gibson y una banda sonora de Jean Michel Jarre que pasó a la historia en los primeros ochenta. Recordando la fuerza e intensidad de dicha cinta, es inevitable no buscar paralelismos entre las dos historias, y sin embargo la incursión de Crowe no sale bien parada. Por lo menos tenemos una lección de historia y una ambientación lograda, que nos hace retroceder a otra época en la que todavía quedaba algo de romanticismo por el entorno socio político en el que nos movíamos.

Un experto zahorí australiano, ducho en el arte de buscar pozos y corrientes de agua en parajes desérticos, emprende un viaje a Turquía para buscar a sus tres hijos desaparecidos en la batalla de Galípoli. Estamos en 1919, y la primera guerra mundial ha dejado tras de sí un imperio otomano dividido y ocupado por distintas representaciones internacionales, y donde la sangre de los combatientes australianos riega el territorio que fue una vez testigo de una de las batallas más crueles de la guerra. Nuestro protagonista se ve en la necesidad de conocer el destino último de sus tres vástagos, y tras un viaje de miles de kilómetros encontrará la ayuda en quien menos podría esperárselo. La crueldad de la guerra, un país conflictivo y caótico que intenta cerrar sus heridas, y el amor incondicional de una madre y su hijo será lo que encuentre en este periplo donde la intuición para encontrar agua será casi de tanta ayuda como los papeleos burocráticos de la Commonwealth aliada, ganadora de la guerra.

Con un revestimento de época y una puesta en escena correcta, El maestro del agua comienza de manera impecable y a ratos atroz. Un granjero en un desierto inhóspito al otro lado del globo y una guerra incomprensible. Una desgracia familiar y unos ideales entrevelados, nos hacen pensar en idealismo y aventura, hasta que la cinta se adentra en terrenos indefinitorios que nos hablan (buf) de memoria histórica y de alianza de civilizaciones; dejando de lado la historia de la búsqueda de agua que podría haber tenido más interés para el espectador que la de los hijos. Por lo menos, la metáfora del zahorí que busca el líquido elemento está servida y sobrevuela todo el metraje, aunque por momentos Rusell Crowe despliega habilidades sobrenaturales que no sabemos si salen del vínculo paternofilial inherente a todos los padres, o de un poder extrasensorial fuera de todo entendimiento.

El problema es que Crowe se esfuerza en vano en hacer una película trascendente que se muestra vacua a mitad de visionado. No ha sido capaz de rematar el planteamiento de la historia a mitad de cinta y el aburrimiento hace acto de presencia quizás demasiado pronto. La puesta en escena es clásica y profesional, presentando una corrección y una formalidad meritorias para un principiante; Turquía en las primeras décadas del siglo XX está bien retratada y presenta ese aire cosmopolita y de romanticismo convulso que debió de tener en aquellos años. Y él como actor protagonista está bien plantado en la historia dando el pego como granjero australiano con buen trasfondo (¡no podía ser de otra manera!). Y la Kurylenko también está correcta en su papel de esposa extranjera resignada. Pero a pesar de ellos, la película tiene un toque almibarado que no se logra quitar a pesar de las crueles escenas del campo de batalla, y eso se resiente a partir de la media hora. Y entre medias, la ya citada música de la película de Peter Weir -Galípoli- sigue resonando en nuestra cabeza para recordarnos que nos gustó más aquella historia que ésta, que parece un epílogo mal cerrado de la batalla.

Calificación: Entretenida

Lo Mejor: La ambientación

Lo Peor: El torpe resultado a pesar del esfuerzo de Rusell Crowe

La vería de nuevo: No

La Recomiendo: No

Películas similares: Galípoli

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3007512/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Sr. y Sra. Smith (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Mr. And Mrs. Smith

Año: 2005

Director: Doug Liman (El Caso Bourne, Al filo del mañana)

Guión: Simon Kinber

Música: John Powell

Fotografía: Bojan Bazelli

Reparto

  • Brad Pitt
  • Angelina Jolie
  • Vince Vaughn
  • Kerry Washington
  • Adam Brody

Mira que me gusta horrores esta película… y eso que es una comedia sin demasiadas pretensiones y que el tiempo se ha encargado de poner en su lugar, que es el de las cintas con un notable raspado, sin llegar al sobresaliente. Pero guardo un gran recuerdo de ella cuando la vi en el cine en su estreno en 2005, y este arte va parejo precisamente de las sensaciones subjetivas que nos provocan las películas al verlas en pantalla grande, el sabor que nos dejan al salir de la sala, las personas con quien íbamos o el momento de nuestras vidas que nos tocó vivir. Y “Sr. y Sra. Smith” mezcla genialmente la acción con la comedia en un tema no por explotado en el cine, menos ocurrente, que es el de la lucha de sexos y el hastío que produce la rutina del matrimonio en las relaciones de pareja. Pero sobre todo, esta cinta será mundialmente recordada por una cuestión extra cinematográfica: fue la película en la que Brad Pitt y Angelina Jolie se conocieron, se arrejuntaron, y pasaron a ser una de las parejas más icónicas, reconocibles y extrañamente altruistas del momento. Aunque Doug Liman pueda no resultar excesivamente reconocible como realizador de cine, sí que es responsable de la fascinante “El Caso Bourne” y “Al filo del mañana”. Y su estilo de filmación es claro, conciso y rueda especialmente bien las escenas de acción, sin abusar de los movimientos de cámara pero usando adecuadamente los zooms y las ralentizaciones en las peleas.

John y Jane Smith son un matrimonio que llevan cinco años casados (o seis, no se ponen de acuerdo), y la rutina se ha apoderado de ellos. Desde la consulta de un psicólogo de pareja intentan arreglar lo que sea que ha dejado de funcionar en sus vidas. Tras conocerse y derrochar pasión en un convulso país sudamericano, con una vida aparentemente normal y acomodada, sus trabajos y su casa, ambos viven de espaldas a las realidades que se ocultan entre ellos: son expertos asesinos a sueldo que trabajan para organizaciones ultrasecretas rivales. Cuando les asignen sin saberlo el mismo trabajo, será cuando choquen frontalmente para descubrir las mentiras en las que han vivido durante cinco (o seis) años; y las discusiones de pareja pasarán a un nuevo nivel que el resto de los mortales jamás podrán imaginar…

Si juntamos la icónica “La Guerra de los Rose” (aquella cinta ochentera donde Michael Douglas y Kathleen Turner se tiraban los trastos a la cabeza hasta extremos violentamente insospechados) con el tono paródico de “Mentiras Arriesgadas” (donde James Cameron nos contó, Arnold Schwarzenegger y Jamie Lee Curtis mediante, lo que pasa cuando los espías esconden los secretos de su trabajo hasta a su propia familia), obtenemos este resultado que explota la excelente química de Brad Pitt y Angelina Jolie antes de que supieran que tenían química. Lo bueno de “Sr. y Sra. Smith” funciona a todos los niveles en que se mueve. Como película de acción es buena, mostrándonos las distintas maneras en que cada uno de los cónyuges hace su trabajo y llevando al paroxismo las explosiones, los tiros y las persecuciones. Pero como comedia se supera, con una espesa capa de ironía que recubre todo el metraje y hace de la citada lucha de sexos su estandarte. El contraste de la sutileza femenina frente a la rudeza masculina sobrevuela continuamente para hacer que los chascarrillos funcionen y hagan avanzar la trama. Angelina con un cierto toque perverso, mientras que Pitt le imprime a su personaje numerosos matices cómicos que hacen imposible no esbozar una sonrisa cada cinco minutos. La película avanza rápidamente y casi sin que te des cuenta, y la sucesión de situaciones ayudan a que la trama no caiga en la monotonía; quizás en sus escenas finales ya se haga un poco pesada y no sepa rematar el argumento con tantos disparos y persecuciones, cayendo en los errores más claros del cine de John Woo.

Decía que la química de los protagonistas es excelente, y de seguro que las interpretaciones de los protagonistas es de lo mejor de la cinta (y eso que Angelina no es santo de mi devoción). Y el secundario que hace Vince Vaughn de típico amigote que sirve de escape para Pitt no tiene desperdicio, con unas salidas de tono descacharrantes clavando la disección que hace del matrimonio de su amigo. Quizás se echa en falta un personaje simétrico en el lado femenino que dé la réplica a la esposa, pero no se le puede exigir más a esta cinta. Entretiene, hace reír, y en definitiva, pasamos un buen rato mientras vemos una radiografía del matrimonio, con sus virtudes y defectos, y  sin pocas pretensiones más.

Calificación: Entretenida

Lo Mejor: La química de los protagonistas. La lucha de sexos llevada al límite. Los detalles payasiles de Brad Pitt rozan la genialidad. El toque de su director, Doug Liman, rodando acción.

Lo Peor: Un final que cae en el cansancio.

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí

Películas similares: Mentiras Arriesgadas, El Caso Bourne, La Guerra de los Rose

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0356910/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Wall Street (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Wall Street

Año: 1987

Director: Oliver Stone (Platoon, Nacido el 4 de julio, JFK (caso abierto), Alejandro Magno, World Trade Center)

Guión: Stanley Weiser, Oliver Stone

Basado en el libro de

Música: Stewart Copeland

Fotografía: Robert Richardson

Reparto

  • Charlie Sheen
  • Michael Douglas
  • Martin Sheen
  • Daryl Hannah
  • Sean Young

Ante nosotros tenemos una de las películas más influyentes de los últimos 30 años, probablemente la que mejor ha reflejado el mundo de las finanzas y el de la bolsa. Y es que Oliver Stone dio en el clavo con esta historia que retrataba la codicia de un mundillo fiel reflejo de la cúspide del capitalismo. El propio padre del realizador fue corredor de bolsa en Wall Street, y la película le rinde homenaje en forma de dedicatoria. Oliver Stone venía de dirigir Platoon un año antes, con la que desgranó el declive moral de una guerra y un país de manera bastante acertada. Y lo cierto es que la calidad de su cine cayó rápidamente en picado después de estas obras, sin volver a tener una película tan redonda como estos ejemplos que he puesto aquí. No sabemos si por sus tendencias políticas que dejaron de ser sutiles o porque perdió el carisma para contar historias, el caso es que podríamos que Wall Street fue la cima de su obra, y donde la crítica a un país y a un sistema económico nunca estuvo tan bien explicada.

Bud Fox es un joven y ambicioso broker de Wall Street, que lucha por abrirse camino en la agencia de valores en la que trabaja como gestor de cuentas, buscando clientes y ofreciéndoles oportunidades de inversión. Estamos en 1985, y el centro financiero de Nueva York, en pleno Manhattan, es un hervidero de yuppies tratando de hacer dinero fácil en la década de los 80, en la que los excesos y el buen clima económico marcaban la tónica general. Pero Fox apunta alto, y consigue unirse al genio de las finanzas Gordon Gekko, multimillonario experto en todo tipo de inversiones que carece de escrúpulos a la hora de hacer dinero fácil en el complicado y saturado mundo de la bolsa. Los dilemas éticos y morales que le surgirán a Fox por la manera de enriquecerse, junto con el modo de vida por todo lo alto que supone ser uno de los amos de Wall Street, contrastarán con los principios sobre el trabajo y la honradez que el padre de Bud, Carl Fox, le ha inculcado desde siempre.

Para los que hemos estudiado o trabajamos en el sector financiero, Wall Street resulta sencillamente perfecta en su descripción de este mundillo, tanto por la manera de mostrar las distintas operaciones, como por la forma en que capta el ambiente mezcla de caos y ambición que pueblan el mercado de valores y las agencias de bolsa. Y aunque en todas las grandes capitales hay mercados financieros, el centro de Nueva York es la meca profesional y financiera de todas las transacciones a nivel mundial. La manera en que se nos muestra la ciudad desde los créditos iniciales es insuperable, de tal manera que ya forma parte del imaginario colectivo del cine junto a otros iconos como Woody Allen o Audrey Hepburn. Ha habido después muchas otras (la segunda parte con la que intentó repetir éxito de manera descarada es infumable), siendo la última muestra de grandeza “El lobo de Wall Street”: Martin Scorsese dio en el clavo con esta descacharrante cinta de un tono menos grave y más ligero, pero tampoco exenta de mala leche. Sin embargo, la grandeza de Wall Street es la crítica al sistema sin caer en la visión maniqueísta de estos últimos años azotados por crisis económicas de distintos tipos, denunciando sobre todo los excesos de la década de los ochenta donde todo valía. Se rodó en 1987, justo el año de uno de los cracks bursátiles más importantes de la época, y también en un momento en que surgió el escándalo del Insider Trading (operar en bolsa con información privilegiada, uno de los ejes del argumento de la película), pero se ambientó en 1985 para evitar que se asociara con hechos reales.

El gran tema de la cinta es la codicia y la ambición, y su contraposición con el trabajo duro y el esfuerzo a la hora de ganar dinero en el país más capitalista del mundo. No es una crítica al sistema en sí, más bien pone en tela de juicio la falta de ética y la moral a la hora de triunfar. Y de hecho, el final tiene una moraleja bien clara en este sentido, al conocer el destino último estilo tragedia griega de los personajes principales (la segunda parte ya se encarga de fastidiar esta situación en la escena del cameo de un ya pasado de tuerca Charlie Sheen, pero yo me quedo con el final de ésta). Cada uno de los diferentes personajes es definitorio en este sentido, y reflejan distintos arquetipos de personalidad que pueden presentar el sistema: tenemos al jefe trepa e hipócrita, al compañero impulsivo pero generoso, al trabajador veterano e íntegro, al padre sindicalista y de grandes principios,… y por supuesto a los grandes protagonistas. Uno, el joven novato y ambicioso, listo y con hambre para prosperar, que se da cuenta que como él hay millones, y que se enfrenta a los grandes dilemas de la cinta. Un papel que podía haber sido para Tom Cruise pero que cazó antes Charlie Sheen (repitiendo con Stone tras Platoon), y que muestra un gran hacer por su parte antes de que se volviera estúpido entero por las drogas y las fiestas (fiel reflejo del personaje de su serie “Dos hombres y medio”). A través de sus ojos vemos la dureza de levantarse cuando todavía no ha amanecido, el que no llegues nunca a final de mes a pesar de ganar un buen sueldo, el creer que tienes un buen traje pero resultar ser barato a ojos de las grandes fortunas… todo lo cual hace más creíble la situación al alcanzar la cima del éxito y empezar a vivir el verdadero lujo. Pero el verdadero protagonista de la función, villano de lujo en esta cinta tan ambivalente, es el tiburón de las finanzas Gordon Gekko, ejemplo de triunfador sin escrúpulos y dueño y señor de Wall Street. Suyos son los mejores discursos de la película, como ése que dice en una junta de accionistas que “la codicia, a falta de una palabra mejor, es buena”. Michael Douglas hizo suyo al personaje y le hizo pasar a la historia de manera instantánea, ganando un Óscar por el camino y diversos premios más. Bordó un personaje tan carismático de tal manera, que muchos brokers desde entonces le ha parado por la calle para decirle que su papel fue una inspiración para trabajar en la bolsa (cuando realmente su personaje es un alegato para lo contrario).

A pesar de lo que puedan decir algunas críticas, Wall Street es una película que ha envejecido muy bien, sin perjuicio de la tecnología de la época. Sí, es posible que los primeros teléfonos móviles gigantes, los ordenadores con monitores de cotizaciones verde monocromo o las camisas con tirantes causen cierta sonrisa en el espectador actual, pero el ambiente y la descripción de personajes han permanecido inalterables desde entonces, así como los conflictos que plantea el filme. Y los recursos narrativos que emplea Oliver Stone encajan perfectamente en la trama sin abusar (momentos en que divide la pantalla en varias más pequeñas mientras hay una fiebre compradora en el mercado, o cuando Gekko toma una decisión y la cámara le enfoca fundiendo su figura a negro y resaltando el escenario de atrás). Que luego haya usado los mismos trucos en la secuela y resulten pueriles y absurdos no hacen sino confirmar que fue aquí cuando alcanzó la madurez creativa de su obra. Por todo ello, es una cinta clave en los 80, fundamental para entender una estética y una manera de pensar que todavía perdura en la actualidad.

 Calificación: Imprescindible.

Lo Mejor: Todo: el ritmo, el ambiente, la ciudad de NY, los personajes, la trama, la temática,…

Lo Peor: Que luego Stone lo estropeara todo con la secuela y su infame tratamiento de los personajes.

La vería de nuevo: Sí, es una película para ver mil veces sin cansarte.

La Recomiendo: Absolutamente, fue la película definitiva acerca del mundo de la bolsa.

Películas similares: Wall Street 2: el dinero nunca duerme; Margin Call; El lobo de Wall Street, El gran farol

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0094291/combined

Tráiler en You Tube (versión original):

 

 

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Película – Predestination

Predestination poster

 

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Predestination

Año: 2014

Director: Michael  Spierig, Peter Spierig (Daybreakers)

Guión: Michael Spierig, Peter Spierig

Basado en el libro de Robert A. Heinlein, “All You Zombies”

Música: Peter Spierig

Fotografía: Ben Nott

Reparto

  • Ethan Hawke
  • Sarah Snook
  • Noah Taylor

Predestination es una película de viajes en el tiempo dirigida en 2014 por Michael y Peter Spierig. Protagonizada por Ethan Hawke, se publicitó como “la respuesta de 2014 a Looper” y, francamente después de ver el tráiler, sentí la misma emoción que cuando descubrí la cinta de Ryan Johnson por primera vez. Es decir, ciencia ficción en estado puro, con acción a raudales y paradojas temporales que dan pie a sesudas reflexiones metafísicas. Una historia de un policía perteneciente a una brigada especial que intenta atrapar a un escurridizo maleante. Y bueno, con Looper tuve mi primera polémica cinematográfica al darle la calificación máxima a una cinta que consideré excelente en aquel momento. La cuestión es que, pasados dos años, sigo pensando que Looper fue una pequeña obra maestra de la ciencia ficción que rompió moldes pese a pasar totalmente inadvertida, que revolucionó  a una pequeña escala el género, y que con el paso de los años se convertirá en una película de culto. Y de hecho a la sombra de Looper aparece Predestination, la cual con las mismas armas conceptuales intenta sobrepasarla en capacidad de sorpresa y vuelta de tuerca, en la línea del cine de Nolan (me viene a la mente El truco final, por ejemplo). Pero Predestination, pese a tener un comienzo prometedor y una parte central un poco desconcertante, acaba siendo de una manera tan singular, que sólo se puede decir tras un tiempo para digerirla, que los hermanos Spierig han creado una de las películas más extrañas del género.

Un agente de policía perteneciente a una brigada especial viaja a través del tiempo para evitar crímenes antes de que se produzcan. El protagonista en concreto está obsesionado con el llamado “terrorista fallido”, un criminal que en 1975 puso una bomba que mató a miles  de personas. Tras varios intentos para atraparle, en un enfrentamiento con su archienemigo llega tarde al desactivar una bomba y tiene un accidente que le dejan secuelas en el rostro. Tras recuperarse, se enfrenta a su última misión antes de retirarse y viaja a 1975 para establecer contacto con un individuo en un bar haciéndose pasar por barman. Mientras está en el bar, el hombre le cuenta al falso camarero una historia totalmente increíble que deja perplejo a cualquiera: la historia de su extraña vida. A pesar de todo, este misterioso hombre decide ayudar al barman y empezará una cadena de acontecimientos que estaban, desde el principio, predestinados a que ocurrieran.

La verdad es que Predestination ha recibido críticas mixtas entre el público. Es una cinta extraña, que parece otra cosa cuando te enfrentas a ella por primera vez. Desde luego que es seguro que a no deja a nadie indiferente cuando la ve. Es tan peculiar, que toda la gracia de la misma está en un argumento que no se puede analizar sin destripar las sorpresas argumentales. El esbozo de la sinopsis que he hecho puede que sea incluso hasta excesivo, puesto que, cuanto menos sepas de la cinta, más sorprendente te dejará. Y, al ser una película de viajes en el tiempo, uno pasará varios días dándole vueltas a lo que ha visto y buscando información en Internet que arroje algo de sentido al argumento, mientras intenta atar todas las paradojas temporales para descubrir las posibles incoherencias (que, de hecho, las hay). ¿Mi opinión? Yo creo que los hermanos Spierig han errado el tiro intentando copiar a Looper y han hecho una cinta que no tiene pies ni cabeza. Han experimentado demasiado con las piruetas argumentales para crear paradojas que dejen boquiabierto al espectador y usarlo como excusa para hablar de la predestinación a la que hace referencia el título. Tras la sorpresa inicial, y a pesar de asumir ciertas licencias narrativas que hacen avanzar la trama, hay que decir que ésta está cogida con pinzas para que nos creamos el argumento. A lo que hay que sumar el segundo problema principal de la película, que es el parón en el ritmo que se sufre en la parte central de la cinta. En efecto, la historia que se nos cuenta en la escena del bar es, desde luego, fundamental para la trama, pero deja perplejo un buen rato al espectador mientras esperamos a ver qué nos quieren contar los realizadores. Es un parón narrativo muy arriesgado (algo parecido ya ocurría en Looper con la trama de amor intimistas de los protagonistas, que ocurría en el segundo tercio de la película, pero de manera más afortunada y mejor narrado), que luego intenta compensar con las sorpresas argumentales citadas. Pero insuficiente, para mi gusto.

A los actores no se les puede negar buena predisposición, desde luego, siendo Ethan Hawke el habitual salva películas de serie B al que nos tiene acostumbrados. Interpretación correcta, del estilo de Gattaca, aportando su presencia cada vez más icónica. De Sarah Snook podemos decir que lo intenta, pero los fallos de credibilidad en su papel no son culpa suya sino más bien del guión. Una pena, pues Predestination podría haber sido una gran película pero que, por miedo a caer en el encasillamiento del género, se decanta más por la ciencia ficción experimental para acabar dejando un regusto amargo que, no es que caiga en la mediocridad, pero no gustará a todos por la extrañeza de sus derroteros.

Calificación: Pasable

Lo Mejor: El planteamiento

Lo Peor: El nudo y el desenlace

La vería de nuevo: No es posible

La Recomiendo: Puede, quizá para los acérrimos del género que les gusten las vueltas de tuerca

Películas similares: Looper

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2397535/combined

Tráiler en You Tube (español):

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El color de la magia – Terry Pratchet

Reseñado por Bitterblink

El Color de la Magia - Terry Pratchet

El Color de la Magia – Terry Pratchet

Tras el fallecimiento del maestro Terry Pratchet tras años luchando contra el Alzheimer (de hecho publicó algunos manuscritos ya afectado por la enfermedad), no hemos dudado desde aquí en homenajear a la saga del Mundodisco. Terence David John Pratchet fue un grandísimo escritor británico de ciencia ficción y fantasía. Con 40 millones de libros vendidos es el autor británico que más libros ha vendido tras perder el trono en favor de JK Rowling.

Tras una serie de incursiones de no mucho éxito en el mundo editorial se dedicó a ser responsable de relaciones públicas de una central nuclear. Fue en esta época en la que escribió esta novela, la primera de la serie MundoDisco. Tras la publicación de la segunda parte es cuando se decidió a dedicarse a tiempo completo a escribir y adoptó su característico sombrero negro que utilizará en sus apariciones públicas.

Nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico y varias veces Doctor Honoris Causa por varias universidades británicas, Pratchet es uno de los escritores de fantasía más prolíficos y también uno de los mejores. Hay varias películas sobre Mundodisco, al final de la reseña veréis la película que recoge en parte este primer libro.

Sinopsis

El Mundodisco es un mundo plano con forma de disco que se asienta sobre el lomo de cuatro elefantes que a su vez tienen las patas sobre el caparazón de una gigantesca tortuga que vuela por el espacio infinito… o eso es lo que dicen las leyendas.

Dosflores es un personaje singular, acompañado por El Equipaje (un baul con patas y semoviente) es el primer turista del MundoDisco. A su llegada a Ankh-Morpork le es asignado un guía (involuntariamente), nada más y nada menos que el sombrio y algo inepto mago Rincewind, que le acompañará en su periplo. Así el inocente y optimista Dosflores inicia su viaje por Mundodisco ignorante de que su periplo está controlado en realidad por los Dioses jugando a un juego de tablero (referencia a los juegos de AD&D). La Dama juega por Rincewind y Dosflores y sus oponentes son Céfiro el Dios del viento y Offler el Dios Cocodrilo y supervisado por el Dios Ciego (llamese Thor, Zeus o etc. el Dios principal). No se si esto ya os recuerda a la película original de Furia de Titanes.

Tras varias peripecias en las que Rincewind escapa por los pelos y Dosflores escapa alegremente contra los adversarios invocados por los dioses se une a ellos Hrun el Bárbaro que ofrece protección de sus enemigos a cambio de que Dosflores le haga fotos mágicas de sus épicas aventuras con su caja mágica de retratos (otro chiste sobre turistas y cámaras de fotos).

Mundodisco

Mundodisco

Así los dos incómodos compañeros siguen viviendo aventuras siendo atrapados por los jinetes de dragón de Wyrmberg (parodia de Los Jinetes de dragón de Pern), son separados y tienen que huir y en ocasiones salvarse a su pesar, para llegar al final al borde mismo del Mundodisco.

Opinión Personal

Hay que entender el sentido de esta novela, que en origen no era otro que el de satirizar la creciente ola de libros tipo dragones y mazmorras y en general el género fantástico y de ciencia ficción en base al humor inteligente y a la fina ironía del autor. Es a la fantasía lo que Douglas Adams a la ciencia ficción pero para mi gusto Pratchet es incluso superior porque satirizará desde Tolkien a Lovecraft pasando por muchos autores «serios» como Moorcock con la misma alegría desde el principio. En una entrevista declara que intenta hacer con el género épico-fantástico lo que hizo la comedia satírica Blazing Saddles (Sillas de Montar Calientes en España) por el western.

Durante la novela irá haciendo todo tipo de chistes más bien inocentes pero inteligentes. Es decir, es un libro para todos los públicos pero solamente le encontrarás la gracia si has leído un poco o un mucho. Es un libro que gana cuantas más referencias vayas entendiendo, sea Tolkien, Lovecraft, Margaret Weiss etc.

Los divertidos personajes son un gran complemento, aunque no hay ninguno que sea realmente listo y apto y con el que te puedas identificar realmente, aunque Dosflores puede llegar a cansarte tiene momentos memorables, pero mi preferido siempre fue Rincewind cuyos razonamientos cobardes siempre me parecían los más lógicos.

La historia gira en argumentos imposibles y escenas satirizadas de otros escritores convirtiéndose en un totum revolutum de lo más entretenido. Si no has leído fantasía heróica probablemente no le encontrarás la gracia, si no has jugado a un juego de rol no entenderas sus chistes, si no conoces a los Primigenios de Lovecraft a veces te sentirás perdido en el libro pero si dices que si a estas preguntas ¿a qué esperas para leer a Pratchet?.

Lo único que puedo achacarle es que contiene pocas referencias modernas a películas o videojuegos. Pratchet es un lector que escribe para otros lectores y eso se nota. Pero si cumples los requisitos no hay libros más graciosos pese a que hay que dejarle cierto espacio: Leer mucho Pratchet seguido puede ser muy cansado, mejor alternar.

En definitiva, la saga de fantasía más divertida por uno de los mejores escritores que ha dado la pérfida Albión y que en paz descanse. Personajes descacharrantes y situaciones delirantes te acompañarán si te atreves con esta aventura. Anímate a leer.

Calificación: Imprescindible

Lo Mejor: El humor

Lo Peor: En ocasiones puede ser demasiado absurdo, pero se le perdona

Lo Releería: Una y mil veces

Lo Recomiendo: Si y solo si has leído unos cuantos clásicos de fantasía heróica.

Si quieres comprar el libro

El color de la magia (Mundodisco 1)

Otros libros que podrían gustarte

Guía del autoestopista galáctico – Douglas Adams

Bonsutrack

Trailer con subtítulos de la película «The colour of Magic»

Bitterblink

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Película – La conspiración de noviembre

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The November Man

Año: 2014

Director: Roger Donalson (Cocktail, Species, Un pueblo llamado Dante’s Peak, Trece Días, La Prueba)

Guión: Michael Finch, Karl Gajdusek

Basado en el libro de Bill Granger “There Are No Spies

Música: Marco Beltrami

Fotografía: Romain Lacourbas

Reparto

  • Pierce Brosnan
  • Luke Bracey
  • Olga Kurylenko
  • Eliza Taylor

Seguimos con el cine de espionaje en este 2015 que vislumbra grandes aportaciones al género. Si la semana pasada con Kingsman: Servicio Secreto teníamos una nueva vuelta de tuerca resultando un actioner gamberro y alocado, con esta The November Man volvemos a la visión seria y dura del mundo de los espías. Y para ello nada como un viejo especialista del género tirando de canas y experiencia, un Pierce Brosnan al que la sombra de 007 le perseguirá siempre (ya sea como Thomas Crown, como “El sastre de Panamá”, o en “Matador”), pero que en este título nos recuerda más al frío antagonista de “El cuarto Protocolo” más que al jovial espía británico. Y es que esta cinta retoma los oscuros derroteros marcados por la narrativa de Frederick Forsyth o John Lecarré, para hacer un thriller sobrio y sin grandes aspavientos de presupuesto o escenas, centrándose en una trama retorcida e intrincada y con frecuentes giros de guión, más del estilo de la saga Bourne. Con tan pocas aspiraciones nace esta cinta, que de hecho se estrenó en agosto de 2014 y no ha sido hasta marzo de 2015 que en España se han decidido a distribuirla, como si la desgana se hubiera apoderado de los distribuidores.

Peter Deveraux es un veterano operativo de la CIA ya retirado. Con un pequeño negocio en Suiza, no ve la necesidad de retomar su antiguo trabajo cuando su antiguo jefe le hace una visita para pedirle que vuelva. Un asesino a sueldo está eliminando a antiguos compañeros suyos relacionados con el nuevo hombre fuerte de Rusia, Fedorov, un antiguo militar metido a político con fuertes expectativas de ser el próximo presidente del país. Tras saber que puede estar en peligro una antigua compañera suya, la cosa cambia y decide volver una vez más al terreno de juego para intentar sacarla del país y ponerla a salvo. Pero la misión fracasa, y los propios agentes de la CIA intentan matar a Deveraux sin saber que están frente a uno de los hombres más peligrosos que hayan sido entrenados por la agencia. Precisamente a quién ponen en su búsqueda es a David Mason, joven agente que fue el alumno y protegido de Deveraux en el pasado, a quien enseñó todo y que es igual de mortífero o más que su ex-profesor. Entre ellos se pone en marcha un peligroso juego del gato y el ratón, y mientras Mason trata de cazar a Deveraux, éste intenta buscar a una chica llamada Mira Filipova, con conexiones con el pasado de Fedorov, y la clave de toda la operación de la CIA. Traiciones, relaciones rotas y las cloacas del sistema serán las constantes en esta oscura trama, en la que se demuestra que hay profesiones que nunca se pueden dejar atrás.

Dirigida por Roger Donalson, se puede decir que ya tiene cierta experiencia en el género, tras ser el responsable en 2003 de una de las mejores muestras del género, La Prueba (The Recruit), donde teníamos a un Colin Farrell intentando saber qué era real y qué mentira en un proceso de reclutamiento de la CIA. Siguiendo con el juego de referencias, la película de Tony Scott “Spy Game” es también fundamental en la construcción de la trama, con el espía veterano dando lecciones al espía joven e impulsivo. Aunque por momentos esta cinta juega más en la liga de “Tres días para matar” o “La fría luz del día” (grandes repartos en títulos que no consiguieron transcender la gloria), no nos engañemos: la sombra de Jason Bourne es alargada, y el intento de mezclar su brutalidad amnésica con la elegancia bondiana que Brosnan le imprime a todos sus papeles desde que dejó la franquicia da como resultado esta cinta; donde lo mismo se dispara a sangre fría, que se bebe un licor con elegancia. La violencia está justificada por los vínculos emocionales que se le atribuyen al protagonista, dando como resultado un personaje atrayente y poco convencional. Al igual que en otros títulos del género, las cloacas del sistema salen a la luz, y tenemos una trama donde se ven los oscuros tejemanejes de la CIA en la Rusia postsoviética y moderna, y donde resulta difícil saber quien está en contra y quien es aliado. La puesta al día de la profesión es patente en un mundo de móviles, cámaras en cada esquina y drones aéreos.

Al final lo que tenemos es un producto divertido sin complicaciones, aunque la trama se haga enrevesada por momentos. Las sorpresas en el argumento funcionan, y los secundarios que rondan le van a la zaga y hacen bien sus papeles. Olga Kurylenko no sólo aporta una cara bonita, y Luke Bracey es el contrapunto perfecto de juventud frente a la experiencia de Brosnan. El ritmo de la trama es adecuado y la cinta no dura mucho (algo más de hora y media) con lo que no llega a aburrir en ningún momento. Y las escenas de acción y persecuciones no tienen sus dosis de fantasía propias de la industria, cosa que es de agradecer para que no se nos atragante ninguna secuencia. Digamos que esta “The November Man” pasa el examen con buena nota, es correcta para las aspiraciones que traía, y no comete errores de bulto, aunque tampoco arriesga más de lo debido. Para el género en el que se mueve, es una buena muestra del mismo.

Calificación: Buena.

Lo Mejor: Brosnan siempre imprime carácter y buen gusto a sus papeles, aunque tenga tics interpretativos difíciles de quitar ya a su edad.

Lo Peor: Algún momento de vuelta de tuerca en una trama ya de por sí enrevesada.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí, es espionaje en estado puro, y se deja ver.

Películas similares: La Prueba, Spy Game, La fría luz del día, Tres días para matar

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2402157/combined

Tráiler en You Tube (español):

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