Increíble…vaya suerte que tuve con este libro. Suerte porque se me ocurrió comprarlo. Y suerte porque no sabía nada de él ni de lo que me podía encontrar, hasta que lo leí.
Escrito por el periodista Luis de Castresana, resultó finalista de los premios Planeta de 1970 (no ganó…lo cuál no me extraña. Pocos premios Planeta, para mi gusto, se escapan de la quema). Lo compré en la feria del libro antiguo de Madrid, convencida de que iba a leer un ensayo «serio» (al menos, basado en hechos históricos) sobre la brujería. Y lo que me encontré, fue un ensayo serio sobre la brujería, una novela costumbrista del país Vasco muy bien contada y una de las historias con el final más demoledor que he tenido la oportunidad de leer.
Por partes. El libro se estructura en 3 capítulos, titulados el amor, el aquelarre y la bruja. Cada uno de ellos se centra en la palabra que lo define:
Parte I – EL AMOR: El autor nos cuenta la historia de amor de Ana, la hija de uno de los señores ricos del pueblo, con Martín, hijo del dueño de la ferrería. Ambos jóvenes se juran amor eterno, se prometen en matrimonio y el chico se va a la corte durante un año de aprendizaje. Por supuesto, jura lealtad eterna a Ana y su pronto regreso para casarse con ella al año. Por supuesto, nunca vuelve. Durante este capítulo se describe el amor y también el desamor que siente Ana con la traición de Martín.
Parte II – EL AQUELARRE: En este capítulo y consecuencia del plantón de Martín, Ana cae en un estado catatónico y semidepresivo. Para intentar aliviar su soledad y hacer todo lo posible para que Martín vuelva, empieza a relacionarse con una mujer extraña, Hilaria. Que no es más que la bruja del pueblo. La criada de Ana, Ceferina, también frecuentará la compañía de Hilaria, pero siempre con escepticismo. En esta parte se va viendo cómo Ana empieza a descubrir el mundo de la brujería, los hechizos, los encantamientos…y lo más importante, empieza a acudir a un aquelarre con más brujas. Digamos que todo este capítulo sería el «entrenamiento» de Ana como bruja. La descripción de los hechizos y del aquelarre es fantástica y encantará a los apasionados por el tema.
Parte III – LA BRUJA: Como suponéis, Ana se transforma en una bruja y sigue los pasos de Hilaria (todo esto no es spoiler, el libro está escrito para que te presupongas todo desde el principio). De este capítulo no voy a contar demasiado, pero decir que es la mejor parte del libro. Y en concreto, el final, sus últimas 20 páginas es de lo mejorcito que he leído yo, en muchos sentidos.
Este libro es una pequeña obra maestra, casi desconocida para el gran público y que a mí me parece un libro casi imprescindible de leer:
– Por esa descripción fehaciente de los pueblos vascos del siglo XIX: la ignorancia de la gente, la superstición, la involución.
– Por ese viaje sumamente detallado de la brujería: qué es ser bruja, en qué consiste su poder, cómo se plantea y quién participa en un aquelarre, etc.
– Por ese final. Desgarrador, injusto, impactante…quiezá era obvio, puede que el libro claramente tuviera que acabar así, pero yo no me esperaba esa intensidad. Lloré, sí…muchísimo. Y me hizo pensar y replantearme cosas de la vida. Es uno de estos libros que te obliga a reflexionar sobre ti una vez que los cierras. Y eso, ya merece una recomendación por mi parte.
Por qué decidí leerlo: Pura chiripa. Lo ví, me gustó el tílulo, el tema…y lo compré. Qué gran acierto.
Lo mejor: Que no esperas encontrar un libro tan bueno tras ver su título. Ese FINAL…
Lo peor: La parte de los hechizos y las supersticiones se puede llegar a hacer un poco pesada.
¿Vólvería a leerlo?: Sí…pero necesito recuperarme un poco antes de volver a cogerlo.
¿Lo recomendaría?: Con los ojos cerrados. Y no lo pongo como imprescindible, porque su temática no es para todos los públicos.
Otros libros del estilo que podrían gustarte:
– El otro árbol de Guernica (Luis de Castresana)
– La historia de Lisey (Stephen King)
– Firmin (Sam Savage)
– Platero y yo (Juan Ramón Jiménez)
Malosa
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