La vida no es justa. Quizá muchos de vosotros no os sorprendáis de esta afirmación. “Ya lo sabíamos…”, podéis pensar. ¿Alguna vez os lo habéis planteado en serio? Yo nunca había asumido plenamente esta aseveración hasta hace poco. Y si vosotros no pensáis que la vida es injusta, entonces, tenéis suerte. Por ahora.
Con lo anterior no es que me haya entrado un shock de autocompasión repentino, sino que para mí, ésta es la esencia del libro. Hay mucha gente en el mundo, pero existe muy poca gente realmente buena. El protagonista del libro, John Coffey (“…como el café, pero se escribe diferente…” así se presenta el protagonista durante todo el libro) es una buena persona. ¿Y qué? eso no le garantiza que su vida vaya bien.
El libro está narrado en el año 1932, en el bloque E de la prisión de Cold Mountain, el bloque de los condenados a muerte. La narración la realiza Paul Edgecombe, un exfuncionario de prisiones, varios años después de que transcurrieran los hechos.
Cierto día llega un nuevo prisionero, un hombre negro gigantesco acusado de la violación y asesinato de 2 gemelas. A priori culpable, pero ciertos acontecimientos y reacciones de John, así como capacidades fantásticas que presenta de curación con las manos, hacen que Paul y los restantes miembros de prisiones tengan que replantearse muchas cosas.
La estupenda descripción de los personajes hace que te encariñes con alguno de los condenados a muerte, a pesar de su culpabilidad (como Delacroix y su ratoncito amaestrado) y a su vez que detestes a otros (como Billy el niño, otro condenado del bloque E o el oficial de prisiones, Percy). Punto aparte para la infinita bondad que desprende John Coffey y la delicadeza en su relación con todos los personajes del libro, especialmente con Paul Edgecombe.
He clasificado el libro en la categoría de Terror, a falta de una mejor, porque algunos pasajes sobre las ejecuciones de los condenados y de los asesinatos te ponen los pelos de punta. Pero es una novela intimista, que replantea muchos interrogantes sobre la condición humana y…como decía al principio de esta reseña, lo injusta que es la vida en algunos casos.
Más conocida que el libro es la película coprotagonizada por Tom Hanks, que hizo derramar más de una lágrima entre su público y que, salvando las distancias, puedo decir que está bastante bien (aunque, por supuesto, el libro es superior).
Yo sólo puedo decir que, no es que el libro me produjera tristeza o que me hiciera llorar…es que nunca había sollozado tanto con un libro, como con éste. Hasta tal punto, que mi madre se asustó al verme porque pensaba que me había pasado algo grave. Es increíble como un escritor de terror, puede escribir algo tan emotivo como este libro.
Por qué decidí leerlo: Porque era de Stephen King y trato de leer todo lo que escribe.
Lo mejor: La sorpresa. Esperas pasar miedo y lo que obtienes es delicadeza narrativa, desde el punto de vista emocional.
Lo peor: La sorpresa. Si quieres pasar miedo y leer algo poco profundo, busca otro libro de King. Aquí no vas a encontrar vampiros, ni zombies, ni nada similar.
¿Volvería a leerlo?: Lo he leído 2 veces. La segunda vez sólo lloré, no sollocé. Por ahora no ha habido tercera.
¿Lo recomiendo?: Supongo que no hay dudas al respecto después de leer lo que he escrito.
Link al libro en Amazon.es
La milla verde [The Green Mile]
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
– La historia de Lisey (Stephen King)
– Un saco de huesos (Stephen King)
– Flores en el ático (W.C. Andrews)
– Los renglones torcidos de Dios (Torcuato Luca de Tena)
Malosa