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Película – El Hipnotista

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Hypnotisören

Año: 2012

Director: Lasse Hallström ¿A quién ama Gilbert Grape?, Las normas de la casa de la sidra, Chocolat, La pesca del salmón en Yemen)

Guión: Paolo Vacirca

Basado en el libro de Lars Kepler (link al libro en Amazon)

Música: Oscar Fogelström

Fotografía: Mattias Montero

Reparto

  • Tobias Zilliacus
  • Mikael Persbrandt
  • Lena Olin
  • Helena af Sandeberg
  • Oscar Pettersson

El Hipnotista es la primera incursión en el thriller de Lasse Hallström, director de Chocolat y Las Normas de la Casa de la Sidra. Un género que a priori, no tiene mucho que ver con el resto de su filmografía y, visto el resultado, una mala decisión que esperemos no se vuelva a repetir. Malosa se había leído el libro y le pareció interesante, por lo que me convenció para ver esta cinta; pero dado el aburrido resultado que ha perpetrado el director sueco, todavía me está pidiendo perdón por haberme arrastrado al cine (Malosa, no Hallström).

No voy a dar muchos detalles sobre el libro, de ello ya se ocupará Malosa, pero decir que está escrito por Lars Kepler, seudónimo de un matrimonio sueco que se han subido al carro del éxito de la narrativa policíaca escandinava iniciado con el éxito de la trilogía Milenium. En un derroche de optimismo han planeado una serie de ocho novelas policíacas, siendo El Hipnotista la segunda de ellas. La comparación con la obra de Larsson no es gratuita, y dado que en breve reseñaré la excepcional adaptación de Fincher, lo primero he de señalar que comparte muchos de sus elementos de partida, a saber: crímenes sórdidos y desagradables, un reflejo de una sociedad nórdica no tan idílica como cabría suponer, y con un frío ambiental que ayuda a crear un clima desasosegante y perturbador. Sin embargo, no sé a nivel literario, pero lo que es fílmicamente hablando, El Hipnotista me dejó tan gélido como los escenarios en los que se desarrolla.

Un investigador perteneciente a la brigada policía judicial llamado Linna intenta resolver los salvajes crímenes de una familia entera asesinados a cuchilladas. Tan sólo ha sobrevivido el hijo de la familia, aunque herido de gravedad, y la hija mayor, en paradero desconocido. El caso corre el riesgo de llegar a un punto muerto y quedarse estancado, por lo que Linna toma medidas fuera de lo común: le pide a Bark, un médico del hospital, que realice una sesión de hipnosis con el muchacho inconsciente y malherido. La idea es que bajo los efectos de la hipnosis y de manera inconsciente el chico aporte toda la información acerca del suceso y de su hermana desaparecida. Sin embargo, todo se torcerá debido a posibles efectos adversos sobre la salud del chico, que hacen recomendable no seguir con la terapia. Mientras, Bark se enfrenta a problemas en su vida familiar. No está pasando por los mejores momentos con su insegura esposa, su hijo está en una fase adolescente y pasota, y él se ha convertido en un adicto a los somníferos sin los cuales es incapaz de dormir por las noches. Pero todo esto pasará a un segundo plano cuando el caso al que ayuda a Linna a resolver repercuta en su vida y pase a tener un protagonismo activo, poniendo a su familia en peligro. En ese momento deberá dar lo mejor de sí mismo y aunar esfuerzos con el investigador para abandonar sus temores y antiguos traumas profesionales, todo ello orientado a resolver el misterio.

La verdad es que así explicado da la impresión de que el argumento es llamativo y que reúne lo mejor del cine negro y policíaco, pero lo cierto es que me he esforzado por aparentar que la trama resulte atractiva sobre el papel después de dos horas de absoluto aburrimiento en la sala. Con un arranque prometedor, es normal que pensemos que los primeros minutos de película estén destinados a colocar las piezas del rompecabezas que luego nos afanaremos en recomponer de manera animosa y entretenida. Pero conforme va pasando el metraje, nos encontramos con un torpe desarrollo de los acontecimientos que no interesa a nadie, mezclado con un tratamiento de los personajes aburrido e irritante. Los devenires del matrimonio Bark están tan mal expuestos que hace que acabemos odiando a la cargante esposa y su cambios de humor (interpretada por Lena Olin, mujer del realizador, se supone que se preparó el papel intentando buscar testimonios de familias que se han enfrentado a traumas similares a los expuestos en el argumento). Si en Milenium el personaje de Blomkvist era capaz de tener relaciones liberales con las mujeres con las que se relacionaba, aquí el personaje de Simone Bark resulta tan celosa y desconfiada por una infidelidad pasada de su marido que hace que no tenga sentido ninguno de sus actos. La actuación de Mikael Persbrandt como Bark tampoco es que haga mejorar mucho la situación, pareciendo que tenga horchata en las venas debido a su ya mencionada adicción a los somníferos y dando una impronta permanentemente somnolienta a su personaje. Unos diálogos lentos y repetitivos hasta la extenuación a base de monosílabos hace la trama más pesada si cabe en la cinta en general y en estas escenas en particular.

Pocas cosas me hicieron tener buen sabor de boca al salir del cine. La interpretación de Tobias Zilliacus como investigador deja indiferente, lo cual no ayuda mucho a compensar las irritantes escenas del resto de personajes. Si se pretendía hacer una reflexión sobre la tipología de la familia escandinava poniendo al personaje de Zilliacus como modelo de soltero de mediana edad imposible de desconectar de su trabajo (en contraposición a su compañera de trabajo, siempre con el niño a cuestas), ésta no ha sido muy afortunada. Hasta el final de la cinta, con algo de acción que hasta el momento se nos había negado, está resuelta de manera ilógica y estúpida.

Resulta incomprensible el producto que ha desarrollado Hallström, más habituado a un cine poético y metáforico. El cuento de hadas que fue Chocolat, que desarrollaba una luminosa historia sobre la libertad a contracorriente del poder establecido (al igual que Las Normas de la Casa de la Sidra), choca frontalmente con esta cinta oscura y enferma que, parece que se ha atiborrado a somníferos como el personaje del título (poco comprensible también, dado que “hipnotista” no existe en español según la RAE, suponemos que ha sido una traducción literal del título original “Hypnotisören”, pero lo correcto hubiera sido decir “hipnotizador”). Todo esto nos hace pensar sobre las pobres cualidades del director sueco como realizador de thillers, presentándonos una aburrida y lenta adaptación con un guión desafortunado que malgasta un buen material de partida (si en el libro ocurren cosas desde las primeras páginas, ¿por qué aquí se empeñan en demorarlas hasta pasado medio metraje?). Esperemos que no haya más adaptaciones de estos escritores, y que el realizador sueco vuelva al tipo de cine reflexivo y pausado que mejor se le da hacer.

Calificación: Mala

Lo Mejor: Me quedo con muy poco de esta película, como mucho la escena final con un autobús en la nieve pero poco más.

Lo Peor: Las interpretaciones (el tratamiento de los personajes, su psicología y motivaciones son pésimos), y el ritmo lento y soporífero de la trama.

La vería de nuevo: No.

La Recomiendo: No.

Películas similares: Millennium (tanto las versiones suecas como la de Fincher), El alquimista impaciente.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1556243/

Link a la reseña del libro:

El hipnotista – Lars Kepler

Tráiler en You Tube (español):

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Película – El Atlas de las Nubes (Revisión)

Poster Atlas de las nubes

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2012

Director: Lana y Andy Wachowski (Matrix, V de Vendetta, Speed Racer), Tom Tykwer (Corre, Lola, Corre; El Perfume, historia de un asesino)

Guión: Hermanos Wachowski, Tom Tykwer

Basado en el libro de David Mitchell (link al libro en Amazon)

Música: Tom Tykwer, Johnny Klimek, Reinhold Heil

Fotografía: Frank Griebe, John Toll

Reparto

  • Tom Hanks
  • Halle Berry
  • Jim Broadbent
  • Hugo Weaving
  • Jim Sturgess
  • Bae Doona
  • Ben Wishaw
  • Hugh Grant
  • Susan Sarandon

Ante nosotros tenemos una de las películas más complejas de 2012, uno de los posibles  taquillazos que sin embargo pinchó estrepitosamente en la taquilla americana y quizás por esa razón su estreno en España pasó en marzo pasado sin pena ni gloria. Un fracaso dado lo coral de su reparto y la reputación de sus directores – productores, unos hermanos Wachowski (tras el cambio de sexo de Larry a Lana) que buscaban repetir el éxito de Matrix; y un Tom Tykwer que ya demostró su buen hacer con el bizarrismo de Corre, Lola, Corre y El Perfume. Con un reparto coral de gran nivel y uno de los planteamientos más audaces de los últimos tiempos, El Atlas de las nubes se basa en una novela de David Mitchell, con una estructura narrativa también rompedora. Las distintas partes e historias que se narran en el libro tienen una simetría concéntrica según la época, y cada una de ellas está escrita con un estilo propio (en forma de diario, cartas entre dos amantes, etc). Este proceder ha hecho que los Wachowski hayan intentado innovar en el lenguaje narrativo del filme, adaptando todo aquello que no funcionaría en la pantalla. En su lugar, han hecho una exquisita labor de montaje a base de cortes de escenas en momentos claves, para pasar a otra historia estableciendo las conexiones cósmicas de la película a base de sugerencias implícitas, algunas muy sutiles y otras no tanto, pero que exigirá de seguro varios visionados para acabar de entender obra tan magna.

El denso argumento nos desgrana varias narraciones expuestas a lo largo de los siglos con cierta conexión entre cada una de ellas ya sea por similitudes con los personajes (los actores interpretan varios papeles cambiando en ocasiones de sexo y de raza incluso) o interacciones entre ellos. El mismo actor puede interpretar a un personaje puramente malvado que con sus actos se redime en un futuro. Por lo tanto, toda la película coquetea con la idea del karma y la redención cósmica a través de nuestros actos. Las distintas historias que se entrecruzan el la cinta son las siguientes (en el libro cada una de ellas tiene un título):

  • Pacífico sur, 1849, Un joven abogado es encargado de volver a California con un contrato comercial para su futuro suegro. Durante el viaje de vuelta cae enfermo y pasa a recibir los cuidados del médico del barco, aunque probablemente esté más motivado por la codicia que por la salud del joven. La amistad del abogado con un esclavo que se ha colado de polizón en el barco será clave para que aquél pueda llegar a los USA y volver a ver a su prometida.
  • Cambridge, 1936. Frobisher, un joven compositor homosexual y su amante Sixmith, estudiante de ciencias, viven un amor prohibido narrado a través de las cartas que le escribe el primero al segundo. En ellas se explica como Frobisher es contratado por un gran compositor musical en el final de sus días para que le ayude a transcribir las obras musicales que todavía le rondan por la cabeza. Mientras realiza esta labor, el joven Frobisher logra obtener la inspiración para crear El Atlas de las Nubes, su gran obra maestra. Sin embargo, pronto surgirán las disputas acerca de la autoría de tan magna obra, y la disoluta vida de Frobisher supondrá el desencadenante de la tragedia.
  • San Francisco, 1973. Una periodista afroamericana, Luisa Rey, recibe una información de un anciano físico nuclear llamado Sixmith, acerca de un posible sabotaje en la central nuclear de la zona, motivado por oscuros intereses empresariales. La investigación se torna más peligrosa cuando un asesino a sueldo empieza a liquidar a todos los que pueden tener información acerca de la trama. Una historia de amor inacabada con un técnico de la central, y el continuo peligro a los que estará expuesta Luisa, hará que ésta se esfuerce por descubrir el escándalo energético.
  • Londres, 2012. Un editor literario en el ocaso de su vida, Timothy Cavendish, debe desaparecer del mapa cuando su último bombazo editorial escrito por Hoggins, un mafioso con ínfulas de escritor, es un éxito y éste, desde la cárcel, le exige un porcentaje mayor de las ganancias. El hermano de Cavendish simula ayudarle pero acaba internándole en una clínica de la tercera edad regido de manera dictatorial por una enfermeras con poco aprecio por sus ancianos residentes. Lo tragicómico de la situación exigirá a Cavendish lo mejor de él para escapar de la clinica.
  • Neo Seul, Corea, 2144. En un futuro distópico, las empresas crean clones para que trabajen como sirvientes. En un restaurante de comida rápida, una de las camareras llamada Sonmi-451 empieza a tener consciencia acerca de su destino y es liberada por un joven miembro de un grupo rebelde que buscan cambiar el esclavista sistema de capas sociales. Ambos emprenden un viaje a una estación de radio en Hawai donde Sonmi pueda enviar un mensaje a todas sus compañeras clones, mientras son perseguidos por agentes del orden, antes de liderar una revolución que cambie todo el orden establecido.
  •  Hawai, 2321. Una tierra postapocalíptica en la que los humanos que quedan han involucionado tecnológicamente y están establecidos en diferentes tribus. Zachry, un pastor de cabras es testigo de la muerte de su cuñado a manos de una tribu caníbal rival. El miedo y la visión de un antiguo diablo que permanece en su mente y que despierta sus más bajos instintos de supervivencia le impiden hacer nada. Zachry recibe la visita de Meronym, una viajera espacial perteneciente a una raza humana con tecnología avanzada que han colonizado otros planetas y que están en peligro de extinción. Meronym necesita la ayuda de Zachry para alcanzar una estación de radio abandonada y dirigirse a todos los antiguos habitantes de la tierra, para así salvar el destino último de las distintas razas supervivientes de la humanidad.

Como ya he dicho, la cinta pasó sin pena ni gloria en su momento, siendo un fracaso para las expectativas que se tenían proyectadas y el presupuesto invertido (más de 100 millones de dólares). La complejidad de la novela y de la trama desde luego que no han ayudado en su carrera comercial, así como el denso metraje de tres horas que dura la obra. Sin embargo, una cosa juega a favor de ella, y es que el escaso público que ha acudido a verla no ha quedado indiferente ante el filme, teniendo papeletas para convertirse en una cinta de culto si es que en los años venideros al público le da por redescubrir esta obra. Lo que sí que está claro es que quien se anime a verla necesitará varios visionados y echar un vistazo a alguna lista del casting actoral (http://es.wikipedia.org/wiki/Cloud_Atlas#Reparto) para volver a captar detalles inadvertidos colocados estratégicamente por el guión y el montaje. Tenemos a los mismos actores interpretando distintos papeles una y otra vez, en distintas épocas, razas e incluso sexo (Halle Berry pasa por esclava negra del XIX, mujer blanca en los años 30, periodista afroamericana en los 70, belleza fugaz en una fiesta en 2012, cirujano cibernético coreano en 2144, y mujer humana de una raza evolucionada en 2321,… ahí es nada…). A modo de ejemplo he encontrado en internet este esquema con los distintos actores protagonistas y los papeles que interpretan. Simplemente, necesario una vez la hayas visto.

El atlas de las nubles quien es quien

En algunos momentos puede hasta resultar ridículos los maquillajes para hacer pasar por coreanos a algunos personajes (Jim Sturgess, Hugo Weaving) o a la inversa, pero yo creo que el resultado es intencionado para que el público los reconozca, con lo que me chirría pero lo veo necesario.

A favor yo veo algunos puntos como pueden ser la imaginería visual que crea en cada historia, algo que con Matrix ya vimos que los Wachowski eran especialistas. No solo en los segmentos futuristas, también las escenas ambientadas en Cambridge y en el Pacífico merecen mención. Otro acierto es que la citada complejidad argumental da para muchas reflexiones acerca del karma, del destino y de la redención a través de nuestros actos, de la lucha del bien y del mal dentro de cada uno de nosotros,… Distintos tonos y líneas argumentales, que va desde el thiller ciberpunk hasta la comedia costumbrista, pasando por el drama de época y el cine policíaco setentero. Tiene incluso la capacidad de hacer que Hugh Grant nos sorprenda con sus dotes actorales estando creíble en sus papeles decimonónicos así como los contemporáneos (el dueño del lobby nuclear), algo risible como anciano en 2012 y coreano en 2144 e, increíblemente sorprendente como malvado líder de la tribu rival en el lejano 2321 – quién lo iba a decir…

Es posible que el ritmo narrativo haga aguas en algunos momentos, haciendo que el espectador se pregunte muchas veces que es lo que está viendo y a donde se quieren dirigir los realizadores. Todo ello da como resultado una película extenuante que hace que salgamos del cine agotados por intentar haber seguido la trama sin perdernos. Eso es un punto negativo que se va difuminando con posteriores visionados, y es la razón por la que recomiendo dar a El Atlas de las Nubes no una, sino varias oportunidades. Como también animo a la lectura de la novela de David Mitchell, solo por el espíritu renovador con el que se afronta el caleidoscopio coral que suponen todas las historias.

Calificación: Buena

Lo Mejor: El planteamiento novedoso de la historia. Las escenas de introducción iniciales; los detalles de los que está plagado el argumento.

Lo Peor: Su excesivo metraje; la labor de maquillaje necesaria pero sonrojante en algunos casos

La vería de nuevo: La he visto dos veces y la vería una tercera, es algo necesario en esta cinta en concreto

La Recomiendo: Sí, por lo menos un par de visionados si la primera vez no te disgusta en demasía.

Si quieres comprar el DVD de El Atlas de las Nubes

El Atlas De Las Nubes [DVD]

Películas similares: Matrix, Forrest Gump, La Fuga de Logan, El Árbol de la Vida, La delgada línea roja

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1371111/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Trance

Poster Trance Boyle

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2013

Director: Danny Boyle (Trainspotting, 28 días después, Slumdog Millionaire)

Guión: Joe Ahearne, John Hodge

Música: Rick Smith

Fotografía: Anthony Dod Mantle

Reparto

  • James McAvoy
  • Rosario Dawson
  • Vincent Cassel
  • Danny Sapani

Desde luego que a Danny Boyle no se le puede reprochar su capacidad como cineasta todoterreno, con certera maestría para cambiar de género con cada nuevo filme. Desde la historia de yonkis de Edimburgo (Trainspotting), la resurrección del género de zombies (28 días después), la intriga espacial (Sunshine) o el drama de un concurso televisivo en la India como modo para salir de la pobreza (Slumdog Millionaire), todo ello sirve como excusa para lucimiento de un humor negro basado en las más bajas pasiones del ser humano, sobre todo la codicia y el ansia por sobrevivir a toda costa. Incluso se atrevió con la ceremonia de inauguración de los JJOO de Londres 2012, demostrando una polifacética capacidad de atreverse con cualquier reto. En Trance se sumerge en el subgénero de los bajos fondos londinenses, fiel al estilo de Guy Ritchie, mezclando gángsters suburbiales con ladrones de guante blanco y psicoterapeutas especializados en hipnotismo, para proponernos un viaje al fondo de la mente de su protagonista con todas las implicaciones oníricas que ello supone.

Simon trabaja en una prestigiosa sala de subastas de Londres. Durante las pujas por un cuadro de Goya, “Vuelo de Brujas”, un grupo de hombres armados entran y se llevan la obra, golpeando al protagonista y dejándole inconsciente. Cuando recibe el alta del hospital, se nos explica la verdad: Simon estaba compinchado con los asaltantes para ayudar a sustraer la pintura; sin embargo el golpe le ha dejado secuelas de amnesia y es incapaz de recordar dónde ha dejado el preciado botín. Tras probar otros métodos más expeditivos pero infructuosos, sus desesperados compañeros acaban contratando una hipnotizadora para ayudarle a recordar tan preciada información. Pero la implicación de la doctora con el grupo acabará por desencadenar una serie de consecuencias imprevisibles, donde se mezclará la ficción con la realidad en un frenético viaje a lo más profundo de la mente de Simon.

Algún crítico comparaba la propuesta onírica de Trance con el viaje al mundo de los sueños que se nos presentaba en Origen, o con  los detalles del zarandeado protagonista amnésico de Memento. Aunque tenemos de ambas tramas en esta cinta, ya le gustaría a Boyle acercarse a la sobresaliente obra del realizador del Caballero Oscuro. Donde en Nolan todo es buen hacer de unas tramas que fascinan desde el primer momento, aquí se nos ofrece un planteamiento atropellado y confuso bajo la excusa del paranoico paciente que no recuerda detalles vitales de su anterior personalidad, metiéndose también en terreno ya explorado por Hitchcock en Recuerda y Sospecha. La verdad es que a ratos resulta desconcertante por abusar del recurso de confundir fantasía y realidad, flashbacks pasados y escenas presentes. Quizás es que ya he visto demasiadas películas donde se usa con mejor maestría este recurso argumental y no me resulta novedoso. Donde intenta innovar, meritorio aunque en mi opinión se pasa de frenada, son en las vueltas de tuerca de guión, con sorpresas finales que pocos se esperarían en un cine más convencional. Y también le sobran un par de momentos violentos, parece que últimamente estoy abonado a escenas explícitas como si Tarantino me persiguiese en todo el cine que veo. Es ésta la mayor diferencia con el cine de  Nolan; quizás éste sea más ingenuo mientras que Boyle insiste en alejarse del público familiar (por mucho que Slumdog Millionaire nos dejara mejor sabor de boca por tratarse de un relato con un tono mucho más dulcificado). Es decir, que Trance está más cerca de Layer Cake o RocknRolla, con unas pocas dosis de cine de robos (El Secreto de Thomas Crown) al principio.

Los actores están bastante correctos en sus respectivos papeles. James McAvoy logra alejarse poco a poco de su imagen de colegial en problemas, y Vincent Cassel es un creíble matón de guante blanco, que da miedo porque le crees capaz de cualquier cosa. Rosario Dawson se lleva el premio gordo de la interpretación en esta cinta, dado que su papel es el auténtico protagonista aunque parezca la chica que adorna la historia. Y la fotografía del filme cumple su función al jugar el diseño de producción con los colores primarios (no son casuales los neones rojos cuando está siendo hipnotizado o el apartamento naranja de ella).

Todo esto da como resultado una sesión pop de hipnosis colectiva donde a los espectadores se nos sumerge en un paranoico descenso a los infiernos de la psique humana, donde a veces lo más peligroso no es intentar recordar, sino intentar olvidar nuestros traumas más complejos. Un juego donde se nos pretende confundir deliberadamente una y otra vez, y los más sugestionables podrán dejarse llevar por el laberinto psicológico que propone Boyle. Propuesta entretenida no excesivamente cautivadora pero que puede servir para pasar una tarde de lluvia, y que al acabar no sabremos si lo visto ha sido un sueño o formaba parte de la terapia a la que Boyle nos ha sometido. Al igual que el Mcguffin de la cinta, el cuadro de Goya Vuelo de Brujas, donde a un infeliz se lo llevan en volandas otros personajes (igual que el protagonista), así nos sentiremos nosotros asistiendo al trance por inmersión en los más oscuros recovecos de la mente humana.

 Calificación: Entretenida

Lo Mejor: La primera parte de la cinta, con un McAvoy indefenso y una Dawson solícita.

Lo Peor: A ratos atropellada y confusa

La vería de nuevo: No

La Recomiendo: Para aquellos que se quieran dejar hipnotizar por el estilo de Boyle, al estilo de Guy Ritchie.

Películas similares: Layer Cake, RocknRolla, Snatch, El Secreto de Thomas Crown, Origen, Memento, Recuerda, Sospecha.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1924429/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Stoker

Stoker Poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2013

Director: Chan-Wook Park (Oldboy)

Guión: Wentworth Miller

Productores: Tony Scott, Ridley Scott, Michael Costigan

Música: Clint Mansell

Fotografía: Chung Chung-hoon

Reparto

  • Mia Wasikowska
  • Mathew Goode
  • Nicole Kidman
  • Dermot Mulroney
  • Jacki Weaver

Bueno, en esta ocasión, y por petición popular de una comentarista de este blog amante de Tarantino, Loquedigalarubia, he decidido rendir homenaje haciéndole honor a su nick, y acercarme a este título con cierta mezcla de recelo y mente abierta. Recelo, porque me lo vendió como un título con ciertas similitudes a Tarantino en la violencia; y abierto de mente porque no había visto nada de la obra del realizador de Oldboy.

Las sorpresas saltan en cuanto vemos los créditos de la cinta. Escrita por Wentworth Miller, uno pensaría que se trata de un sesudo guionista de Hollywood bregado por la experiencia, pero nada más lejos de la realidad. Hay que mencionar que se trata del joven protagonista famoso por la serie “Prison Break”. También co-productor del filme, la Wikipedia nos dice que ha escrito una precuela titulada Uncle Charlie, y que en 2010 estuvo en la lista de los mejores guiones no llevados todavía a la gran pantalla. Otros afamados nombres en tareas de producción, encontramos a Ridley y su fallecido en 2012 hermano Tony Scott, más vinculado a las megaproducciones de acción.

El argumento gira en torno a India Stoker, joven chica tímida e introvertida, que al cumplir los 18 años recibe la noticia del fallecimiento de su padre en un accidente de coche. Su inestable madre, Evelyn, no tiene la mejor relación del mundo con su hija, debido a la incapacidad de competir con los lazos afectivos que unían a padre e hija. En estos momentos difíciles reciben la visita del tío Charlie, hermano del padre, del que India no tenia idea alguna de su existencia, que viene a pasar una temporada con ellas para ayudarlas a superar tan complicado trance. En un principio India es reacia a dicha compañía, por mucho que Charlie se empeñe en ser simpático con ella. Un halo de misterio envuelve al visitante, que se ha pasado media vida viajando por el mundo, y la química que parece tener con Evelyn no ayuda a que la introvertida India salga de su caparazón. La pérdida del padre tendrá que convivir con la incomprensión que vive en el instituto y una crisis de identidad provocada por el paso de la adolescencia a la adultez. Incluso los zapatos del mismo modelo que recibía de su padre cada año como regalo por su cumpleaños, se le empiezan a quedar pequeños como símbolo de esta búsqueda infructuosa de su propio destino vital. Pero Charlie esconde un secreto, e intenta conectar con la joven India para trasmitírselo a ella y que encuentre de una vez su propio lugar en el mundo.

En esta cinta Hollywood ha decidido exportar la obra del coreano Park para ofrecernos un plato exquisito a nivel visual y artístico de perfección formal. Si en una reseña anterior comentaba que Drive es un ejercicio de estilo de cine de gángsters y persecuciones, con unos toques de ultraviolencia que la acercaban a Tarantino pero a un nivel estético y de maestría técnica al que éste nunca se acercará jamás, aquí tenemos otro tanto de  lo mismo en toque de cuento de horror neogótico. El título, Stoker, nos remite directamente a la historia fundacional del género de vampiros y del terror de la literatura clásica romántica, el apellido del padre de Drácula. Por mucho que su guionista haya declarado que no tiene nada que ver con las historias de vampiros, y que un fogonero (stoker, en inglés) es aquél que reaviva el fuego, lo que tenemos aquí es una historia de vampiros emocionales, buscando una manera de chupar la sangre emocional de sus víctimas (no es casual la escena en la que India muerde y hace sangre del labio de un chico que la besa, en un momento que parece dominada por la luna, y en la que Charlie la vigila de cerca como si de un Drácula iniciador en artes mortíferas se tratase).

Porque lo que se nos ofrece en Stoker es un juego de sutilezas simbólicas constantes en las que algunas veces pasa de ellas directamente para irse al otro extremo: el de la explicitez más absoluta, con ese complejo de Edipo extraño e invertido en el que se odia a la madre y se anhela sexualmente al hermano del padre. Dos escenas son reveladoras en este sentido, como es la del momento del éxtasis sexual en el piano, y la escena transgresora de la ducha en la que creemos que está limpiándose por dentro y por fuera de un trauma atroz (pero nada más lejos de la realidad). El verdadero padre sobrevuela la cinta como en la Rebeca de Hitchcock, al menos en los dos primeros tercios de la cinta, sin que le veamos a él pero sí a sus enseres personales. La ropa que se pone Charlie, el cinturón que le viene grande, la relación con su propia cuñada… un ansia por sustituirle que descubriremos al final que se trata más bien en una necesidad por la perpetuación de la sangre (metafórica y literal). La referencia a Hitchcock no es gratuita, puesto que es el realizador fetiche de Chan-Wook. Y se puede decir que tenemos trazas de Psicosis, de La Sombra de una duda y de Sospecha. Esa madre castradora y represora, ese posible asesino, en teoría un extraño, aparecido de ninguna parte, ese motel… hasta tenemos pájaros de taxidermista disecados. Hay quien dice que es una historia predecible de antemano, pero me temo que a mí me enganchó hasta que nos desvelan la verdadera historia que hay detrás de Charlie, conservando el suspense en todo momento.

La película pasa por distintos momentos y géneros, teniendo unos toques de Carrie en los primeros compases, para acabar siendo una suerte de Asesinos Natos refinada y gótica, un Los Otros de Amenábar donde se invierten los papeles de Kidman y el ama de llaves. Precisamente es la actriz el punto débil de la cinta, en mi opinión. Con más bótox del necesario para una belleza de muñeca de porcelana como ella, está irritante durante toda la cinta, haciendo una interpretación pausada en la que no hace más que cuestionarse el porqué del odio de su hija hacia ella, cuando sus actos no hacen más que agravarlo. Sin embargo, el resto del trío protagonista sí que es excelente, con una Mia Wasikowska que no podría haber hecho otro papel que no hubiera sido el de India. A ratos frágil, a ratos inquietante, nos muestra la problemática del difícil tránsito de la adolescencia a la adultez. Y la interpretación de Mathew Goode es lo mejor de la cinta. Su manera de tener las manos en los bolsillos, su mirada inquietante y tranquilizadora, su sonrisa vampiresca… e incluso ese momento en que se nos cuenta su gran secreto, demostrando una inestabilidad mental que no chirría para nada con lo mostrado en toda la cinta. Goode es un ejemplo de la formalidad y belleza estética que le imprime el realizador a la cinta. Su interpretación y su físico (junto con el de Wasikowska pero a diferencia de, por ejemplo, Kidman) no desentona para nada con los recursos estilísticos empleados (la música, la fotografía, los pequeños flashbacks superpuestos entre momentos actuales,…).

El “pero” que yo le pondría a la cinta es que quizás se pasa demasiado de rosca en su extrañeza. Es una película desasosegante, que causa intranquilidad en cada fotograma. Esto le viene bien por tratarse de una cinta que se mueve entre el terror psicológico y el thriller de asesinatos, pero me temo que no ha sido nunca mi género favorito (lo reconozco, a mí no me gusta ir al cine para sufrir). Si eres de los que no te importa este asunto, puedes deleitarte con su historia rocambolesca y el espectáculo visual que propone. Aunque suponga salir de la sala con una extraña sensación de pesadumbre…

 

Calificación: Entretenida/Buena

Lo Mejor: Los recursos formales y estilísticos, empezando por el propio Mathew Goode

Lo Peor: Nicole Kidman no está en uno de sus mejores papeles. Que no te guste la truculenta historia que te cuentan.

La vería de nuevo: No, no es mi tipo de historia

La Recomiendo: Para sufrir un poco en el cine.

Películas similares: La Sombra de una duda, Psicosis, Sospecha, Los Otros, Carrie,

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1682180/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Oblivion

Oblivion-poster

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2013
Director: Joseph Kosinski (Tron Legacy)
Guión: Joseph Kosinski, William Monahan, Michael Arndt, Karl Gajdusek
Basado en la novela gráfica de Joseph Kosinski
Música: M83
Fotografía: Claudio Miranda
Reparto

  • Tom Cruise
  • Olga Kurilenko
  • Morgan Freeman
  • Andrea Riseborough
  • Nicola Coster-Waldau

Oblivion es un término anglosajón que viene a significar “olvido”. Conviene tener esto en mente mientras se ve esta película puesto que todo tendrá más sentido al término de la misma, donde las interpretaciones y reflexiones encajarán como las piezas de un puzzle para darle un sentido global a la obra. Efectivamente, es una cinta sobre el olvido y el recuerdo, y nuestras ansias de trascender lo rutinario para perpetuarse en la memoria individual y colectiva. En este caso, el material del que se ha sacado el concepto inicial de Oblivion es de una novela gráfica de su director, Joseph Kosinski.

Nuevamente tenemos a Tom Cruise en uno de esos papeles que le encantan y que tan bien saber llevar adelante, porque le permite ser el rostro visible de una gran superproducción y cohesionar todo el conjunto a golpe de liderazgo basado en la interpretación de la mayoría del metraje, el rodaje personalizado de las escenas de riesgo y la cesión de parte del protagonismo a secundarios solventes (firmemente establecidos como Freeman o recientemente iniciados como Kurilenko o Risenborough). Al igual que ocurrió en Jack Reacher, su sola presencia atrae a público a las salas e impregna su sello y su carisma personalizado a la cinta.

Estamos en el año 2077. Sesenta años después de una invasión galáctica de una raza alienígena, la humanidad ha ganado la guerra pero a costa de devastar con armas nucleares el planeta tierra. Todos los habitantes se han ido a colonizar la luna de Saturno, y los últimos recursos naturales están siendo extraídos por alta tecnología antes de abandonar definitivamente el planeta. Jack Harper es un técnico reparador de drones, unos centinelas robóticos equipados con armamento avanzado que protegen y evitan el boicot de la operación por los últimos alienígenas derrotados tras la guerra. Jack se dedica a patrullar el planeta en soledad, ayudado por su compañera de equipo de trabajo y también pareja, Victoria. Ambos con la memoria borrada por cuestiones de seguridad, Vic le asesora e informa desde la torre de control en las alturas en la que viven, mientras reciben órdenes e instrucciones del contacto que tienen en el centro de control espacial de la misión. Con suerte, les quedan pocas semanas para acabar la tarea que han recibido y poder marcharse a Saturno con el resto de la humanidad. Aunque Vic está emocionada con la idea de emprender una nueva vida, Jack tendrá no obstante algunas dudas sobre el abandono del planeta, agravadas por sueños recurrentes con una mujer en una época anterior a que él naciera, antes de la devastación terráquea, en medio de la antigua civilización humana. Con la cantidad de tiempo que pasa solo recorriendo el planeta, añorando épocas pasadas y con un refugio secreto en mitad de un paisaje idílico, en el que va recopilando todos los vestigios de la antigua civilización que puede recoger, la tranquilidad de Jack se verá alterada por la llegada de una cápsula espacial con humanos hibernados, entre ellos la misteriosa mujer con la que sueña recurrentemente. Este descubrimiento provocará una serie de acontecimientos que harán a Jack replantearse sus convicciones y sus sentimientos, poniendo en sus manos el destino último de la civilización y del planeta.

Con Oblivion tenemos una interesante aportación al género de la ciencia ficción en el cine. Bebiendo de una gran mayoría de conceptos ya tratados, el resultado es novedoso y nos deja una nueva visión de un futuro apocalíptico y del destino de nuestra civilización. Tenemos la idea conceptual del hombre solitario deambulando con un arma por los últimos vestigios de la civilización (El Planeta de los Simios), y enfrentándose a misteriosas criaturas (Soy Leyenda, El último hombre vivo); sueños extraños acerca de un pasado y con mujeres misteriosas que, aparentemente, nunca han existido (Desafío Total); el último técnico que tiene la misión de reparar tecnología en un entorno devastado mientras va recopilando trastos pertenecientes a anteriores épocas, símbolos de una cultura que ya no volverá, capaz de apreciar la belleza de un vegetal que sobrevive en un inhóspito territorio (Wall-E); una humanidad que se ha visto en la necesidad de emigrar y colonizar otros mundos (Blade Runner y su fundacional “Sueñan los androides con ovejas eléctricas”); supervivientes que han conseguido superar el cataclismo nuclear y malviven escondidos en catacumbas (La máquina del tiempo)…

Como se puede ver, la lista de fuentes de ciencia ficción de las que bebe esta cinta es muy amplia. Un mérito a mi modo de ver, es que a pesar de todo, no resulta repetitiva. En ningún momento explica algo que ya se haya abordado con anterioridad. Se adentra en nuevos terrenos filosóficos, y nos da una nueva visión de las preocupaciones humanas que siempre existirán estemos en la época que sea.

Otro mérito que veo es el presentar un buen e hilvanado argumento. Con menos escenas de acción de las que podríamos haber pensado que tendría la cinta, el metraje se toma su tiempo para ir al grano y provocar el desenlace. Digamos que dura más el planteamiento y el nudo. En algunos momentos estamos solos con el personaje de Cruise, observamos el paisaje con él (magnífica labor de fotografía y de diseño de producción) y somos testigos silenciosos de su devenir por las ruinas de un planeta otrora suntuoso. Los momentos reflexivos le ganan la partida a la acción continua. Y, en un determinado punto, cuando el público se pregunta por donde irá la resolución de la cinta, se produce una sorpresa de guión muy agradable por inesperada que lleva el argumento por otros derroteros y es ahí cuando el término Oblivion adquiere el sentido de “olvido” del que hablaba en mi primer párrafo.

Quizás el mayor fallo sea precisamente el que Kosinski, (al igual que en Tron Legacy) no sea capaz de rematar la conclusión de la cinta en un tiempo (y tempo) adecuado. Ha preferido decantarse en el último tramo por un final convencional pero que peca de excesiva tranquilidad. Si en Minority Report teníamos una trama que avanzaba continuamente a golpe de persecución, aquí tenemos una cierta lentitud que recorre el metraje y con la que se ha tomado su tiempo en presentarnos al dúo protagonista (antes de que se convirtiera en trío con las implicaciones emocionales que presenta). Toda una metáfora sobre la vida en pareja y nuestra compatibilidad con las personas con las que compartimos la vida, donde a veces un equipo eficiente (según una frase sacada de la película) no resulta la mejor unión sentimental.

En esta ocasión, a pesar de los minutos que Cruise acapara en pantalla (a diferencia de Jack Reacher), deja algo más de protagonismo a las secundarias, tanto Olga Kurilenko como Andrea Riseborough, para su lucimiento personal. Ambas brillan con luz propia aunque el papel de ex-chica Bond sea más convencional por especializarse en «chicas guerreras»; mientras que el papel de Riseborough crea más desosiego por hacer que planee la desconfianza y su interés por abandonar el planeta, por encima de la relación que mantiene con Cruise. Morgan Freeman se muestra menos y quizá su personaje esté más desaprovechado, dado que podría haberse prodigado algo más en pantalla.

En definitiva, película entretenida y bastante agradable de ver. Mejor que la adapación de Cruise/Spielberg de «La Guerra de los Mundos«, aunque por debajo del nivel de la excelente «Minority Report«; con muchas aportaciones al género aunque no resulte obra maestra imprescindible del mismo, puesto que como simple obra del séptimo arte le falta algo más de garra en su ritmo (siempre el ritmo… la clave fundamental para mí en cualquier película). Sin embargo, las implicaciones argumentales y temáticas que deja al salir de la sala para que las reposemos un par de días son tan importantes que por eso merece que recomiende el verla.

Calificación: Entretenida
Lo Mejor: El argumento y sus vueltas de tuerca.
Lo Peor: Caer en el convencionalismo.
La vería de nuevo: Sí
La Recomiendo: Para los amantes de la ciencia ficción que deseen ver una nueva vuelta de tuerca al género. Para el público en general, no disgustará pero en algún momento puede aburrir y/o hacer que decaiga en el interés.
Películas similares: Desafío Total (edición Schwarzeneger); Desafío Total (edición Farrell); El Planeta De Los Simios; Wall·E; Minority Report; Soy Leyenda; El último hombre… vivo; La Guerra de los Mundos; Blade Runner; La Máquina del Tiempo
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1483013/combined
Tráiler en You Tube (español):

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Película – La Noche más Oscura (Zero Dark Thirty)

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2012

Director: Kathryn Bigelow

Guión: Mark Boal

Música: Alexandre Desplat

Fotografía: Greig Fraser

Reparto

  • Jessica Chastain
  • Jason Clarke
  • Joel Edgerton
  • Taylor Kinney
  • Kyle Chandler
  • Mark Strong
  • Edgar Ramirez
  • Jennifer Ehle
  • Chris Pratt
  • James Gandolfini

Con esta reseña pongo punto y final a mi particular análisis de las cintas más oscarizables de 2012, haciendo un repaso a (casi) todas aquellas que estaban nominadas al Óscar a mejor película. Aunque ya hace unas semanas de la gala y sabemos que Zero Dark Thirty no se llevó más que un premio de las categorías menores  (mejor sonido), sí que era una de las favoritas y, tras el visionado de la película, hay que reconocerla su nivel y calidad, junto con la valentía del tema tratado.

El mundo que dejó los atentados del 11 de septiembre cambió en muchos aspectos y trajo muchas cosas nuevas. A nivel cinematográfico, que es lo que nos atañe aquí, se creó un nuevo subgénero a partir de dichos acontecimientos: el thriller de acción o espionaje ambientado en oriente medio. Kathryn Bigelow no es profana en el tema tras triunfar en los Óscars de hace tres años con En Tierra Hostil, dejando de ser conocida únicamente como la ex-mujer de James Cameron para convertirse en la primera mujer en ganar un Óscar a la mejor dirección. Pero es que más reciente tenemos el ejemplo de Argo, arrasando en los premios de la Academia de este año. Y si echamos un poco la vista atrás, podemos recordar títulos como Tres reyes, Syriana, Red de Mentiras, o la decepcionante Green Zone: Distrito protegido.

Precisamente Zero Dark Thirty tiene todo lo que le falta (o sobra) a la cinta de Paul Greengrass. Es más reposada, con un mejor uso de la cámara (no tan mareante como la manía de Greengrass de rodar en plan cámara en mano estilo amateur), e incluso hasta la selección del género es más adecuada que en Green Zone. Es decir, las dos cuentan lo mismo en esencia (la injerencia –por no decir invasión- de los USA en Oriente Próximo, como medio de buscar responsables y tomar represalias tras los atentados del 11S). Sin embargo, lo que en Green Zone era un confuso thriller de acción con dosis de espionaje en Oriente Medio, (un pseudo Bourne por tierras árabes), en Bigelow es una cinta de espionaje con toques de acción ambientado en los mismos lugares, sólo que más afortunado en el mensaje y en las formas.

El título hace referencia al momento más oscuro de la noche del 2 de mayo de 2011 (treinta minutos pasada la medianoche), en la que capturaron en Pakistán a Osama Bin Laden, el responsable de los fatídicos atentados del 11 de septiembre. Todo ello como metáfora de la oscuridad con que se gestan las operaciones más secretas y encubiertas de la CIA, en este caso contra el terrorismo internacional.

La película se inicia con la pantalla en negro mientras se oyen los gritos angustiados de las primeras llamadas de socorro tras los atentados de 2001. Acto seguido pasamos a 2003, donde se nos muestra a Maya, una joven agente de la CIA a su llegada a Pakistán dispuesta a hacerse cargo de las investigaciones resultantes de los interrogatorios a prisioneros. Todo ello con el único objetivo de descubrir el paradero de Osama Bin Laden, el hombre más buscado del mundo y responsable del mayor atentado de la historia USA. A lo largo de los años vemos una crónica centrada en la protagonista y basada en los hechos reales según los informes desclasificados de la investigación que culminó con la citada operación encubierta de la captura del terrorista, operación que está reflejada en la última parte de la cinta. Desde los primeros interrogatorios más o menos crueles en campos de prisioneros de la CIA, hasta los seguimientos, las escuchas, y las dudas gubernamentales sobre si realmente las pistas que siguen son las correctas o no. De la misma manera que vemos como el personaje de Maya va cambiando con el paso de los años, con su evolución personal: su reticencia inicial (e implícita, dado que no dice nada pero se la nota incómoda) a las torturas, y cómo se va tornando en fijación casi enfermiza con el paso de los años y los ataques y atentados (algunos de los cuales sufre en persona).

Bigelow logra una película inteligente que puede llegar a incomodar a los estamentos gubernamentales americanos, por entrar en el mundo de los recovecos más inconfesables de los servicios secretos americanos. Si en Argo la visión era más idílica, donde los agentes secretos no disparan a nadie y sólo se idea una operación secreta ante la ira de los fundamentalistas musulmanes y como defensa para los desafortunados funcionarios diplomáticos americanos, aquí tenemos la visión opuesta: torturas, juego sucio, el asalto a una fortaleza sin tener la certeza de los habitantes, etc. Todo ello como justificación de los atentados sufridos y por venir (durante el metraje vemos como suceden el resto de atentados reales que vinieron después del 11S: Londres, Islamabad, …).

He leído críticas en el sentido de que es una película bastante objetiva, dado que te muestra los hechos narrados sin involucrarse mucho emocionalmente, para que luego nosotros saquemos precisamente nuestras propias conclusiones, de ahí su valentía y capacidad de autocrítica americana. No estoy de acuerdo. Desde luego que la película no escatima en puyas hacia los métodos y las organizaciones, pero desde luego que el discurso es light. Las escenas de las torturas en nigún momento llegan a incomodar, porque sabemos (o por lo menos me imagino) que se pueden hacer cosas peores que poner una toalla en la cabeza de un prisionero y echarle un cubo de agua encima para que tenga la sensación de que se ahogue. Sufrí más por DiCaprio (y los dedos de sus manos) en Red de Mentiras que aquí. Como he dicho en el párrafo anterior, la visión es menos idílica que en Argo, pero Bigelow se cuida de que no nos olvidemos de las razones de porqué Bin Laden era el más buscado de la década. Evolucionamos con el personaje de Maya, vemos las noticias a la vez que ella, nos sobresaltamos con los intentos de atentados que sufre, nos enfurecemos con las altas esferas que no quieren arriesgarse en una operación encubierta (hay un personaje en una escena que dice que invadieron Irak con más porcentaje de certeza de la presencia de armas de destrucción masiva). No hay que meter tanta caña a los estamentos gubernamentales, a fin de cuentas, estamos en la era Obama, donde el demócrata presidente USA actual es más humanitario que la administración Bush. Vamos, que recomiendo ver esta película con la distancia crítica suficiente habitual en el cine americano (igual que dije en la reseña de Argo: hay que saber separar el grano crítico de la paja propagandística).

Una vez tengamos claro el sesgo en el que se mueve la película, sí que podremos disfrutar de las concesiones que hace Bigelow en aras de la objetividad de la trama, con detalles como los niños asustados en el asalto final, o algún detalle de los interrogados en el que se nos muestra su humanidad al disfrutar de un cigarrillo con la cara amoratada de los golpes. Así como también podremos disfrutar de las interpretaciones de Jessica Chastain y el resto del reparto (Kyle Chandler, que parece que se apunta a todo, tras La Trama y Argo, repitiendo papeles parecidos; el siempre reconfortante Mark Strong; Jason Clarke y su sorprendente transformación de agente de interrogatorios a oficinista con corbata en la CIA).

Como conclusión, destacar el alto nivel de Zero Dark Thirty frente a otros títulos del mismo género lo que da idea de su grandeza, con una trama que no se hace pesada, y que va avanzando lenta pero inexorablemente hacia un final que ya conocemos, pero que no por ello se hace menos interesante. Le pasa lo que a Argo (siendo ésta menos valiente y más convencional, y por ello la razón por la que se ha llevado el Óscar), que engancha poco a poco hasta que al final tenemos un clímax álgido y no muy previsible aunque sea conocido de antemano. Y aunque sea light en su tono, no deja de estar rodada con maestría, enganchando en su planteamiento, sorprendiendo en su nudo y aleccionándonos en su desenlace.

Calificación: Entre buena y muy buena

Lo Mejor: El ritmo de la trama, la protagonista y el resto del reparto. La objetividad con la que (en ocasiones) realza la historia.

Lo Peor: La crítica hacia las operaciones encubiertas de la CIA se ha quedado en un mero rapapolvo que hará que haya gente que no sepa ver más allá de un discurso proamericano. A veces la distancia objetiva con la que Bigelow cuenta la historia es en ocasiones engañosa y un poco manipuladora.

La vería de nuevo: Sí

La Recomiendo: Bastante recomendable, por el tema que trata, como por lo entretenida que resulta.

Películas similares: En tierra hostil [Blu-ray], Green Zone: Distrito protegido [Blu-ray], Argo, Black Hawk Derribado [Blu-ray], Syriana [Blu-ray], Red De Mentiras [Blu-ray], Tres Reyes [Blu-ray], United 93 [Blu-ray]

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1790885/

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Película – La trama (Broken City)

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Reseñado por 0017
Ficha técnica
Año: 2013
Director: Allen Hughes (El Libro de Eli)
Guión: Brian Tucker
Música: Atticus Ross, Leopold Ross, Claudia Sarne
Reparto

  •   Mark Wahlberg
  •   Russell Crowe
  •   Catherine Z. Jones
  •   Jeffrey Wright
  •   Kyle Chandler

La reseña de esta semana va a versar sobre un ejemplo de propuesta fílmica fallida, a pesar de contar con buenos ingredientes de partida. Se trata de La Trama, película que, gracias a la lucidez del traductor español, comparte título con la última cinta que rodó Hitchcock (de ahí que se señale entre paréntesis el título original, como si fuera necesario diferenciarlas), pero que no es más que un despropósito narrativo que desaprovecha un buen punto de partida argumental y un reparto artístico más que notable, de lo mejor del cine actual, mostrando la dificultad de la profesión de realizador cinematográfico, en la que no cualquiera vale para hacer una buena obra contando con un buen material.

Mark Walhberg ha sido el impulsor de esta cinta, reservándose labores de producción, y tanteando a Michael Fassbender como protagonista para un papel que finalmente ha acabado interpretando el primero, demostrando el buen olfato artístico del segundo al rechazarlo.

El argumento va de lo siguiente: un policía es arrestado y juzgado por la muerte de un pandillero en la ciudad de Nueva York. Desde el inicio vemos al alcalde de la ciudad simpatizar con él, quien lo ve como un héroe. Al contrario que el jefe de policía, que le considera poco adecuado para defender la ley. Resulta absuelto del crimen que se le imputa, pero a cambio debe dejar el cuerpo. Unos años después, vemos al protagonista en el negocio que tuvo que montar tras dejar su trabajo, una agencia de detectives en horas bajas. Su salvación puede ser una llamada del alcalde, que se enfrenta a su reelección y le ofrece un sustancioso y bien remunerado trabajo para salir del bache. Tendrá que vigilar a la mujer del alcalde, que le está siendo infiel, y aportar datos sobre su engaño que le servirán para relanzar su carrera electoral. La trama se irá complicando con giros de guión sorprendentes en los que se mezclarán asesinatos, corrupción urbanística en la ciudad de Nueva York, ambiciones desmedidas y lealtades rotas.

La verdad es que en un principio este argumento podría resultar ameno y llevadero. La película así lo es desde un punto de vista inicial. Sin embargo, este buen punto de partida se acaba malogrando por un desarrollo de guión pésimo y de escasa maestría. Es un género que ya hemos visto innumerables ocasiones, el cine negro de larga tradición en Hollywood (del cual la última representación algo más afortunada fue la ya reseñada en el blog Jack Reacher). Es decir, historia de detectives privados ex-policías, con mujer fatal y asesinato erróneamente incriminatorio. Entre medias, la relación del protagonista con su novia aspirante a actriz y su drama familiar, un pasado alcohólico, corrupción urbanística en la carrera electoral, velados escándalos homosexuales, oscuros intereses y la ciudad de Nueva York pocas veces vista de manera tan insulsa.

Todos estos ingredientes, bien mezclados con un reparto tan potente como el que se presenta, podría haber dado lugar a una buena película de intriga sin muchas aspiraciones. Russell Crowe hace lo que puede y su presencia es reconfortante cada vez que aparece en pantalla, haciéndonos olvidar que una vez fue gladiador o comandante de una embarcación, para aparentar en cada fotograma que se ha dedicado a la política desde siempre. Catherine Z. Jones, como femme fatale es bastante solvente y nos hace desear más minutos suyos en pantalla, contrapeso perfecto del resto del reparto femenino (la joven secretaria de la agencia de detectives). Incluso el propio Mark Wahlberg está en su papel habitual de tipo duro sin sobresalir mucho ni hacer demasiados aspavientos.

A pesar de todos estos esfuerzos interpretativos, el resultado final no puede ser más decepcionante. El fallo subyacente de la cinta es el guión, con una trama que prometía algo más desde el título. El argumento presentado está torpemente desarrollado, con un guión incoherente que desperdicia el mencionado reparto. Ante nosotros se van desarrollando conflictos que no tienen mucho sentido ni encajan del todo las piezas del puzzle. Los personajes interactúan entre ellos sin respetar la lógica interna planteada desde un principio en la película. Por ejemplo, la relación más que tensa entre el jefe de policía y su ex-empleado, quienes desde el principio vemos que no se tienen simpatías mutuas, a mitad de metraje da un giro completo, siendo el protagonista invitando a contemplar e interactuar en la escena de un crimen, estableciéndose una relación de confianza mutua que no tiene mucho sentido. O la relación idílica que lleva con su novia a lo largo de los años, para terminar en una atónita discusión en una fiesta ante las sospechas de infidelidad.

Podría contar más ejemplos si me acordara de más incoherencias de guión, pero la verdad es que tras salir del cine la sensación que deja es la de haber visto una historia bastante vacua torpemente desarrollada, reflejo de una película sin personalidad propia ni alma, ni escenas, situaciones o personajes a recordar en ulteriores momentos. Intenta tratar temas tales como las luchas de poder en las altas esferas gubernamentales, la hipocresía de la clase política al enfrentarse a las corruptelas de diversa clase, pero acaba en una escena final que lo único que hace es soltarnos una lección moral tremendamente sonrojante y pueril. Sólo se salva el rato que uno pasa en el cine distraído intentando atar cabos sueltos y darle coherencia al guión.

Calificación: Pasable, mala
Lo Mejor: Russell Crowe y su solvencia interpretativa, junto al resto del reparto. Alguna escena suelta, como el momento de embriaguez del protagonista.
Lo Peor: Que hace aguas por todos los sitios.
La vería de nuevo: No
La Recomiendo: No, la verdad es que es una película del montón, hay mejores opciones en las que gastar el tiempo y el dinero.
Películas similares: Jack Reacher, Chinatown

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1235522/
Tráiler en You Tube (español):

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Película – Argo

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Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2012

Director: Ben Affleck (Adiós, pequeña, adios; The Town)

Guión: Chris Terrio

Música: Alexandre Desplat

Reparto

  • Ben Affleck
  • Bryan Cranston
  • John Goodman
  • Alan Arkin
  • Tate Donovan
  • Kyle Chandler

Ante nosotros tenemos una de las sorpresas de 2012, dado que francamente no lo está haciendo mal en la temporada de premios y que, aunque se estrenó en octubre, todavía aguanta en algunas carteleras a la espera del premio gordo que puede suponer llevarse un Óscar frente a las grandes favoritas (Los Miserables, Lincoln, La Vida de Pi). En los Globos de Oro ya ha ganado los premios de Mejor Película Drama, y Mejor Director, igual que en los BAFTA británicos. Si por mí fuese, le daría la estatuilla a la mejor película (lamentablemente no va a ser así), porque le pasa al contrario que a Los Miserables: no destaca por interpretaciones fulgurantes (al menos, Ben Affleck como actor está plano) pero el trabajo del Ben Affleck-director es brillante y le da un ritmo a la película que ya quisiera la cinta de Tom Hooper. Y ya que estoy comparando con pasadas reseñas que no han salido bien paradas, nada que ver con la tensión narrativa de Tarantino. Durante toda la película se nos va poniendo en antecedentes mientras se va añadiendo tensión a la trama, para llegar a un último cuarto de película soberbio con las pulsaciones a todo trapo, a pesar de que es una historia basada en hechos reales y de la que sabemos el final.

Se trata de la operación que realizó la CIA para rescatar a seis miembros de la embajada americana a principios de 1980 en Teherán. Tras dar asilo político en USA por motivos de salud al derrocado Sha de Irán (Mohammed Pahlavi, el jefe de estado de Irán previo a la llegada de Jomeini que compartía simpatías con los países occidentales y gobernó a su país de manera un tanto déspota), estalla una revolución en las calles acompañada del típico odio anti-americano. Las muchedumbres se agolpan en la embajada americana y se produce un asalto por parte de los revolucionarios que culmina en la captura del personal civil y militar. Seis de los funcionarios americanos consiguen escapar de las hordas furiosas y se refugian en la embajada canadiense. El problema es que en por momentos Irán se convierte en un punto caliente para los occidentales y el embajador de Canadá no podrá darles cobijo por demasiado tiempo. El gobierno americano intenta pensar en todos los posibles planes de escape pero ninguno resulta satisfactorio. Es entonces cuando el agente de la CIA especializado en rescates Tony Mendez ofrece la solución más inverosímil con alguna posibilidad de éxito: simular que los funcionarios americanos son cineastas canadienses desplazados a Irán en búsqueda de localizaciones para una película de Ciencia Ficción llamada Argo. Rápidamente se dirige a Los Ángeles para montar toda la tapadera con ayuda de cineastas auténticos, desde la productora hasta la compra del guión. Incluso realizan una rueda de prensa auténtica, para que no quede ningún fleco sin atar en la historia. Todo ello realizado contrarreloj, para ofrecernos una historia de espionaje que nos explica la dualidad de las banalidades del mundo de Hollywood, y la dureza de la conflictividad en los países de Medio Oriente.

La verdad es que he disfrutado bastante de esta película, a diferencia de las últimas reseñas que he realizado. No en vano el espionaje es mi género preferido, y Argo es una muestra muy digna del género. Son dos horas de metraje que se me pasaron volando, con los nervios a flor de piel. Es la tercera película como director de Ben Affleck, y cada vez le está cogiendo más destreza al asunto, aunque en mi opinión la elección de la historia y del guión es lo fundamental aquí. Desde luego que Affleck apunta maneras al estilo de Clooney (que es coproductor) o Eastwood, otros grandes actores que se pasan a la dirección con gran éxito, haciendo un cine menos convencional del que los grandes estudios nos tienen acostumbrados. A pesar de que la carrera como actor de Affleck es bastante irregular (no hay un gran título que destaque por encima de todos, y las películas de alto presupuesto en las que ha trabajado no han sido gran cosa, léase Armaggedon), sí que tiene pequeñas joyas a descubrir entre su filmografía. Por no hablar de su fantástico debut como guionista ganador del Óscar por El Indomable Will Hunting.

Quizás a la hora de actuar su interpretación sea la más uniforme (que no pobre). La caracterización de su personaje, con una barba que le aleja de sus papeles de galán descarado habituales, está por encima de lo que suele realizar. Pero al final, se pasa todo el metraje poniendo la misma pose de cariacontecido preocupado por las circunstancias, con una mueca en la boca cerrada y mostrando la gravedad de su rostro. Lo bueno del asunto es que le va con el personaje; es decir, no resulta cargante ni histriónico. Está muy bien perfilado porque percibimos la dificultad de su profesión, así como unas pinceladas de la dificultad para simultanearla con su vida familiar.

Affleck como actor resulta muy buen reclamo para una película donde abundan los secundarios de lujo del estilo ¿dónde he visto yo a éste? Tenemos a John Goodman que nos recuerda el papel que hizo en Ed Wood; a un Bryan Cranston (el padre de Malcolm, Breaking Bad) que últimamente le vemos hasta en la sopa; Alan Arkin; Tate  Donovan; Kyle Chandler… Es decir, actores solventes que elevan el listón pero que por sí solos no podrían cargar el peso de una cinta (reconozcamos que muchas veces vamos al cine atraídos por los rostros conocidos, y por la mayor o menor simpatía que nos brinde un actor).

Un punto fuerte resulta la ambientación y la dirección de fotografía de la película. Si ya resulta difícil simular que ruedas en un país árabe o a finales de los años 70, imáginate juntar los dos supuestos. Las grandes aglomeraciones, las calles de Teherán, las panorámicas aéreas de la ciudad, los extras… En el montaje se mezcla metraje real de la época con escenas de la película, y llega un momento en que no eres capaz de distinguir cuál es cuál.

La temática de la cinta es controvertida. Por un lado nos muestra la conflictividad de los países árabes, desde la óptica americana. He leído alguna opinión en el sentido de que es bastante autocrítica con la política americana, dado que desde el principio (en la fabulosa introducción de una narradora con acento árabe) deja claro que la ola de odio hacia los USA viene dado por la política de intromisión exterior. En mi opinión, tiene algunos momentos de propaganda patriótica yanki, donde la banderita USA se ve quemar malamente en Irán, y ondear alegremente en el país de las libertades. Sin embargo, en otras ocasiones, la cinta es bastante dura con algunos estamentos occidentales. La escena de la rueda de prensa de la falsa película, donde se ve la parafernalia habitual de Hollywood para vender cine de manera frívola, es superpuesta con gran acierto por una rueda de prensa paralela en la televisión iraní, en la que informan de la captura de los rehenes americanos. Es decir, que si se ve con cierta distancia crítica, separando el grano realista de la paja propagandística habitual en el cine americano, podemos ver una película bastante verosímil, bien explicada, y muy entretenida.

Y al final eso es lo que yo le pido a una cinta, que sea entretenida. La trama, habitual en este género, hace que algunas veces te pierdas o intentes recordar el nombre de tal o cual personaje. Pero en ningún momento te descuelgas, la película sigue siempre hacia delante, mezclando la comedia metacinematográfica de Hollywood con la intriga política y de espionaje, para llegar a un tramo final de infarto. E incluso el epílogo, que dura unos diez o quince minutos después del clímax, te alegra y te dibuja una sonrisa (ese homenaje al cine de ciencia ficción de los 70, reflejado en la habitación del niño). Un final made in Hollywood, para una historia de Hollywood demasiado inverosímil para ser real, y que, sin embargo, sí que fue real.

 Calificación: Muy buena

Lo Mejor: La maña de Ben Affleck como director. La intro inicial, la escena de las ruedas de prensa simultáneas, el tramo final, el epílogo después del clímax final. Los secundarios, y el ritmo de la historia.

Lo Peor: Algunas lagunas en la interpretación del Ben Affleck actor.

La vería de nuevo: Sí.

La Recomiendo: Sí, es una de las mejores de 2012 y finalista a los Óscar.

Películas similares: Red De Mentiras [Blu-ray]; Syriana [Blu-ray]; Munich; Ed Wood (Edicion Especial) [DVD]; Todos los hombres del presidente; Los tres días del cóndor; La cortina de humo.

Ficha en IMDB: http://www.imdb.es/title/tt1024648/

Tráiler en You Tube (español):

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Película – Jack Reacher

Reseñado por 0017

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Ficha técnica

Año: 2012

Director: Christopher McQuarrie

Guión: Christopher McQuarrie

Basado en el libro One Shot, de Lee Child (enlace del libro a Amazon)

Música: Joe Kraemer

Reparto

  • Tom Cruise
  • Rosamund Pike
  • Richard Jenkins
  • Werner Herzog
  • Jay Courtney
  • Robert Duvall

Un francotirador aparca su furgoneta en un parking público y comienza a abrir fuego indiscriminadamente contra la gente en un parque cercano. Caen cinco víctimas entre la gente. A la policía no le cuesta demasiado dar con el presunto perturbado hallando todas las pistas en su contra, así que lo único sorprendente es que en el interrogatorio sólo diga una cosa: traed a Jack Reacher. El tal Reacher es un militar retirado que permanece oculto en la sombra, nadie conoce su dirección, su trabajo ni su paradero. El misterio se apodera de los policías porque… ¿quién es ese tipo? ¿qué relación tiene con el sospechoso? ¿por qué hay que encontrarle? Afortunadamente, Reacher se ha enterado del suceso en las noticias y es él el que se presenta antes para esclarecer el suceso. Para sorpresa de los investigadores, Reacher no cree en la inocencia del sospechoso, puesto que en su pasado militar Reacher era investigador del ejército, se dedicaba a resolver distintos crímenes y no era la primera vez que el francotirador se veía envuelto en un suceso similar. Es por la pertinaz abogada de la defensa quien, a pesar de tener perdido el caso de antemano, solicita a Jack que realice pesquisas por su cuenta. La ley garantiza, a fin de cuentas, que la justicia llegue a todos por igual por lo de la presunción de inocencia y todo eso que se supone derrocha el país de las libertades. De esta manera, nos iremos sumergiendo junto con el protagonista en peleas, persecuciones de coches, tiroteos y demás situaciones de esperar.

Básicamente lo que tenemos en Jack Reacher es una intentona por parte de Cruise y los estudios de crear una nueva franquicia basada en un nuevo héroe de acción. Para ello han cogido la obra de Lee Child, seudónimo del escritor Jim Grant. Con 16 novelas del personaje, un militar retirado que recorre Estado Unidos como un vagabundo, está garantizado material suficiente para recrear en la gran pantalla nuevos títulos que aseguren continuidad en las tramas. El planteamiento recuerda a las grandes series de los setenta y ochenta, al estilo de El Increíble Hulk, El Fugitivo e incluso El Equipo A, donde los protagonistas son nómadas que se dedican a recorrer el país ayudando a quienes encuentran o involucrándose en problemas ajenos. La novela elegida para hacer el bautismo cinematográfico al personaje es la publicada en noveno lugar, One Shot – Un disparo, quizás por lo sugerente y enigmático del planteamiento, en el que el francotirador detenido sólo proporciona el nombre del protagonista en su declaración a la policía.

Al final el resultado es una película que rememora las historias de investigadores privados a lo Philippe Marlowe. Cine negro al estilo de El Sueño Eterno, donde el personaje principal no hace más que meterse en líos mientras va echando algo de luz sobre el caso. En la receta se han añadido también unas cuantas dosis de cine de acción taquillero de los 70, 80 y 90, recordando por momentos a títulos como Jungla de Cristal o Arma Letal -tanto por las escenas de acción y tiroteos varios, como por el carisma del protagonista-, las películas de Harry el Sucio, e incluso un clásico como Bullit tiene ecos reflejados aquí en la persecución de coches.

Lo más reseñable de la película es quizás precisamente el personaje protagonista. Tom Cruise carga con todo el peso de la película. Se echa todo a los hombros, junto con las escenas de riesgo, como ya hiciera en Misión Imposible -solo que aquí la acción es más mundana- para dar vida a un personaje algo macarra y chulesco, un tipo duro de los de antes. Sus mejores momentos y más adrenalíticos son los previos al combate. Una mezcla entre John McLane y Harry Callahan, con su propio código moral y ético, poseedor de una ambigüedad moral contradictoria, por encima del bien y del mal. Precisamente el mérito de Cruise consiste en hacer creíble un personaje que en lo literario es rubio y mide metro noventa y pico. Realmente el actor-productor es en estos tipos de películas donde mejor se desenvuelve, eclipsando hasta la -correctísima por otro lado- labor del director McQuarrie (el guionista que ganó un Óscar por Sospechosos Habituales, y que también firmó el libreto de Valkiria). Y no se le podrá negar el ser un actor de referencia, de ésos que llenan la pantalla y son capaces de mostrarle a la industria por dónde deben ir los tiros en cada uno de los géneros en que participa.

Sin embargo, el resto de secundarios son un poco planos y sin aportar nada nuevo al género. Es decir, que mientras Reacher es un investigador brillante (un listo muy listo que cuando se pone duro es muy duro), los malos son muy malos, y los policías muy simples y algo tontos. Ni siquiera Robert Duvall se salva como colaborador graciosete, siendo lo único sorprendente de la función ver a Werner Herzog como villano último pero, como he dicho, cayendo en los arquetipos del género y de los malvados más recalcitrantes.

El resultado es una película entretenida, bien realizada y que está por encima del resto de cintas del género que se ruedan de manera mala y rápida. No aporta mucha novedad y por ello su calificación no llega al notable, pero se agradece que esté cuidada en su realización y que el guión no haga aguas la mayor parte de la película.

Calificación: Entre Entretenida y Buena.

Lo Mejor: La escena inicial intrigante y cautivadora. El personaje de Jack Reacher en sí mismo, con su manera de resolver los conflictos.

Lo Peor: Momentos que creemos haber visto mil veces. La lucha final resulta sonrojante.

La vería de nuevo: No, pero tengo la sensación de que no va a ser la última vez que vea a este tipo…

La Recomiendo: Para amantes de la acción convencional. Para el resto, se pasa el rato, pero nada más.

Películas similares: El Sueño Eterno (The Big Sleep, 1946), Jungla De Cristal (Colección Blue-ray partes 1 a 4), Arma Letal [Collection 1-4 Reino Unido Blu-ray] (sobre todo la 2), Harry El Sucio [Colección Blu-ray], Bullit [Blu-ray], Enemigo a las Puertas, Venganza

Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0790724/

Tráiler en You Tube (español):

Link a la reseña del libro por Bitterblink

Un disparo – Lee Child

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Película – En la casa

Reseñado por 0017

Ficha técnica

Año: 2012

Director: François Ozon (“Potiche, mujeres al poder”; “Mi refugio”; “Angel”)

Guión: François Ozon (basado en el libro de Juan Mayorga, El chico de la última fila)

Música: Philippe Rombi

Reparto

  • Fabrice Luchini
  • Ernst Umhauer
  • Kristin Scott Thomas
  • Emmanuelle Seigner
  • Diana Stewart
  • Denis Ménochet,
  • Jean-François Balmer
  • Fabrice Colson
  • Bastien Ughetto

“En la casa, todo tiene que ocurrir dentro de la casa, entre las cuatro paredes” es la frase que le dice el profesor al alumno de literatura viendo la incipiente obra que escribe el talentoso pupilo en un momento de la película, frente a la pizarra. Y, como siguiendo el paralelismo docente, toda la película en sí es un tratado de escritura que nos muestra de primera mano los pasos estilísticos y argumentales que toda obra artística narrada o filmada (y pintada, puesto que el personaje de Scott Thomas regenta una galería de arte a la que se le aplican las mismas reflexiones) debe seguir para salir de la mediocridad. Los fallos típicos, los recursos usuales de los grandes clásicos, la búsqueda de conflictos entre los personajes… Como si fuéramos siguiendo paso a paso el manual del perfecto escritor, todo ello se va trasladando a la película en un ejercicio metalingüístico y narrativo de aúpa. En algún celebrado momento vemos incluso a personajes que no deben estar en la escena, debatiendo entre ellos cómo tendrían que desarrollarse los acontecimientos, mezclando realidad con ficción, confundiendo al espectador con pasos atrás en los capítulos del libro y en las escenas del guión, realizando flashbacks y flashforwards…

“En la casa” es la ganadora de la Concha de Oro del último festival de San Sebastián, así como del premio del jurado al mejor guión. Está basada en el libro El chico de la última fila, del español Juan Mayorga, y nos cuenta la historia de un profesor de lengua y literatura de un instituto francés que pide a sus alumnos que escriban sus vivencias del fin de semana. Hastiado por el bajo nivel que muestran todos, se entusiasma al llegar a la sobresaliente lectura que ha escrito Claude, el chico que se sienta en la última fila, explicando la ayuda en matemáticas que prestó a uno de sus compañeros. El texto, donde muestra su apasionamiento por la casa típica de una familia normal, “con el característico olor de la mujer de clase media”, enseguida despierta el interés del profesor, no sólo por el tono paródico y burlesco del alumno hacia la familia de su compañero, también por la curiosidad que supone el inicio de una historia con sucesivos “continuará” y que va desvelando un interés malsano por la madre de su amigo… el planteamiento dramático (como si de una tragedia clásica al estilo de Ulises se tratase) está servido. Y no sabemos hasta qué punto el alumno manipula al profesor, y en cuál aquél necesita realmente a éste para continuar formándose en lo que parece ser el inicio de una meteórica carrera literaria.

La interpretación del joven Ernst Umhauer, como Claude, el protagonista literario resulta, cuanto menos, desasosegante. A sus 23 años, clava el papel de imberbe quinceañero pelín guaperas. Pero lo hace tan bien, que a ratos la película roza el género del terror psicológico (sin serlo) gracias únicamente a su interpretación. Resulta totalmente creíble como un adolescente intentando seducir a la madre madura de su amigo.

Más inverosímil resulta la película conforme va avanzando en la trama y en los sucesivos giros, tanto que llega un momento que ya no sabes qué pensar, si es realidad o ficción. De hecho, hasta el profesor lo recrimina en algún momento, hablando de la redacción. Papel interpretado por Fabrice Luchini, algunas veces resulta repelente cual verdadero profesor, pero sobre todo por la enfermiza curiosidad rayana en el cotilleo, de la que hace gala al querer saber más sobre la historia que está leyendo.

La mujer del profesor, interpretada por Kristin Scott Thomas, es de los rostros más conocidos de la cinta y que internacionaliza el reparto, aportando su grave y sólida presencia británica. Sin embargo, en mi opinión, es la que menos convincente resulta, sobre todo por sus actos finales, que no son consecuentes con lo que hemos venido viendo a lo largo del metraje. Quizás también por la cadena de acontecimientos que se van desencadenando y que no sabemos si tienen mucho sentido o no, dando ese toque de irrealidad a la película. Scott Thomas es la que más desentona en el capítulo interpretativo, quizás porque es ella de quien más esperamos una gran actuación. Tampoco quiero ser muy duro, es una gran actriz y su presencia es siempre gratificante, sólo que o no está a la altura o que su personaje está demasiado desdibujado, quizás le faltaba alguna escena más para acabar de definir y justificarse.

Porque la verdad, el resto del reparto están geniales. Los otros actores, la familia de “En la casa” (padre,  madre e hijo) nos abren las puertas de par en par (bueno, más bien al personaje de Claude) para mostrarnos sus dramas diarios, los pequeños problemas rutinarios, las diversiones mundanas de la clase media, la insatisfacción y frustración de la mujer que no trabaja, el hijo único celoso carente de afectividad, el trabajador agobiado por un trabajo sin futuro… En definitiva, la clase media occidental con sus miserias y… miserias.

François Ozon nos hace cómplices del voyeurismo que hay en él y en cada uno de nosotros, haciendo un guiño a “La ventana indiscreta”, y realiza una película de impecable manufactura aunque algo caótica e inverosímil en su desenlace final, que reflexiona acerca de los requisitos que debe cumplir toda obra artística (al arte pictórico moderno le da bastante leña), aparte de darle un rapapolvo monumental a la vida matrimonial y a la familia media clásica en general.

Calificación: Entre Muy buena y Buena

Lo Mejor: La interpretación de todos, sobre todo Ernst Umhauer; los momentos de metaficción que hacen avanzar la trama, y el fugaz momento de realismo donde vemos pinceladas de la vida de Claude que nos explica su background.

Lo Peor: El personaje de Scott Thomas, no muy definido del todo; pasar tanto de realidad a ficción hace que te descuelgues y que pierdas el interés por momentos, sobre todo en el desenlace.

La vería de nuevo: No creo, puede llegar a ser un poco liosa.

Lo Recomiendo: Al igual que en mi reseña anterior, para todos aquellos con espíritu intelectual que quieran recibir una lección de creación artística. También, para todos aquellos voyeurs de la clase media que no se atreven a reconocerlo.

0017

Ficha en IMDB: http://www.imdb.es/title/tt1964624/

Tráiler en You Tube (subtítulos en español):

Películas similares e influencias: Swiming Pool (también del mismo realizador); La ventana indiscreta (el plano final nos remite directamente a Hitchcock, y básicamente toda la película ha hecho lo mismo que James Stewart: cotillear en las vidas ajenas); La Rosa Púrpura del Cairo (Woody Allen ya introducía personajes que entraban y salían de la narración).

Libros similares: El chico de la última fila (Juan Mayorga, por ser la obra de teatro en la que se basa); 

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