
Reseñado por Malosa
No entiendo por qué esta novela tiene tan buenas reseñas. De verdad que me parece inexplicable. Y precisamente estos buenos comentarios fueron los que me llevaron a mí a leer este libro, ya que desde la trilogía del Baztán (que me gustó mucho pero a libros, básicamente el primero y el segundo), no había conseguido empezar y mucho menos terminar una novela de la Redondo. Así que cuando vi tantas buenas opiniones de esta última publicación, pensé…¡¡¡esta es la mía!!! Pues no. Craso error. En mi opinión, no merece nada la pena. Paso a despellejarla más abajo…
Sinopsis
La psicóloga forense Nash Elizondo documenta el origen de una leyenda sobre brujería en la sima de Legarrea, en uno de los Valles Tranquilos de Navarra, pero cuando desciende a la sima lo que halla es el cadáver de una joven desaparecida tres años atrás, Andrea Dancur; un caso que conmocionó al país entero, y por cuyo crimen una mujer cumple prisión. Estamos en marzo de 2020, y el hallazgo y las nuevas pistas obligan a reabrir una investigación que esta vez se desarrollará en dos planos distintos: por una parte, a través del método científico, y por otra, mediante la profundización en la psicología de los implicados y el conocimiento de los misterios ancestrales.
Nash Elizondo, que se adentra en un territorio mítico y por momentos hostil, contará con ayudas inesperadas, y se pondrá al frente de una estirpe de mujeres que no se doblegan ni siquiera cuando son las víctimas.
Opinión personal
Hay muy poco que me haya convencido de esta historia. Paso por ello al principio porque me voy a centrar en explicar por qué a mí me ha disgustado más que otra cosa. Me ha gustado la conexión que hace Redondo con la trilogía del Baztán. Esto es una tendencia que últimamente han adoptado muchos escritores, la de recuperar personajes de otras historias en principio diferentes e integrarlas en la novela en cuestión. Es una manera de crear una especie de universo propio y de conectar de algún modo todas las historias de un mismo autor. No es por hablar siempre del mismo, pero es algo que King lleva haciendo años y que me atrevería a decir fue uno de los precursores en esta técnica. Redondo lo hace en Las que no duermen NASH con Amaia Salazar. Y curiosamente, tras haberme hastiado este personaje anteriormente (especialmente en la novela Ofrenda en la tormenta), en este libro me ha encantado. Ha sido un gustazo reencontrarse con ella. Y me parece la personalidad más interesante de toda la obra.
Otra cosa que me ha gustado leer, ha sido la ambientación de la historia en cuanto al momento. Redondo recrea los primeros compases de la epidemia Covid-19, justo en el momento del confinamiento. Y aunque tampoco ha sido una recreación magistral, me ha gustado el encuadre de la historia en esta época de incertidumbre. Le aporta cierta originalidad al relato.
Y para de contar. No destaco en positivo nada más. Todo lo demás, para mí se va a la parte negativa. Intentando resumir:
– Folclore local y mitología vasco-navarra: Desaparecida en combate. Y esto es algo que Redondo ha hecho muy bien en novelas previas y que es como su señal de identidad. No he sentido estar en Elizondo. Apenas se introducen aspectos mitológicos ni se explotan tintes costumbristas, ni aparecen elementos del folclore local. Lo de los misterios ancestrales que dice la sinopsis, debe de estar puesto para enganchar. Pero aquí misterio poco, y ancestral menos. Y eso que en teoría la brujería es una parte importante de la historia. O al menos eso intenta su autora.
– Clima y suspense: Anodino el primero y totalmente inexistente el segundo. Esa sensación de oscuridad y maldad que Redondo tan bien consiguió con la trilogía del Baztán (especialmente gracias al personaje de la madre de Amaia), en esta entrega brilla por su ausencia. Es que ni una pizca de tensión consigue Redondo. Ni siquiera por la supuesta introducción de una bruja. Creo que, ya que te pones a conectar las novelas, hazlo bien. ¿Por qué no la ambientaste unos años antes e hiciste coincidir a Amaia y Nash en plena investigación del caso de los huesos? ¿Y con una madre de Amaia vivita, coleando y desaparecida? No me digáis que no hubiera sido 10 veces más interesante. Y hubiéramos recuperado un personaje siniestro y fabuloso donde los haya. Pues no. Aquí ni el concepto de la brujería está bien explotado.
– Argumento y resolución: Poco intrigante y más visto que el TBO. Es cierto que la novela empieza bien y te engancha en las primeras páginas. Pero enseguida esto se desinfla, primero por un inicio muy alargado (anda que no tardan en sacar el cadáver y cambiar un poco de tercio) y segundo por una sucesión eterna de entrevistas de la protagonista, NASH, con todos los personajes. Para mi gusto muy pesado y hecho de una forma poco ágil. Y luego la resolución del crimen me pareció, de verdad, muy vista. El por qué y en qué circunstancias mata el asesino es un cliché tan sumamente utilizado ya, que ni aporta ni sorprende. Y si al menos hubiera sido trepidante la investigación y la autora te hubiera tenido enganchada hasta el final, pues no hubiera importado tanto una resolución ya vista. Pero claro, en este caso, ni una cosa ni la otra. Yo sólo os digo que me quedaban menos de 50 páginas para acabar el libro…y antes de terminarlo, me leí otros tres. Con esto ya os imagináis lo poco que me importaba la novela y su resolución. Y esto en una novela policíaca…es que no tiene perdón.
– Personajes: Insoportables. Insulsos. Ya vistos. NASH no me dijo nada, ni me simpatizó, ni me cayó realmente mal. Su noviete, Herzog, me pareció un gilipollas. Y ella boba por no mandarle a Alpedrete. El resto de secundarios…pues ni fu ni fa. Prescindibles. Y el trío de hermanas de la funeraria me cargaron un poco. Y tampoco entendí su relación de amor a primera vista con la protagonista.
Por no gustarme, es que no me ha gustado ni el título. ¿Qué pinta la palabra NASH? Si fuera un vocativo, debería llevar coma. ¿Es un doble título? Entonces, debería llevar punto. No entiendo.
En fin, que la novela acaba y en la última página ya avisa que esta historia no ha hecho más que empezar…y que habrá, al menos, una continuación (por cierto que odio que los escritores hagan esto). Conmigo que no cuente para leerla. No sé…igual me he pasado y esta novela no es tan mala. Pero a mí me ha parecido tan ramplona y me ha aburrido tanto, que me resisto a dar una opinión más favorable. De todos modos la red está llena de buenos comentarios sobre esta historia. Así que os emplazo a ellos para tener una visión más completa del asunto. Por mi parte, suspenso.
Calificación: Pasable
Por qué decidí leerlo: Me gustó mucho la trilogía del Baztán de esta autora. No había vuelto a leer nada de ella, leí la sinopsis de esta novedad y me llamó la atención…además, casi todas las reseñas que vi eran altamente positivas.
Lo mejor: La conexión con la trilogía del Baztán y el personaje de Amaia Salazar. La recreación de la pandemia y los inicios del Covid-19. El inicio de la historia.
Lo peor: Argumento y resolución (manidos), suspense (inexistente), ritmo (lentísimo), personajes (descafeinados)…ni el título me gusta.
¿Volvería a leerlo?: Ni hablar. Con lo que me ha costado terminarlo…
¿Lo recomendaría?: Para nada. Ni aunque te guste la novela negra (sobre todo si te gusta). Sólo para fans acérrima de Redondo.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
- El guardián invisible (Dolores Redondo)
- El asesino del camino norte (Rober H.I. Cagiao)
- El silencio de la ciudad blanca (Eva García Sáenz)
Malosa




