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Película – Kingsman: Servicio Secreto

Kingsman Servicio Secreto poster

 

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Kingsman: The Secret Service

Año: 2014

Director: Mathew Vaughn (Layer Cake, Crimen Organizado; Kick Ass; X-Men: Primera Generación)

Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn

Basado en el cómic de Dave Gibbons y Mark Millar

Música: Henry Jackman, Matthew Margeson

Fotografía: George Richmond

Reparto

  • Colin Firth
  • Taron Egerton
  • Samuel L. Jackson
  • Mark Strong
  • Michael Caine
  • Mark Hamill

Basada en un cómic de Dave Gibbons y Mark Millar, Kingsman es el último gran estreno basado en grandes fanfarrias de fuegos artificiales y peleas espectaculares que nos brinda la cartelera. Y yo, amante purista del género de espionaje, he de reconocer que al principio me asomé con una mezcla de incredulidad e indiferencia a esta nueva vuelta de tuerca al mundo de las agencias secretas, ya visto en innumerables ocasiones. Mezcla confesa de “La Prueba” (The Recruit”, con Colin Farrell y Al Pacino) con “Los Vengadores” (la serie de los 60 llevada al cine por Ralph Fiennes y Uma Thurman en 1998), tenemos al aprendiz recibiendo lecciones del mentor mientras la elegancia y la flema británica se lleva al extremo. El estilo comiquero de la cinta es patente desde el mismo trailer, donde se puede entrever acción a raudales, junto con la historia iniciática de un aprendiz a espía de origen callejero y look rapero, pugnando por superar distintas pruebas no sólo físicas sino de modales y buen gusto. Como se bromea en el afortunado guiño de una escena, ésta es una versión de Pigmalión adaptada al sofisticado mundo de los espías popularizados por 007. Y es una mezcla de géneros tan disparatada, que podemos definir a Kingsman, Servicio Secreto como una comedia de acción y espionaje con toques de violencia de cómic adulto.

Eggsy es un joven londinense descarriado y macarra, pero de espíritu noble y preocupado por su madre. Su padre perteneció a una agencia ultrasecreta de inteligencia y cuando murió en combate, su compañero y mentor Harry Hart prometió ocuparse de su familia. Harry le dejó un medallón con un número grabado al que llamar cuando estuviese en problemas, y Eggsy decide usarlo tras un altercado con unos matones del barrio y acabar encerrado en los calabozos de la comisaría de policía. Harry ve potencial en el joven delincuente y le sugiere la posibilidad de que se una a la agencia de espías a la que perteneció su padre, llamada Kingsman, y cuya tapadera es una sastrería en Savile Row, el barrio más elegante de Londres. Los Kingsmans son agentes secretos refinados, elegantes y mortíferos, expertos en todo tipo de lucha, tanto con armas como cuerpo a cuerpo. El proceso de entrenamiento y selección será duro, teniendo Eggsy que competir contra otros jóvenes candidatos procedentes de orígenes menos humildes y más adinerados. Mientras recibe su instrucción, Harry investiga a un millonario y falso filántropo llamado Richmond Valentine, que parece estar detrás de la desaparición de grandes personalidades a nivel mundial. Sólo Eggsy y Harry serán capaces de descubrir qué maléficos planes están detrás de las maquinaciones de Valentine, y como siempre, la salvación del mundo estará en manos de nuestros protagonistas.

Con un argumento tan manido y usado, es fácil que un título como Kingsman caiga en la repetición de clichés mil veces vistos. En su lugar, Matthew Vaughn usa el cómic original para hacer una película gamberra y descarada, más cercana al tono burlesco y satírico de Kick-Ass (con sus buenas dosis de violencia incluidas), que al recto e íntegro de X-Men: Primera Generación. Las bromas al agente secreto por antonomasia son inevitables pero necesarias para no tomarse en serio a sí misma, así como las reflexiones acerca de los clichés propios del género (enfrentamiento protagonista – villano) y de las imaginativas e inesperadas soluciones que se dan para no caer en las repeticiones inevitables. Vaughn consigue escapar del tono de parodia por poco, y para eso usa herramientas de Tarantino tales como una violencia controladamente explícita. En algunos momentos a la cinta se le va la olla, literalmente; como con las peleas coreografiadas, que uno se espera herencia de los Wachowski pero que en ocasiones se pasan de frenada (la escena de la iglesia es, sencillamente, brutal). Éstos momentos violentos son en mi opinión, los puntos débiles de la cinta (aunque ya sabéis que yo tolero poco la sangre), pero que tienen su contrapunto irónico en el personaje de Valentine, quien tampoco soporta la sangre a pesar de todas sus contradicciones como villano de la función y sus poco íntegros planes. Y toda esta ironía de puntadas gruesas plaga toda la película, con lo que al final se compensan los desvaríos del realizador al estar todos y cada uno de los minutos del metraje justificados.

Entre medias, tenemos una buena historia de lealtad y nobleza. Un guiño a los tiempos convulsos que traen nuevos cambios y a la regeneración desde dentro de las instituciones. Una reflexión acerca de si la educación, la distinción y los modales nacen o se hacen, con humor británico inundando toda la cinta. Al final Kingsman es tremendamente divertida y dinámica, al mezclar sabiamente varias líneas argumentales ya vistas anteriormente a lo largo del planteamiento, nudo y desenlace, de manera que el tiempo pasa que da gusto sin que apenas uno mire el reloj. Quizás mis gustos en relación al género del espionaje sean más ortodoxos y no tan gamberros, pero hay que reconocer que los hallazgos visuales de la cinta hacen que deseemos que el protagonista se quite la gorra de rapero y se ponga las gafas y el traje marca de la casa de los Kingsman. Esta película tiene variados aciertos y por ello merece ser recomendada antes que otras opciones de la cartelera.

 Calificación: Buena

Lo Mejor: El ritmo endiablado de la película hará que el tiempo pase volando sin darte cuenta.

Lo Peor: Que a Vaughn se le va la pinza con la violencia.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: Los Vengadores, La Prueba.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2802144/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Corazones de acero

corazones de acero poster

 

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Fury

Año: 2014

Director: David Ayer

Guión: David Ayer

Música: Steven Price

Fotografía: Roman Vasyanov, Jay Cassidy

Reparto

  • Brad Pitt
  • Shia LaBeouf
  • Logan Lerman
  • Jon Bernthal
  • Michael Peña

El cine, como cualquier obra de arte, es un testimonio contemporáneo de la época en que se presenta al público el artista. Los gustos de la taquilla, la manera en que evoluciona la sociedad, y la sensibilidad a la hora de tratar determinados dilemas morales van cambiando con el paso de las décadas, y la misma mirada en torno al mismo tema va a ser distinta según sea la época en que se aborda dicha mirada. La segunda guerra mundial, por ejemplo, ha sido tratada infinidad de veces por el cine americano. El triunfo sobre las sombras que se cernían en Europa en aquellos años ha merecido que a lo largo de las décadas se primaran visiones épicas y románticas de un conflicto sangriento como pocos. No fue hasta los años noventa en que Spielberg empezó a traernos la realidad en forma de drama como fue “La lista de Schindler”, y no empezó la sociedad a comprender la verdadera tragedia de los que vivieron aquellos años en el bando y lugar equivocados. En ese sentido, parecía que no podía mostrar más crudeza en sucesivas películas relacionadas con el conflicto, pero entonces llegó “Salvar al soldado Ryan” y su escena inicial nos dejó mudos por la brutalidad de la narración. Este y otros estrenos del momento, como “La delgada línea roja” o “Enemigo a la puertas” nos mostraron que no todo estaba contado en la guerra contra los nazis, que quedaban más visiones del conflicto menos edulcoradas que las de los años clásicos del género, y que no sólo Vietnam iba a tener su visión pesimista por parte de Hollywood. La visión cruda y violenta del conflicto se ha asentado entre nosotros, y es en este entorno de desmitificación en el que se inserta esta “Corazones de acero”, donde se nos enseña el escaso valor de la vida humana cuando se trata de conflictos bélicos. Si bien por el título en español se nos recuerda a aquella descarnada “Corazones de hierro” (Casualties of war, 1989), que también era un brutal alegato antibelicista con Michael J. Fox en pleno Vietnam, en otros momentos parece que estemos ante Platoon con su visión del joven novato horrorizado ante las atrocidades de los soldados. Con todo este cóctel de referencias, llega una nueva aportación de Brad Pitt al género (recordemos que ya interpretó a un sanguinario soldado americano en su lucha contra los nazis en “Malditos Bastardos”).

Estamos en 1945, con la finalización de la Segunda Guerra Mundial en ciernes. Los nazis se repliegan sobre Alemania, y los aliados avanzan sobre el terreno ganando terreno. Es en este escenario en el que el sargento Collier perteneciente a la 2ª división acorazada, comanda un escuadrón de hombres con su tanque Sherman apodado “Fury”. El último artillero ha muerto en combate y su reemplazo es un joven novato llamado Norman, recién salido del instituto y sin experiencia en batalla. Mientras el escuadrón se abre paso por terreno enemigo en las últimas batallas de la guerra, donde las misiones cada vez tienen más importancia, Norman aprenderá de la brutalidad de la guerra y a matar en combate sin contemplaciones, necesario para sobrevivir en un entorno donde la humanidad se ha ido sin dejar rastro. En este terrible viaje iniciático aprenderá el horror pero también el honor y el compañerismo, en una de las mayores situaciones límites a las que se puede enfrentar el ser humano.

Hace pocos meses reseñé Monuments Men, también otra visión de los últimos días de la II Guerra Mundial pero más amable y blanda que la que se nos presenta. La verdad es que uno de los puntos que más me gustó de la cinta de George Clooney era el pensar que se cambiaba de tendencia al dejar de mostrar tanta violencia explícita para caer en una narración más edulcorada. Craso error, y este “Fury” nos lo demuestra. Parece que la consigna ahora es desmitificar la segunda guerra mundial igual que se hizo con la guerra de Vietnam, y para ello David Ayer no duda en mostrar casquería variada en pantalla, muertes desagradables e impactantes (en uno y otro bando), y una actitud más que reprobable y carente de escrúpulos entre los que se suponen que son los protagonistas. Por supuesto que de eso va la historia: la visión novata del recién llegado que asiste impávido a un recital de violencia entre hombres curtidos que, precisamente son supervivientes por actuar así. Este es el lenguaje que habla esta cinta desde los primeros minutos, con lo que no se le puede reprochar nada salvo el que no se avise previamente del tono para evitar que los espíritus sensibles vayan al cine con una idea preconcebida errónea. Y así, a lo largo de más de dos horas vemos desfilar esta historia repleta de crudeza con aciertos esporádicos como el cambio de ritmo en las batallas libradas. Sólo en la escena final, y después del trato dispensado a todos los personajes, se vislumbra cierta epopeya épica y poética (no voy a decir cuál o por qué, so pena de cometer spoiler) que nos chirría bastante después de todo lo visto hasta el momento.

Con unas grandes interpretaciones, Brad Pitt está como siempre en su línea sobresaliendo entre el reparto con un nuevo cambio de registro que, si bien recuerda a su personaje en “Malditos bastardos”, el vehículo de lucimiento que tiene aquí es mayor. El resto de actores están a la altura, si bien Shia LaBeouf hace esfuerzos por salirse del papel de jovenzuelo sin que nos lo acabemos de creer del todo. Al joven actor le quedan todavía unos cuantos años de carrera profesional para imprimir credibilidad a todo lo que interprete. A pesar de esto, “Corazones de acero” es una película recomendable siempre que no se tenga el estómago sensible, pues el nivel de dureza que se muestra en pantalla es cada vez mayor. El alegato antibelicista es manifiesto, y las ocasionales rendiciones a la emoción y la adrenalina son siempre bienvenidas.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Brad Pitt elevando el listón.

Lo Peor: El tono del filme.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: Siempre que se esté inmunizado contra la crudeza y el realismo

Películas similares: Salvar al Soldado Ryan, Platoon, Malditos Bastardos, Monuments Men

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2713180/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – La Teoría del Todo

La teoria del todo poster

 

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Theory of Everything

Año: 2014

Director: James Marsh

Guión: Anthony McCarten

Basado en el libro Travelling to Infinity: My kife with Stephen, de Jane Hawking

Música: Jóhan Jóhannsson

Fotografía: Benoît Delhomme

Reparto

  • Eddie Redmayne
  • Felicity Jones
  • Charlie Cox
  • Emily Watson
  • Simon McBurney
  • David Thewlis

Siguiendo con el listado de películas candidatas a arrasar en los premios Óscar este año, aquí tenemos otra cinta muy del gusto de los académicos, con bastantes puntos en común con mi anterior reseña y, sobre todo y tal como dije en la misma, con la película que se llevó unas cuantas estatuillas en 2001 dirigida por Ron Howard, “Una mente maravillosa”. En este caso en vez de matemático tenemos a físico, y en vez de esquizofrenia tenemos una enfermedad degenerativa del sistema locomotor del cuerpo como obstáculo a superar a modo de ejemplo vital. Y en vez de un ganador del premio Nobel, tenemos a un caballero del Imperio Británico.

En 1963 el joven Stephen J. Hawkings es un prometedor estudiante de Físicas que busca tema para realizar su tesis en Cosmología y doctorarse en la Universidad de Cambridge. En una fiesta del campus conoce a la joven Jane, estudiante de Filología y bastante atractiva. A pesar de que ella es creyente y él ateo y de que el joven Hawkings tiene el perfil de típico empollón, su sentido del humor pronto la cautiva. Mientras su tutor le apremia para que busque tema para su tesis, los primeros síntomas de una grave enfermedad degenerativa aparecerán para mermar su capacidad motora. Los médicos le darán dos años de vida, y en ese tiempo Jane le declarará su amor incondicional, se casarán y tendrán hijos, mientras consigue doctorarse con una teoría sobre los agujeros negros y el desarrollo espacio-temporal. Poco a poco necesitará bastones, una silla de ruedas e incluso un ordenador para hablar, y los dos años de vida iniciales se convertirán en décadas, mientras desafía a la ciencia tanto como para superar una enfermedad incurable, como para desarrollar nuevas teorías que supongan el mayor avance en Física desde que Albert Einstein formulara medio siglo antes la teoría de la relatividad.

Muchas veces la coincidencia hace que películas similares en temática o estilo coincidan en cartelera durante algún tiempo. En el caso que nos ocupa, además dichas películas son competidoras en la recta final de los premios Óscar. En efecto, con “La teoría del todo” y con “The Imitation Game” ya tenemos nuestra dosis para este año de películas de época británicas, sobre la vida de dos genios incomprendidos en un principio, y con un mensaje claro de superación personal ante las adversidades. Sin embargo, como ya he comentado más arriba, la presente cinta recuerda en unos cuantos matices a la impecable “Una mente maravillosa”, la cual sale más triunfadora en las comparaciones. Lo cierto es que tiene más trasfondo dramático la cinta de Ron Howard donde cada escena, cada dificultad en la superación de la enfermedad, o cada formulación de nuevas teorías, tenía más dosis de épica que este biopic de Hawkings que parece se limite a ser una sucesión costumbrista de pasos en la degeneración de su enfermedad. Eso parece motivado sobre todo por el punto de vista de la narración, donde Felicity Jones se convierte en la verdadera protagonista de la función. La película está basada en el libro que escribió la exmujer de Hawkings, y eso se nota en la manera en que todo orbita en torno a ella. Actriz desmesuradamente guapa (demasiado si queremos que sea creíble su relación con el típico nerd al que da vida Eddie Redmayne), la cinta no es tanto una película sobre un genio en silla de ruedas, sino más bien una crónica sobre el amor y el desamor; y cómo el paso del tiempo aboca al fracaso cualquier relación. El juego metáforico acerca de la continuidad del espacio-tiempo está servido, y a ello contribuyen algunos planos especiales que juega con los guiños del espectador. Un baño de agua caliente, con el vapor fluyendo por la habitación, será el universo con todas las constelaciones en continua expansión. La pareja protagonista, girando mientras se agarran de las manos, serán las manecillas del reloj que muestran el paso inexorable del tiempo.

Es, indudablemente, una película de interpretaciones, y Felicity Jones (auténtico centro de la película) está que se sale; ello sin desmerecer a Redmayne, que se esfuerza sobremanera en todos los gestos y muecas que caracterizan al sabio de Cambridge. Son de esas interpretaciones que han nacido para el Óscar, veremos si Benedict Cumberbatch le da tregua y quien de los dos se lleva el gato al agua. Más difícil está el tema del premio a la mejor película, donde ahí “La teoría del todo” no supera el notable bajo y se queda a las puertas de las grandes películas. Recomendable, sí, pero algo previsible y falta de épica.

 Calificación: Buena

Lo Mejor: Las interpretaciones de los protagonistas

Lo Peor: No llega al nivel de otros biopics geniales.

La vería de nuevo: No creo.

La Recomiendo: Sólo para amantes de las historias de superación personal.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2980516/combined

Tráiler en You Tube (español):

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La Maldición del Espectro – Crónicas de la piedra de Ward 2 – Joseph Delaney

Reseñado por Bitterblink

La Maldición del Espectro - Joseph Delaney

La Maldición del Espectro – Joseph Delaney

Joseph Delaney ya es conocido en esta página por el primer libro de esta saga, el convertido en película «Aprendiz de Espectro». Este es el segundo libro de la Saga que ha conseguido sorprenderme gratamente, no esperaba que fuera un libro mejor que el primero y en este caso me parece que ha conseguido la difícil tarea de que la secuela sea mejor que el primer libro.

Por cierto que no he visto la película del primer libro pero cuando la vea prometo editar las reseñas respecto a si merece la pena que hagan una película de este segundo libro.

Sinopsis

La terrible muerte del hermano del espectro, un clérigo que odiaba y recelaba de su hermano es el punto de partida de la novela. A partir de este triste viaje el Espectro que ha enfermado gravemente se plantea asistir al funeral de su hermano y ya que hace el viaje enfrentarse a un trabajo inacabado: La mayor amenaza de la comarca. Es un ser terrible que corrompe a los hombres en sueños y que se conoce como La Pesadilla.

Con el Espectro más débil que nunca, Thomas deberá acompañarle en este peligroso viaje sin saber que en la capital lo que le espera además que la pesadilla es el enemigo más temible del espectro: La Inquisición.

Así Thomas se encuentra con que las personas que más aprecian en este mundo, la joven bruja Alice y el propio Espectro, están detenidos por la Inquisición y sus vidas amenazadas por ser quemados pronto en la hoguera. Para terminar de liar las cosas la Pesadilla ha estado corrompiendo a la joven Alice y existe el riesgo de que ésta libere al temible espíritu.

Con la ayuda del hermano cerrajero del espectro, su primo monje, su madre Thomas deberá decidir qué hace en cada caso puesto que de sus decisiones va a depender la comarca entera.

Thomas se va a enfrentar al reto más temible de su vida. Intentando conciliar que debe salvar a sus seres queridos cuando por el bien de todo el mundo quizá debería dejar que uno de los dos o ambos mueran.

Opinión Personal

Es poco frecuente que un segundo libro sea mejor que el primero. En este caso me ha encantado hasta el punto que creo que el primer libro es una pena porque muchos abandonarán la saga debido a este pequeño patinazo.

Quizá lo que más me ha llamado la atención es como ha crecido el trasfondo que en el primer libro solamente nos permite atisbar un mundo tardo medieval y no hay muchos más detalles. En cambio en este libro conocemos la comarca y la situación de los espectros respecto de la iglesia y la existencia de la inquisición como una fuerza tremendamente poderosa en la comarca.

Es un libro mucho más adulto y quizá por eso mucho más cruel. La inquisición asesina inocentes para quedarse con sus casas, lo hace con total impunidad y sin pudor alguno ni vergüenza en disimular que atiende la acusación de un vecino celoso para poder quedarse con las propiedades de la víctima.

Evidentemente la parte más adulta del libro son los dilemas morales de Thomas. Que por un lado sabe que dejar que Alice siga con vida es un peligro y por otro lado su ambivalente relación con ella le impide tomar una decisión que la dañe a la ligera. Lo mismo con lo de salvar al espectro, sabe que si se arriesga a morir por salvarle es posible que la Comarca se quede sin su única fuerza para defender a la gente normal de lo sobrenatural.

En fin, me parece que es un libro estupendo, que consigue destacar entre muchos otros libros de sagas parecidas, y este en particular es único en su manera de tratar la parte más polémica: los dilemas morales son constantes en este libro y quizá eso es lo más interesante del mismo, un libro que no debería pero que nos hace pensar y que con eso se eleva por encima de la media.

Calificación: Bueno

Lo Mejor: Más adulto, más trasfondo, la pesadilla en si

Lo Peor: Por decir algo, el espectro pierde algo de fuerza en la novela

Lo Releería: Si

Lo Recomiendo: Si, me parece mejor incluso que el primer libro

Si quieres comprar el libro:

La maldición del Espectro

Bitterblink

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Película – Venganza (revisión)

Venganza poster2

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Taken

Año: 2008

Director: Pierre Morel

Guión: Luc Besson, Robert Mark Kamen

Música: Nathaniel Mechaly

Fotografía: Michel Abramowicz

Reparto

  • Liam Nesson
  • Famke Janssen
  • Maggie Grace

Aprovechando el recorrido comercial de esta saga de serie B, que aparca ahora en las carteleras con la tercera y ¿definitiva? entrega de este ex-agente de la CIA en la piel de un hombre normal obligado a retomar sus antiguas habilidades para defender a su familia, aprovecho para revisitar la primera parte de esta serie que me impresionó en su día por el ritmo y el estilo que se le impregnó a la historia ya varias veces contada de la persona que se toma la justicia por su mano y se enfrenta a criminales profesionales por motivos personales. Ya lo hemos visto en multitud de cintas, cualquier héroe de acción (Harry el Sucio, Arma Letal, Jungla de Cristal) se puede volver un vengador personal en mitad del argumento de una película en el momento en que el tipo malo de la función se guarda un as en la manga y toma represalias contra algún familiar del protagonista. En los 80, Charles Bronson fue el maestro del género en el que entronca este personaje encarnado por Liam Nesson, dado el nivel de violencia sin miramientos que despliega desde el principio. Y también recuerda a la cinta menor de Schwarzenegger, “Comando”, en el que la hija de un antiguo militar de las fuerzas especiales USA es raptada y vemos al protagonista tomar las riendas en una situación que parecía inicialmente en la que estaba atado de pies y manos.

Bryan Mills es un agente de la CIA retirado. Mientras su hija está de vacaciones en Francia, y en mitad de una llamada de teléfono rutinaria para comentarle qué tal ha ido el viaje, es secuestrada por una red albanesa de trata de blancas y él lo oye todo de primera mano. A partir de entonces, y en una carrera contrarreloj en la que las primeras 96 horas son cruciales para no perder la pista antes de que la obliguen a prostituirse en cualquier rincón del mundo, Mills viaja a Paris empezando a usar sus antiguos contactos de espía y sus habilidades de combate personal para abrirse paso en una misión personal para evitar la tragedia en su familia. Los miembros de esta mafia todavía no son conscientes de que se han metido con la persona equivocada…

Lo primero que llamó la atención de Venganza allá en la fecha de su estreno en 2008 fue ver las capacidades de Liam Nesson como héroe de acción ya maduro, sobre todo por no tenernos acostumbrados a este tipo de papeles tan vigorosos. Y esta elección de casting fue el mayor acierto de la cinta, pues la credibilidad de verle como padre de familia que en un momento de la trama se revela como experimentado agente de la CIA experto en artes marciales es total. No cuesta imaginárnoslo algunos años más joven en mitad de operaciones encubiertas repartiendo a diestro y siniestro, de la misma forma que le hemos visto en papeles dramáticos sufrir igual que aquí sufre por su hija al principio de la cinta. Y a partir del planteamiento inicial de la trama, angustioso por lo real que puede ser la trata de blancas en occidente por parte de mafias organizadas (cuya punta del iceberg hemos visto más de una vez en las páginas interiores de los periódicos), tenemos una situación límite en la que cualquiera de nosotros no tendría la menor posibilidad de éxito; y sin embargo es ahí donde comienza una carrera adrenalítica que nos hace simpatizar con los poco ortodoxos métodos del protagonista para que dé caza a los inquietantes malvados (que no presentan un rostro visible al que focalizar las iras del público, más bien son mafias anodinas como sabemos que son en la realidad). La rapidez con la que avance la trama a base de ágiles y breves escenas de lucha y tiroteos será otro punto a favor del filme. Aquí no tendremos espectaculares explosiones ni media ciudad destruida mientras el protagonista sale indemne. Más bien tendremos prostíbulos en pisos y zonas de construcción, con excavadoras y coches europeos implicados en las persecuciones. Es decir, se pretendió hacer una cinta a lo Jason Bourne, sin más aspiraciones que las que la serie B proporcionaba.

Dirigida por un poco prodigado Pierre Morel (de las siguientes entregas se encargará Olivier Megaton), una de las cosas que más llama la atención de “Taken” es que esta cinta lleva el sello de Luc Besson en el guión y la producción, al igual que la también estimulante “Transporter”. Digo que llama la atención porque, a pesar de ser cintas con menos presupuesto y pretensiones, son superiores en calidad a las que le da por dirigir al realizador francés, ya sea la futurista “El quinto elemento”, o la ridícula “Lucy” (que ya reseñé anteriormente, y con un último tercio final que da risa a la vez que sonroja). Es decir, que es éste es un caso en el que el subproducto es de mayor calidad que el producto en el que se basa. Es como para decirle a Monsieur Besson que se olvide de la realización de cintas, que se le dan mejor las tareas de producción, visto el resultado.

En definitiva, y a pesar de que las secuelas es posible que sean efectivas aunque innecesarias, con “Taken” tenemos una excelente muestra de cine de género que le da unas cuantas vueltas de tuerca al espionaje y a la acción frenética. Su mayor virtud es su falta de pretensiones cuidando a la vez el casting (además del peso argumental que lleva Liam Nesson él solito, tenemos a una Famke Janssen vista en Goldeneye o en X-Men) y la credibilidad en la trama. Además, el toque europeo siempre es bienvenido, con lo que hace que esta cinta sea una buena elección para una tarde de lluvia.

Calificación: Buena, sin más.

Lo Mejor: Liam Nesson y el ritmo trepidante que le insufla el ser un ex-agente de la CIA en busca de su hija secuestrada por la mafia albanesa en Francia.

Lo Peor: Sus secuelas probablemente innecesarias.

La vería de nuevo: Con el paso del tiempo.

La Recomiendo: Para amantes de la acción que busquen aires nuevos fuera de los Blockbuster habituales.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0936501/combined

Tráiler en You Tube (español):

 

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Al sur de la frontera, al oeste del sol – Haruki Murakami

sur_frontera_oeste_solReseñado por Malosa.

Un año más cumplo mi promesa de leer un libro de Murakami al año, aunque la reseña llegue esta vez un poco justa…
No sé muy bien por qué me he autoimpuesto este compromiso, pero como os he contado en otras ocasiones, el autor nipón es un escritor del que quiero ir conociendo más poco a poco, aunque ni de lejos sea mi autor favorito. Aún así su forma de escribir y tratar ciertos temas compensa casi siempre su lectura. Al sur de la frontera, al oeste del sol ha sido mi elección en este 2014, casi ya finalizado. Y no me ha decepcionado. La prosa de Murakami es ligera y en cierto modo huidiza, como eterna promesa de velocidad, siendo al mismo tiempo consistente y profunda. Despierta los sentidos e invita a la reflexión.

Sinopsis

Hajime es un hombre moderadamente feliz, casado, padre de dos niñas y dueño de un club de jazz, cuando se reencuentra con Shimamoto, una vieja amiga de la infancia y la adolescencia de la que no había vuelto a tener noticias. Ambos, hijos únicos, habían compartido aficiones y secretos en la escuela primaria, y ahora, varios años después, se sienten atraídos sin remedio. Jaime, obesionado, parece dispuesto a dejarlo todo por ella… Con inquietante sutileza, Murakami nos cuenta una historia clásica de amores perdidos y recobrados, de la consumación de una promesa de plenitud, que destila la indefinible sensación de desajuste con el mundo que acucia al hombre contemporáneo.

Opinión personal

Se trata de un novela muy del estilo del autor, centrada en los temas típicos y recurrentes del japonés, como son la muerte (especialmente a través del suicidio), el sexo y la soledad. Utiliza como en otras ocasiones un título muy llamativo, Al sur de la frontera al oeste del sol, que también es el nombre de una canción, en este caso del americano Nat King Cole.

En general es una lectura con varios puntos positivos que paso a detallaros ahora:

  • La prosa que se despliega en la novela, rozando lo lírico, melancólica, hermosa y profunda. En torno a una temática desgarradora,  bien narrada y con un argumento consistente.
  • Por un lado la novela recrea el primer amor o el amor platónico de niñez/adolescencia/juventud. Aquella persona especial con la que nos sentíamos tan identificados, que lo era todo para nosotros. Nuestra media naranja, pero con la que nada pudo pasar nunca. Por otro, es una crónica terrible sobre la insatisfacción. Las personas tenemos la extraña y destructiva capacidad de destrozar nuestra felicidad, de siempre querer más, de nunca estar satisfechos con lo que tenemos y hemos logrado, especialmente en ciertas etapas de la vida. Ambos temas antagónicos se entremezclan a la perfección en esta historia.
  • La atmósfera impecable, Murakami recrea como nadie el Japón de la segunda mitad del siglo XX, así como sus costumbres y los hábitos de su gente.
  • La no inclusión de elementos surrealistas demasiado evidentes, estilo que personalmente no disfruto del autor y que no aparece en esta novela.

Los puntos negativos  que localizo en la novela son los que siempre me encuentro en las obras de Murakami:

  • Incluye como de costumbre mujeres inestables entre sus personajes principales y secundarios, no me gusta el retrato del género femenino que hace siempre el escritor. Me ha pasado en todas sus novelas.
  • Por otro lado no me convencen las descripciones del sexo que utiliza el nipón (frías, crudas y en cierto modo repulsivas), logra siempre quitarle todo el sentimiento al acto.
  • Además,  tampoco me ha convencido el tratamiento de la infidelidad, que aparece como punto principal y que se disculpa, aprueba o incluso anima a cometer. No me parece que sea una conducta a imitar por nadie, por mucho que intenten quitarle hierro los personajes masculinos de esta historia.
  • El final, inconcluso y extraño. Esperado a la vez que inesperado, aunque claramente insatisfactorio para cualquier lector medio, sea o no fan del autor.

En cualquier caso y a pesar de los defectos creo que nos encontramos ante un buen libro, bien escrito, con una atmósfera impecable y que trata temas desgarradores logrando además una lectura de alto interés. Notable para el nipón en esta ocasión, siendo en mi opinión muy superior otra novela suya del estilo, Tokio Blues.

Por qué decidí leerlo: Por mi compromiso de leer y comentar al menos un libro de Murakami al año. Además, varios lectores de esta página me habían recomendado esta novela en concreto del autor.

Lo mejor: Su lírica melancólica y desgarradora. Las profundas reflexiones que nos despierta su lectura. La acertada recreación del país y sus costumbres. No es nada denso, es un libro corto y entretenido.

Lo peor: Deja en el aire muchas cosas, como suele ser habitual en el autor, que quedan a la imaginación del lector. Esto puede resultar frustrante porque sus lecturas quedan inacabadas. Los puntos negativos señalados arriba.

¿Volvería a leerlo?: Sí, es ameno y muy profundo. Su temática convence y emociona.

¿Lo recomendaría?: Sí, tanto a amantes del japonés como a lectores menos asiduos a él. Es una forma de acercarse al universo Murakami de forma controlada, ya que en esta obra no aparecen elementos surrealistas exacerbados como en otras del autor.

Si quieres comprar el libro

Al sur de la frontera, al oeste del sol (MAXI)

Otros libros del estilo que podrían gustarte:

Tokio Blues (Haruki Murakami)
La pasión turca (Antonio Gala)
After Dark (Haruki Murakami)

Malosa

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Película – Exodus: Dioses y Reyes

Exodus poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Exodus: God and Kings

Año: 2014

Director: Ridley Scott (Alien, el Octavo pasajero; Blade Runner; Black Rain; Thelma y Louise; Gladiator; El reino de los cielos; Red de mentiras; Robin Hood)

Guión: Adam Cooper, Bill Collage, Jeffrey Caine, Steven Zaillian)

Música: Alberto Iglesias

Fotografía: Dariusz Wolski

Reparto

  • Christian Bale
  • Joel Edgerton
  • Aaron Paul
  • María Valverde
  • Sigourney Weaver
  • Ben Kingsley
  • John Turturro

Viendo la filmografía de Ridley Scott uno podría preguntarse de dónde sacó la inspiración para la creación de obras maestras tan tempranas como “Blade Runner” y “Alien, el octavo pasajero”. Creador de blockbusters poderosos (Black Rain, Thelma y Louise), entre sus películas tenemos algunos fiascos de taquilla (“La teniente O’Neill”, “El reino de los cielos”), el resurgimiento de antiguos géneros (Gladiator) y cintas que pasan sin pena ni gloria (Robin Hood, Prometheus). Pero solo por habernos sembrado de dudas con la historia del cazareplicantes Rick Deckard y asustarnos en el espacio donde nadie puede oír los gritos de Ripley, ya merece la pena el hueco que se le ha abierto en la historia del cine y la atención mínima que hay que prestarle con cada nuevo estreno. Y tras la última película de Darren Aronofsky, que resucita la figura de Noé, parece que resurge el género bíblico con fuerza de la mano de directores como este Ridley Scott. En este caso merece la pena mencionar la producción en la que se ha involucrado con un alto porcentaje de participación española, pues no sólo se ha rodado en tierras almerienses y canarias; también ha contado con la española María Valverde para un papel de relevancia (Séfora, la esposa de Moisés) y con el músico Alberto Iglesias para la confección de la banda sonora.

La historia bíblica de Moisés, el liberador del pueblo de Israel que siglos antes del nacimiento de Jesucristo guió a los judíos a la Tierra Prometida y les libró del yugo de los egipcios que los esclavizaban para la construcción de obras megalómanas. Rescatado de una cesta del río, adoptado por la familia del faraón, y hermanastro de Ramsés, cuando descubre su origen es exiliado y tras una travesía por el desierto descubre una tribu de pastores y conoce a Séfora, la que será su mujer. Pero Dios se le manifiesta indicándole que él es el elegido para rescatar a su pueblo y que debe volver a Egipto para convencer a Ramsés  de que deje marchar a los esclavos. Por supuesto que esta tarea no será tan fácil frente al que fue su amado hermanastro en otros tiempos, y es entonces cuando Dios envía las diez plagas que diezman la población egipcia para que los judíos sean liberados, dando comienzo al Éxodo judío y la búsqueda de la tan ansiada Tierra Prometida, en una huída hacia la libertad en la que la fe pondrá a prueba las creencias del pueblo elegido y de uno de los mayores profetas de la historia.

Lo primero que uno piensa al conocer el rodaje de esta cinta es si resultaba necesario volver a contar una de las historias más conocidas del cine, de la que tenemos dos películas filmadas por el megalomaníaco Cecil B. De Mille (la segunda de ellas celebérrima por la actuación de Charlon Heston y sus fabulosos efectos especiales para la época) y uno de los mejores ejemplos de animación fuera de la factoría Disney (“El príncipe de Egipto”). Después de ver Exodus, no se puede dejar de dar vueltas a esta idea por muy bien resuelta que esté y la puesta al día de la historia. Es decir, se cambian detalles para hacerlos más creíbles en el siglo XXI y mostrar las plagas como algo científico y plausible, y el paso por el Mar Rojo como un efecto de mareas y tsunamis. Las apariciones divinas de Moisés no dejan de recordarnos que tienen algo de psicológico más que de real, y que  está más relacionado con el cambio interior que se produce cuando Dios se nos ha revelado para someternos a un cambio profundo (en este sentido Moisés es al inicio un guerrero valiente alejado de la figura mística que conduciría al pueblo).

Porque no se puede negar el esfuerzo de Scott en que la cinta tenga buena presencia. Renunciando a los efectos digitales actuales (la famosa pantalla verde con la que se pueden recrear escenarios y pirotecnia variada), el diseño de producción es más real que nunca. Al igual que en Gladiator, tenemos un inicio legendario, con batallas que nos introducen en la historia, para ir luego mostrándonos la historia épica de un hombre que fue guiado por la mano de Dios para ser pastor de su pueblo. En este sentido, un siempre formidable Christian Bale está más que correcto. Hace olvidarnos en algunos momentos que ha sido un superhéroe y un psicokiller, de la misma que la barba postiza de Charlton Heston no impedía que viéramos al vaquero o policía de los años cincuenta y aún así no nos importaba. Y aunque su actuación puntúa en niveles elevados, en ocasiones es superado por su réplica en pantalla de Ramses, el australiano Joel Edgerton (que éste sí que nos hace olvidarnos de Yul Brinner), transmitiéndonos todos los matices posibles para que no caigamos en la trampa de culparle como villano de la función; hasta el propio Dios se muestra más cruel y sanguinario que él.

Sin embargo, y a pesar de todos los esfuerzos, se nota alguna carencia en Exodus, precisamente por ser una historia mil veces contada. La sensación de que aporta poco y que faltan pasajes que hemos visto en otras cintas es latente en toda la cinta. La acción de las batallas no pega mucho para un personaje religioso como Moisés, a pesar del cambio moral que sufre durante el metraje y que no nos acabamos de creer. Los secundarios están igual de desaprovechados, y se echan en falta más minutos de Sigourney Weaver o John Turturro, por ejemplo. Quizás sea porque a mí Gladiator nunca me llegó a entusiasmar (aunque reconozco su grandeza), y todo lo que sea repetir ese éxito a base de copiar sus fórmulas no me acaba de convencer. Con todo, recomiendo ver este Exodus que llega al notable raspado (por ser el director y el protagonista quienes son), siendo una buena opción para estas fiestas navideñas que se acercan ahora, y por la sequía de títulos que lleva asolando la cartelera los últimos meses. Pero que no quita la sensación de añoranza de los grandes clásicos de Ridley Scott y su aportación tempranera a la ciencia ficción.

Calificación: Buena

Lo Mejor: El diseño de producción, y el personaje de Joel Edgerton que no desentona ante un Christian Bale siempre correcto.

Lo Peor: La sensación de una historia que tiene poco que aportar al género.

La vería de nuevo: Puede.

La Recomiendo: Sí, a pesar de todo no está mal.

Películas similares: Los Diez Mandamientos, El príncipe de Egipto, La pasión de Cristo, Noé, El reino de los cielos, Gladiator.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1528100/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Zodiac (revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Zodiac

Año: 2007

Director: David Fincher (Seven, The Game, El Club de la lucha, La Red Social, Millenium, Perdida)

Guión: James Vanderbilt

Basado en el libro Zodiac, de Robert Graysmith

Música: David Shire

Fotografía: Harry Savides

Reparto

  • Jake Gyllenhaal
  • Mark Ruffalo
  • Robert Downey Jr.
  • Anthony Edwards
  • Chloë Sevigny
  • Brian Cox
  • Elias Koteas

Tras el último estreno de David Fincher, uno siente la necesidad de volver sobre los propios pasos y revisitar otras cintas del genial cineasta. Entre otras cosas porque “Perdida” es una película desconcertante que en algún momento hace que uno se pregunte si no estará bajando la calidad de su cine, ya que por momentos tiene demasiados giros inexplicables. Como antecedentes del género de intriga con personajes excéntricos y trama con misterio para resolver incluido, Fincher dirigió en 2007 Zodiac, película basada en hechos reales sobre el conocido como asesino del Zodíaco que atemorizó en la década de los 60 y 70 a la población de San Francisco. Un asesino en serie cuya identidad nunca se pudo desvelar y que fue la inspiración para películas como las del personaje de Clint Eastwood Harry el Sucio. Todavía hoy en día no se sabe quién puedo haber sido el autor material siete personas, aunque el hecho diferencial de este psicokiller era que enviaba cartas a los periódicos afirmando que había asesinado a unos 37 hombres y mujeres, junto con símbolos zodiacales que codificaban los mensajes y una gran vanidad para que publicaran su carta y sembrara el pánico en la ciudad. Casi cincuenta años después la investigación se ha ido reabriendo intermitentemente, con nuevas pruebas que no conducían a nada y con la labor de un caricaturista del San Francisco Chronicle que se obsesionó con el caso y fue reuniendo todas las pruebas dispersas por distintas jurisdicciones policiales para escribir un libro en 1986 que ayudara a su detención. Esta película está basada en la historia de este dibujante, Robert Graysmith, y de cómo fue recopilando las pruebas de este misterio personaje para intentar dar un par de sospechosos como posibles autores de los crímenes.

Estamos en 1968, una pareja tiene estacionado su coche en las afueras de San Francisco. Un hombre se acerca y dispara a los jóvenes con una pistola. Unos meses después, otra pareja también sufre el ataque de un misterioso hombre cerca de donde se produjo el primer ataque. A las redacciones de varios periódicos llegan las cartas de alguien que confiesa ser el autor material de los crímenes junto con varios símbolos criptográficos; se le pone el nombre de “Zodiac” por este motivo. En las cartas, Zodiac amenaza con matar a nuevas personas si su carta no es publicada en primera plana. Para sembrar más el caos, llega incluso a decir que puede disparar contra un autobús escolar de algún colegio indeterminado de San Francisco si no se atienden sus peticiones y se le toma en serio. En el periódico San Francisco Chronicle, las cartas llegan hasta las manos del dibujante Robert Graysmith, un chico algo peculiar y reservado que rápidamente se obsesiona con el caso y empieza a seguir la investigación con el periodista a cargo, Paul Avery. También ofrece su ayuda a los inspectores de policía David Toschi y William Armstrong, aunque en principio no la necesitan de un investigador amateur como Graysmith. Varias personas más son atacadas e incluso se llega a un intento de secuestro. Pero pasan los años y el caso no avanza; los ciudadanos prosiguen sus vidas y nadie es arrestado. Graysmith decide entonces juntar todas las pruebas reunidas durante años de investigación en un libro para facilitar la investigación del caso, y tanto Avery como Toschi han dejado de lado este misterio de un asesino que nunca fue capturado, a pesar de lo mediático de la investigación.

La historia de este asesino que copó las primeras planas de los periódicos de la época y que buscó la publicidad fácil por medio de cartas codificadas con el consiguiente riesgo para que le atraparan, es comparable a la obsesión del protagonista por desvelar el misterio a pesar de no ser el policía encargado del caso. Como resultado tenemos una película asfixiante en todos los sentidos, ante la proliferación de pruebas y datos que no llevan a ningún sitio, tal y como ocurrió con el caso real. En efecto, al contrario que en “Perdida”, se echa en falta algún giro argumental o golpe de efecto que nos dé algo de acción para que el espectador se lo lleve a la boca. Y éste es el principal fallo de la cinta, en la que la sensación de que la trama no nos lleva a ningún sitio es continua. A lo largo de sus dos horas y media el espectador espera una resolución del caso que nunca llega, mientras se esfuerza por seguir todos los datos de la trama un tanto inconexa. Quizá es por sus anteriores trabajos, como Seven o The Game, donde la resolución argumental que sorprendía al espectador estaba totalmente a la altura de las tramas emocionantes y sorprendentes. Pero lo cierto es que las expectativas eran muy altas y al final no se puede dejar de decir que Zodiac defrauda un poco. Pero es que esta es la grandeza de Fincher, precisamente: su capacidad para cambiar de registro y renegar de trabajos anteriores que le puedan encasillar como un realizador que busca la sorpresa fácil y el golpe de efecto.

En Zodiac tenemos una película con exceso de datos e información pero también de creación de personajes. La evolución del dibujante protagonista a lo largo de varios estamentos en su vida es notable, pero también vemos cómo el caso degrada al resto de secundarios; como el personaje interpretado por Robert Downey Jr, que es victima de su propio éxito profesional. O el policía interpretado por Mark Ruffalo, a veces obsesionado, a veces desbordado por el caso. En todos los casos se pueden decir que las interpretaciones están a la altura y no desmerecen la labor de Fincher, quien también ha cuidado bastante el diseño de producción al recrear la ambientación de la época. Los lugares icónicos de la ciudad de San Francisco son recreados minuciosamente, y en algunos momentos nos da la impresión de que la gente está desprotegida en una ciudad tan grande. Desde luego que nos da qué pensar el hecho de que cualquier loco pueda coger un arma y sembrar el pánico, y a ello contribuyen los grandiosos planos cenitales que nos sirve Fincher en determinados momentos.

Desde luego que tanto Zodiac como Perdida no son de sus mejores películas, a pesar de que ambas rinden a un gran nivel y son buenos ejemplos de la grandeza de un director que no busca el taquillazo fácil. Y es por eso por lo que esperamos sus nuevos estrenos con emoción.

Calificación: Buena/entretenida

Lo Mejor: La recreación minuciosa del San Francisco de la época, con la psicosis que sembró el asesino del Zodiaco entre la población incluida.

Lo Peor: Un exceso de información que algunas veces puede llegar a aturullar.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí, por ser de Fincher ya merece un visionado.

Películas similares: Seven, The Game, Perdida

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0443706/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El juez

el juez poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: The Judge

Año: 2014

Director: David Dobkin (Fred Claus, De boda en boda)

Guión: Nick Schenk, Bil Dubuque

Música: Thomas Newman

Fotografía: Janusz Kaminski

Reparto

  • Robert Downey Jr
  • Robert Duvall
  • Vera Farmiga
  • Billy Bob Thorton
  • Vincent D’Onofrio
  • Jeremy Strong

Otra de esas películas que en principio uno no tendría en mente ir a ver, en parte por su escasa publicidad (y eso que tiene grandes actores-reclamo), en parte por no ser de un género atractivo para las multisalas. En efecto, “El juez” es un melodrama de manual, con todos los ingredientes para sufrir por las desgracias de los protagonistas que no se basan ni más ni menos que en el día a día que nos podría pasar a cualquiera. Camuflada como thriller judicial al estilo de “Algunos hombres buenos”, tiene la fabulosa cualidad de hacer que la coartada judicial sea lo suficientemente atrayente como para que no nos despeguemos de la butaca, mientras se nos despliega una tragicomedia humana y familiar (porque también presenta momentos desternillantes) que va enganchando de manera gradual, de modo que al final no nos interesa el destino último del juez, sino por la deteriorada relación paterno filial presentada. No tiene un “happy end” como nos tiene acostumbrado Hollywood en general, y eso es otro punto a favor de esta pequeña joya de pocas pretensiones pero sorprendente resultado. Y más sorprendente si investigamos la filmografía de su director, David Dobkin, especializado en comedias gamberras de poco recorrido comercial de ésas en las que salen actores como Vince Vaughn u Owen Wilson. Ya con eso digo todo, y es por eso que, viendo el resultado final de “El juez”, resulta difícil encuadrarle en ese tipo de cine.

Hank Palmer es un abogado de éxito de Chicago, aunque su vida familiar no pasa por su mejor momento debido a su deteriorada relación con su mujer. Debido al fallecimiento de su madre, se ve obligado a volver por unos días a Carlinville, su pueblo natal, una idílica población de Indiana, uno de esos sitios donde todo el mundo se conoce y se saluda por la calle. Pero Hank hace años que no pisa por la casa de su familia, dado que la relación con su padre, el juez titular del condado, es tensa y agria. Hank no siempre fue el aplicado estudiante de derecho y siempre se culpó por el accidente que frustró la carrera de baseball de su hermano mayor. Y su padre es un hombre de leyes duro e inflexible con un carácter no siempre fácil de sobrellevar. Ambas personalidades antagónicas chocarán entre sí cuando el coche del juez aparezca con una abolladura, y le acusen del homicidio de un antiguo delincuente del pueblo al que el juez no pudo encarcelar por un motivo extrajudicial. En ese momento, el mejor abogado de la gran ciudad deberá defender al juez más inflexible del condado, aunque para ello padre e hijo deberán limar las asperezas acumuladas durante años y retomar una relación anquilosada por el orgullo y la soberbia.

Aunque “El Juez” no es la película dramática definitiva por la que será recordado Robert Downey Jr., sí que es un buen hito en su carrera. Una demostración de porqué el actor que sorprendió en “Chaplin” y se malogró con las drogas y la justicia ha conseguido reflotar su carrera en los últimos años gracias a Iron Man y Sherlock Holmes. La verdad es que su personaje es de lo más atractivo y seductor, un abogado implacable de gran rapidez mental y léxico fluido y poderoso, a veces con gran poder de deducción (al estilo del personaje de Holmes), contrapunto perfecto de la ingenua e idílica comunidad en donde el resto de los suyos decidieron seguir viviendo. Tanto su personaje como los demás están perfectamente perfilados a base de retazos y golpes de carácter, donde vamos adivinando poco a poco la historia personal detrás de cada uno. Desde el matrimonio fracasado del protagonista, su amor por su hija y sus amores de juventud, hasta su pasado macarra y su tensa relación con su padre. También tenemos al hermano mayor con su carrera deportiva truncada (Vincent D’Onofrio), al hermano pequeño con su ligero retraso mental y su amor por las grabaciones en super 8 (un Jeremy Strong que hace un personaje delicioso y emotivo, todo hay que decirlo; suyo es el momento íntimo en que Hank se enfrenta a su madre fallecida y que captura con su cámara). Y al patriarca de la familia, el juez que da nombre a la película, un Robert Duvall perfectamente acorde con la edad y autoridad que representa el personaje. Enfermo tanto por dentro como por fuera, autoritario y respetable, idealista y coherente. Hay actores que envejecen muy bien y escogen papeles que les vienen muy bien a su edad y condición. El trío de interpretaciones lo completa un sobrio y comedido Billy Bob Thorton, gélido tal y como lo exige su papel. Y acierto también lo es una Vera Farmiga que cada vez sale más del tipo de papeles de secundaria semidesconocida, para hacerse un hueco en la retina del espectador medio.

Porque el punto fuerte de la cinta no es sólo el ramillete de interpretaciones que nos obsequia el realizador. También tenemos una mezcla de drama y comedia muy de agradecer y que están integrados perfectamente en la trama, así como el toque justo de intriga judicial que no disimula ni distrae el desarrollo del género en que se mueve. Y unos planos de cámara que enfatizan determinados momentos de los actores (esos momentos de superioridad del fiscal en el juicio). Es por todo esto, por lo que “El juez” resulta una sorpresa francamente agradable que recomiendo ver.

Calificación: Buena

Lo Mejor: Robert Downey Jr. en su mejor momento, enfrentándose a Robert Duvall y Billy Bob Thorton sin complejos. El resto de secundarios, y la mezcla de drama y comedia tan bien avenida (es tan fácil reir como llorar viendo esta cinta).

Lo Peor: Comprobar la carrera fílmica del director.

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1872194/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El niño

El niño poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: El niño

Año: 2014

Director: Daniel Monzón (El corazón del Guerrero, Celda 211)

Guión: Daniel Monzón, Jorge Guerricaechevarría

Música: Roque Baños

Fotografía: Carles Gusi

Reparto

  • Luis Tosar
  • Jesús Castro
  • Eduard Fernández
  • Sergi López
  • Mariam Bachir
  • Bárbara Lenie
  • Ian McShane
  • Luis Motilla
  • Jesús Carroza
  • Mousa Maaskri

Como suele pasar con las películas producidas por determinado grupo audiovisual español, de vez en cuando tenemos una avalancha mediática del último gran bombazo del cine español, siempre carente de grandes taquillazos que destaquen por sí mismos. En esta ocasión, el ex-crítico de cine Daniel Monzón sigue puliendo su estilo y mejorando su obra con este thriller policíaco de sugerente trasfondo. Con una mediocre inicial ópera prima (El Corazón del Guerrero), deslumbró a propios y extraños con la fabulosa “Celda 211” (pura intriga carcelaria con algún altibajo en su ritmo pero que en general rindió a niveles muy altos de calidad). Ahora tenemos esta incursión en el mundo del narcotráfico sureuropeo/norteafricano con persecuciones policíacas al más puro estilo Hollywood (salvando las distancias, no hay que pedir peras al olmo) y con un plantel de actores que aprovecha las mejores interpretaciones de veteranos consolidados (Luis Tosar, Eduard Fernández), recupera algún exiliado del cine francés (Sergi López) y brinda la gran oportunidad a jóvenes noveles y desconocidos (Jesús Castro). Y a mí que no me apasiona demasiado el cine español por su falta de acierto a la hora de combinar el cine de género con temas exclusivamente patrios (ya comenté que solo Amenábar y pocos más consiguen trascender las tramas bizarras y ofrecer entretenimiento que arrastren a la gente al cine), he de decir que en muchos momentos “El Niño” sabe dar en la tecla para cautivar con la mezcla de imágenes, argumento y personajes. Por fin se usa de una vez historias reconocibles sacadas de nuestros periódicos, para envolver una intriga con las dosis de acción justas sin decaer en su atractivo (¡y que no se queda a medio camino como las cintas de Enrique Urbizu y su “No habrá paz para los malvados”!).

El estrecho de Gibraltar, el punto más al sur de la península ibérica es una encrucijada de narcotráfico y contrabando donde se juntan dos continentes y tres países distintos (España, Reino Unido y Marruecos). Desde el punto de vista de un policía y su compañera, vemos la labor de los agentes de aduanas por frenar el trabajo de las bandas organizadas que operan al más alto nivel, así como de los trapicheos iniciáticos de todos aquellos jóvenes que buscan dinero fácil. Es aquí donde tenemos a un ambicioso chaval del sur apodado “El Niño”. Con su moto naútica, le encanta recorrer a diario las aguas del estrecho que separan los dos continentes sólo por diversión. Siendo consciente de su habilidad para moverse por estas zonas extremadamente vigiladas, decide hacer del contrabando su modo de vida y junto con un amigo (“El Compi”) se alía con un joven marroquí (Rachid) que les pone en contacto con las mafias del norte de África que controlan todos los movimientos de hachís. Lanchas rápidas y helicópteros de la policía, contrabando y narcotráfico, traiciones y engaños, doble juego e infiltrados… y sobre todo la joven hermana de Rachid, Amina, que fascina al Niño y le da motivos para que éste piense que, por una vez, quizás las cosas no sean un juego y merezca la pena pensar en un futuro más estable y menos peligroso.

La mayor gracia de esta “El Niño” es su habilidad para coger unos escenarios exóticos pero a la vez cercanos, y usarlos como trasfondo argumental que reviste de romanticismo al conjunto. Son habituales los momentos en los que la cámara se recrea con el paisaje en segundo plano, ya sea con el peñón al fondo, la zona portuaria, las aguas calmadas del estrecho que son el punto de encuentro entre un mar y un océano, o la pintoresca puerta al continente africano que es Marruecos. Todo ello con el oportuno simbolismo que supone la confluencia de dos mundos separados por pocos kilómetros. Ya se abordó este tema con la novela de Fernando Lalana “Morirás en Chafarinas” y su decente adaptación cinematográfica, donde teníamos una intriga cuartelaria en Melilla con los ingredientes exóticos adecuados para cautivar al lector. Ahora Daniel Monzón nos da esto y más, revisado con una puesta al día de la problemática del tráfico de drogas marroquí actual, el contrabando de Gibraltar, las porteadoras de la frontera con Ceuta, el desempleo español…

La verdad es que lo que tenemos delante es una buena muestra de género, aunque el mayor defecto que le veo es que en algún momento del metraje la cinta se va por las ramas y renquea un poco en su desarrollo argumental. De los 130 minutos se podría haber recortado una buena parte mejorando con ello el ritmo. Las persecuciones en lancha se quedan algo diluidas tras la adrenalina inicial y se echa en falta algo más de presupuesto para los fuegos artificiales, aunque Mozón lo suple muy bien con destreza cinematográfica (el derribo del helicóptero y su punto de vista interior en vez de exterior).

En el capítulo actoral, decir que tenemos un festival de interpretaciones. Tenemos a un Tosar totalmente creíble a pesar del (o gracias al) peluquín que le ha crecido, que nos demuestra que es un todoterreno capaz de hacernos creer que es un maltratador, un reo de voz rasgada, un conserje psicópata o un policía curtido. Junto a él, un debutante sin experiencia previa que se lleva la otra parte de los planos de la película: Jesús Castro, quien se revela como un auténtico Paul Newman patrio con pendientes de macarra, mirada glacial y boca torcida incluidos. La única parte negativa que achaco es la del marcado acento andaluz necesario para su personaje pero que le hace al espectador perder comba en los diálogos. Los otros veteranos del cine español, Sergi López y Eduard Fernández, también elevan el nivel de la cinta (ya era hora de recuperar al actor catalán autoexiliado en el cine francés para buenos papeles). Ambos echan chispas en sus duelos cara a cara con Tosar, sobre todo Fernández. Y tanto las chicas (la española y la marroquí) como el resto del reparto están a la altura de la historia que se nos ofrece.

En definitiva, buena muestra de por dónde deben ir los tiros en los thriller españoles, aunque habría que ir puliendo la manera de resolver las tramas: el planteamiento y nudo están más o menos bien, y el desenlace debería ir más al grano. Los personajes son lo suficientemente profundos como para que en momentos nos identifiquemos con ese ratero buscavidas al margen de la ley, pero que busca redimirse; o el policía que se debate entre el idealismo y la amistad. Bastante recomendable, a pesar de la publicidad incesante que tendremos en semanas venideras.

Calificación: Buena.

Lo Mejor: El inteligente uso de la trama para crear un thriller inusual en nuestro país, combinado con paisajes bien fotografiados y el trasfondo exótico que se le da al conjunto. Actores bien aprovechados, tanto los consolidados como los nuevos fichajes.

Lo Peor: En algún momento el metraje y la duración se van de las manos. El exagerado acento andaluz que impide seguir algunos diálogos.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: Morirás en Chafarinas, Celda 211, No habrá paz para los malvados, Grupo 7

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2093990/combined

Tráiler en You Tube (español):

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