Archivo mensual: diciembre 2015

Cinco horas con Mario – Miguel Delibes

5HorasConMarioReseñado por Malosa.

Cinco horas con Mario fue escrita y publicada por el escritor Vallisoletano en 1.966. Ha sido incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX según el periódico El Mundo y muchos opinan que es una de las obras cumbre de Delibes.

En mi opinión exageran, es una novela con indudables virtudes y gran destreza narrativa, pero también con fallos evidentes, principalmente protagonizados por la reiteración y el maniqueísmo. Buena novela, en cualquier caso.

Sinopsis

Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche. Sobre la mesilla hay un libro, la Biblia, que la esposa hojea. Va leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento, desordenado monólogo en el que la vida pugna por hacerse real otra vez. La pobre vida llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchemos el irritante discurrir de la pequeña y estrecha mentalidad de la esposa. Otro hombre irá poco a poco descubriéndose, para todos menos para ella, con toda su desesperanza y su fe en la vida.

Opinión personal

El libro se estructura a partir del soliloquio de la viuda, Carmen, mientras vela a su marido difunto. A partir de ciertos pasajes de la biblia que irá leyendo enganchará a su vez temas que no son más que recuerdos de su vida matrimonial y sobre todo reproches hacia su marido, culpándole de no haber podido vivir la vida que ella hubiera querido y/o merecido tener.

Es una novela costumbrista fantástica, ya que recrea de forma muy fidedigna la situación de la España de la postguerra. Se reflejará perfectamente la existencia de las dos Españas, estando protagonizadas cada una de ellas por los dos protagonistas, Carmen y su difunto marido. Carmen en la derecha, representando el conservadurismo, la tradición, la religiosidad exacerbada, la importancia de las apariencias. Y Mario a la izquierda, aportando el modernismo, la lectura, la rebeldía y la intelectualidad.
Conoceremos al resto de personajes a partir del monólogo de la protagonista, aunque como decía justo ahora se recrea principalmente la personalidad de Mario en claro contrapunto con las ideas de Menchu. Otros temas que se aprecian entre líneas son la infidelidad, el remordimiento, la frustración y en mayor medida el fracaso matrimonial.

Página a página Carmen irá desgranando sus pensamientos a través de este monólogo reiterativo en el que repetirá una y otra vez los mismos temas, escondidos tras críticas veladas, que la protagonista no comunicó en vida y trata de expiar en el velatorio: no haber tenido un coche, su gran atractivo tan poco valorado por su marido, la fallida noche de bodas, el episodio de la bibicleta, el de la fiesta con el champán, la participación de Mario como periodista en El correo, su relación con Encarna, el escarceo con Paco y su frustración general. Todo culminará con la contrición de la viuda, ya al final de la novela, cuando se descubre su infidelidad con Paco.

La novela presenta un estilo literario muy depurado y a la vez coloquial, con expresiones típicas de la tierra castellana (todas las chicas van despepitadas, me sentó como un tiro, todo tiene solución menos la muerte…) e incluso introduciendo el uso del laísmo, incorrección lingüística muy común en la zona. Destacar también que el monólogo de Carmen va decorado con múltiples insultos que la viuda dedica a su desdichado marido (botarate, holgazán, desagradecido, papanatas, adoquín, calamidad, borrico, tonto del higo, etc.), irritantes a la vez que divertidos.

A pesar de las bondades, que ya digo son indudables, resultará muy denso a un lector medio y eso que no supera las 300 páginas.  Principalmente por no utilizar el recurso del diálogo, por la repetición constante de los mismos temas e incluso los mismos episodios que Menchu reitera a lo largo del velatorio y también por el exceso de maniqueísmo en la protagonista femenina, irritante en grado sumo y que acabará cansando al lector por su limitación de miras.

De todos modos y reconociendo que me ha resultado bastante pesado, he de decir que es una obra de alta calidad y por eso lo he calificado como bueno. Pero si buscas algo trepidante, o rápido o moderno o entretenido, ya te digo que no es tu libro.

Por qué decidí leerlo: Tengo cariño al escritor por la relación amistosa que le unió a mi abuelo, así que intento leer algo suyo de vez en cuando.

Lo mejor: La riqueza que tiene este libro, en muchos sentidos: Lenguaje, expresiones, crítica social, novela costumbrista y representación fidedigna de la España de los 60.

Lo peor: Es muy reiterativo, tanto que hastía. Su estructura basada en el monólogo de un personaje tan maniqueo no favorece el entretenimiento.

¿Volvería a leerlo?: No, ya os digo que se me hizo cuesta arriba, a pesar de sus virtudes objetivas.

¿Lo recomendaría?: Uf, creo que tampoco. Me parece que hay que leer a Delibes, pero tiene novelas infinitamente más redondas como por ejemplo El camino.

Si quieres comprar el libro

Cinco horas con Mario (Contemporánea)

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Película – Ocho apellidos catalanes

ocho apellidos catalanes poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original:

Año: 2015

Director: Emilio Martínez Lázaro (Los peores años de nuestra vida, Carreteras Secundarias, El otro lado de la cama, Las 13 Rosas, Ocho apellidos vascos)

Guión: Borja Cobeaga, Diego San José

Música: Roque Baños

Reparto

  • Dani Rovira
  • Clara Lago
  • Karra Elejalde
  • Carmen Machi
  • Berto Romero
  • Rosa María Sardá
  • Belén Cuesta

Tras posicionarse como una de las comedias más rompedoras de 2014, logrando auténtica cifras astronómicas en lo que a taquilla se refiere, era de esperar que “Ocho apellidos vascos” tuviera su secuela. El maltrecho cine español, siempre necesitado de taquillazos que le den lustre a base esporádicos aciertos que arrastren al público a las salas por millares, ha encontrado comunión perfecta con el grupo audiovisual español Mediaset. La productora de Telecinco y Cuatro está decidida a rentabilizar las obligatorias inversiones en cine impuestas por ley a base de apostar por posibles bombazos e inundar la parrilla televisiva de publicidad encubierta de sus películas. De esta forma, un telediario de cualquiera de ambas cadenas estira durante semanas noticias chorras relacionadas con la película a promocionar, de tal manera que el bombardeo es continuo pero eficaz, amplificando el boca – oreja habitual hasta límites insultantes. Lo hizo con “Lo imposible”, lo hizo con “Ocho apellidos vascos” y lo está volviendo a hacer con esta secuela suya, “Ocho apellidos catalanes”. Dejando a un lado esta desigualdad de condiciones con el resto de la cartelera, nuestro cine siempre se ha caracterizado por no copiar ninguna de las cualidades de otras cinematografías más exitosas, pero sí todos sus defectos como el de hacer secuelas innecesarias como ésta que nos presentan. La primera parte pudo tener cierta frescura mezclando tópicos regionales con la comedia de enredo de toda la vida (ésa que en la que Martínez Lázaro es experto). Pero esta secuela resulta totalmente forzada e innecesaria, un intento de repetir situaciones que en la primera parte estaban cogidas por los pelos (y que funcionaban, a pesar de todo) y llevarlas al extremo para sacar la carcajada del espectador, no teniendo tanta suerte esta vez para acabar perpetrando un subproducto tontorrón y absurdo a partes iguales.

Rafa no ha conseguido superar la ruptura con Amaia. A pesar de que hizo lo imposible para hacerse con su amor viajando de Sevilla al País Vasco, no fue capaz de aguantar mucho tan lejos de su Andalucía y su relación acabó fracasando. Pero ahora Amaia se va a casar con Pau, catalán de pura cepa, y el padre de Amaia, Koldo, recurre a Rafa para que viaje a Cataluña para convencerla de que no es una buena idea y la conquiste de nuevo. Sin que Koldo sepa las verdaderas razones por las que Rafa dejó a Amaia, y sin que esté pasando la relación de Koldo con Merche por su mejor momento, ambos se presentan en la boda para poner en práctica un plan que haga que Amaia se replantee todo. Mientras tanto, conoceremos a Pau y sus tendencias hipsters, a su abuela Roser y su independentismo atroz, y a la wedding planner con alguna inclinación oculta, propiciando el enredo de situaciones cómicas con reivindicaciones territoriales…

Pocas virtudes se pueden sacar de esta cinta, fallando en todo aquello en lo que acertaba su antecesora. Los actores están forzadísimos en su repetición de estereotipos regionales, sin lógica argumental en el diseño de sus personajes (por mucha comedia que sea). Dani Rovira puede que esté más reposado y menos cómico que en la primera parte, lo cual no tiene porqué ser necesariamente malo, pero el guión no le acompaña a la hora de explorar sus capacidades dramáticas fuera de la comedia. Descontextualizado de su entorno vasco, Karra Elejalde no provoca tantas carcajadas, y Clara Lago está totalmente anulada como personaje en esta entrega, dejándose llevar por la historia sin aportar nada a la trama. Pero es que los nuevos fichajes no compensan esta falta de carisma de los antiguos; y así, el personaje cargante de pintor bohemio al que da vida Berto Romero tiene una cierta chispa al principio, pero al final repite tanto sus clichés y las mismas bromas que aburre. Otro tanto ocurre con Rosa María Sardá, para algunos la gran estrella de la función; pero para los que nunca nos ha parecido graciosa, resulta tanto o más cargante que el personaje de su nieto, aportando más que brillantez, estupidez a una trama que se vuelve absurda por momentos. Y si no, que alguien explique qué pintan los personajes de la Guardia Civil del final, salvo algún recorte de guión del que no nos hayamos enterado. O el personaje de Belén Cuesta, tan predecible desde el principio, que nos indica cómo va a acabar la cinta desde el momento en que aparece en pantalla.

Porque las lagunas en su argumento es el gran defecto de la película, tan preocupado en repetir los clichés de la primera entrega y en forzar situaciones que den lugar al humor socarrón, que no se preocupa ni un ápice en la credibilidad o en la construcción de personajes. Un ritmo caótico y un final no por previsible menos forzado, son puntos que restan a la nota final de una película que en ningún momento levanta el vuelo, y donde el humor gamberro se ha cambiado por grandes dosis de melosidad que no hace sino acentuar la falta de química de los personajes. Un intento de hacer “Cuatro bodas y un funeral” pero a la española, y que acaba naufragando lo mires por donde lo mires.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Momentos puntuales al inicio de la película. A partir de los 45 minutos de metraje, todo se enreda y pierde la gracia.

Lo Peor: El argumento, los personajes, el intentar repetir el éxito de la predecesora, el bombardeo publicitario al que nos vemos sometidos, y, sobre todo, Rosa María Sardá.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: No.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3626742/

Tráiler en You Tube (español):

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