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Película – Frozen

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Título original: Frozen

Enlace al DVD en Amazon.es
Enlace al Blue-Ray en Amazon.es
Enlace a las canciones en MP3 de la banda sonora en Amazon.es

Año: 2013

Director: Chris Buck, Jennifer Lee

Guión: Jennifer Lee

Basado en el cuento de Hans Christian Andersen, La Reina de las Nieves (aquí lo tenéis en versión Kindle)

Música: Christophe Beck

Montaje: Jeff Draheim

Reparto (voces en el original)

  • Kristen Bell
  • Idina Menzel
  • Jonathan Groff
  • Josh Gad
  • Alan Tudyk

Estrenada en las navidades de 2013, y con más de un año en las carteleras mundiales, Frozen se ha convertido en la película de animación más taquillera de todos los tiempos, llegando a superar a Toy Story 3 y siendo la segunda película de la factoría Disney de mayor recaudación. Se trata de la quinta película más taquillera de la historia, sólo superada por Avatar, Titanic, Los Vengadores y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2. Una idea de su éxito lo da el abultado merchandising que tenemos a nuestra disposición en la red, y  la ristra de premios que ha cosechado durante todo el año 2014 (Globos de Oro, BAFTA, y sendos Óscar a la mejor película de animación y a la mejor canción –Let it Go-). Con la división de animación Pixar centrada en otras épocas del año y proyectos artísticos, el testigo de los cuentos de hadas tradicionales lo recogen este tipo de cintas en los que la esencia de Cenicienta, la Sirenita o la Bella y la Bestia se unen con las técnicas más modernas de animación para ofrecernos un producto al estilo de la anterior Enredados (2010): es decir, personajes estilizados, repasados por CGI (animación digital), y con gran expresividad en los trazos. La historia está basada en uno de los cuentos de hadas de Hans Christian Andersen que todavía quedaban sin adaptar por Disney, La Reina de las Nieves, el cual llevaba varios años esperando para ser llevado a la pantalla. Este material original se nota en el argumento, que nos retrotrae a la época clásica de la compañía de dibujos, con castillos, reinos nórdicos y princesas con hechizos, valientes contrapuntos masculinos y secundarios basados en animales y otras criaturas parlantes que le dan el toque cómico.

Elsa y Anna son dos jóvenes princesas del reino nórdico de Arendelle. Elsa posee desde su nacimiento un cada vez más incontrolable hechizo que le proporciona la capacidad de cubrir de hielo todo lo que le rodea con el único poder de sus manos. Siendo niñas, Anna y Elsa se ponen a jugar una noche con los poderes mágicos de ésta y empiezan a inundar de nieve el palacio donde viven. Con el entusiasmo infantil, su poder se descontrola y lanza accidentalmente a Anna un rayo de hielo a la cabeza, quien queda inconsciente en el acto. Los padres, asustados, deciden pedir ayuda a los trolls del bosque quienes logran sanarla al no haber congelado ninguna parte de su corazón, lo que hubiera sido irreversible para ella. El único problema es que, salvo los mejores momentos de su relación con su hermana, Anna no podrá recordar nada de lo sucedido. Para evitar más accidentes, a partir de entonces Elsa pasará a tener una relación más distante y le ocultará sus poderes, dejando de jugar con ella y evitando la convivencia diaria, siendo Anna ignorante de las auténticas razones. Tras pasar unos años y convertirse en la heredera al trono de Arendelle, a Elsa le llega el día de su coronación como reina. La relación sigue tan distante como siempre, pero Anna consigue cruzar unas pocas palabras con su hermana antes de enamorarse perdidamente del príncipe Hans. Tras pedir la bendición para un impulsivo matrimonio, Elsa se niega argumentando que es muy precipitado al no conocerse entre ellos, lo que acaba en una discusión entre las dos hermanas y los poderes de la mayor expuestos a todo el mundo. En vista del descontrol producido, Elsa decide autoexiliarse no para evitar males mayores, pero en su huida cubre al reino de Arendelle de nieves y hielo, sumiéndolo en un invierno eterno. Ante el desconcierto general de todos los súdbitos, Anna decide ir tras su hermana y convencerla de que elimine el hechizo de las nieves sobre el reino; en su camino se encontrará con un vendedor de hielo llamado Kristoff (y su reno Sven). A ellos se unirá un muñeco de nieve viviente llamado Olaf, construido por su hermana cuando eran niñas y revivido de manera inconsciente por Elsa, quien se ha construido un palacio de hielo para vivir sola. La ayuda de su hermana será fundamental para que aprenda la manera de revertir sus poderes, pero ambas se encontrarán con otros oscuros intereses que pondrán en peligro el reino de Arendelle y la propia vida de su hermana, en un viaje donde aprenderán el verdadero significado del amor.

“Frozen, el Reino de Hielo”, está planteada como un musical que recuerda directamente al título también adaptado de Andersen, La Sirenita, (que hizo resurgir de la época oscura a Disney) así como también posee el espíritu de la cinta que siguió a aquélla, La Bella y la Bestia. Aquí tenemos la tradicional fórmula con nuevas variaciones (no en vano ya han pasado más de veinte años) con no una sino dos princesas jóvenes, y dos posibles candidatos a copar el corazón de la protagonista soñadora. Con sorprendentes giros de guión que solucionan esta dicotomía amorosa (y algún planchazo argumental totalmente inesperado), el ritmo de la cinta decae en los números musicales. Y es que es este aspecto lo más difícil de superar en los grandes títulos de las épocas doradas de la animación (sobre todo la de los noventa). Las canciones ya no son lo que eran, a pesar de que cada vez duran menos e interfieren lo menos posible en el ritmo.

Por suerte, hay otros detalles en los que Disney cada vez se supera más, y se trata de los fabulosos secundarios que roban escenas y proporcionan carcajadas y ternura a partes iguales. En este caso, como contrapunto a un reno que no destaca mucho (salvo en su manía de pegar lametones y comer zanahorias), tenemos al muñeco de nieve Olaf, auténtico protagonista de la función. Tierno, locuaz, gracioso y despistado; es uno de los grandes hallazgos y con los que la película avanza a pasos agigantados con su presencia en pantalla. De los protagonistas masculinos, destacar que cada uno tiene su propio carácter y personalidad, tal es el nivel de grandeza con el que están perfilados. Kristoff es valiente y poco sofisticado, con lo que la química con Anna será genial; mientras que Hans será el perfecto contrapunto y príncipe de cuento de hadas de manual. Las princesas de la función, las hermanas Elsa y Anna, son la evolución natural de las heroínas de Disney: una soñadora y alocada, y la otra más gélida y terrenal. El conflicto fraternal sobre el que está construido el argumento servirá perfectamente de hilo conductor en esta puesta al día del clásico cuento de hadas demostrando que, paralelamente a las grandes obras de Pixar, la división tradicional de Disney tiene todavía buen músculo creativo en sus esfuerzos por salir de la época oscurantista en la que se metió en los años 2000, y de la que Lasseter se esforzó por salir.

Calificación: Muy Buena

Lo Mejor: Sin duda, el muñeco de nieve Olaf y la excelente química que muestran todos los personajes.

Lo Peor: Los números musicales, que ya no son lo que eran y no han logrado que encajen del todo bien en el argumento.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Es perfecta para todos los públicos, si bien reconozco que está más orientada al público infantil que otros títulos con más trasfondo para los padres. También he decir que la vi en plenas vacaciones de navidad, en la sesión de las seis de la tarde; con lo que es posible que esté más influenciado por el griterío y alboroto de los niños que se respiraba en la sala.

Películas similares: La Bella Durmiente, La Sirenita, La Bella y la Bestia, Enredados

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt2294629/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Elysium

Elysium poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Elysium

Año: 2013

Director: Neill Blomkamp (District 9)

Guión: Neill Blomkamp

Música: Ryan Amon

Fotografía: Trent Opaloch

Reparto

  • Matt Damon
  • Jodie Foster
  • Sharlto Copley
  • Alice Braga
  • Diego Luna
  • Wagner Moura
  • William Fitchner

Aunque pasan ya algunos meses del estreno de esta cinta, la calidad de Elysium sobre el resto de cine de ciencia ficción actual hace que merezca la pena echarla un vistazo por la mezcla tan bien conjugada de acción y crítica social que destila Blomkamp. La verdad es que sorprendió el realizador con su ópera prima District 9, en una cinta que derrochaba originalidad y mala idea a partes iguales (un trasunto del Apartheid sudafricano con extraterrestres marginados en guetos). Y lo que tenemos aquí es un mayor presupuesto y actores más conocidos que garantizan un producto mainstream; pero el toque personal de Blomkamp sigue ahí y da como resultado una estimulante cinta de ciencia ficción más cercano a las gamberradas de Paul Verhoeven,  que consolidan a uno de los directores con más personalidad de los últimos años, digno sucesor de aquél. Desde luego que, a pesar del aluvión de cintas con mensaje social criticando las castas sociales que nos está dejando la actual crisis global, la idea es novedosa y está tratada con una puesta en escena y un ritmo que demuestra buen hacer cinematográfico.

Estamos en el año 2154, el planeta es un gigantesco suburbio marginal donde la gente malvive como puede. En la ciudad de Los Ángeles, ahora convertida en un monstruoso gueto latino, encontramos a Max, un buscavidas con un pasado delictivo que intenta abrirse camino de forma honrada. Max se crió en un orfanato junto con su amiga de la infancia Frey, y desde pequeño soñaba con vivir en Elysium, el último refugio para la parte más pudiente de la humanidad. Se trata de una estación espacial que orbita cerca de la tierra, con un entorno de verdes jardines idílicos, sus ciudadanos son grandes millonarios y donde no existen las guerras, la pobreza ni las enfermedades: la tecnología a su disposición hace que la medicina logre erradicar cualquier tipo de enfermedad o lesión al instante. Semejante paraíso sólo estará al alcance de unos pocos y será objeto de deseo del resto de la humanidad en la tierra. Las medidas extremas que se seguirán para evitar que la población marginal de la tierra intente llegar en una suerte de pateras espaciales llegan hasta el punto de contratar a mercenarios para aniquilar a los inmigrantes ilegales y así conservar el estilo de vida de los adinerados habitantes de Elysium. Mientras, la vida para Max será tan dura que en la fábrica donde es explotado a diario sufre un accidente laboral y queda seriamente afectado por una dosis letal de radiación. Sus días estarán contados y su única esperanza será curarse en Elysium; para ello contacta con Spider, un experto en tecnología que está al cargo de los viajes espaciales que intentan colarse en la estación de forma subrepticia. El trato consistirá en que Max obtendrá un pasaje si realiza una misión suicida para Spider, con la cual se puede llegar a cambiar el orden social establecido de la humanidad. Con la ayuda de un traje externo conectado al sistema nervioso de su cuerpo que le multiplica la fuerza y la agilidad, y con la intención de ayudar a su antiguo amor de la infancia Frey (y la enferma hija de ésta), Max tendrá que afrontar una lucha contra reloj para salvarse a sí mismo, a la hija de Frey, y al resto de la humanidad para cambiar un sistema social preestablecido e inamovible.

La verdad es que viendo la factura final de Elyisium uno desea más obras de Blomkamp, por lo menos para ver por donde puede llegar su maestría en otros géneros. La idea tiene mucho de oportunismo político en la revolución médica que Obama intenta implantar en los USA (la gratuidad de una sanidad todopoderosa y sin trabas para todos los estratos de la población) así como su relectura de la lucha de clases en las que los muy ricos viven ignorantes de las miserias de los muy pobres. En Elysium el idioma de moda es el francés, mientras que la tierra está sobrerepresentada por el mundo latino. Y la visión del capitalismo brutal que ejerce un poder extremadamente cruel sobre los malogrados obreros toca todos los palos de la crítica social, desde el control policial represor ejercido por androides y los mecánicos e impersonales agentes de libertad condicional, hasta un sistema sanitario ultracolapsado donde te pueden avisar de una grave enfermedad mortal con una robótica parsimonia.

Y sin embargo, a pesar de estos recursos pueriles, la cinta de Blomkamp acierta mejor en esta lectura social que otras películas que actualmente inundan la cartelera y que ya he señalado (Los Juegos del Hambre, Un amor entre dos mundos, donde las ideas conceptuales están torpemente desarrolladas). Sobre todo por el buen uso del ritmo que consigue la cinta al no hacer perder el interés en ningún momento, y que nos deja algunas escenas de acción de gran impacto visual. La resolución final del conflicto planteado resulta ligeramente forzada y parece metida con calzador, sobre todo por caer en un cierto convencionalismo en el que decide no arriesgar más de lo planteado hasta el momento. Y hay que reconocer una cierta copia del final de Diamantes de Sangre, con un Damon metamorfoseado en el personaje de Dicaprio.

A pesar de todos estos defectos (y de una Jodie Foster con un tenso hieratismo a la hora de defender sus posturas en la cinta), Elysium es una película de las que dejan huella y se desmarcan del resto de intentonas del género actual que no consiguen dar en el blanco de la memorabilidad. Y sí, el papel de Jodie Foster también queda marcado en el imaginario visual. La idea de que a Damon se le rape el pelo, se le cubra de tatuajes y se le revista de una armadura exoesquelética que le convierte en medio cyborg hace que Elyisum sea uno de los mejores aciertos que tuvo el género durante este 2013 ya extinto.

Calificación: Buena / Muy buena

Lo Mejor: Su puesta en escena, su concepto inicial, su mensaje subyacente

Lo Peor: Una resolución un tanto convencional y forzada. Una crítica social brutal que no deja títere con cabeza

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Para aficionados a la ciencia ficción con mensaje social, cansados de ver siempre las mismas ideas y que estén ávidos de nuevos iconos en el género.

Películas similares: Desafío Total, Starship Troopers, Blade Runner

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1535108/combined

Tráiler en You Tube (español):

2 comentarios

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Película – Invictus (revisión)

Invictus poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Invictus

Año: 2009

Director: Clint Eastwood (Sin Perdón; Million Dollar Baby; Gran Torino)

Guión: Anthony Peckham

Basado en el libro de John Carlin Playing the enemy (El Factor Humano)

Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens

Fotografía: Tom Stern

Reparto

  • Morgan Freeman
  • Matt Damon
  • Tony Kgoroge
  • Patrick Mofokeng
  • Matt Stern

Esta semana, en un alarde de oportunismo mediático, voy a reseñar el biopic más conocido de la vida del ex-presidente sudafricano y premio Nobel de la paz, Nelson Mandela; fallecido hace pocos días y, por lo tanto, de actualidad en estos momentos. Morgan Freeman llevaba años intentando encontrar el guión perfecto para encarnar al político más importante del continente africano, pues su parecido físico le convertía en el candidato más adecuado. Fue entonces cuando la casualidad hizo que se fijara en la novela aún no finalizada de Carlin, El Factor Humano. Que Clint Eastwood se involucrara en la realización del proyecto y Matt Damon aceptara el otro papel protagonista dio el espaldarazo definitivo e internacional a una historia con el material suficiente para desgranar el perfil político y humano de una leyenda comparable a Gandhi mientras busca su lugar en los anales de la épica deportiva moderna.

La cinta se centra en los momentos en que Mandela asumió en 1994 la presidencia de Sudáfrica tras las primeras elecciones democráticas en las que participó la mayoría poblacional negra, y se desterró el Apartheid. Visto como un antiguo terrorista por la minoría blanca, se enfrenta ante una ruptura social aún mayor en el país, agravada por el odio que ambos grupos poblacionales sienten recíprocamente. Buscando elementos de unión patriótica, Mandela pronto se fija en el equipo nacional de Rugby de Sudáfrica, los “Sprinbox”, el cual no atraviesa su mejor momento deportivo. Deporte nacional y casi religión para los blancos, símbolo de la opresión racial para los negros, el presidente logra evitar la abolición del equipo por el nuevo Comité Nacional de Deportes (de mayoría negra). En vista de que al año siguiente tiene previsto celebrarse la Copa Mundial de Rugby en Sudáfrica como país anfitrión, Mandela se reúne con el capitán de los Springbox, François Pienaar, y le induce a hacer todo lo posible para que ganen el mundial como medio para unir e inspirar a su país. En ese momento, y a pesar de que nadie considera que los Springbox puedan hacer un buen papel en la competición, Pienaar se esfuerza por llevar el mensaje de unión y superación transmitido por Mandela, y prepara a su equipo para llevarlo a lo más alto del éxito deportivo. Los sucesivos triunfos del equipo nacional contra todo pronóstico sorprenderán y entusiasmarán a todos los estamentos del país, desde los jugadores de la selección, hasta los guardaespaldas personales de Mandela, mientras se va divulgando un mensaje de cooperación que acabará ayudando al país a salir de la complicada situación social de la que se encontraba mientras vemos la clarividencia de una figura cuyo proyecto político se basó en el perdón y no en el odio y la confrontación.

Probablemente al no ser un proyecto tan personal para Eastwood esta película presenta menos claroscuros que otras del mismo realizador. El mensaje, con su final, es claramente optimista; a diferencia de otras cintas, en las que Eastwood no desdeña terribles golpes de efecto que te dejan sin aliento en los compases finales. Lo cual resultó para muchos críticos un defecto en esta cinta, pero para mí resulta un gran acierto, por el buen sabor de boca que te deja después de verla. Es por esto, y por lo extenso de su filmografía, por lo que es uno de nuestros directores favoritos de todos los tiempos. Supo quitarse las etiquetas que como actor de personajes icónicos se le adosaron al inicio de su carrera, y fue capaz de demostrar que también podía hacer cine romántico o drama, o filmar el digno y fabuloso epílogo del género por excelencia del cine americano. Se mueve con pasmosa facilidad por el cine bélico y por el drama contemporáneo. En esta ocasión, se aleja del biopic convencional (no tenemos un relato pormenorizado de la vida de Nelson Mandela, sino más bien un período concreto de su mandato) y lo adereza con un drama deportivo que por momentos derrocha destellos de Carros de Fuego.

Como en otras ocasiones, un partido de fútbol le sirve como excusa para desarrollar una historia que alcanza tintes épicos por suponer algo más que ganar un trofeo; es más bien una lucha por superar las diferencias y el odio interracial, para encontrar algo que sirva como punto de unión e inspiración a toda una nación. No estoy muy al tanto de cuál es la situación actual de Sudáfrica y de cuánto sirvió la labor de Mandela en la unión de su país o de su legado actual; pero desde luego que obviando las posibles licencias cinematográficas o literarias que se puedan haber tomado el bueno de Clint o de Carlin, uno sale del cine con una visión distinta de la vida y de los problemas. La película destila espíritu reconciliador a base del ensalzamiento de la figura de Mandela, y he de reconocer que en determinados momentos llega a poner las emociones a flor de piel. Puede resultar predecible e inverosímil en algunos momentos, pero ver los cambios graduales en el comportamiento inicialmente reticente de los guardaespaldas o del padre de Pienaar, resulta estremecedor. Como ejemplo, que los policías blancos acaben celebrando el triunfo con un niño negro de la calle puede resultar algo forzado, pero yo me quedo con la manera de rodar la escena, a base de sucesivos acercamientos (al principio temerosos, al final descarados). Al final, de lo que habla Invictus es de superación, de esperanza, de pensar más en lo que nos une que en lo que nos separa, de dejar el rencor a un lado y centrarse en construir, no en destruir.

Cualidades todas ellas que se reflejan en Nelson Mandela y al que da fiel reflejo Morgan Freeman, papel para el que había nacido. Su interpretación es magistralmente fidedigna como corresponde a semejante categoría de actor. Atrás quedan papeles suyos como La Hoguera de las Vanidades, Robin Hood, Cadena Perpetua, Sin Perdón, Seven, Batman y un largo etcétera, que nos recuerda la facilidad de cambio de registro que ofrece en cada nuevo papel. Para esta película sonó (y mucho) con fuerza para el Óscar de 2009, aunque finalmente no se lo llevó. Como también ocurrió con Damon, nominado pero no galardonado. En su caso, su interpretación está un escalón por debajo de la de Freeman, pero no creo que se mereciera ser tan denostado por la crítica como resultó. Es cierto que es más plano en sus papeles y no tiene tanta facilidad para cambiar de registro, pero aquí está correcto y el personaje no le exige más que prepararse físicamente y dar la réplica a Freeman. Sobre el resto de secundarios merece la pena rescatar las tensas relaciones entre los guardaespaldas blancos y negros, perfectos en su labor de servir como muestra de la realidad en la población del país.

En definitiva, Invictus es una cinta algo extraña en la carrera de Eastwood por su optimismo desbordante, pero que merece la pena ver por el mensaje que destila a través del personaje que describe, entrando en el terreno de la épica deportiva como medio para superar las diferencias. Con una banda sonora que recuerda por momentos a Sin Perdón, y sin llegar a ser una obra maestra, creo que es merecedora de una nota más alta de la que se le otorgó en su época porque tiene la habilidad de conmover en momentos muy concretos, sobre todo cada vez que se lee las frases del poema de William Henley que da título a la película “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: El mensaje de optimismo, superación y perdón que transmite la película. Morgan Freeman está excelente, como siempre.

Lo Peor: Que como toda ficción, se nos nuble la visión de la realidad y pensemos que lo narrado es lo ocurrido realmente.

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí, es un excelente acercamiento a la figura de Mandela, a la vez que deja un buen sabor de boca a la salida del cine.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1057500/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Millennium (Revisión)

millennium los hombres que no amaban a las mujeres poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

The Girl with the Dragoon Tattoo

Año: 2011

Director: David Fincher (Seven, El Club de la Lucha, Zodiac, El curioso caso de Benjamin Button, La Red Social)

Guión: Steven Zaillian

Basado en el libro de Stieg Larsson (enlace a la trilogía en Amazon).

Enlace a la reseña de la novela que hizo Malosa haciendo click aquí.

Música: Trent Reznor, Atticus Ross

Fotografía: Jeff Cronenweth

Reparto

  • Daniel Craig
  • Rooney Mara
  • Christopher Plummer
  • Stellan Skarsgârd
  • Steven Berkoff
  • Robin Wright
  • Goran Visnjic

En 2005 Stieg Larsson revolucionó la novela policíaca con su trilogía Millennium, creando el subgénero escandinavo del thriller de misterio y asesinatos. Semejante éxito editorial no pasó desapercibido y tuvo su correspondiente adaptación cinematográfica en 2009 made in Suecia, dando como dignísimo resultado tres películas y una versión para televisión con el exceso de material filmado. La verdad es que, al contrario de lo que suele suceder con las  adaptaciones de libros a películas, la versión del realizador Arden Oplev es bastante completa y fidedigna, y las dos horas y media no se hacen pesadas. El gran descubrimiento que fue Noomi Rapace supuso un nuevo fichaje para las grandes producciones posteriores del cine americano (Prometheus, Sherlock Holmes), su Lisbeth Salander estaba dibujada a base de retazos breves que sintetizaban muy bien lo descrito en la novela (y que no ralentizaban la marcha del metraje), y el resto de personajes estaban interpretados con solvencia y credibilidad. Además, no se metía demasiado en los jardines políticos que abundaban en el libro, y que resultaban especialmente irritantes por la polarización ideológica del personaje protagonista y la ausencia de réplicas coherentes en el bando contrario.

Parecía difícil superar este hito del cine nórdico, el material de partida no contenía excesivos requerimientos de alardes técnicos y escenas de acción, con lo que un remake americano se antojaba redundante cuando no destinado al fracaso por comparación con el original. Es decir, el original ya parecía una co-produción lo suficientemente vinculada a Hollywood, lo cual siempre es un éxito. Es por ello que cuando alguien del talento de David Fincher se hizo cargo del proyecto la perplejidad se instaló en sus seguidores más acérrimos, dado el buen hacer y la elevada calidad final de la mayoría de sus filmes, a medio camino entre el cine de autor con sello Indie propio y la gran producción típica de la industria. Uno de los mejores realizadores actuales para mi gusto, capaz de coger la insulsa historia de la creación de Facebook y convertirla en una metáfora épica de los conflictos empresariales y las relaciones sociales que ríase usted de Falcon Crest; o contar en El Club de la Lucha una historia con el mayor trasfondo anarquista que haya podido existir en el cine (¡nada que ver con V de Vendetta!).

Mikael Blomkvist es un periodista cofundador de la revista especializada en temas económicos Millennium. No está pasando por uno de sus mejores momentos debido a la condena por difamación impuesta por un tribunal tras escribir un artículo en contra de un gran magnate financiero llamado Wennerström. Debido a ello se ve obligado a esconderse una temporada cuando contacta con él Henrik Vanger, un empresario dueño de un gran imperio familiar sueco quien tiene una proposición que hacerle: resolver un misterio que le atenaza desde hace cuarenta años. Todos los años por su cumpleaños recibe un cuadro similar a los que le regalaba su sobrina Harriet, desaparecida y probablemente asesinada en 1966. Quien quiera que lo haga o es el culpable o está relacionado con el crimen, pero los investigadores locales han sido incapaces de resolver el misterio a lo largo de los años. Si Blomkvist decide colaborar para arrojar algo de luz sobre el caso, Vanger le aportará información sobre su rival Wennerström que le puede ayudar a recuperarse del golpe recibido por la denuncia por difamación. Para ello debe investigar durante unos meses a la familia Vanger con el pretexto de escribir una biografía sobre Henrik, pero pronto descubrirá en el seno de la familia oscuras historias relacionadas con el pasado nazi de varios de ellos, maltrato y religión, envidias y conspiraciones empresariales,… Pronto su vida correrá peligro conforme vaya avanzando en la investigación, así que para poder enfrentarse al caso requerirá los servicios de una colaboradora muy especial: Lisbeth Salander, una investigadora punk especializada en hackear ordenadores, con memoria fotográfica y problemas para integrarse en la sociedad.

Desde el inicio de la cinta, con unos títulos de crédito totalmente ciberpunk destinados a excitar nuestros sentidos, nos metemos en esta historia que nos muestra, tal como quería Larsson, la cara más oculta y sádica de la, supuestamente idílica, sociedad escandinava. Aparte de estas espectaculares introducciones, Fincher se está especializando en centrar sus películas en personajes con escasas habilidades sociales y/o marginales, de la que Lisbeth Salander es un gran ejemplo. La versión que hace aquí Rooney Mara quizá no supera a la de Noomi Rapace puesto que estaba el listón muy alto, pero por lo menos está a la altura al darle matices distintos tales como una cierta fragilidad inherente a su complexión física. Tampoco tenemos una explicación detallada de su pasado, y sin embargo aquí no hace falta para comprender la complejidad del carácter de Salander. En cambio, Daniel Craig hace suyo el personaje de Mikael siendo capaz de apartar ese halo de héroe de acción que le da el interpretar a 007, para sumergirse en la piel de un periodista gafapastil totalmente verídico, poco dado a la aventura y metido en una investigación muy a su pesar.

Porque lo interesante de la novela de Larsson era la manera que tenía de atrapar al lector con un misterio planteado en las primeras páginas y que luego le va sirviendo para desarrollar los personajes, centrados en torno a la incomprensión y falta de entendimiento que despierta Salander. Que por supuesto, es Mikael con su mente abierta uno de los pocos que es capaz de conectar con ella, claro. Todo ello lo tenemos en esta cinta, creándose una química entre los personajes que nos va guiando durante el metraje mientras nos llega el desenlace y se van cerrando tramas y cabos sueltos. Hasta el epílogo está mejor logrado que su equivalente sueca, metiéndose con material del inicio del segundo libro y sugiriéndonos a través de algunos planos la complejidad de esa relación triangular que lleva Mikael con Lisbeth y con su editora. Un punto a favor de la versión de Fincher que ahonda más en la compleja psicología del personaje de Rooney Mara, la auténtica protagonista de la trilogía. No se llevó el Óscar pero estuvo nominada a la estatuilla en 2011 (tuvo cinco nominaciones, al final se llevó el de Mejor Edición).

Otros secundarios como Christopher Plummer o Stellan Skarsgärd sobresalen con un gran trabajo (este último quizás algo menos que su equivalente sueco) haciendo que sus minutos en pantalla sean una delicia. A una gran labor actoral hay que añadir el trabajo del director de fotografía de la cinta, que hace que no sobre ni falte nada de lo que hay en pantalla. En esto también gana frente a la versión sueca, puesto que los planos están mejor enfocados y las texturas mejor mostradas en pantalla. Sirvan como ejemplo las escenas de flashbacks en las que se explica lo que ocurrió el día de la desaparición de Harriet, cambiando a una paleta de colores más asalmonados en línea con el color de las fotografías setenteras (en la versión sueca esto se cambia por el visionado de una película antigua rodada en super-8, lo que le resta dinamismo a la escena y no nos sumerge tanto en los incidentes narrados).

El gran mérito de Millennium es que funciona de manera autónoma; es decir, uno puede disfrutarla sin haberse acercado previamente al material previo, lo cual da idea del éxito de esta adaptación. La conclusión es que sólo directores con personalidad son capaces de levantar películas que, por distintas razones, estaban condenadas al fracaso. En este caso, la manía de Hollywood de usar material reciclado en sus películas actuales (remakes, reboots, secuelas, precuelas) suele volverse en su contra más veces de las debidas; como en el caso que nos ocupa que nos hacía pensar a priori sobre la poca necesidad de volver a llevar esta trilogía a la gran pantalla. David Fincher ha hecho la cuadratura del círculo y ha mejorado algo que ya era bueno, a base de ponerle su toque personal (en mi opinión, está mejor mostrada Suecia en esta cinta que en la anterior). Ahora sólo queda esperar a la continuación en 2014 (esperemos que no hagan la tontería de rodar las dos continuaciones a la vez, y se tomen su tiempo con la tercera), aunque de momento, Fincher no está confirmado como director. Lástima, esperemos que se acabe animando.

Enlace al Blu-ray en Amazon.

Enlace a la reseña de la novela que hizo Malosa haciendo click aquí.

Calificación: Muy Buena

Lo Mejor: La secuencia de créditos, fundamental para engancharte desde el principio. Los actores, en particular Craig y su Blomkvist, y la versión de Salander que ha hecho Rooney Mara. La fotografía, y la manera de capturar el país nórdico.

Lo Peor: Que se tengan que hacer comparaciones con la versión sueca, y con la Salander de Rapace.

La vería de nuevo: Sí, aunque dura más de dos horas y media, no se hace muy larga.

La Recomiendo: Es bastante imprescindible para el que ha leído la novela y/o ha visto las otras versiones. También funciona viéndola por primera vez, sin saber a priori nada de ella.

Películas similares: El hipnotista

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1568346/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Gru, Mi villano favorito 2

Gru, mi villano favorito 2 poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Despicable Me 2

Año: 2013

Director: Pierre Coffin, Chris Renaud (Gru, mi villano favorito; Lorax: En busca de la trúfula perdida)

Guión: Ken Daurio, Cinco Paul

Música: Pharrell Williams

Reparto (voces en el original):

  • Steve Carrell
  • Miranda Cosgrove
  • Kristen Wiig
  • Ken Jeong
  • Steve Coogan

 Hay una regla no escrita en el Hollywood actual que dice que toda película que tenga un comportamiento aceptable en taquilla debe tener una secuela en aras de rentabilizar al máximo por los grandes estudios ideas, personajes y líneas argumentales (realmente, sólo se excluyen aquellos títulos que hayan sido un fracaso absoluto, y aún así hay excepciones). Es una consecuencia última de una crisis de ideas que lleva décadas asediando la industria del séptimo arte. Cuando se estrenó Despicable Me (el título original de la primera parte de Gru) en 2010 básicamente lo que se nos ofreció en aquel momento fue una alternativa a Los Increíbles de Pixar o Shrek de Dreamworks. Es decir, una relectura del género de espías y superhéroes pero desde el punto de vista del villano, con parecidos toques familiares ofrecidos en Monstruos S.A. y la protagonista infantil de la misma (digamos que Agnes, la hija menor de Gru, es un trasunto de Boo algo más crecidita pero conservando la misma ternura).

Sin embargo, lo que no se esperaban los creadores de este calvo y malvado personaje era la bomba de relojería que habían inventado con el nombre de Minions: unos esbirros del villano de escaso tamaño y lenguaje ininteligible, dispersos por millares a lo largo del metraje, que no hacían más que robar escenas dando igual el momento del metraje que fuera. Siendo una película bastante entretenida y agradable, las carcajadas estaban aseguradas cada vez que aparecían en pantalla, lo que elevó el nivel de la cinta bastantes puntos. Es por ello que era previsible una secuela, y dado los trailers que habíamos visto hasta el momento, el protagonismo de estos seres amarillos tenía a bien incrementarse. De hecho, y vistos los resultados de Gru 2, ya hay Spin-Off a la vista, y para finales de 2014 tendremos película propia de los Minions. Algo normal cuando vemos en esta secuela la cantidad de gags que protagonizan, y cómo roban protagonismo al resto de personajes.

En esta ocasión tenemos a Gru, el villano de la primera parte, volcado totalmente en sus tareas de padre y habiendo abandonado la profesión de malvado. Los mayores problemas a los que se enfrenta ahora son el paso a la adolescencia de una de sus niñas y el intento de sus vecinas por buscarle pareja. En esta situación es reclutado por Lucy Wilde, una agente de la Liga-Anti-Villanos para que se pase al lado bueno de la ley y ayude en la captura de un nuevo y desconocido villano que ha robado una fórmula mágica. Aunque al principio es reticente, al final acaba aceptando la misión y es destinado a un centro comercial con Lucy para que investigue a los sospechosos que por allí rondan. Gru deberá dar lo mejor de sí mismo para resolver la misión y colaborar con su estrafalaria compañera, con la ayuda de sus amarillos esbirros, y sin perder de vista el amor que profesa a sus tres niñas.

Ante nosotros tenemos una hilarante prueba de la buena salud de la animación fuera de las grandes ligas, con una secuela que mejora el original conforme los Minions tienen más minutos en pantalla. Con un estilo pop y llena de referencias cinéfilas, el trazo de los personajes no ha mejorado con respecto a la primera parte, pero se ha ganado en profundidad psicológica y desarrollo argumental. Era difícil retomar el concepto inicial y continuar por nuevos derroteros sin traicionarlo, pero la verdad es que la trama se hace entretenida y no decae en ningún momento, gracias en parte a los secundarios de lujo de la función, los Minions. Sus escenas funcionan por sí solas y ayudan a levantar esas transiciones entre tiempos muertos conforme avanza el argumento. Las carcajadas están aseguradas, pocas veces lo hemos pasado tan bien en un cine los espectadores a nivel global, y eso es de agradecer. Y cuando no salen los Minions, tenemos otros puntazos como las escenas del nuevo supervillano mexicano, El Macho, que también nos hará llorar de la risa.

Como punto en contra destacaría el doblaje en español de Patricia Conde, la simpática presentadora vallisoletana, pero que aquí resulta algo cargante. Apenas disimula la voz al interpretar y se hace demasiado reconocible en las escenas en las que sale Lucy, lo cual resta bastante puntos a la fantasía puesto que no somos capaces de ver su personaje sin imaginárnosla a ella. Lo cual contrasta con la labor de Florentino Fernández y su mimética capacidad de cambiar de registro vocal.

En definitiva, una buena alternativa a Pixar que, si bien adolece de su calidad tecnológica, no tiene nada que envidiar en lo que a personajes y diversión se refiere. Con un mensaje y trasfondo que resulta adecuado para los niños, creo que nadie se arrepentirá si elige Despicable Me 2 para pasar una buena tarde.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: Definitivamente, los Minions, que son los que se llevan la tostada en todas las escenas que aparecen.

Lo Peor: La voz en español de Patricia Conde; me cae simpática, pero se la reconoce demasiado en el doblaje y eso no es especialmente bueno.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí, como alternativa a Pixar y disfrutar de unas buenas carcajadas.

Películas similares: Gru, mi villano favorito; Los Increíbles; Shrek

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1690953/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El Gran Gatsby

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2013

Director: Baz Luhrmann (Romeo & Julieta de William Shakespeare, Moulin Rouge, Australia)

Guión: Baz Lurhmann, Craig Pearce

Basado en el libro de Francis Scott Fitzgerald

Música: Craig Armstrong

Fotografía: Simon Duggan

Reparto

  • Leonardo DiCaprio
  • Tobey Maguire
  • Carey Mulligan
  • Joel Edgerton
  • Elisabeth Debicki
  • Jason Clarke

Cuando un director como Baz Lurhmann se hace cargo de un proyecto, podemos esperar todo un festival de excesos visuales y artísticos. Si este proyecto se trata de una de las obras magnas de la literatura  norteamericana del siglo XX, sobre los excesos de una clase social y el inicio de una nueva era, podemos pensar si nos hará olvidar todas las versiones cinematográficas anteriores rodadas hasta la fecha. Yo personalmente tenía mis dudas, visto la exageración de musical que hizo en Moulin Rouge. Al final, el resultado ha sido una obra -algo- más reposada que sigue fielmente la novela de Fitzgerald, aunque el sello Lurhmann orbita constantemente por la cinta (como es natural, por otro lado). Y, en el fondo, es bastante normal que se haya hecho cargo de esta historia amor tan similar a sus anteriores filmes.

De El Gran Gatsby me había leído una versión reducida del libro en inglés para estudiantes intermedios, y es de las que más me acuerdo que me hayan influido con el paso de los años. La novela de Fitzgerald siempre me había cautivado no tanto por la historia de amor que cuenta, sino por la estructura novelística en que se desarrolla la trama y por el desencanto que transmite;  una unidad temporal que transcurre a lo largo de un verano, donde las emociones y los sentimientos van incrementándose gradualmente hasta que llega “the hottest day in the summer”, como título del capítulo en el que ocurre el clímax de la trama. También es cautivante el sobrenombre del grupo de escritores al que perteneció el autor, conocidos como la “lost generation”, la generación perdida (denominación usada de nuevo con motivo de la crisis de los últimos tiempos), que tuvieron su esplendor en el periodo de entreguerras siendo fiel reflejo de la felicidad y el consumismo desmedido de aquella época, así como de la desilusión de los años que vinieron después.

 Se habían hecho otras cuatro versiones de la obra, siendo la película de 1974 de Jack Clayton la más conocida por tener a un Robert Redford en su época de mayor esplendor vital, junto a Mia Farrow. Desde luego que es más reposada que la versión que ha rodado ahora Luhrmann, sin caer demasiado en los excesos típicos de los años 70. Es por esto por lo que tanto director como el actor DiCaprio lo tenían difícil para hacer olvidar esta magnífica versión; aunque al final se ha hecho un producto algo diferente que complementa esta versión setentera que no alcanzó tanta notoriedad en su día como hubiera merecido esta obra. He aquí la principal razón para este remake que, a priori, se me antojaba innecesario si no hubiese sido Luhrmann el principal artífice de esta versión.

Un joven llamado Nick Carraway se encuentra en un psiquiátrico intentando curarse de sus adicciones y superando sus problemas vitales cuando el doctor le recomienda que escriba sobre aquello que le angustia. Es entonces cuando reconoce que no le tiene estima a ninguna persona que haya conocido antes excepto a Jay Gatsby, el único tipo íntegro, optimista y con una gran fuerza vital, y se decide a escribir sobre él y sobre cómo le conoció. Es así como empieza la historia del verano de 1922. Nick Carraway, proveniente del medio oeste deseoso de probar fortuna en la ciudad de las oportunidades,  se ha ido a trabajar como agente de bolsa a Nueva York, y alquila una pequeña casa al lado de las mansiones multimillonarias de Long Island. Estamos en los felices veinte, y el dinero corre a espuertas, la gente adinerada sólo quiere pasarlo bien y olvidar los rigores de la última guerra. Las fiestas en estas urbanizaciones son frecuentes aunque las de la casa de al lado de Carraway suelen ser las más famosas de la zona. Nadie conoce a dueño y muy pocos de los asistentes están realmente invitados, pero el nombre de Gatsby resuena en todas las bocas con un halo de misterio mientras el alcohol fluye, la música suena y los rumores se suceden. ¿Quién es el enigmático dueño de la mansión con las fiestas más grandiosas? ¿De dónde ha sacado su fortuna? ¿A qué se dedica? ¿Dónde estudió? ¿Qué hizo durante la guerra? Mientras tanto, la soñadora prima de Nick, Daisy Buchanan y su infiel marido Tom, que viven al otro lado de la bahía, le introducen en este mundo de fiestas despreocupadas y moralidad laxa, y le presentan a Jordan Baker, una joven deportista con el ánimo de que inicien una relación amorosa. Una noche coinciden ambos en una de las grandiosas fiestas de Gastby, y será en ese momento en el que nuestro protagonista conozca a su vecino y anfitrión. Gatsby y Carraway se harán amigos y conocerá de primera mano el origen de este misterioso personaje, de manera que pronto entenderá la razón de todas estas pomposas  y excesivas fiestas: Daisy Buchanan.

Con este punto de partida Fitzgerald hacía una crítica a la sociedad estadounidense y occidental de principios del siglo XX y de la decadencia moral que precedió a la gran depresión, como visionario involuntario de la primera gran crisis capitalista. Dado los tiempos tan revueltos que vivimos, parecería adecuado retomar esta historia para adaptarla a la época que vivimos y hacer una relectura en clave actual.

Sin embargo, Lurhmann va más allá y nos ofrece un relato acerca del optimismo y la integridad del ser humano, donde los oscuros negocios de Gatsby no empañan su empeño por alcanzar esa luz verde que luce al otro lado de la bahía, símbolo de un estatus social que le servirá para llegar a su primer y único amor. Al igual que en Romeo y Julieta, y Moulin Rouge, tenemos otra gran tragedia amorosa condenada de antemano, que intenta ser una puesta al día de los anhelos humanos y sentimentales.

Para ello, el director presenta una versión hipervitaminada en la que opta por el camino de en medio y se toma algunas licencias creativas (mostrarnos al personaje de Carraway como escritor de la historia) que hace que nos dé más mascada la historia explicando de manera explícita algunas vertientes del argumento y de la personalidad de los personajes. Por ello, me gusta cómo nos muestra en planos secuencia aéreos una visión de la ciudad de Nueva York y de las mansiones de Long Island, con el valle de las cenizas entre medias como símil de los distintos estratos de la sociedad neoyorkina. Por el contrario, como si las nuevas generaciones no fueran a entender determinados momentos de la trama, ahí tenemos al autor omnisciente explicándonos que la tristeza que siente Daisy al volver a ver a su gran amor no es por la ropa que tiene, si no por el tiempo desperdiciado que ya no volverá. Quizás son estos momentos en los que le sobra a Lurhmann dar demasiadas explicaciones, igual que las letras sobreimpresas en pantalla de la novela que va escribiendo un Carraway transmutado en Fitzgerald, algo que a mí me sobró del todo por intentar impregnar a la cinta de una poética pretenciosa, totalmente innecesaria dado el excelente material novelístico del que partimos. Es quizá por ello por lo que los últimos momentos de la cinta se hacen demasiado pesados para mi gusto, empañando una película que hasta el momento ha sabido avanzar de manera más o menos rápida.

Con El Gran Gatsby, continua DiCaprio con su buena racha de interpretaciones magistrales, dado que hace que se disipen todas mis dudas iniciales sobre si haría olvidarme de la interpretación que hizo Redford en el 74. Si bien el protagonista de El Golpe todavía sigue en mi imaginario colectivo como el misterioso multimillonario, DiCaprio está a la altura del mismo y hace que elegir entre uno u otro se antoje más difícil que cuando nos preguntan si queremos más a papá o a mamá. Estamos ante la etapa de madurez del actor (ya lo dije en Diamante de Sangre), ante un año que lo ha tenido plagado de estrenos como Django Desencadenado (y todavía pendiente de estreno The Wolf of Wall Street). La elección de Mulligan como Daisy también me parece bastante acertada por el carácter soñador y etéreo que le imprime a un personaje que continuamente está en una nube de algodón, si no fuera por las bofetadas de realidad que le propina su marido a base de infidelidades. Cuando está junto a DiCaprio se produce una química bastante oportuna, y no hay más que ver la escena del primer encuentro entre los amantes para corroborarlo (una vuelta de tuerca estilo Luhrmann, por otro lado, totalmente reminiscente con la de Romeo y Julieta). También es agradable ver a Maguire en pantalla, aunque el papel de Carraway no le ofrecía muchas dificultades puesto se acerca bastante al tipo de personajes que suele interpretar, siempre en medio de todo pero sin tener muy claro que hace ahí. Quizás por eso no pegan demasiado los momentos iniciales donde se le ve en una actitud más cínica de lo normal, y que en la novela inicial no existían.

Por lo tanto, y aunque a ratos sea un espectáculo megalómano y excesivo en su planteamiento visual y artístico, la versión Luhrmann de El Gran Gatsby está a la altura de su referente novelístico y de la versión setentera, con algunas licencias artísticas que funcionan en determinados momentos (en otros no eran necesarias) y que, salvo un clímax-desenlace en el que se detiene demasiado, funciona correctamente como adaptación actual de la gran novela sobre el sueño americano.

Calificación: Buena/muy buena

Lo Mejor: La pareja DiCaprio – Mulligan. El espectáculo visual que nos propone Luhrmann

Lo Peor: Se detiene demasiado en dar explicaciones, como si tuviera miedo de que haya detalles de la trama que no se capten en un primer momento.

La vería de nuevo: Probablemente

La Recomiendo: Sí.

Películas similares: Chicago, Moulin Rouge, El Gran Gatsby (versión de 1974),

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1343092/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Drive (Revisión)

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Reseñado por 0017

Enlace al Blue-Ray de la película en Amazon.es

Ficha técnica

Año: 2011

Director: Nicolas Winding Refn (Bronson, Valhalla Rising)

Guión: Hossein Amini

Basado en el libro de James Sallis

Música: Cliff Martinez

Fotografía: Newton Thomas Sigel

Reparto

  • Ryan Gosling
  • Carey Mulligan
  • Bryan Cranston
  • Oscar Isaac
  • Albert Brooks
  • Christina Hendricks
  • Ron Perlman

Silence is cinema! We are so used to sounds; we’re always talked at. Silence is very rare for us for a long duration of time. It makes people very uncomfortable. But what it does, it also forces us to perceive on a much deeper level because we can no longer just be told things. Silence is like gold. It forces the audience to engage more, because they’re not being told what to think.

Estas palabras pertenecen a Nicolas Winding Refn, director de Drive. Se trata de una película de 2011 que se llevó la Palma de Oro del festival de Cannes al mejor director, sorprendiendo a propios y extraños. Desde luego que son toda una declaración de intenciones del tipo de propuesta cinematográfica que ofrece Refn, puesto que Drive se convirtió en la sorpresa de ese año al ofrecernos una cinta neo noir con aires de los ochenta en algunos detalles (la grafía de los créditos, la banda sonora a base de sintetizadores, el look del protagonista, retazos de la trama). La cinta es un ejercicio de estilo con grandes silencios basados en un personaje que habla poco y momentos rodados a cámara lenta que nos dejarán absortos mientras contemplamos todo lo que aparece en el plano, de lo cual no sobra nada; todo lo que aparece en pantalla es relevante y aporta información, explicando más con lo que no se dice que con lo que se dice, y siendo más importante lo que no se muestra que lo que se muestra.

El protagonista es un anónimo y solitario personaje al que se refieren los demás como “el conductor”. Un mecánico de un taller que en sus ratos libres trabaja como doble en las escenas de riesgo de persecuciones de alguna producción de cine. El tiempo que le deje esto lo dedicará a trabajar como conductor especializado en huidas para delincuentes. Sus reglas son claras: no quiere saber nada de las personas para las que trabaja, no lleva armas, y después del trabajo no volverán a saber nada de él. Tiene un compañero-mentor en horas bajas, que le asesora y trabaja como su manager, a la vez que le da trabajo en su taller. Se trata de Shannon, que ve en él una manera de superar las frustraciones que ha ido sufriendo en su propia vida, y considera que la solución a sus problemas económicos pasa por encontrar patrocinador para competir en carreras de coches. Lo que da pie a que Shannon se relacione con amistades no muy recomendables. Por otro lado, nuestro protagonista conoce a una vecina suya, Irene, una joven y abnegada madre que tiene a su marido en la cárcel. La relación entre ambos será especial, así como con el hijo de Irene, con quien se entenderá perfectamente. Cuando le den la libertad al marido y éste vuelva a casa, el personaje protagonista prestará su ayuda para evitar que la mafia intente hacer daño a la familia de Irene. Es entonces cuando las cosas se torcerán y veremos cómo el conductor irá resolviendo esta complicada situación.

Decía que Drive es todo un ejercicio de estilo en toda regla. Había oído hablar de ella y la tenía en mi lista para ver y comprobar si lo que decían de ella era cierto. No defrauda, y lo mejor de todo es que tiene unos toques tarantinianos que no me esperaba pero que me vienen fenomenal para señalar los defectos del director de Pulp Fiction. Las cualidades de Drive son las carencias de Tarantino. Es decir, a la película no le sobra ni un minuto de metraje (no llega a los 100) y maneja los diálogos de manera sublime; está plagada de silencios y miradas que lo dicen todo. A momentos de gran belleza le acompañan escenas de ultraviolencia que nos dejan impactados (no son mis escenas favoritas puesto que a mí particularmente la sangre me sobra cuando veo una película, pero en ésta se cuentan con los dedos de la mano y tiene la delicadeza de no mostrar demasiado, justo lo contrario que Tarantino). La violencia ocurre cuando menos te lo esperas y dura un segundo, para luego seguir con el ritmo normal de la trama. Las escenas a cámara lenta son de lo mejorcito de que he visto últimamente, donde lo mismo sigue con la cámara la mirada del conductor a una pareja sospechosa, muestra en plano el accidente de un coche por la ventanilla de atrás, o nos otorga una escena tremendamente romántica y violenta a partes iguales en un ascensor mientras las luces se atenúan. Esta escena, junto con unas cuantas más, son de las que se nos quedarán en el imaginario cinéfilo después de ver Drive, y eso es algo a lo que no mucho cine es capaz de llegar.

Es decir, que Drive juega con el ritmo que da gusto. Uno se esperaría un Fast & Furious de serie B (de hecho se llegó a anunciar así en algún cine, y hubo un espectador que presentó una demanda por publicidad engañosa) pero lo cierto es que, persecuciones, las justas y no a la típica usanza. Acelerones y frenazos, eso es lo que nos ofrece Refn. Una auténtica montaña rusa en las secuencias.

Los personajes y las interpretaciones están magistralmente dibujados con muy breves retazos, en muy poco metraje ya tenemos todo lo que hay que saber de ellos, y el resto nos lo imaginamos. Empezando por Ryan Gosling, a quien ya no me imagino en otros papeles, con su personaje tierno,  melancólico y brutal a partes iguales, verdadero caballero andante con el símbolo del escorpión en su cazadora retro de color claro; del que no necesitamos que nos cuenten nada de él para imaginarnos su vida y una infancia algo marcada. Por mucho que añore una vida al lado de Irene y su hijo, sabemos que no encontrará la redención a su lado, por el modo de vida que lleva y del que intenta apartarse. Vive al lado de Irene pero con un apartamento de separación, y esta puerta será metáfora de la que les separen, por mucho que ella salga al vestíbulo a tomar un poco el aire y a desahogarse. La misma metáfora del ascensor que se cierra con ellos a cada lado. Carey Mulligan, que también está en racha tras papeles como los de Wall Street: Money Never Sleeps o El Gran Gatsby, demuestra estar a la altura como mujer indefensa y carente de cariño. Verla en pantalla competir en los planos con Gosling es una maravilla. Y si seguimos con los secundarios, destacar a Bryan Cranston (Argo, Breacking Dad), en uno de sus mejores papeles aquí de mentor envejecido, con su cojera a cuestas y proyectando sus sueños incumplidos en este conductor protagonista. También vemos a Ron Perlman (Hellboy), Chistina Hendricks (Mad Men) o Albert Brooks, con lo que el nivel interpretativo queda bastante bien parado en esta categoría.

En definitiva, Drive es una lección de cine de acción. Una pequeña joya contemporánea y un ejercicio de estilo visual y narrativo, tanto en las persecuciones y peleas como en los diálogos y planos, resulta sorprendente hasta en su final, poco convencional y para nada malogrado, quizás algo difuso, pero que deja buen sabor de boca.

Enlace al Blue-Ray de la película en Amazon.es

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: Los silencios y el uso de la cámara lenta. Los personajes genialmente descritos y las secuencias de acción, dosificadas e inesperadas. El ritmo y la trama.

Lo Peor: Las escenas más violentas

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Sí, sobre todo a aquellos que les gusta Tarantino.

Películas similares: Jack Reacher, Payback, Reservoir Dogs, Taxi Driver,

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0780504/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Behemoth – Scott Westerfeld

Reseñado por Bitterblink

Behemoth - Scott Westerfeld

Behemoth – Scott Westerfeld

Scott Westerfeld está de moda últimamente con su serie de novelas juveniles de la saga Traición y ahora se ha publicado en castellano su saga Leviathan cuyo primer libro reseñé el año pasado (ver inventario de reseñas Leviatán).

Behemoth es el segundo libro de la saga y supongo que en función de las ventas del primer libro han decidido traducir tanto este libro como el siguiente de la saga. Para leerlo, puesto que es una continuación directa del primero, aconsejo haber leído el primero de la saga. Aunque sea un libro de corte juvenil estoy seguro de que todos los aficionados a la ciencia ficción ligera y al steampunk disfrutarán del primer y de este libro sin duda alguna.

Vamos al lío. Alek y su reducido séquito siguen a bordo del Leviathan, sirviendo como mecánicos de los motores Clanker que añadieron al Darwinista Leviathan. Su situación empeora ligeramente cuando a raíz de un ataque de un par de barcos acorazados alemanes en el mediterráneo. Durante la batalla la presencia de una torre de señales inusual lleva al maestro Klopp a deducir que se trata de un arma eléctrica denominada cañón Tesla (en honor al célebre inventor) y deciden invertir los motores para evitar ser destruídos en contra de las órdenes recibidas por los oficiales británicos. Este motín salva el Leviathan pero acaba con Alek herido y con sus compañeros bajo vigilancia o directamente retenidos.

Constantinopla es un crisol de culturas y conspiraciones en el que los Darwinistas y los Clanker intentan conseguir la alianza del sultán. Así es como Deryn a su vez se ven envuelta en un incidente al adentrarse en Constantinopla con la doctora. Los rebeldes atacan a los darwinistas y al os guardias del sultán.

Tras este incidente y la entrada de Austro-Hungría en la guerra del lado alemán, los antiguos aliados Clanker se convierten en prisioneros dentro de la Leviatán. Esto lleva a un audaz escape por parte de los Clanker que abandonan la Leviatán para adentrarse en las calles de Constantinopla.

Así es como Alek se infiltra en la resistencia contra el sultán formado por una serie de nacionalidades y culturas con sus respectivos Caminantes guardianes. Así es como aparece una exótica chica que por primera vez hace estremecerse en corazón de Alek.

A su vez Deryn se ve envuelta en una misión secreta orientada a elminar la red antykraken que defiende el estrecho que debería atravesar Behemoth, una nueva forma de bestia que es capaz de eliminar cualquier barco. Finalmente Deryn se ve perdida por las calles de Constantinopla y termina encontrando a Alek y a los rebeldes. Solo luchando conjuntamente conseguirán salvarse y salvar a la Leviatán.

Bueno, me ha encantado. Me he vuelto a quedar sin palabras. Tras un primer libro estupendo este segundo libro ha conseguido de nuevo sorprenderme. Es un gran libro, incluso mejor que su precuela.

La acción y la imaginación de los sucesos que se narra son realmente extraordinarios. Mantiene su relación con la historia real hasta cierto punto pero con las obvias modificaciones de un libro de este tipo. Me encanta también que el autor aclare de nuevo estas diferencias al final del libro para aquellos que conocen la historia real.

Me ha gustado lo que los personajes ganan en madurez en este libro. Poco a poco Alek deja de hacer tonterías para convertirse en un líder maduro por el que sus hombres darían la vida y Deryn demuestra que es una soldado hecha y derecha que realmente es un personaje femenino con muchísima fuerza. Que no es un «soldado con tetas» sino que es una chica, enamorada de Alek y de su nave, la Leviatán.

Me encanta la fina ironía del triángulo amoroso que se perfila en el libro. En el cual Alek intenta atraer a la joven y Deryn (haciendo de chico) intenta repelerla y ¿por quién creéis que se prenda la chica?. Perfecto, brillante.

Quizá el final es un poco triste pero no es malo ni mucho menos manteniendo hasta el final la emoción del libro.

Por ahora es el mejor libro de esta saga. Muy recomendable para regalar a cualquier adolescente. Me encantó.

Calificación: Muy Bueno

Lo Mejor: Acción y aventura con imaginación desbordante y con una parte de base histórica que narra la parte más exótica y poco conocida de la primera guerra mundial.

Lo Peor: Quizá esperaba más de la relación de Alek y Derin pero seguro que en el tercer libro lo vemos.

Lo Releería: Seguro que este verano lo haré, es un emocionante y divertido libro de aventuras.

Lo Recomiendo: Si, a todos los que hayan leído el primero, no os decepcionará, probablemente sea mejor incluso que el primero.

Link al libro en Amazon.es

Behemoth, de Scott Westerfeld (parte II de la trilogía Leviathan)

Otros libros que podrían gustarte

TimeRiders – Alex Scarrow Un grupo de policias del tiempo intentando evitar el apocalipsis

La máquina del tiempo – HG Wells El clásico del Steampunk, con un curioso trasfondo social

Las naves del tiempo – Stephen Baxter La continuación autorizada de La Máquina del tiempo, primera novela donde aparece un Acorazado de tierra como los de esta saga que reseño.

Bitterblink

Bonustrack: Book trailer de Behemoth

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Película – Diamante de Sangre (Revisión)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2006

Director: Edward Zwick (Leyendas de Pasión, El Último Samurai, Resistencia, Amor y Otras Drogas)

Guión: Charles Leavitt

Música: James Newton Howard

Fotografía: Eduardo Serra

Reparto

  • Leonardo DiCaprio
  • Jennifer Connelly
  • Djimon Hounsou
  • Arnold Vosloo
  • Michael Sheen

Diamante de Sangre es una película de 2006 dirigida por Edward Zwick, director de Leyendas de Pasión y El Último Samurai. He querido escogerla como objeto de revisión dado que pasó semi inadvertida en su día y no es considerada por la mayoría de la crítica como una gran obra. Sin embargo, creo que es una pequeña joya del cine de aventuras ambientada en África con mensaje de denuncia humanitaria que no cae en sermones baratos, y que hizo que en su día Leonardo DiCaprio demostrara su carisma como actor para despegarse de la etiqueta de chico guapo que sólo presta su cara bonita en el taquillazo del momento. Fue con esta cinta y con algunos títulos de la época con los que maduró a nivel interpretativo, dándonos títulos de tanta calidad como Atrápame si puedes, Infiltrados, Shutter Island o la sobresaliente Origen.

Edward Zwick estaba en estado de gracia cuando rodó esta cinta. Ya había demostrado su capacidad de trabajo con ídolos multitudinarios de Hollywood en Leyendas de Pasión y El Último Samurai. En la primera, teníamos un vehículo para el lucimiento de Brad Pitt, en una película diseñada específicamente para provocar histeria en el público femenino. En la segunda, intentó profundizar en el mensaje y la trama con un Tom Cruise algo más guerrero de lo habitual, pero resultó excesivamente densa en el metraje y no fue difícil que acabara cayendo en el olvido. Sin embargo, dio en la diana cuando se decidió a dirigir y producir Diamante de Sangre. Supo superar los defectos de sus títulos anteriores para realizar una cinta de aventuras eminentemente divertida, ambientada en el peligroso y conflictivo África contemporáneo y con una denuncia social subyacente que hace que se tome en serio más que a otros títulos de evasión que pudieran parecer más mundanos y superficiales. La película optó a cinco premios Óscar en la ceremonia de 2007, incluyendo nominaciones al mejor actor y mejor actor secundario, pero no fructificó en ningún galardón.

La historia está ambientada en 1999, durante la década con el conflicto bélico que asoló Sierra Leona. El protagonista es Salomon, un pescador de una aldea que vive con su mujer y sus tres hijos, hasta que un día las fuerzas rebeldes atacan la aldea y masacran a sus habitantes. Su mujer consigue escapar con sus hijas, él es capturado y forzado a trabajar en las minas de diamantes, y su hijo es reclutado como parte de las terribles milicias infantiles, un ejército de niños soldados a los que les lavan el cerebro para cometer las mayores atrocidades en nombre de la rebelión. Por casualidad, Salomon descubre un diamante gigantesco, uno de esos que se ven raras veces y que le pueden cambiar la vida a su poseedor, y tras esconderlo, consigue escapar de los campos de trabajo forzados. Su camino se cruzará con el de Danny Archer, un buscavidas nacido en Rhodesia y antiguo militar del ejército sudafricano, que se dedica al tráfico de armas y diamantes como medio para salir algún día del continente africano y empezar una nueva vida. Por supuesto, cuando Archer se entere del descubrimiento del diamante de Solomon, intentará por todos los medios asociarse con él y buscarlo en las montañas de Sierra Leona. El caos producido cuando la capital, Freetown, sea tomada por las fuerzas rebeldes, les permitirá emprender la búsqueda; y la ayuda que recibirán de Maddy Bowen, una reportera de guerra americana que busca escribir el artículo definitivo sobre la catástrofe humanitaria en África, será clave para abrirse camino en medio de un país asolado por la guerra y el saqueo de los recursos naturales. Los humanitarios motivos que mueven a Maddy chocarán con la falta de escrúpulos de Archer por enriquecerse y con la obsesión de Solomon de encontrar a su familia. La mezcla de semejante conflicto de intereses desembocará en una búsqueda épica a través de un país desolado y peligroso. Pero incluso en este mundo apartado de Dios, donde la violencia más descarnada campa a sus anchas, todos aprenderán algo del resto, aunque sea la dificultad para dejar un continente donde hasta la tierra es de color rojizo, como metáfora de toda la sangre que se ha derramado a lo largo de su historia.

De esta película me gustan las aspiraciones con las que se mueve. Zwick ha realizado una cinta de aventuras con la acción dosificada y justa, nada de fantasmadas rodadas a golpe de presupuesto. El personaje de DiCaprio está muy bien perfilado, un ex-mercenario del ejército sudafricano que engaña más de lo que al principio parece. Uno puede pensar en un primer momento que interpretará el típico papel de norteamericano sobrado y vacilón, que al final se lleva a la chica y que está por encima del bien y del mal. Pero mientras va avanzando el metraje se nos va desvelando parte de su pasado y de sus motivaciones. Su actitud sigue siendo igual de cínica, sólo que ahora ya sabemos que tiene las mismas razones que el resto de la gente de color para considerarse africano, por haber nacido, crecido y luchado en el continente, mientras era apartado de su familia a temprana edad. Tiene los clichés típicos del anti-héroe egoista, para acabar redimiéndose al final y ser entronizado dentro de la categoría de la épica moderna (su foto en el reportaje de Maddy). Lo que digo, aquí DiCaprio empezaba ya a dar muestras de madurez confirmándose como uno de los grandes del sector, adecuado para cualquier tipo de papel.

La elección de Djimon Hounsou para el papel de Salomon también fue muy acertada puesto que borda el papel de pescador chabolista africano. Sus momentos de desesperación y rabia por todo lo que le han hecho a él y a su familia son totalmente creíbles. Nos transmite el drama diario de millones de familias africanas que se ven abocadas a emigrar por la conflictividad de sus países. El trío protagonista se completa con Jennifer Connelly, una actriz que cada vez que aparece en una cinta eleva la categoría actoral con su sola presencia, demostrando que el Óscar que ganó por Una Mente Maravillosa no fue casualidad. A uno le hace añorar más papeles suyos en el Hollywood actual, dado que la frescura que demuestra aquí como periodista nos hace preguntar porqué no cuentan con ella más directores para otros trabajos.

Como no podía ser de otra manera, estando rodada en África, en ocasiones la dirección de fotografía se centra en los preciosistas y variados paisajes que ofrece el continente, estando al nivel de Memorias de África. Hacía años que no veíamos una película donde pudiéramos decir que  se ha plasmado la belleza de África como en ninguna otra. La naturaleza en su esplendor, como contraposición a los momentos de crueldad que vivimos en las escenas de acción. La banda sonora con toques étnicos ayuda a la inmersión en los escenarios, la historia y la idiosincrasia de aquellos pueblos.

Todo ello da como resultado una película que se mueve perfectamente entre el género de aventuras y el cine con mensaje. En ningún momento da lecciones de moralidad ni es ingenua con el tema que trata. Sabemos que vivimos en un mundo con desigualdades, y muchas de éstas se sustentan con nuestro modo de vivir. Se denuncia el tema de los diamantes de sangre, aquéllos que financian conflictos  y que hace que se perpetúen los abismos que median entre el primer y el tercer mundo. Pero en ningún momento apela al buenrollismo ingenuo del espectador. Se buscan culpables, y como siempre, hay un malvado y avaricioso empresario occidental al que echarle la culpa. Pero no deja de insistir en que los países africanos tienen muchos culpables africanos en todos los estamentos, siendo el indígena de a pie el que acaba sufriendo todas las desigualdades del sistema. Y por muchos reportajes que se escriban en las revistas más glamorosas y concienciadas de occidente, poco se puede hacer desde la otra parte del mundo para cambiar un sistema que está corrupto desde sus mismos cimientos, si el cambio no empieza desde ellos mismos.

En definitiva, una cinta más que digna que pasó desapercibida en su estreno (o inmediatamente después de él) pero que merece rescatarse para disfrutarla un par de horas. Mucho mejor opción y mejor rodada que la mayoría de películas que inundan la cartelera, su trasfondo le da un aire de seriedad que hace que el espectador tenga motivos para la reflexión. Como dice un personaje: “no hay hombres buenos y malos, son los actos los que los definen”.

Calificación: Muy buena

Lo Mejor: La factura con que está rodada. Es solvente, es ágil, y el ritmo de la cinta no decae en ningún momento. Es la aventura en su estado más puro (con permiso del dr Jones), y la trama está sabiamente distribuida a lo largo de los acontecimientos que se van presentando.

Lo Peor: Que hay otros títulos peores que pasan menos inadvertidos que estas pequeñas maravillas del cine.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí, es una buena mezcla de cine de evasión con denuncia social.

Si quieres comprar el DVD (junto con otras 2 películas: Red de mentiras e Infiltrados)

Red de mentiras + Diamante de sangre + infiltrados [DVD]

Películas similares: La Reina de África, Memorias de África, Hotel Rwuanda, Amar Peligrosamente, El jardinero Fiel, El último Rey de Escocia, Tras el Corazón Verde, La Joya del Nilo

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0450259/combined

Tráiler en You Tube (español):

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Departamento Q. Expediente 64 – Jussi Adler-Olsen

Expediente_64 Reseñado por Malosa.

Una vez más y ya van cuatro, el danés me ha ganado de nuevo. Me sorprendió con su primera entrega, me lo confirmó con la segunda, me siguió entusiasmando con la tercera y en esta cuarta lo ha conseguido: se ha convertido en mi escritor favorito de novela negra en la actualidad. ¡¡Casi nada!!
Independientemente de que me encante Adler-Olsen, objetivamente tengo que decir que esta es una historia fantástica. Y que a pesar de ser una cuarta entrega de una misma saga no se resiente ni pierde su frescura y buen hacer original. Y basta ya de tantas alabanzas porque voy a perder totalmente la credibilidad 🙂

Sinopsis 

El libro comienza en 1985, en una fiesta de alta sociedad en la que encontramos a Nete Hermansen con su marido. Allí se cruza inesperadamente con Curt Wad, individuo que forma parte de un pasado de la vida de Nete que ella creía haber olvidado. Ante los dolorosos recuerdos Nete decide vengarse de los que arruinaron su vida antaño y le sometieron a abusos y vejaciones.
Paralelamente volvemos al presente, en el año 2010, en el que Carl Mørk y su equipo del departamento Q se encuentran investigando varias antiguas desapariciones  simultáneas. Todas parecen relacionarse con el médico Curt Wad, que además es el dirigente de un partido político de tendencias fascistas.
Adicionalmente, vemos que nuestro protagonista favorito, Carl Mørk, tiene que lidiar con un inquietante descubrimiento sobre su ayudante Rose. Aparte de que sus suspicacias a propósito de su extraño colaborador de origen árabe, Assad, no hacen más que aumentar. Sin contar con las nuevas pistas que surgen de su antiguo caso de la pistola clavadora y que no hacen más que salpicarle...

Opinión personal

Creo que parte del éxito de esta nueva entrega del departamento Q reside en la temática y el argumento escogidos. La novela centra su historia en torno a  Sprogø, un pequeño islote danés en el que se alzó una especie de cárcel-psiquiátrico entre 1923 y 1961. Allí estuvieron encerradas varias mujeres (unas 500 aproximadamente), consideradas oficialmente peligrosas o enfermas. Pero en realidad no lo eran, siendo el objetivo del encierro evitar la  “propagación de material genético indeseado”. En Sprogø acabaron enfermas mentales, mujeres promiscuas o prostitutas. Y allí recibieron castigos inhumanos que iban desde el aislamiento hasta la esterilización forzada.

Adler-Olsen ha sabido contar una historia basada en hechos reales y cuya existencia desconocían hasta los propios daneses, mezclándola con una novela de investigación policial muy bien llevada. Ha logrado denunciar algunos temas escabrosos de la historia de europa (como son la eugenesia y la obsesión con la pureza de raza) a través de unos personajes carismáticos, ya queridos por el lector y que se caracterizan por su normalidad. Mørk y su equipo no son héroes, son muy humanos.

Además de esta historia de base ganadora, son también sus personajes los que entusiasmarán al lector: el gruñón Carl Mørk, lleno de defectos pero de buen corazón en el fondo. El extraño Assad, cuyas intervenciones y modo de hablar suponen carcajada directa. Y la temperamental Rose, secretaria que hace lo que le da la gana pero fundamental en el equilibrio del departamento. La combinación de ellos es el alma de los libros de Adler-Olsen y son los personajes los que consiguen que, al menos a mí, me fascinen sus historias.

Otra cosa que hace muy bien el danés es lograr no saturarnos con una saga de la que lleva 4 libros escritos en los que las variaciones son mínimas. Pero yo no siento que se esté repitiendo y creo que lo consigue porque no nos lo cuenta todo de sus protagonistas. De Mørk sabemos ya bastante, pero el misterio y lo poco que se vislumbra aún tanto de Assad como de Rose hace que queramos más. Mucho más.
Esto me parece de una habilidad máxima y por ejemplo no lo ha logrado su homóloga en el género y zona geográfica, Camilla Läckberg. A mí la saga de la sueca me aburre ya bastante y sin embargo no me ocurre lo mismo con la del danés.

Hablar también de lo bien que lleva el autor el ritmo de sus historias, siendo capaz de desplegar una investigación policial detallada sin aburrir en ningún momento al lector. Dosificando los momentos descriptivos con los chascarrillos de los protagonistas y creando perfectamente el clima para los puntos álgidos de tensión, acumulados sobre todo al final. Logrando combinar a la perfección 3 historias alrededor de los mismos personajes pero contadas en 3 momentos históricos distintos y uniendo todos los cabos sueltos en ese final adrenalítico, en el que incluye además sorpresas.
Remarcar también que sus historias no requieren de un nivel de exigencia máximo en el lector, lo que no implica que sean simples o poco consistentes. Adler-Olsen sabe presentar su historia y sus intervinientes de modo fácil, claro y estructurado. El lector es capaz de seguir el argumento con facilidad y no necesitará releer páginas para enterarse bien del asunto.

Por sacar alguna pega a este libro, decir que he echado de menos más interacción cómica entre Assad y Mørk. En anteriores libros me desternillaba de risa con sus diálogos cada 2×3. En este libro también me he reído, pero menos que en los anteriores. Quizá su temática es más seria y esto también ha influido en el carácter de los personajes.
También creo que se le da poco peso a Rose en cuanto a trabajo de campo se refiere. Participa en la investigación pero siempre desde la retaguardia y creo que está pidiendo a gritos un poco más de protagonismo directo. Al final de esta historia parece que despunta en este sentido. ¿Lo mantendrá el danés en la siguiente?

Fantástica historia. Lectura adictiva. Impecable investigación policial. Humor asegurado. Sorpresa final. Ritmo adecuado. No sé qué más decir para que vayáis derechos a la librería a comprarlo. Pero hacedme caso: la saga al completo es reomendable. Empezad por el primero, La mujer que arañaba las paredes. Lo disfrutaréis más en este orden.

Por qué decidí leerlo: Reconozco que estaba leyendo otro libro cuando ví que acababan de publicar una nueva entrega de Adler-Olsen y su departamento Q. Y no lo dudé un momento: dejé el otro libro, me compré Expediente 64 y aquí está mi reseña, 5 días después.

Lo mejor: La historia de la isla de Sprogø, desconocida para casi todo el mundo. Carl Mørk y sus salidas. Las confusiones con el lenguaje de Assad. La dosificación del ritmo y el suspense. La sorpresa final.

Lo peor: Hay muy poco que no me guste de esta novela. Sólo destacaría la pérdida de humor en comparación con las anteriores o la falta de implicación directa de Rose.

¿Volvería a leerlo?: Sí, me encanta esta saga. Pero por orden de preferencia me releería el primero de la serie.

¿Lo recomendaría?: SÍ, en mayúsculas, acentuado y con los ojos cerrados. Para cualquier tipo de lector. Y aún más lo disfrutarán los amantes de la novela negra y los que gusten de la temática relacionada con el fascismo, segunda guerra mundial, etc.

Otros libros del estilo que podrían gustarte:

Departamento Q: Los chicos que cayeron en la trampa (Jussi Adler-Olsen)
Departamento Q: El mensaje que llegó en una botella (Jussi Adler-Olsen)
Linda, como en el asesinato de Linda (Leif G.W. Persson)
El verano de los juguetes muertos (Toni Hill)

Malosa

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