Ed Mcdonald es un escritor actualmente residente en Londres y que afirma que su trabajo le deja suficiente tiempo libre para escribir. Lo lamento pero he encontrado poca info más sobre él.
Lo cierto es que esta es su primera novela (ya tiene la segunda de la trilogía y pronto la tercera), de una serie que tiene excelentes críticas por ahora, ahora comentaré que creo que las buenas críticas a su debut están justificadas.
Sinopsis
El Capitán Ryhalt Galharrow es un Blackwing, uno de los escogidos por uno de los poderosos magos conocidos como los «Sin Nombre». Su trabajo básicamente consiste en detectar la infiltración de la insidiosa presencia de los Reyes de las Profundidades (una especie de demonios o magos malignos) en el Imperio y a través de los vastos páramos conocidos como «La Miseria» en compañía de su tropa de asesinos y mercenarios.
Durante una de las misiones en La Miseria, Galharrow es conducido por su «amo» hacia uno de los fuertes que protegen al imperio en los límites de la Miseria. Los fuertes protegen los proyectores de una poderosa máquina mágica creada por uno de los Sin Nombre, capaz de escupir fuego y muerte sobre los ejercitos de «zombis»/»mutantes» de los reyes de las profundidades.
Durante su estancia en el fuerte se encuentran con una poderosa digamos que hechicera, llamada Ezebeth Tanza a la que le une un pasado común muy doloroso. El fortín resulta atacado y solamente la presencia de Tanza y Galharrow les salva del desastre. Y sin embargo una pregunta queda en el aire: ¿Por qué no se ha activado la máquina?, con las puertas cerradas y aparentemente desconectada, la máquina que mantiene a raya los ejércitos enemigos no es activada.
A partir de aquí y por orden de su amo, Galharrow acompaña a Ezebeth a la capital para averiguar la verdad que se esconde tras la no activación de la máquina. Una investigación que no solo le pondrá en peligro a ellos ya los que les acompañan sino que le devolverá al terrible y doloroso pasado al que Galharrow no desea volver en busca de un misterio ¿qué ocurre en realidad con la máquina?
Opinión Personal
La verdad es que en la sinopsis no puedo (ni debo) hacerle justicia a todos los conceptos originales que encierra este libro. El autor crea un mundo y nos deja desamparados en medio de él y reconozco que me costó esfuerzo entender todo el contexto (aunque algo te van explicando).
Todo parece girar en torno a una energía que unas personas dotadas pueden extraer de las 3 lunas que aparecen en el cielo de este mundo y que no solo alimenta la máquina sino que da alimento a la iluminación pública y a otros elementos tecnológicos pseudomágicos.
Es un mundo complejo, con distintos tipos de magia y con unos enemigos extraños y monstruosos del que tenemos muy poco detalle y quizá eso los hace aun más peligrosos y estremecedores.
Me gusta la ambientación con armamento típico de finales del siglo XVIII (sables escudos y corazas comparten protagonismo con pistolas, trabucos y mosquetes) en este mundo de fantasía oscura, con magos, mutantes etc… Me recuerda a la ambientación de la película de Van Helsing mezclado con Fallout 3.
Es una locura de originalidad lo que lo hace a veces difícil de seguir, no hay elfos, no hay orcos, no hay espadas mágicas, solo un montón de sucios conceptos metidos en un mundo aún más sucio y depravado.
Los personajes tienen un color también distinto, Galharrow es un caballero de brillante armadura que ha recibido demasiados golpes en la vida y que ya apenas puede dormir sin un par de copas de brandy. Un mercenario con su propio código ético que parece tan amoral como sus extraños compañeros a los que es fieramente leal. Por otro lado tenemos a Ezabeth, una idealista y poderosa mujer de la nobleza, dura y a la vez demasiado blanda para este mundo. La combinación de ambos con los compañeros de Galharrow dan lugar a un extraño y exótico cocktail de personajes que son más que meras sombras y de los que no hace falta que el narrador nos explique todo lo que ocultan para entenderlos.
No es un libro juvenil aunque tampoco encierra escenas terribles, sin embargo se lee con interés y la trama avanza con agilidad. No puedo decir que me encantara el final pero reconozco que cuando tenga oportunidad leeré el siguiente libro.
Calificación: Bueno
Lo Mejor: Un mundo taaaan distinto a todo lo que había leído, buenos personajes
Lo Peor: Confuso al principio, los personajes tardan en revelarse como «en parte buenos» lo que hace que tarden un poco en gustarte
Lo Releería: Si
Lo Recomiendo: Fans de la fantasía oscura, aficionados a videojuegos como Fallout, en general disfrutarán de este libro si consiguen superar la primera mitad
Paul Kearney es un autor de fantasía de Irlanda del Norte ampliamente conocido en el mundillo por su saga de «Las Monarquías de Dios» que son un buen puñado de volúmenes. Sin embargo sus últimos escritos están enfocados en esta trilogía de los Macht que por su temática (se trata de una versión libre de la Anabasis de Jenofonte y los Diez Mil) me ha atraído mucho más para empezar a reseñar. Muchos lectores de este blog me han recomendado que le de una oportunidad y aquí está mi respuesta, y encima el libro me ha gustado.
Vamos al lío. Rictus es un Iscano, un guerrero por naturaleza que presencia la destrucción de su ciudad por dedicarse a la guerra. Solo y desamparado es un marginado que decide tomar la capa carmesí que lo convierte en mercenario. En el camino conoce a Gasca, un joven que del mismo modo pretende convertirse en mercenario en las falanges de los centones de mercenarios que guerrean en su patria y así hacer fortuna.
Es así como estos dos jóvenes amigos se unen al ejercito mercenario que está reuniendo Phirón junto con Jasón y otros generales con destino ignorado. Pronto descubren que su destino es la tierra de Huf, habitada por distintas razas de no humanos y donde los ejércitos de los Macht ya sufrieron una derrota a manos de los ejércitos del gran rey del imperio.
Han sido contratados por el hermano del rey de los Hufr para deponer del trono a su hermano y convertirse en rey con ayuda de un ejercito de más de diez mil mercenarios Macht. Tras varias batallas victoriosas sucede la tragedia y el ejercito de los diez mil queda aislado en territorio enemigo y muy lejos de su patria siendo su única alternativa abrirse camino luchando.
Opinión Personal
La historia de Jenofonte siempre ha sido una de mis historias preferidas junto con la Guerra de las Galias de Julio César. Un ejercito de mercenarios perdido detrás de las líneas enemigas en territorio hostil intentando volver a casa es la base de una gran historia. Quizá por eso me sorprende que el autor haya vuelto a utilizar el recurso de un mundo de fantasía e inventarse una parte de los nombres para mantener lo esencial de la historia (igual que la organización de la falange griega como formación de combate así como sus técnicas de lucha). Me sorprende que sean Macht en vez de griegos y Hufr en vez de Persas. No entiendo que cree razas no humanas si luego solo son no humanas de nombre y no hay más elementos fantásticos en general (salvo una épica batalla contra una especie de Yetis que en mi opinión es de lo mejor del libro como escena aunque no como batalla).
Es cierto que al no ceder a las cadenas de la historia puede inventarse el destino de los personajes y si en el siguiente libro de la trilogía los griegos luchan contra digamos dragones pues ha sentado las bases para hacerlo pero a priori es una versión de la Anabasis y si conoces la historia pues el factor sorpresa brilla por su ausencia (aunque no se ajuste a todos los detalles).
Según he leído la trilogía continúa alejándose de esta historia y aprovechando a uno de los personajes principales y quizá este libro sirve más bien como «precuela» para explicar la historia de un general que es la que se cuenta en las dos novelas siguientes. Así que esta novela puede leerse como un libro aislado porque deja un final cerrado pese a que luego vaya a reaprovechar a los personajes en otras historias.
El autor hecha el resto con las batallas y dedica muchas muchas páginas a describir la lucha y los distintos movimientos tácticos de mano de los generales o incluso de soldados individuales, es decir que si no os atrae leer sobre batallas lo más probable es que os aburra el libro pero si es lo contrario (es mi caso) te entretendrá bastante porque el autor utiliza un lenguaje muy visual.
Igualmente es una gran historia y construye personajes bastante humanos, el iscano / espartano Rictus es un personaje de esos a los que se puede coger cariño por noble y valiente, lo mismo que Jasón. Quizá los Asurios me parecen más pochos como personajes incluyendo a Tiryn que es un personaje que aunque no es antipático resulta artificial en sus reacciones y un tanto extraño pero no creo que sea malo per se. Sorprende también lo enfocado en la batalla que está el autor y cómo trata a los personajes en la misma, es decir cualquier personaje puede morir, es una batalla y la gente muere, da igual lo principal que sea el personaje y ese rasgo es atractivo para mi.
Esta trilogía ha recibido peores críticas que las monarquías de Dios, que todo el mundo pone mejor, pero yo particularmente me he inclinado más por esta trilogía griega, quizá es más directo el tema militar y me resulta más interesante. Porque este es un libro de fantasía militar, no lo olvidemos, hay poco sitio para la comedia o el romance, va de sangre vísceras y filas de guerreros con lanzas. Si esto te atrae la novela te gustará.
Por criticar me irritó el final que se me hizo excesivamente predecible, no me hizo tirar el el libro por la ventana pero no me gustó. Te va anunciando el final, ya alejados de la Anabasis, 40 páginas antes si sabes leer entre líneas y es decepcionante que ese anuncio se cumpla sin más.
Calificación: Bueno
Lo Mejor: Una falange de soldados griegos con sus lanzas contra yetis es una escena del libro de esas espectaculares
Lo Peor: Demasiado basado este libro en la Anabasis, lo hace predecible, encima no termino de entender por qué mete tan pocos elementos de fantasía podría haber hecho algo mucho más espectacular, el final es predecible (al margen de la Anabasis).
Lo Releería: Quizá, no me ha parecido como para no hacerlo
Lo Recomiendo: Si te atrae la historia de Jenofonte y te desata la imaginación un ejército griego con sus escudos y sus lanzas en ristre enfrentándose en plan la película de «300» pero contra monstruos seguro que te gusta este libro, pero serán escasas las lectoras que elijan este libro creo yo
Nos encontramos ante una nueva aventura en la Tierra Media, la segunda parte de la trilogía que primero iba a dirigir Guillermo del Toro y que luego retomó Peter Jackson, en su afán por devolvernos al fabuloso mundo creado por Tolkien y que arrasó en las taquillas de medio mundo con la trilogía de El Señor de los Anillos. Una segunda parte que inicialmente iba a ser el punto y final de la historia pero que ha acabado alargándose una entrega más, para deleite de fans acérrimos y entusiasmados ejecutivos de cine. Ya veremos con la tercera entrega (Historia de una ida y una vuelta, a estrenar en diciembre de 2014) si esta dilatación argumental ha sido necesaria o solo un truco financiero y de marketing para sacarnos los cuartos, pero de momento la respuesta se vislumbraba con la primera parte y se va perfilando más claramente en esta segunda. De momento, la pereza que le da a uno enfrentarse a las dos horas y media largas de película va aumentando con cada entrega, hartazgo que es también percibido en el público en general.
Continuamos donde había acabado la anterior película del Hobbit, “Un viaje inesperado”: Bilbo Bolsón, Gandalf y el inusual grupo de enanos (a los que se había unido para ayudarles a derrotar al maligno dragón Smaug) se encuentran en las cercanías de la Montaña Solitaria, el antiguo reino enano que guarda en su interior todas las riquezas robadas por el dragón, mientras éste permanece en un estado de hibernación que otorga tranquilidad a los habitantes de la zona. Bilbo se ha conseguido hacer con un anillo mágico adquirido tras un duelo de acertijos con Gollum, y esta joya le permitirá volverse invisible a su antojo, algo muy útil en su papel de saqueador de las riquezas confiscadas por Smaug (y en particular, para ayudarles a recuperar la Piedra del Arca). Para poder entrar en la Montaña Solitaria tendrán que pasar antes por un bosque lleno de arañas gigantes, conocer qué intención tienen los elfos de la zona (con Légolas y Tauriel a la cabeza), y escapar de los ataques de un grupo de orcos especialmente reunidos por una fuerza misteriosa para acabar con la expedición. En su última parada antes de enfrentarse a Smaug, llegarán a la ciudad de Esgaroth y conocerán al humano Bardo, quien les ayudará a pasar inadvertidos y de quien conocerán la historia de su antepasado en su lucha contra el dragón. El joven Bilbo demostrará la curiosa pasta de la que están hechos los hobbits, al aportar valor y decisión en realizar su misión cuando realmente la misión podría ser tildada de suicida para cualquiera que recapacitara acerca del peligro que supone despertar a Smaug.
Esta parte de Hobbit presenta varios problemas graves de estructura. Primero, el empacho de aventuras tolkenianas empieza a hacer mella tras un año de separación con la anterior entrega, cosa que no ocurrió con la otra trilogía. Quizás la primera parte del Hobbit jugaba a su favor con el efecto nostalgia de un universo que llevábamos sin ver bastante tiempo. Pero tras estrenarse, ningún conjunto de escenas de aquélla ha conseguido escapar del pozo del olvido. Para enfrentarse a esta segunda parte e intentar hacer memoria de la primera entrega, no hay ninguna escena que nos haga recordar momentos anteriores más allá de un breve esbozo del argumento. Y sin embargo, la sensación de deja-vu es continua a lo largo de La Desolación de Smaug. Perfectamente puede haber escenas intercambiables entre ambos títulos sin que nos demos cuenta, a pesar de las nuevas incorporaciones en personajes como los elfos (con personajes ya conocidos que tendrán relevancia en la siguiente trilogía, como Légolas y su chiste autorreferencial acerca del hijo de un enano que luego conocerá bien; o nuevos como Tauriel y la necesidad de hacer olvidar a Liv Tyler con una Evangeline Lilly que bien podría ser un trasunto del mismo personaje), el humano Bardo y las similitudes con la figura del personaje de Vigo Mortensen, o el dragón Smaug y la poderosa voz con la Benedict Cumberbatch le obsequia en la versión original. El problema es tan grave, que hay veces que incluso no sabríamos si hay escenas robadas directamente de alguna entrega del Señor de los Anillos que nos hacen pensar si realmente no se ha hecho algún tipo de salto temporal hacia delante en el argumento, tal es la sensación de repetitividad que hay. En este sentido, las escenas de Gandalf enfrentándose a un poder oscuro que nos referencia directamente a Sauron, resultan totalmente innecesarias por ralentizar (aún más) el ritmo de la pesada trama, a pesar de toda la relevancia que pueda tener en películas posteriores. Más acertados resultan los momentos dramáticos en los que el personaje de Bilbo se degrada moralmente como consecuencia de cierta joya que porta consigo mismo.
Otros fallos que le veo a al cinta, aparte del excesivo numero de entregas y la duración desmesurada del metraje, son un empleo exagerado de los travellings del estilo con los que nos obsequiaba -sin abusar- por los paisajes de la anterior trilogía. O la ridiculez del amor imposible que se sugiere, consecuencia de lo forzado que resulta introducir personajes que no están en la novela original pero que aparecen para contentar a una parte del público expectante de aventuras semejantes a las ya vividas diez años antes. También resultan forzados los combates de los elfos con los orcos, auténticos saltimbanquis que nos dejan indiferentes ante nuestra incredulidad por la fantasía aplicada en dichas luchas.
No todo va a ser malo. Hay que reconocer a Peter Jackson el logro de plasmar en imágenes y escenas, páginas de un libro altamente esperado por unas cuantas generaciones de lectores, como el dragón que llevaba latente tantos años sin ser despertado. Y el afán de transcendencia de cada situación hará que se toquen temas que Tolkien bordaba, como el conflicto personal de enfrentarnos al destino individual y ancestral, así como el desarrollo y la maduración de la personalidad de los protagonistas. Por otro lado, Jackson sigue siendo un experto en introducciones de tres minutos a películas de tres horas, con lo que se garantiza el interés inicial del espectador, al menos durante los primeros momentos de la cinta.
A pesar de todos estos aciertos, la sensación de que toda esta historia contada en más de siete horas y tres películas podría haberse hecho en no más de 120 minutos sigue rondando por el metraje; con lo que esta entrega del Hobbit alegrará a los fans acérrimos de Tolkien a la vez que el grupo cada vez más numeroso de espectadores neutrales quedarán más indiferentes ante semejante despliegue de orejas puntiagudas y espadas blandidas.
Calificación: Pasable
Lo Mejor: La introducción a la historia que nos pone en antecedentes, como todas las que hace Jackson. La madurez personal de Martin Freeman como Bilbo mejora en esta parte.
Lo Peor: Como siempre, su excesivo metraje no ayuda a evitar que acabe siendo una cinta olvidable en la mayoría de escenas, confundiéndose con otras cintas de las trilogías de Tolkien. Lo forzado de la aparición de los elfos.
La vería de nuevo: No creo
La Recomiendo: Para fans de Tolkien con ganas de lo mismo.
Jim Butcher es un viejo conocido en esta página por su serie de libros (luego convertida en serie de televisión) de un Mago urbano llamado Dresden (la serie se llamaba The Dresden Files). Tras esta interesante serie de libro, Butcher ha buscado nuevos campos, por un lado la fantasía con esta serie conocida como «Codex Alera» y una nueva serie titulada «The Cinder Spheres» aparentemente ambientada en un mundo Steam-punk y que aún no ha sido publicada.
Vamos al lío. La historia se ambienta en el mundo de Carna, un mundo fantástico donde los humanos controlan una serie de espíritus naturales que habitan esta tierra llamadas Furias (los parecidos con Pokemon son taaan obvios que voy a intentar evitar los comentarios graciosos jaja). Cada humano controla una o dos furias de distintos elementos con forma de bestias (serpientes, lobos, águilas, ardillas…) que confieren además distintos poderes, los de agua permiten sanar y conocer los sentimientos de los demás, los de fuego pueden quemar cosas e inflamar las emociones, los de tierra son más fuertes y pueden alterar los instintos y así un etcétera. Este mundo está regido por el Primer Señor, Gauis que a su vez delega el gobierno en señores menores y estos en condes y por último en Estatúderes (especie de Barones). Para controlar sus dominios, aparte de las legiones, el Primer señor cuenta con una organización de correos/espías de la corona llamados Cursores.
La historia sigue a una Cursor novata, llamada Amara que está investigando una conspiración para minar la autoridad del Primer Señor orientada a conseguir una invasión exitosa de los sanguinarios indígenas Marat del Valle de Calderón. En el valle habita el Estatúder Bernard en una explotación (como un pequeño pueblo), su hermana Isana (sanadora y artífice de agua) y su sobrino el joven Tavi. Tavi es una rara excepción a la capacidad de los Aleranos de controlar Furias y no es capaz de controlar ninguna y carece de cualquier poder.
Tavi y su tio se ven sin querer envueltos en la conspiración al descubrir exploradores Marat en el valle de Calderón. Por ello terminan uniéndose a la cursor Amara en su empeño por avisar a las legiones y detener la invasión de los Marat apoyados por las fuerzas mercenarias de los rebeldes. Para ello Tavi solo contará con su inteligencia y su valor así como con la ayuda de Isana y Bernard apoyados por Amara. Sin embargo los rebeldes los conocen e intentarán por todos los medios detenerlos y eliminarlos.
Al principio del libro, la falta de contexto y la orientación de la novela me hicieron que amenazara con dejarla. Al principio te enteras de bien poco y además pone a la Cursor en una situación en la que piensas que va a perecer y se te quitan un poco las ganas de ver como un personaje que te gusta muere. Pero no muere al principio y eso te da pistas de que esta es una novela «positiva» con sus protagonistas que no mueren fácilmente, con lo cual la novela va avanzando aunque quizá abusa de esos «cliffhangers» que poco a poco pierden fuerza porque vas viendo (con agrado) que los personajes pasan por situaciones difíciles que superan a duras penas pero siempre las superan contra pronóstico (quizá no siempre indemnes o con el mejor resultado).
El contexto lo vas ganando según avanza la novela y te enteras de lo que son las Furias de donde se encuentran y de los distintos enemigos que han tenido que vencer los Aleranos para controlar su tierra. Pero cuesta hacerse con el contexto, así que espero que agradezcáis el resumen que he hecho jeje.
Los personajes son agradables y atractivos todos en conjunto. El preferido es Tavi, sin duda, por eso de ser el más débil y el que más valor le echa. Si fuera el único protagonista diría que es una novela orientada al público juvenil únicamente, sin embargo es una novela coral. Hay tres o cuatro lineas de historia separadas que se van uniendo, una sigue a Isana, otra a Bernard y Amara y otra a Tavi dejando en ocasiones abandonada por varios capítulos una de ellas para luego retomarla. Son todas atractivas y los protagonistas tienen fuerza cada uno por separado siendo todos igual de nobles y de cabezotas en su fijación por hacer lo correcto.
Los secundarios también son atractivos y quizá lo mejor son los villanos. Empezando por el ex-cursor Fidelias, el espadachín Aldrick o la bruja de agua Odiana. Son tres malvados que en principio parecen un poco sosos y planos pero que poco a poco van ganando en profundidad. Son «buenos» malvados, que proporcionan grandes momentos y que tienen sus propias razones para apoyar la rebelión. Son villanos que poco a poco mejoran y se profundizan y seguro que seguirán siendo antagonistas en otros libros de la serie.
En resumen, tras un comienzo flojo el libro va mejorando terminando con un libro de fantasía juvenil/adulta pero no infantil (no hay demasiada sangre y el sexo nunca se detalla quedándose las descripciones en besos preliminares pero si hay escenas duras y temáticas algo más profundas). Tiene acción y suficientes giros y situaciones de tensión como para que se siga con interés, aunque reconozco que hay pocas sorpresas (alguna hay). Su positivismo es algo que a mi me agrada porque es una edad media de fantasía más luminosa que oscura y más basada en gente «buena» que en codiciosos bastardos (que también los hay). Es un conjunto equilibrado que puedo considerar una buena novela de fantasía que sin embargo tampoco es de las mejores ni es capaz de trascender géneros.
Calificación: Bueno
Lo Mejor: Positivismo, un mundo original (salvo por los «Pokemon» jeje), el personaje de Tavi
Lo Peor: Algunas situaciones las salva un poco «por los pelos», no me convence del todo la subtrama de los Marat pero dará juego en el futuro, estaría bien más contexto al principio del libro.
Lo Releería: Puede, pero por supuesto iría a por el siguiente (iré, iré)
Lo Recomiendo: Si te gusta la fantasía de tono más positivo y luminoso, este es un libro de fantasia agradable con buenos personajes que se lee rápido por lo rápido que avanza la acción.
Link al libro en Amazon.es (por menos de 6 euros en su versión electrónica)
Mucho se había hecho esperar esta historia previa de los acontecimientos contados en El Señor de los Anillos. Por esa lógica interna que rige los destinos monetarios de los proyectos que se llevan a cabo en Hollywood, la adaptación del Hobbit se ignoró hace unos años y se estrenó directamente la historia cronológicamente posterior escrita por Tolkien. Eso se notó en el nivel de madurez de la obra, puesto que el Señor de los Anillos es una historia épica que narra la lucha eterna entre el bien y el mal, mientras que el Hobbit es un cuento infantil que hace apología de la aventura y de los mundos que hay por descubrir más allá de nuestras fronteras interiores.
Ya pasó en 1977 con la Guerra de las Galaxias. El estudio cinematográfico que financia los sueños de los creadores pasa por alto las historias previas surgidas de la imaginación para centrarse (y con razón la mayoría de las veces) en las historias más jugosas que puedan dar más juego en taquilla. Es así como directamente se rodó el Episodio IV y nos metieron de lleno en una rebelión intergaláctica sin saber (ni falta que hacía) quién era padre de quién ni cuando se pasó al lado oscuro. Estos detalles de intrahistoria son los que enaltecen una película al crear un universo argumental cuya gracia está en imaginarlo implícitamente, más que mostrarlo explícitamente. El pasar de puntillas sobre estos detalles enriquece la trama y el carácter de los personajes.
Sólo cuando un estudio tiene una crisis de ideas acuciante y le puede la avaricia de la taquilla, es cuando vuelve sobre sus pasos y recicla historias ya contadas. En el caso del Hobbit, la gracia hubiera estado en rodarla antes que el Señor de los Anillos, la aventura como preludio de la épica. Pasar de puntillas sobre un anillo que se encuentra por casualidad, plantear a lo largo de varias entregas la importancia de un objeto como icono de la lucha del bien contra el mal, y acabar en clímax in crescendo haciendo desaparecer ese símbolo para siempre.
Es por eso que El Hobbit sabe a poco. Nos deja esa sensación de que es más de lo mismo, de que repite situaciones que nos gustaron anteriormente (vemos otra vez a Elrond, Saruman, Galadriel, Gollum; tiene el buen gusto de mostrarnos a Frodo y a Bilbo tal y como los vimos justo antes de que se formara la Comunidad del Anillo; la banda sonora nos traslada en momentos clave a las películas anteriores), pero que por muchos eventos que ocurran, no van a ser tan relevantes ni tener trascendencia como lo que vendrá después.
Vaya por delante que la trilogía anterior no me apasionó, ni entiendo ese entusiasmo que aunó a crítica y público (por una vez) culminando en una montaña de premios. Me gustó cómo se desarrolló el fenómeno, y me pareció bien su desenlace, pero visto con una cierta distancia crítica, desde la barrera. Reconozco que El Señor de los Anillos tenía una manufactura impecable, personajes carismáticos y una gran historia detrás, pero no me llegó al alma como a la mayoría de espectadores. Mi crítica principal es su excesivo metraje, el querer trasladar a la pantalla todo lo que ocurre en 1000 páginas, y eso no es posible. Son lenguajes artísticos distintos. Complementarios entre sí, pero diferentes en el tempo y ritmo narrativo. Y ese epílogo de El Retorno del Rey de más de tres cuartos de hora después del clímax final, me acabó de rematar.
Como Malosa ya reseñó el libro en su momento, el argumento ya es mayoritariamente conocido. Un hobbit, Bilbo Bolsón, habitante de la Comarca en la Tierra Media, recibe la visita de un mago conocido como Gandalf. Esa misma noche, inesperadamente irrumpen en su casa uno tras otro 13 enanos que se acomodan en su hogar y acaban con sus vituallas, sin saber muy bien porqué, hasta que empiezan a discutir el propósito de su reunión. El motivo es recuperar el antiguo reino perdido de los enanos, que años atrás fue invadido por un dragón atraído por sus inmensas riquezas, expulsando a los legítimos habitantes y condenándolos al destierro. Para el diminuto personaje, la aventura y el enfrentamiento con dragones no forma parte de su modo de vida, pero pronto se arrepiente y decide dar un vuelco a su tranquila existencia y es cuando arranca una historia que parece que no podrá ser contada en el metraje habitual, con lo que, para alegría de los productores, continuará durante dos entregas más.
La película la se ha estrenado en 3D (que es como la vi), con lo que flechas y bolas de fuego volarán hacia la pantalla para justificar el desembolso pecuniario que realizan los espectadores, aunque creo que la podría haber visto en normal sin perderme gran parte de la magia. Lo que no recomiendo para nada es realizar el desembolso adicional que supone verla en 48 fps (frames per second, o fotogramas por segundo, el doble de lo habitual). Una nueva técnica que se supone que aporta más realismo al acercarse a la visión humana, y que permite ver con toda claridad hasta los defectos del maquillaje de los protagonistas. Mi impresión es que toda la película me la pasé con la sensación de que estaba rodada a cámara rápida, como revolucionada (igual que los videos caseros de ataño), e incluso hasta el doblaje de las voces estaba desacompasado. Las opiniones son para todos los gustos (hay quien dice que uno se acaba acostumbrando a los pocos minutos) pero la polémica está servida. Para mí esto desmerece mucho la labor del encargado de la fotografía del filme.
Las interpretaciones las vi algo forzadas, sobre todo en el desigual caso de Martin Freeman, que en algunas escenas parece no saber qué hacer con las manos. En otras ocasiones, sin embargo, lo hace realmente bien al aportar una dignidad a su papel que me gustó mucho, realmente cae simpático. Tanto, que no parece el mismo personaje repelente que luego heredará Ian Holm en las siguientes entregas (a ver si es verdad que el anillo único puede cambiar a las personas… umm…). El Dr Watson de la contemporánea versión de Sherlock Holmes me gusta más como hobbit que el resto de versiones de los habitantes de la Comarca.
Los mejores momentos los encontramos en el inicio de la historia, con flashbacks que narran los sucesos pasados sobre los que se sustentará la trama, al igual que ya hacía Jackson con cada una de las películas de El Señor de los Anillos anteriores. Otra escena reseñable es la de la pelea de acertijos con Gollum, y la lucha de montañas con los protagonistas atrapados en un acantilado. Esta escena, que no estaba en el libro y que proporciona cierta perplejidad a los puristas de Tolkien, supone la culminación de la aventura en estado puro, viendo como nuestros héroes no pueden sino ser meros espectadores de la pelea. Otra licencia que se toma Jackson con respecto a la novela es la de la figura de un nuevo Orco Pálido, visto por la necesidad de rellenar metraje y enemigos adicionales antes de que el dragón Smaug tome un papel más protagonista en las sucesivas secuelas.
Entre los peores momentos encontramos aquellos que están sacados directamente de la novela, como por ejemplo el de las canciones, ya que creo recordar que cada dos páginas los enanos se ponían a cantar como si de un musical en plena Tierra Media se tratase, algo que me enojaba y me hacía perder el interés por la trama de lo que estaba leyendo. Si bien en la película no ocurre más que un par de veces al principio, el temor de que sea algo que se repita con más frecuencia sobrevuela la película.
En resumidas cuentas, esta primera parte del Hobbit nos ofrece un cierto alivio por pensar que podría haber sido peor, aunque sea más de lo mismo pero con un tono más ligero que la anterior trilogía. No nos quita la sensación de relleno artificial para adulterar una ración que se ha convertido por arte de magia en tres, pero tampoco malogra el universo de una historia previamente contada y elevada a la categoría de mito instantáneo (como sí pasó con las trilogías galácticas). Aunque esté totalmente enfocada para los adictos enganchados a la épica de Tolkien que se quedaron huérfanos tras El Retorno del Rey, y que quizá no logre calmar su síndrome de abstinencia por completo.
Calificación: Entre Entretenida y Pasable
Lo Mejor: Volver a este mundo después de tantos años. La introducción inicial ya habitual en Jackson a la historia. El encuentro por primera vez con el anillo que tanta lata dará después, y la pelea de acertijos. La lucha de montañas inédita en la novela.
Lo Peor: Los momentos musicales con las canciones de los enanos. Su metraje excesivo, como en toda la saga.
La vería de nuevo: Espero que no, antes debería volver a ver la anterior trilogía.
Lo Recomiendo: Para fanáticos empedernidos (y no tan empedernidos) de Tolkien. Para el resto, la recomiendo pero con la coletilla “consúmase con moderación bajo su responsabilidad”.
Películas similares: Trilogía anterior del Señor de los Anillos; Éragon; Harry Potter y la Piedra Filosofal; Harry Potter y el prisionero de Ázkaban; Las Crónicas de Narnia; Las Crónicas de Spyderwick; Willow; La Historia Interminable; Legend… La verdad es que las adaptaciones de Tolkien por Peter Jackson representan la cima del género, que en los 80 tenía buenos representantes y que después sólo ha conocido malas imitaciones.
Bueno, no sé muy bien por qué compré el libro, supongo que porque me dió por leer la contraportada donde hablan sin tapujos comparando el libro con El Señor de los Anillos. Wow… menuda comparación chavales… eso es poner el listón muy alto. Como os contaré obviamente no llega al listón, vamos se queda a unos cuantos cientos de palmos, pero eso no quita que al margen de la comparación no sea un libro juvenil entretenido.
Empecemos por lo original. Sobre todo y ante todo la época en la que ambienta el libro. Justo después de la batalla de Waterloo (1815). Estamos en el bando inglés y un par de amigos soldados del ejercito inglés victorioso a un terrible coste en vidas se recuperan de sus heridas. Un misterioso objeto se cruza en las vidas de los protagonistas, hermanos «postizos» y grandes amigos, capaz de convertir a los hombres en demonios y causando una terrible tragedia.
Ahora lo menos original: De vuelta a Inglaterra a nuestros amigos les siguen unos terribles seres encapuchados con poderes sobrenaturales buscando el objeto (empezamos con lo poco original… ¿alguien ha dicho Nazghul?) pero son salvados in extremis por un poderoso anciano que viste de blanco llamado Ganda… digooo Engrin. Entonces ambos amigos son conminados a hacer un viaje para destruir el objeto mientras son perseguidos por las fuerzas oscuras. Tienen que llevar el objeto a un lugar muy lejano, y no se trata de la tierra de Mordor sino del Vaticano (aquí el paralelismo es más fastidiado jajaja).
A partir de esta parte del libro es como si empezara un libro nuevo prácticamente, porque hay un cambio de tercio total con los dos amigos integrándose en el ejercito secreto del Vaticano, una especie de hombres de negro del siglo XIX con armas de todas partes y que igual saben usar estrellas ninja que disparar con rifles de «alta tecnología» de la época. Entonces es cuando el objeto es robado y tienen que recuperarlo teniendo que luchar por ello perdiendo muchas, quizá demasiadas cosas.
En fin, el planteamiento en parte es original, no lo niego, pasando la parte excesivamente basada en Tolkien. Pero tampoco es nada nuevo. Está escrito siguiendo el tipico esquema de la literatura militar inglesa (Hay montones de libros del estilo y de la misma época, comenzando por libros de Patrick O’Brian «Master and Commander» o Bernard Cromwell con la saga de Sharpe), es decir intervalos de conversaciones y de «paseo» con descripciones detalladas y extremadamente sangrientas de batallas y peleas de todo tipo. Esto hace que o tienes particular interés por este tipo de literatura o se hace aburrido leer tanto de «A al división de menganito le quedaban 7 fusileros… ahora le quedan 5, decapitan a 2 le quedan 3 bla bla bla», pero vamos os digo que yo he leído mucho de esta literatura y aun así no es especialmente bueno este libro en ese sentido y luego mezclar estas descripciones más o menos desapasionadas con «y entonces aparece un vampiro con una espada rúnica negra» es como que… raro… Tampoco malo, solo raro, porque entonces intenta darle emoción pero… no le sale…
Respecto a los personajes están quizá un poco esquemáticos. Los buenos son buenos, los malos malos pero no terminas de saber qué más son… bueno si, el atormentado es… atormentado… jajaja. No se mete demasiado en motivaciones ni nada, es bastante más directo y serio. Quizá no le hubiera venido mal un toque de humor.
También se nota que de vez en cuando se queda sin recursos. Una situación extrema que normalmente salva una carga de caballería de un aliado con el que no contabas… pero aquí no hay aliados sino que hay directamente intervención divina. Eso a mi me parece un poco chusco… vamos que el héroe es héroe hasta que no puede más y viene una especie de ángel a salvarlo…
El resultado global me parece experimental. No es malo para su género, solo es… raro. Pero claro es el primer libro del autor (salió de un concurso de un programa de la tele y no, no hablamos de Gran Hermano), así que se le pueden perdonar algunas cosas.
Además se lee rápido y es medianamente entretenido.
Calificacion: Entretenido
Lo Mejor: El cruce entre novela de fantasía épica con novela militar inglesa, lo hace original
Lo Peor: Los personajes y lo predecible del libro
Lo Releería: No creo, quizá solo si le doy una oportunidad al siguiente libro del autor
Lo Recomiendo: Solo a fans de la novela militar inglesa que además hagan buenas migas con la novela de fantasía épica